¿Qué Tipo De Religión Practicaban Los Mayas?

Religión de la cultura maya – Otra parte importante de la historia de la cultura maya es su religión. Los mayas eran politeístas. Es decir, adoraban a diferentes dioses relacionados con la naturaleza. Sus principales deidades fueron Hunab Ku e Itzamná. Aunque también tenían otros dioses en representación de la lluvia, el viento, la muerte, la guerra, etc.

Todos los rituales mayas tenían su origen en la mitología. Los máximos responsables de la conocida como religión precolombina eran los sacerdotes. Ellos eran los encargados de entender y explicar el por qué de las cosas, así como de presidir los actos rituales y religiosos de los mayas. En la religión maya, los cultos y las creencias eran un fiel reflejo de una mitología fuertemente enraizada en el pensamiento popular.

Por lo que sus prácticas religiosas constituían un lenguaje capaz de comunicar a los hombres con el inframundo.
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¿Cómo era la región de los mayas?

¿Dónde se desarrolló? – Los mayas ocuparon una considerable superficie dentro de Mesoamérica. Existen vestigios arqueológicos en los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco en México. También en los países centroamericanos de Guatemala y Belice, así como porciones de Honduras y El Salvador.
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¿Qué tipo de religión tenían los mayas y los aztecas?

Aztecas, mayas o incas, he ahí la cuestión Hoy en día Latinoamérica posee una herencia cultural increíble, fruto de un proceso de mestizaje entre lo autóctono y las conquistas que ha sufrido a lo largo de su historia. Todos sus países tienen mucho en común, ya sea en costumbres religiosas, tradiciones, vestimenta o alimentación. ¿Qué Tipo De Religión Practicaban Los Mayas Azteca: El Imperio Azteca tuvo su origen en el siglo VIII en la zona central de la llamada Mesoamérica, en el centro del valle de México. Expandieron su control a lo largo de México hacia las ciudades que hoy conocemos como Veracruz, Puebla, Oaxaca, Guerrero, e incluso parte de Guatemala.

  • Sin embargo, fue oficialmente el 13 de agosto de 1521 cuando los conquistadores españoles dieron definitivamente por terminado su reinado.
  • Maya: En el caso de los mayas se distinguen tres periodos en su historia.
  • Por un lado el formativo, entre el año 1500 y 300 A.C.
  • Por otro, el clásico entre los 300 y el 900.

Y por último el postclásico, desde el 900 hasta, de nuevo, la llegada de los españoles. Su ubicación se situaba más al sur que la de los aztecas, en la mayor parte de Guatemala, Belice, y también en el lado occidental de Honduras y El Salvador. Inca: El origen de la etnia incaica es sudamericano, concretamente del valle de Cuzco en Perú.

Más tarde abarcaría gran parte de la zona andina del subcontinente, dominando a todos los pueblos que hallaban a su pasó. Surgió a finales del siglo XII y se prorrogó también hasta la conquista española. Costumbres y religión Azteca: Los aztecas celebraban el día de los muertos, celebración que seguimos celebrando hoy en todo el mundo.

A los niños se les daba vocación guerrera, y cada vez que había un nacimiento se celebraba durante varios días. Eran politeístas y los sacrificios formaban parte de su religión. Maya: Su religión tenía como eje central a la naturaleza, con una gran cantidad de deidades.

Fueron grandes expertos en agricultura, orfebrería y arquitectura. Tenían varios métodos en lo que a cultivo de alimentos se refiere y su construcciones son reconocidas como las más perfectas del nuevo mundo. Por último la literatura maya dejó un legado espectacular, con un sistema de escritura que registró sus tradiciones y mitología.

Inca: También eran politeístas pero sus celebraciones religiosas se relacionaban finamente con la agricultura y la salud. El alcance y desarrollo de su civilización fue muy alto, por lo que construyeron muchos caminos, templos, sistemas de fortificación y estructuras.

El comercio, los metales, y la caza y la pesca eran sus principales quehaceres. Puntos de referencia Azteca: El Templo Mayor fue el centro neurálgico de vida religiosa y política azteca. Aquí tenían lugar las fiestas que el tonalpohualli, o calendario azteca, marcaba, y también los funerales de los grandes gobernantes.

Podemos encontrar sus restos en la ciudad de México. ¿Qué Tipo De Religión Practicaban Los Mayas Maya: Alrededor de Cancún podemos encontrar variedad de zonas arqueológicos con ruinas mayas. Estas ciudades eran principalmente centros ceremoniales, llenas de templos y pirámides. Las ruinas de Chichen Itza están situadas en el centro de la península de Yucatán y son muy visitadas, sobre todo por su pirámide más conocida: «El Castillo». ¿Qué Tipo De Religión Practicaban Los Mayas Inca: Machu Picchu tal vez es el exponente más conocido de la cultura inca. Está considerada una obra maestra tanto de la arquitectura como de la ingeniería y aún hoy en día alberga varios misterios. Aunque fue construida en el siglo XV, después de la conquista de los españoles estuvo largo tiempo olvidada. ¿Qué Tipo De Religión Practicaban Los Mayas
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¿Cómo se llama el dios principal de los mayas?

Quetzalcóatl- Dios entre los mayas.
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¿Qué papel tenía la religión en la vida de los mayas?

Los mayas Organización política La sociedad maya El arte maya Lengua y escritura maya La ciencia maya La religión maya

La religión maya En sus inicios, la religión de los mayas fue un culto a la naturaleza y a las fuerzas presentes en el entorno donde vivían como nómadas. A medida que avanzó la sedentarización, aumentó la necesidad de organización formal de aquella religión, y con ello la de contar con un cuerpo sacerdotal de carácter especializado.

La introducción de la agricultura comportó la sedentarización definitiva y la estratificación social, y la mayor complejidad social de la sociedad maya se reflejó en una jerarquización y especialización de los dioses y de los sacerdotes, quienes debían interpretar ante el pueblo la voluntad de las fuerzas divinas.

En las primeras épocas, los rituales se realizaban en las viviendas, pero con el tiempo se construyeron lugares específicos de culto y grandes centros ceremoniales. En cuanto al ritmo con que se produjo este cambio, es de suponer que entre la introducción de la agricultura (consolidada hacia el 2000 a.C.) y la invención del calendario y la escritura jeroglífica maya (entre los años 353 y 235 a.C.), la religión maya se transformó muy lentamente. Sacerdote maya (Museo de la Ciudad, Tabasco) Hacia el siglo IV, en El Petén, la religión se había fusionado con una filosofía animista más compleja, basada en la deificación de los cuerpos celestes. Altamente difundida entre el pueblo llano, esta religión era interpretada y servida por sacerdotes-matemáticos, astrónomos, vaticinadores y maestros del ritual; su funcionalidad, en cambio, pasó a estar regida por administradores y estadistas, quienes supieron obtener provecho de ella para sus pretensiones políticas e ideológicas.

  1. Como toda religión, la maya tenía unas funciones que cumplir, y legitimó la existencia de una sociedad ordenada en estratos, con fuertes desigualdades entre los diferentes niveles.
  2. Las creencias religiosas afianzaron la organización política de los mayas al apoyar la autoridad de unas clases dirigentes que controlaban la vida de los individuos y se sustentaban en la divinización de los antepasados.

La religión también proporcionaba explicaciones sobre todo aquello que el hombre no llega a concebir o comprender: sus orígenes, las calamidades naturales, las enfermedades y la muerte. Un rasgo muy característico del área mesoamericana en general es la estrecha vinculación de la religión maya con conocimientos científicos como la escritura, el calendario y la astronomía, que en un aspecto u otro están relacionados con la medición del tiempo.

  • Para la ciencia maya, el tiempo era una inmensa y majestuosa sucesión de ciclos, sin principio ni fin.
  • En este sentido, todos los períodos en que se dividía el calendario eran otras tantas divinidades a través de las cuales los mayas rendían culto al tiempo.
  • La cosmogonía maya Los mayas compartían con otras culturas mesoamericanas una concepción cíclica del tiempo y del espacio.

Creían en la existencia de mundos anteriores que habían sucumbido a un cataclismo de carácter natural que identificaban con un diluvio. También tenían la creencia de que el mundo actual no escaparía a ese destino. Las influencias malignas marcaban la mayoría de los finales de los distintos katunes, periodos calendáricos de veinte o quizá trece años.

De una lectura del texto religioso quiché Popol Vuh y de la obra del siglo XVI Relación de las cosas del Yucatán, escrita por el obispo español Diego de Landa, se desprende que los mayas creían que el mundo actual había sido precedido por otros tres, ya desaparecidos. A cada mundo anterior le correspondía un tipo de humanidad diferente, hecha respectivamente de tierra, de madera y de maíz.

Para los mayas, el dios único era Hunab Ku, el gran creador y padre de Itzamná, divinidad ésta que era el señor del fuego y de la tierra y que, al igual que todas las demás divinidades mayas, tenía cuatro versiones que correspondían a los cuatro puntos cardinales, y solía ser representado por un monstruo celeste o una iguana bicéfala semejante a un dragón.

  • A cada versión de Itzamná le correspondía un color: el rojo al Este, el blanco al Norte, el negro al Oeste y el amarillo al Sur.
  • El color verde se reservaba al centro.
  • Asociados a cada una de estas direcciones, los cuatro dioses cargadores (los bacabob ) sostenían el cielo.
  • La cosmogonía maya ordenaba el cosmos en trece mundos, que, como otras tantas capas, estaban por encima de la tierra.

Cada una de estas capas celestes, regida por uno de los trece oxlahuntiku o dioses de los trece mundos superiores, era sostenida en su dorso por un cocodrilo o monstruo reptil. Por debajo de la tierra había nueve inframundos, cada uno de ellos regido por una de las nueve divinidades bolontiku, con una importante simbología acuática.

  • El último de los inframundos, el reino de los muertos, era el Mitnal o Xibalba (según se trate de su nombre en tierras yucatecas o en las Tierras Altas quiché).
  • Allí reinaba Ah Puch («el señor de la muerte»), y los mayas creían que cada día tenía lugar una despiadada lucha del Sol, tras su recorrido diurno, con los seres y divinidades infernales, a las que siempre vencía.

Tras su triunfo, el astro rey reiniciaba su travesía diaria por el nivel superior del universo. Los espíritus de los muertos efectuaban ese mismo viaje a semejanza de los míticos gemelos divinos, Hunahpú y Xlabanqué, tal y como se describe en el Popol Vuh, texto mítico-religioso quiché sobre la creación escrito en grafía castellana ya en la época de la conquista.

Las divinidades mayas Los dioses, o mejor dicho, las diferentes representaciones de los poderes sobrenaturales de la religión maya, eran numerosas y podían revestir forma humana o animal, aunque a menudo combinaban características de ambas condiciones. Además, cada divinidad presentaba, como Itzamná, cuatro versiones que estaban asociadas a los puntos cardinales, tenían sus propios colores y podían tener un aspecto masculino o femenino.

La lectura de los jeroglíficos ha permitido establecer la existencia de una pareja de divinidades conocidas con el nombre de «dioses remeros», porque aparecen remando en una canoa mientras trasladan al más allá a los gobernantes difuntos. Estos dioses eran los únicos supervivientes de una creación precedente que, como las otras dos anteriores, fue destruida por sucesivos cataclismos naturales.

  1. Otras divinidades, como Itzamná (el señor del cielo, del día y de la noche), Kinich Ahau (el Sol que cruza la bóveda celeste) y Chaac (el dios de la lluvia), aparecen representados de manera recurrente por su condición de deidades portadoras de vida y fertilidad.
  2. Con todo, no hay que olvidar que la religión maya era radicalmente dualista.

En el panteón maya de las divinidades destaca también Kan, el dios del maíz o, más genéricamente, de la agricultura, que aparece representado como un joven que lleva en la cabeza a modo de tocado una mazorca de maíz, símbolo de la abundancia. En el período Posclásico esta divinidad pasó a ser identificada con Yum Kax, el dios de los bosques.

  • En esta asimilación, algunas de las funciones de la antigua divinidad fueron asumidas por Chaac, el dios de la lluvia.
  • Entre las representaciones de otras divinidades destacan las de Ixchel, la señora de la Luna y del arco iris, esposa de Itzamná, y las de Ah Puch, el señor de la muerte, que adoptó la forma de un esqueleto humano, a menudo representado en compañía de animales de mal augurio.

Otras divinidades, como Kawil, estuvieron muy unidas a los linajes reales de numerosas ciudades que destacaron durante del período Clásico. Existieron dioses que protegían a determinados estamentos sociales (como Ek Chuah, dios del comercio y de la guerra, o Buluc Chabtan, también relacionado con la guerra y los sacrificios humanos), e incluso dioses regionales, cuyo poder y veneración se circunscribían a cada centro cívico-ceremonial.

Cultos como el que se rendía a la Serpiente Emplumada o Quetzalcóatl se introdujeron en la cultura maya a consecuencia de las estrechas relaciones con otras sociedades mesoamericanas; la figura del dios Quetzalcóatl se asimiló a las creencias mayas y recibió diferentes denominaciones según los distintos centros en los que fue asumido.

En Chichén Itzá, por ejemplo, el culto a Kukulkán se asimiló al de Quetzalcóatl. Los mayas también hicieron propias otras divinidades extranjeras, como por ejemplo Tláloc, dios de la lluvia, que era adorado en Teotihuacán, o Ix Chante Kax, que era la diosa azteca del fuego, y Xipe Totec, que, como diosa de la fertilidad de la tierra, fue muy venerada en el período Posclásico.

En el pensamiento de los antiguos mayas también adquirieron carácter sagrado los cuerpos inanimados y las sustancias que forman el mundo natural (las montañas, las cuevas, los ríos o los astros), ya que eran considerados seres animados. Los sacerdotes y los rituales religiosos Para interpretar y desentrañar los designios divinos en toda esa compleja simbología religiosa y cosmogónica, la cultura maya disponía de una élite sacerdotal, probablemente identificada con los gobernantes, cuyos miembros aparecen también representados en los monumentos tallados.

El título genérico que identificaba a los sacerdotes era anhkin, que significa «el del Sol». Especial relevancia tenían los nacomes, que eran los encargados de hundir el cuchillo en el pecho de los sacrificados y desgarrarlo; los chaces se encargaban de sujetar a las víctimas por las piernas y los brazos durante los sacrificios, y los chilanes interpretaban los libros sagrados y predecían el futuro.

Los sacerdotes de más alto rango de cada provincia enseñaban historia, adivinación y escritura glífica en las escuelas sacerdotales. La condición de sacerdote era hereditaria, y muchos de ellos desempeñaban su función como vaticinadores y adivinos ayudados de la ingestión de diferentes drogas. A través de complejos ritos, el sacerdote entraba en contacto con lo sobrenatural.

Algunos tipos de rituales han quedado representados (aunque a veces difícilmente se comprenden) en diversas manifestaciones del arte maya, como los vasos cerámicos, las estelas y los dinteles de los templos. Las imágenes muestran ceremonias de ofrendas y también de prácticas autosacrificiales, en que los dirigentes se extraían sangre con objetos punzantes de obsidiana, pedernal o espinas de manta raya con la finalidad de rendir tributo a los dioses.

La pérdida de sangre (y la posible ingestión de sustancias alucinógenas) en el inmenso escenario que suponían los templos y los palacios los hacía entrar en trance y creer que se comunicaban con sus antepasados deificados. El mundo campesino, que debió de asistir a ciertas ceremonias como simple espectador, tuvo sin duda unos rituales diferentes, dirigidos a los dioses o divinidades protectoras de la agricultura que favorecían las cosechas.

En los diferentes niveles del ritual no faltaban las ofrendas, un elemento por lo demás universal y propio de todas las religiones. Entre las más habituales de los mayas destacaban la quema de pom (la resina olorosa del copal), las flores, los alimentos y las bebidas.

  1. Las ofrendas incluían también los sacrificios de animales y de seres humanos, aunque estos últimos nunca tuvieron en la cultura maya la importancia fundamental que revistieron en la cultura azteca.
  2. Sin duda, la música y la danza acompañaban muchos de los rituales públicos, que se realizaban en las grandes plazas de los centros ceremoniales, y ayudaron a cohesionar la sociedad al agrupar a todos sus estratos en torno a estas celebraciones.

El calendario maya establecía los días propicios para las actividades rituales, que exigían ayuno y abstinencia sexual de quienes las llevaban a cabo. Entre las fechas destacadas del año religioso maya cabe citar el 0 pop o fiesta del Año Nuevo; el segundo mes, uo, dedicado a Itzamná; el quinto mes, tzec, dedicado a los bacabob, y el sexto, xul, consagrado a Kukulkán; el décimo estaba asignado al planeta Venus y el mes decimotercero, mac, a los dioses de la lluvia.
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¿Qué idioma hablan los mayas?

El Sistema de Información Cultural (SiC), con el afán de mejorarse, pone a tu disposición este subsistema de notificación para que nos ayudes a corregir, completar y mejorar la información que brindamos. De antemano te agradecemos el tiempo que te lleve indicarnos tus observaciones. Descripción El nombre maya, empleado históricamente por la población mexicana, designa a un grupo indígena y a su lengua. Dicho nombre es la forma castellanizada de maaya, cuyo origen y significado no han sido esclarecidos. Los hablantes de maya llaman a su lengua maaya t´aan, que significa el que habla maya,

Este grupo indígena se nombra a sí mismo maya´ winik que significa hombre maya, Si bien la lengua maya o maayat’aan, como la conocen sus hablantes, es la segunda agrupación lingüística (después del náhuatl) más hablada en el país, con 795,499 hablantes, esto no quiere decir que no se encuentre en riesgo de desaparición.

Actualmente todas las lenguas indígenas nacionales se consideran en peligro de desaparición, solo varía su grado de riesgo, la lengua maya está considerada como una lengua cuyo riesgo de desaparición no es inmediato. La lengua maayat’aan pertenece a la gran familia maya, solo posee una variante y se ubica geográficamente en los Estados de Yucatán y Campeche.

Hablantes de lengua maayat’aan trabajaron en la construcción de una norma de escritura oficial, la cual ha sido publicada recientemente, por el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas. Genealogía La lengua maya pertenece al grupo yucatecano de la familia lingüística maya. Asentamiento histórico El área históricamente ocupada por los mayas se localiza en la península de Yucatán.

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La lengua maya se habla en Campeche (13 municipios), Quintana Roo (siete municipios) y Yucatán (106 municipios). En esta área el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI), a través del XII Censo General de Población y Vivienda 2000, identificó 4,722 localidades, en cada una de las cuales 5% o más de la población habla maya; en estas cartas se representan 1,108 localidades, donde 20 personas o más hablan lengua maya.
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¿Cuántos dioses hay en la cultura maya?

5 Legendarios y Antiguos Dioses Mayas – Blog del Viajero El de los mayas es una vasta colección de dioses y diosas que fueron adorados en la región que hoy comprende la península de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco y Chiapas, en México; y hacia el sur: Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras.

No todos los dioses mayas fueron venerados en todo ese territorio (al menos, no con el mismo nombre), pero el tipo de dios, y lo que simbolizaba para el pueblo maya, fue universalmente reconocido. Los mayas adoraban a más de 250 deidades, algunas de las cuales tenían orígenes mesoamericanos más antiguos, mientras que otras fueron «concebidas» durante el período posclásico tardío (900 d.C.

hasta principios del siglo XVI). Gran parte de la historia maya, sus dioses y cultura, se perdió debido a la quema masiva de sus libros en 1562. Por fortuna, el texto religioso maya, el, sobrevivió para brindar a los historiadores una comprensión del panteón maya.

El y el, dos de los libros mayas precolombinos que datan del 900-1550 d.C., también se salvaron de esta destrucción masiva intencionada por parte de la iglesia católica. Las deidades mayas participaban en todos los aspectos de la vida y fueron tratadas como entidades sobrenaturales. Controlaban el clima, la cosecha, dictaban a la pareja, presidían cada nacimiento y estaban presentes en la muerte.

La forma en que se planificaron las ciudades y la precisión con la que se construyeron los templos centrales, estaba relacionada con el camino de los dioses. Como ocurre con muchas religiones, los mitos y los hechos a menudo se difuminan a lo largo del tiempo.
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¿Qué creían los mayas a cerca de los templos?

¿Quién era Kukulcán? – Es bien sabido que también eran devotos de los dioses, especialmente de Kukulcán, quien era su dios de la medicina y la agricultura. Fue así como construyeron la pirámide cuadrangular de Chichén Itzá o Templo de Kululcán, erigida en ofrenda a Kukulcán para obtener su generosidad con las cosechas. ¿Qué Tipo De Religión Practicaban Los Mayas Chichén Itzá es uno de los monumentos arqueológicos más importantes de la cultura maya y uno de los sitios más visitados cuando hablamos de turismo histórico en Riviera Maya. Su base cuadrangular se extiende a lo alto en nueve niveles, que suman un total de trescientos sesenta y cinco, coincidiendo con los días del año.
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¿Qué es la muerte para los mayas?

Artículos El singular dios maya de la muerte bajo la mirada actual de las ciencias biológicas forenses 1 The Peculiar Maya Death God under the Gaze of Current Forensic Biological Sciences Lizbeth de las Mercedes Rodríguez Procuraduría General de la República, Delegación Campeche.

[email protected] Recepción: 18 de febrero de 2014. Aceptación: 19 de mayo de 2014. Resumen Los diversos nombres del dios maya de la muerte y la iconografía que lo representa aluden a un registro preciso de ciertos fenómenos cadavéricos, algunos de los cuales son analizados, en este artículo, bajo la óptica de las ciencias biológicas forenses.

Más allá de la mera representación simbólica de la muerte en la cosmogonía y religión mayas, la notable descripción de los fenómenos cadavéricos y los procesos de descomposición cadavérica en una imagen es única dentro de esta cultura, en comparación con las deidades asociadas a la muerte en otros pueblos mesoamericanos.

La dualidad vida-muerte también se encuentra representada en esta singular deidad maya, confluyendo, en una misma imagen la desintegración del cuerpo físico —en su probable tránsito por el Inframundo— y la reducción esquelética. Bajo esta apreciación biológica forense y criminalística, es intención de este artículo redimensionar, bajo un concepto diferente, el culto a los muertos entre los mayas.

Palabras clave: deidad, muerte, mayas, fenómenos cadavéricos, forense. Abstract The various names of the Maya god of Death seems to and its related iconography refer to an accurate record of certain cadaveric phenomena, which are analyzed in this paper from the perspective of the forensic biological sciences.

Further than the mere symbolic representation of death in the Maya cosmogony and religion, the remarkable description of the cadaveric phenomena and the processes of human cadaveric decomposition shown in an image is unique for this culture, as compared to deities associated to death in other Mesoamerican peoples.

A life and death dualism is also represented in this unusual Mayan deity, which records, in a single icon, the disintegration of the physical body —probably moving through the underworld— and the skeletal reduction. Under this forensic and criminalistic biological approach, the aim of this paper is to give a different perspective of the cult of dead among Maya.

Eywords: deity, death, Maya, cadaveric phenomena, forensic. ¿Puede explicarse, a la luz de las llamadas ciencias biológicas forenses, el porqué de la representación tan característica del dios maya de la muerte, Ah P’uuch? 2 Basta relacionar sus diversos nombres: El Descarnado, El Putrefacto, El que emana gases, o hasta El Amo de la Muerte, con los procesos por los que pasará todo cadáver al descomponerse.

Las deidades mayas, ricas en simbolismos y representaciones asociadas, pocas veces reciben la atención de especialistas no dedicados específicamente a la arqueología o historia. La muerte, como parte de la vida, es tema central —aunque no el único— dentro de las ciencias biológicas forenses como medicina, odontología, antropología física, entomología y otras.

  1. En este artículo se pretende exponer la asociación entre la representación gráfica de Ah P’uuch y el proceso por el cual todos habremos de pasar al fallecer.
  2. El dios de la muerte, conocido, gracias a Paul Schellhas como Dios “A” en los códices (Baudez, 2007), Ah Puch o Ah P’uuch, Hun Ahau (“Uno Señor”) y, con menor frecuencia, como Kisín, Yum Tsek o Yum Cimil 3 (tal vez por ser nombres más recientes) es, en la mitología maya, una divinidad importante: es el señor del Mitnal, noveno estrato del inframundo (Canto López, 1990: 135), lo cual explica que se hayan encontrado en cuevas dibujos de esta deidad, asociada a la oscuridad y a los desastres, y que residía en un lugar donde llegaban los espíritus de casi todos los hombres que morían.

Mayormente lo podemos ver representado como un esqueleto o cadáver putrefacto en posición sedente con las piernas flexionadas ( figura 1 ), aunque hay otras imágenes donde figura de pie, de perfil, con su mandíbula descendida. También se le dibuja con dos huesos a los lados, en un signo asociado a la muerte que recuerda a nuestro símbolo empleado para el tanto por ciento (Ruz Lhuillier, 2012: 90), o con cascabeles en manos y pies.

Para otros autores (Bingham, 2010: 3), Ah P’uuch se caracteriza por presentar la piel caída y la cabeza esqueletizada, a la vez que parece sostener un cráneo; asimismo, lleva un collar de cascabeles y, trenzadas en sus cabellos, unas cuencas oculares (Rivard, 1965), a las cuales me referiré más adelante.

El animal con el que se le relaciona es el búho (Arnold, 1983: 130), representado, igualmente, de manera estilizada, aunque también podemos observarlo acompañado de un perro; ambos animales están asociados a su vez con premoniciones, malos augurios, enfermedades y muerte. Además, los mayas creían que en cada extremo de la Tierra anidaba un animal de colores (Gallenkamp, 1981: 131) correlacionado con el color del punto cardinal que le correspondía; es decir que tanto animales como colores estaban asociados en la cosmogonía y la religión mayas.

Así, los elementos y espacios cósmicos fueron simbolizados por animales que remitían a alguna relación con ellos, asociando, por ejemplo, el interior de la tierra con el perro, el murciélago, las aves rapaces y nocturnas (Arnold, op. cit. : 124). Gracias a esta observación y conceptualización del entorno natural, los complejos fenómenos postmortales representados con exactitud en Ah P’uuch, relacionados con la desintegración del cuerpo humano, remiten a su vinculación con animales carroñeros o con otros que pudieran guiar al muerto en su paso por el inframundo.

En ciertos dibujos se observa a este patrón del número 10 danzar un baile frenético en el cual destaca la prominencia de su vientre o barriga; en otros, parece asistir a rituales diversos, fumar o extasiarse, tal vez tratando de demostrar que la muerte no es el fin, sino una fase previa a la resurrección o renacimiento, como lo deja claro el Popol Vuh : hay que morir y atravesar el inframundo 4 para resucitar (León, 2007: 206).

Al ser representado como un esqueleto resaltan el cráneo y sus maxilares parcialmente desdentados; asimismo, los huesos de sus costillas y las apófisis o salientes óseas de las vértebras que conforman su columna. En otras representaciones, si su cuerpo está cubierto de piel, ésta se ve hinchada y acompañada de círculos oscuros, anunciando su cercana descomposición, como si estuviera a punto de reventar por la putrefacción.

Conviene recordar, para las diversas representaciones de Ah P’uuch, la relación entre los colores amarillo y negro que los mayas asociaban simbólicamente a cada punto cardinal, según describe Miguel Rivera Dorado basándose en la hipótesis de Victor W.

Turner, ya que el negro o ek, 5 vinculado al occidente ” es el color de los excrementos, indica disolución del cuerpo, muerte, transición de un status social a otro (contemplada como muerte mística); es también el color de las nubes cargadas de lluvia, por tanto, puede indicar fertilidad, y además implica oscuridad, sueño, anomia, marginalidad y desorden” (Rivera, 1986: 55).

Así por ejemplo, como se verá más adelante, varios signos cadavéricos se presentan en una coloración negruzca, debidos en parte a la oxidación de los elementos del tejido sanguíneo; signos que son representados en la iconografía del dios maya de la muerte.

En cuanto al color amarillo o kan (Canto, 1990: 135), asociado al sur, es un color adecuado para ” el lugar donde habitan los muertos, porque ése es el aspecto pálido que presentan los cadáveres ” (Rivera, ibid,: 54). Ah P’uuch es por lo general identificado en los códices por la coloración amarillenta de su piel, la cual es característica de los cadáveres que inician el proceso de descomposición en la fase cromática, que se describirá en este artículo.

Otra interpretación acerca de los colores que identifican al dios maya de la muerte pudiera darse a partir de que ” los cuerpos pintados eran práctica común entre ellos, con objeto de darles una apariencia de vida ” (Piña Chan, 2001: 7). Así, queda reafirmado que se trata de un cuerpo que sufre de apergaminamiento o que inicia su descomposición, a pesar de que ciertos colorantes se aplicaran sobre los muertos con la finalidad de aparentar que aún estaban vivos; es decir, no eran vistos como algo destinado a corromperse o a desaparecer (Ortega y Cervantes, 2010), sino a ser, de cierta manera, algo que merecía ser perpetuado, recordado.

De nueva cuenta, se infiere el carácter cíclico de la vida y de la muerte. Los mayas, como observadores acuciosos que eran de los fenómenos naturales que les rodeaban, también registraban eventos que, en cierta manera, evocaban a la muerte: sacrificios, guerras, catástrofes, suicidios, homicidios; observaciones que, tal vez, influyeran en la representación tan peculiar de esta y otras deidades relacionadas con la destrucción.

Por ejemplo, en el Popol Vuh podemos hallar simbolismos importantes que nos remiten a las enfermedades y a la muerte; así, Xib’alb’a, con sus ríos de sangre, es un ” lugar de sufrimiento y dolor. La sangre y el pus parecen aludir a las enfermedades y a las hemorragias provocadas por los señores de la muerte que allí residen es sangre que contiene gérmenes de muerte y de destrucción.

El paso a través de la sangre implica la superación del umbral entre la vida y la muerte ” (Craveri, ibid,: 42-43). El pus y la sangre son dos elementos líquidos que tienden a asociarse con la descomposición cadavérica en sus diferentes etapas, y ambos podemos observarlos representados en Ah P’uuch; mas también se relacionan con la vida misma y, en el caso de la pus, con los procesos infecciosos que todo ser vivo puede padecer; energías de vida y de muerte a pequeña escala, como los dioses que producen enfermedades y muerte (De la Garza, 1992: 19).

En este sentido, la muerte en el Popol Vuh es parte de un ciclo regenerador, 6 dador también de vida, pues ” los huesos molidos reproducen simbólicamente las semillas que regresan a la tierra para una nueva generación. Las osamentas son el meollo del cuerpo humano, que vuelve a germinar en el más allá para crear nueva vida ” (Craveri, op.

  • Cit,: 45).
  • Si tratamos de interpretar lo anterior desde la perspectiva de las ciencias biológicas forenses, una vez que la persona ha fallecido se inicia una serie de cambios que desembocarán finalmente en la reducción esquelética y pulverización al cabo de algunos años, gracias a la acción de diversos microorganismos e insectos, entre otros factores.7 Aun muertos generamos vida para otros organismos, y es interesante que también la iconografía de Ah P’uuch exponga, con colores y hasta con cierta exactitud anatómica, esta cíclica dualidad vida-muerte, mostrando que para los mayas la concepción, el nacimiento y la subsistencia dependen de la muerte misma.8 El nacimiento y la muerte, en efecto, no eran concebidos como principio y fin de algo, sino como una continuidad, etapas de un ciclo (Blanck-Cereijido y Cereijido, 1997: 109) en el que, en el caso de la muerte física, era posible observar los diversos cambios que sufría la materia orgánica del individuo fallecido.

Por ejemplo, generalmente se acepta una secuencia transformadora en los organismos después de la muerte: putrefacción, descomposición, desarticulación, esqueletización y desintegración, o bien momificación y fosilización (Pijoan y Lizarraga, 2004: 15), secuencia que, muy probablemente, fue la observada por los mayas antiguos, derivando de ahí los diversos tratamientos dados al cadáver.

Incluso tales tratamientos entre las culturas mesoamericanas —inhumación, cremación o exposición 9 — fueron, por decir así, laboratorios perfectos para registrar cada fase de la descomposición cadavérica bajo ambientes distintos y reproducirlas, para el caso que nos ocupa, en las manifestaciones artísticas del dios maya de la muerte, hasta el punto de identificarlas con cierta precisión.

CREENCIAS Y PRACTICAS RELIGIOSAS DE LOS MAYAS

Al pensar en la muerte nos viene a la mente la imagen de un esqueleto, pero para llegar a ello todo cadáver pasa antes por ciertas etapas o fases hasta quedar reducido a huesos, gracias a una diversidad de agentes. Cabe recalcar que, con estos datos, podemos establecer —mediante observación directa la mayoría de las veces— lo que en medicina forense se denomina cronotanatodiagnóstico (Grandini, 2009: 14; Teke, 2001: 193; Alva y Núñez, 1997: 17) o tanatocronodiagnóstico (Jiménez, 2011: 48), esto es, la estimación del tiempo aproximado en que se produjo el fallecimiento de un individuo.

Se describirán, a grandes rasgos, las transformaciones que sufre todo cadáver hasta quedar reducido a esqueleto —algunos de estos fenómenos transformadores podemos identificarlos en ciertas imágenes de Ah P’uuch. Se considera muerta a una persona cuando se extinguen las funciones vitales correspondientes a la actividad de los sistemas nervioso, cardiovascular y respiratorio (Teke, op.

cit. : 186): hay inmovilidad, flacidez, inconciencia, ausencia de frecuencias cardiaca y respiratoria y no se presenta reacción ante estímulos del medio (Vargas, 2009: 16), tras lo cual se inicia una serie de fenómenos destructores —o conservadores, en algunos casos— del cadáver.

La putrefacción, por su parte, es la descomposición de la materia orgánica que conforma al cuerpo humano, producida por los efectos de gérmenes aeróbicos al inicio y anaeróbicos más tarde (Muñoz, 2000: 94), con la consecuente producción de gases pútridos (Trujillo y Trujillo, 2002: 36; Tello, 1999: 21), y se presenta después de la rigidez cadavérica.

Debido a la diversidad de criterios al clasificar dichos fenómenos, para este artículo se agruparán en tres tipos: físicos, químicos y microbianos (Grandini, op. cit.) o biológicos, según los cambios que sufre un cuerpo de manera pasiva ante las influencias ambientales (Hernández, 2014: 65).

Fenómenos cadavéricos físicos El primero de ellos, el enfriamiento o algor mortis (Kvitko, 2006: 87; Tello, op. cit. : 18), inicia al momento mismo de la muerte del individuo, al cesar la función vital de producir calor, lo que provoca una deshidratación gradual del cadáver. Puede extenderse hasta las seis horas posteriores (Hernández, op.

cit. : 66). En promedio, la temperatura corporal desciende un grado Celsius por hora en las primeras 12 horas, y las siguientes 12, hasta ajustar las 24, desciende más o menos medio grado Celsius (Grandini, id.). Sin embargo, estos valores aproximados de temperatura se sujetan a agentes que denominamos acelerantes, conservadores o retardantes, según lo que logren favorecer en el cadáver.

  • Bajo condiciones normales o promedio, éste tiende a igualar la temperatura ambiente después de las 24 horas (Teke, op. cit.).
  • El apergaminamiento es la apariencia amarilla, espesa y seca de la piel (Kvitko, op. cit.
  • 88), similar, como su nombre lo indica, a la que muestra un pergamino, con ligeras arborizaciones vasculares color rojo violáceo en las zonas corporales donde la piel es más fina.

Muy probablemente este fenómeno pueda observarse en las múltiples representaciones del dios maya de la muerte, puesto que el color amarillo predominante concuerda con la descripción y apariencia de una piel que sufre de este fenómeno. Las manchas hipostáticas, livideces cadavéricas o livor mortis (Tello, op.

  1. Cit. : 19), de coloración violácea o rojo vino (Aso, Corrons y Cobo, 1998: 25) que aparecen en las partes declives del cuerpo al acumularse pasivamente la sangre en ellas por la acción de la gravedad (Vargas, op.
  2. Cit.: 17) nos indicarán la posición que tenía un individuo al fallecer.
  3. Aparecen entre los 40 minutos y las cuatro primeras horas postmortales, fijándose progresivamente en el cadáver después de transcurridas 24 horas.

La deshidratación se presenta debido a que el agua corporal que existe en los tejidos se evapora al perder calor, y se observa a partir de la octava hora post mortem (Grandini, op. cit. : 15). Esta característica la encontramos representada en Ah P’uuch si observamos detenidamente sus manos y pies, puesto que dicho proceso, al afectar piel y mucosas, provoca una retracción de éstas dando la apariencia de que al cadáver le continúan creciendo las uñas y el cabello.

  • En el ojo, la tela glerosa corneal (Grandini, op. cit.
  • 16) y la transparencia corneal (Aso, Corrons y Cobo, op.
  • Cit.) aparecen en promedio durante las primeras 12 horas postmortales, al opacificarse la córnea por deshidratación, provocando que el ojo esté vidrioso y pierda su brillo (Kvitko, op. cit.).

La mancha negra esclerótica u ocular se presenta alrededor de 10 a 12 horas después de la muerte (Grandini, op. cit.; Kvitko, op. cit. : 90), y es más notoria si los párpados se encontraban abiertos, ya que la esclerótica se transparenta y deja ver la coroides (Aso, Corrons y Cobo, op.

  1. Cit.), membrana pigmentada altamente irrigada por vasos sanguíneos.
  2. Es posible identificar la opacidad corneal en algunas representaciones de Ah P’uuch, si bien en otras pareciera observarse el fenómeno contrario: la extrusión del globo ocular gracias a los gases producidos por grupos específicos de bacterias.
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La desepitelización o desprendimiento de las mucosas, según sea el tipo de tejido afectado, se presenta en promedio a las 72 horas post mortem (Grandini, op. cit.), apreciándose, literalmente, un desprendimiento en trozos de la epidermis del cadáver, la cual queda expuesta al reventarse las bulas o flictenas.

  • En las extremidades inferiores de Ah P’uuch es muy posible que se encuentren representadas flictenas que dan paso a la desepitelización, como si fuera un odre al cual se le revientan las costuras.
  • Otro fenómeno, la momificación —si es que se da—, es debido a la ausencia de putrefacción bacteriana; aparece a partir del sexto mes del fallecimiento y se inicia en partes externas o expuestas donde hay poca agua y grasa corporales: orejas, nariz, dedos, pómulos, etcétera.

La piel se seca, literalmente, de manera progresiva, y se adhiere al hueso. Es entonces cuando podemos ver un cadáver de color entre cenizo y oscuro ( figura 2 ). Climas cálidos y secos favorecen esta condición (Tello, op. cit. : 21). Una forma incompleta de momificación —aunque para algunos autores 10 es la forma terminal de la adipocira, la cual se describirá más adelante— es la corificación, en la cual la piel del cadáver da la apariencia de estar curtida ( figura 3 ). Fenómenos cadavéricos químicos Rigidez cadavérica o rigor mortis, Este fenómeno se presenta entre los primeros 30 (Trujillo y Trujillo, op. cit. : 35) y 180 minutos post mortem (Grandini, op. cit. : 17) como parte de un proceso gradual de bloqueo que dificulta la movilización de las articulaciones (Aso, Corrons y Cobo, op.

Cit. : 31). El cadáver alcanza su máxima rigidez en promedio a partir de las 12 horas postmortales. Aproximadamente a las 24 horas el cuerpo se torna de nueva cuenta flácido, pudiendo enmascarar los fenómenos de la putrefacción (Hernández, op. cit., 68). Dado que la articulación temporomandibular es la primera en presentar ésta (Grandini, op.

cit.; Kvitko, op. cit.: 99; Aso, Corrons y Cobo, op. cit.), es común ver que la relajación del músculo masetero provoque el descenso de la mandíbula en el cadáver; de ahí la costumbre de fijar con vendas, trapos u otras telas el maxilar inferior —recordemos la imagen de Ah P’uuch con la mandíbula descendida—.

Una descripción interesante al respecto nos la brinda Piña Chan al observar que en algunos entierros primarios en la isla de Jaina, Campeche, “ara que el cuerpo pudiera conservar dicha postura 11 al llegar la rigidez cadavérica, era necesario que éstos fueran amortajados en dicha posición ” (Piña, op.

cit.). Justo después del rigor mortis se inicia propiamente la descomposición al presentarse la autólisis, destrucción de tejidos u órganos por fermentación celular sin la ayuda de bacterias (Hernández, op. cit. : 68-69; Grandini, op. cit. ; Kvitko, op. cit.

: 129-130). Ésta no es igual para todo el cuerpo: cabello, huesos y dientes son más resistentes a ella. La adipocira o saponificación se presenta en un medio húmedo y hermético o con relativa ausencia de aire, lo que provoca que las grasas subcutáneas corporales se conviertan, literalmente, en jabón. Sucede entre los tres y los cinco o seis meses post mortem (Rivas, 2004: 78; Teke, op.

cit. : 192). En esta transformación son características la coloración blanco-amarillenta, con apariencia de yeso (Alva y Núñez, op. cit. : 22), y el olor rancio del cadáver. Fenómenos cadavéricos biológicos (microbianos) Las bacterias propias de la flora microbiana que habitan normalmente en cada individuo hacen que éste, al momento de morir, empiece a descomponerse en forma paulatina.

  • Los agentes microbianos que la inician son principalmente aerobios, que agotarán el poco oxígeno existente en el cadáver.
  • Una vez allanado el camino, los gérmenes anaerobios harán lo suyo, hasta producir gases que, al expandirse, buscarán por dónde salir.
  • Esto recuerda una vez más otras representaciones de Ah P’uuch: vientre abultado —producto de la expansión de los gases formados por las bacterias—, puntos negros en extremidades —que pudieran ser, tal vez, bulas o flictenas— y emanación de aromas fétidos en ciertos orificios —nariz o ano— debido también a los gases.

Algo que resalta en algunas representaciones son las uñas de sus pies crecidas (que, sabemos, corresponden a la deshidratación de la piel que, al retraerse, da la apariencia de que la uña crece), con lo cual tenemos el retrato completo de un cuerpo en franca descomposición ( figura 4 ). Esta putrefacción se divide, a su vez, en cuatro fases, algunas de las cuales observamos en la iconografía de Ah P’uuch: a) Fase cromática: en pocas palabras, cuando el cadáver cambia de color debido, en parte, a la ausencia de sangre en los capilares superficiales, lo que ocasiona la coloración ceniza de algunos cuerpos (que también puede observarse en las representaciones del dios maya de la muerte).

  1. Esta fase inicia con la aparición de la mancha verde abdominal entre las 24 y 36 horas posmortales (Aso, Corrons y Cobo, op. cit.
  2. 34; Grandini, op. cit.
  3. 18; Kvitko, op. cit.
  4. 131), debido a que la sangre empieza a descomponerse.
  5. Tal cambio de color también afectará e influirá en la formación de la llamada red venosa póstuma, pues las venas se observan bajo la piel gracias a los gases que las distienden en todo su trayecto entre las 24 y 48 horas postmortales (Vargas, op.

cit. : 19; Grandini, op. cit. ; Rivas, op. cit. : 73; Teke, op. cit. : 191). ¿Pudieron los artistas mayas haber representado la red venosa póstuma en las extremidades inferiores de Ah P’uuch? b) Fase enfisematosa. En ella los tejidos corporales se expanden por la acción de gases producidos por las mismas bacterias.

Se caracteriza por la apariencia del cadáver a punto de reventar. La distensión abdominal es provocada por la gran cantidad de bacterias que habitualmente están presentes en el intestino y que, al producir gases, inflan el abdomen hasta que encuentran una salida, entre las 24 y 48 horas posteriores a la muerte (Grandini, op.

cit.), e incluso semanas después (Trujillo y Trujillo, op. cit. : 37). Al rededor de las 36 horas posteriores a la muerte, hacen su aparición las bulas o flictenas, elevaciones de la piel en forma de ampollas que se forman gracias a la presión de líquidos trasudados repletos de bacterias (Grandini, op.

  1. Cit. : 20).
  2. El desprendimiento dermoepidérmico, que se da al reventarse las flictenas, aparece entre las 36 y 72 horas post mortem (Grandini, op.
  3. Cit.), pudiendo prolongarse por algunos días (Hernández, op. cit.
  4. 71), con lo cual el cabello, la piel y las uñas se caen fácilmente.
  5. Todo lo referente a esta fase enfisematosa lo observamos con claridad en las representaciones de Ah P’uuch,

c) Fase colicuativa o coalicuativa, que es cuando los tejidos blandos adoptan una apariencia de caramelo (Vargas, op. cit. : 21), pastosa, hundida como si hubieran sido licuados para perder la morfología anatómica reconocible. Puede tener una duración de 8 a 12 meses (Kvitko, op.

  • Cit. : 138).
  • D) La última fase, de esqueletización o reducción esquelética ( figura 5 ), se presenta entre los 6 meses a 5 años (Hernández, op.
  • Cit.; Jiménez, op.
  • Cit.: 63; Kvitko, op. cit.
  • 139; Trujillo y Trujillo, op.
  • Cit.), dependiendo del cuerpo en sí y las características del suelo circundante (Brito, 1999: 46; Kvitko, op.

cit.), entre otros factores. Como hemos visto, en los dibujos con los cuales identificamos a Ah P’uuch encontramos representadas características de esta etapa, que es con la cual prácticamente es reconocible este dios maya. Una teoría que parece conveniente mencionar es la de Jean-Jacques Rivard, quien sugirió que las imágenes de cascabeles en el dios maya Ah P’uuch no son más que ojos, globos oculares estilizados, que en otras figuras toman la apariencia de las cavidades oculares en un cráneo, al ser éstas una adecuada representación del ojo de la muerte —es decir, el espacio que ocupaba el ojo vivo—. Morley lo notó en 1908, pero dejó de asociar el ojo con estos signos o símbolos (Rivard, op. cit. : 87). Reforzando en cierta manera lo anterior, la representación del dios azteca de la muerte, Mictlantecuhtli, guarda cierta similitud con la característica mencionada por Rivard respecto del tocado con ojos, ya que el cabello del dios está ” decorado con ojos estelares, puesto que habita en la región de la oscuridad completa” (Caso, 2012: 76). Asimismo, como describe Del Moral (2000: 40), en el tocado del dios Mictlantecuhtli de la lámina 15 del Códice Borgia, los elementos circulares pueden corresponder a la forma exacta del ojo de la calavera del dios. Para fines de este artículo, lo descrito por Rivard resulta atinado desde la perspectiva médico-forense, ya que, como él refiriera, en el Códice Tro-Cortesiano (páginas 86 y 87) hay imagenes de pájaros sacándole los ojos a los prisioneros o cautivos muertos. Al arrancar los ojos de esta manera, el globo ocular sufre una deformación tal que pareciera que se estira o achata. ¿Podríamos quedarnos con esta idea? En el tocado del dios Kisín observamos muy probablemente unos globos oculares extruidos, aunque bien podría tratarse de una representación igualmente estilizada de ojos salientes de sus cavidades gracias a la acción de los gases en la fase enfisematosa ya analizada, reafirmando así la putrefacción del cuerpo fallecido. A manera de conclusión. Si bien la representación de Ah P’uuch evoca en forma metafórica a la muerte, también alude claramente a la destrucción física de todo cuerpo al fallecer. Es notable la exactitud al destacar en una imagen los fenómenos cadavéricos y las fases de la descomposición. A la vez, la posición fetal o sedente con las piernas flexionadas, con la cual por lo general se presenta a Ah P’uuch, evoca lo cíclico que resultan la vida y la muerte: aguardamos nueve meses en el vientre materno en una cómoda posición fetal —lo que recuerda algunos entierros mayas, por ejemplo, los de Jaina, Campeche, en los que colocaban al cadáver en cuclillas o doblado sobre sí mismo (Alvarado, 1999: 67)—, durante los cuales un grupo de células madura hasta formar un ser humano, y también mueren grupos diversos de células para dar paso a otras más resistentes y funcionales; analogía de vida y de muerte. Son nueve los estratos del inframundo maya que el alma debe recorrer para, de alguna manera, renacer, encarnando la posibilidad de regreso y renovación. Xib’alb’a, más que el lugar de los muertos, es el sitio de la muerte y del renacimiento. Simbólicamente, las nueve fases se asocian con grados de conocimiento e iniciación a la vida cósmica. ¿Será factible pensar que las analogías descritas se representen en Ah P’uuch a manera de invitación para reflexionar sobre la vida y la muerte? BIBLIOGRAFÍA Alva Rodríguez, Mario y Aurelio Núñez Salas 1997 Atlas de Medicina Forense, México: Trillas. Alvarado Martínez, Israel 1999 El cadáver. Evolución histórica y tratamiento por la sociedad y el Derecho, México: Editorial Porrúa. Arnold, Paul 1983 El libro maya de los muertos, traducción de O. Espinosa. México: Editorial Diana. Aso Escario, José, Jordina Corrons Perramon y Juan Antonio Cobo Plana 1998 El intervalo postmortal. Interés médico, policial, legal y forense. España: Masson. Baudez, Claude-François 2007 “Los dioses mayas: una aparición tardía”, Arqueología Mexicana, XV (88): 32-41. México: Editorial Raíces. Bingham, Ann 2010 South and Mesoamerican Mythology A to Z, 2 a ed. revisada por J. Roberts. 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Este color también le correspondía al bacab que ocupaba dicho punto cardinal (Canto 1990: 135).6 Tal analogía es posible observarla en ciertos rituales agrícolas mayas, los cuales rigen la vida maya —incluso en la actualidad— desde el nacimiento hasta la muerte y después de ésta (Tuz, 2009: 17).7 De lo cual se encarga, aunque a nivel de antropología física y arqueología, la tafonomía como rama de la investigación paleontológica que estudia los procesos de putrefacción y esqueletización cadavérica (Tiesler, 2006: 20), si bien la tafonomía aplicada al ámbito forense es relativamente reciente (Lara, 2009: 26).8 Según interpreta Eduardo Matos, citado por Blanck-Cereijido y Cereijido (1997: 108-109): “La concepción de los antiguos mesoamericanos se deriva del hecho de que la subsistencia depende de la muerte misma ; el momento en que nace el niño ocurre cuando la menstruación se ha detenido en nueve ocasiones, con la costumbre de colocar el cuerpo muerto en la misma posición que se encontraba en el vientre materno y en el mismo ambiente de humedad”. Lo anterior demuestra el carácter cíclico de la vida y la muerte, incluso comparando la posición que guarda el feto en el vientre materno y la costumbre de colocar a algunos cadáveres en dicha posición (fetal), sea directamente sobre la tierra o dentro de vasijas.9 De acuerdo con Louis-Vincent, citado por Iglesias, 2005: 210.10 Vargas, op. cit. : 23; Jiménez, op. cit. : 64.11 Del feto en el útero. Información sobre la autora Lizbeth de las Mercedes Rodríguez, Mexicana. Odontóloga por la Universidad Autónoma de Campeche, donde se posgraduó en Criminalística, a más de obtener un posgrado en Estomatología Legal por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Actualmente coordina los Servicios Médicos de la Procuraduría General de la República, Delegación Campeche, e investiga sobre sistemas de identificación en criminalística, el marco legal del uso de plantas con fines medicinales en Odontología y la Historia de las ciencias forenses en Campeche. Entre sus últimas publicaciones se encuentran “De enfermedades y remedios: la transmisión oral del uso doméstico de plantas con fines medicinales en Campeche, México”, “La ficha de identificación estomatológica para internos: un asunto aún pendiente en México”, “Importancia de la criminalística en las labores de Protección Civil en México” y “La huella de mordedura humana como manifestación de violencia: una aproximación criminológica”.
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¿Quién creó la vida según los mayas?

La creación según los mayas – En la mitología maya, Tepeu y Kukulkán ( Quetzalcóatl para los aztecas ) son referidos como los creadores, los fabricantes, y los antepasados. Eran dos de los primeros seres a existir y se dice que fueron tan sabios como antiguos.

  1. Huracán, o el ‘corazón del cielo’, también existió y se le da menos personificación.
  2. Él actúa como una tormenta, de la cual él es el dios.
  3. Tepeu y Kukulkán llevaron a cabo una conferencia en la cual decidieron que, para preservar su herencia, debían crear una raza de seres que pudieran adorarlos.
  4. Es así que Huracán realiza el proceso de creación mientras que Tepeu y Kukulkán dirigen el proceso.
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La Tierra es creada junto con los animales. El hombre es creado primero de fango pero este se deshace ante el efecto de la lluvia. Convocan, entonces, a otros dioses y crean al hombre a partir de la madera, pero este no posee alma ni tampoco memoria. Por ende, aunque podían reproducirse y hablar, son eliminados.

  • Se dice que de esta raza descienden los simios.
  • Finalmente, es a partir del maíz que crean al hombre.
  • Mezclan maíz amarillo y madera para construir la piel de los humanos y con maíz rojo hacen la sangre.
  • Estos seres eran perfectos, pero se asemejaban tanto a los dioses que estos se sintieron amenazados y decidieron enviarles niebla para contrarrestar su grandeza.

Allí termina el proceso de creación de los humanos.
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¿Cuáles eran los sacrificios humanos de los mayas?

La ideología del sacrificio entre los mayas David Stuart El sacrificio humano fue parte importante de los rituales
 y la ideología mayas. El ejemplo más frecuente en el arte y las inscripciones de esa cultura es el sacrificio ritual por decapitación, descrito como acto de “creación”.

El sacrificio de prisioneros recreaba el complejo de mitos que permitía el establecimiento de un orden cósmico y fue clave en la ideología de los señoríos mayas. Sorprende saber que los sacrificios humanos fueron parte importante de la antigua religión y rituales mayas, pues al pensar en tan sangrientas ceremonias lo primero que nos viene a la mente son los aztecas o mexicas.

Los primeros investigadores se esforzaron en recalcar esta diferencia cultural esencial entre los “pacíficos” mayas de las Tierras Bajas y las “brutales” civilizaciones del Centro de México, para lo cual incluso llegaron a decir que el sacrificio humano fue raro entre los mayas y que tuvo poca importancia.

Hoy en día conocemos más profundamente la cultura del Clásico maya y, con el paso del tiempo, hemos encontrado más y mayores paralelos entre la religión azteca y la maya. Aquí pretendo demostrar que los más recientes estudios sobre la cultura maya del Clásico han abierto nuevas perspectivas a las interpretaciones sobre el significado y los motivos que hay detrás del ritual del sacrificio humano.

Métodos de sacrificio La extracción del corazón, tan común entre los aztecas, aparece en pocos casos del arte maya. Los más famosos se encuentran en escenas de ascensión al trono de reyes de Piedras Negras, Guatemala. En la Estela 11 de este sitio se ve en la cavidad pectoral de un sacrificado un bulto de plumas o tal vez el adorno del cuchillo ceremonial utilizado en el ritual.

  1. Los sacrificados casi siempre parecen niños; la extracción de corazones de niños se ve también en varias escenas mitológicas en cerámica pintada.
  2. En algunas ocasiones, como en el caso de Piedras Negras, el niño muerto era colocado en una gran vasija de ofrenda, con los instrumentos rituales.
  3. Las imágenes aparecen solamente en escenas relacionadas con ascensiones al trono o inicios de calendarios rituales de los nuevos reyes, lo cual indica que el sacrificio de niños se realizaba en circunstancias bien definidas.

El sacrificio de niños -encarnación de la pureza y la vida- también se dio en el Posclásico, en Yucatán, y en los primeros años de la Colonia. Otro método de sacrificio, reservado probablemente para los prisioneros de guerra, fue la extracción de las entrañas.

  • La imagen pintada sobre una vasija en que se ve un sacrificio ritual de un prisionero atado a un cadalso de madera y un grotesco personaje que lo ataca con una lanza, mientras los músicos tocan tambores y trompetas, es una de las escenas más terribles del arte maya.
  • Los murales de Bonampak muestran también terribles imágenes de tortura ritual donde los indefensos cautivos tienen los dedos sangrantes y al menos en uno de los cadáveres se ven heridas que indican muerte por tortura.

Se ve también la cabeza de una víctima que muestra cómo tortura y sacrificio podían ir juntos. Los dos métodos de sacrificio más comunes entre los mayas fueron la decapitación y el despeñamiento de víctimas, atadas, por las escaleras de los templos. Esta última forma se menciona explícitamente en un diccionario colonial maya yucateco con el término cucul eh (literalmente: “rodar escaleras abajo”), definido simplemente como: “otro sacrificio antiguo”.

  1. En las inscripciones del Clásico se hacía referencia a esto como yal, “arrojar” a un cautivo.
  2. Esta práctica se puede ver en varias esculturas del periodo Clásico de Yaxchilán, donde los prisioneros asumen la forma de grandes pelotas ceremoniales, en un contexto en e l que se recrea explícitamente la imaginería del juego ceremonial de pelota.

En la escena más grande y compleja se ve al gobernante Pájaro Jaguar IV, como jugador de pelota, ante unas escaleras por donde cae y “rebota” un prisionero llamado lk’ Chih, “Venado Negro”, señor de un reino llamado Lakamtuun (probablemente localizado frente al río Lacantún).

  1. Es poco probable que la escena ocurra realmente en una cancha; más bien, el lenguaje visual del juego de pelota se usa para representar el sacrificio de un prisionero de guerra.
  2. Hay un vínculo importante, y aún poco claro, entre el sacrificio y el juego de pelota; es recurrente en el arte y la arquitectura mayas, como por ejemplo en la escena de decapitación del juego de pelota más grande de Chichén Itzá.

Allí, el paralelo visual se da más bien entre la pelota y el cráneo, y no con el cuerpo entero, como sucede en Yaxchilán. Traducción: Elisa Ramírez David Stuart. Conferencista decano de antropología de la Universidad de Harvard y curador Bartlett de jeroglíficos mayas del Museo Peabody.
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¿Cuáles eran los sacrificios de los mayas?

Los antiguos mayas sacrificaban niños, y no niñas vírgenes By Reuters Staff MÉXICO DF (Reuters) – Las víctimas de los sacrificios humanos que practicaban los antiguos mayas en México y que arrojaban a los cenotes, como se conoce a los lagos en cavernas subterráneas, eran en su mayoría niños y hombres jóvenes y no doncellas vírgenes como se creía, según un reciente estudio.

Las víctimas de los sacrificios humanos que practicaban los antiguos mayas en México y que arrojaban a los cenotes, como se conoce a los lagos en cavernas subterráneas, eran en su mayoría niños y hombres jóvenes y no doncellas vírgenes como se creía, según un reciente estudio. En esta imagen de archivo, la pirámide de Kukulkán en las ruinas de la ciudad de Chichén Itzá en la península de Yucatán en México, el 22 de mayo de 2007.

Los arqueólogos que trabajan en el lugar están preocupados de que si Chichén Itzá fuera icnluida entre las 7 maravillas del mundo moderno, el aumento de visitantes pudiera dañar los edificios restaurados. Foto tomada el 22 de mayo de 2007. REUTERS/Víctor Ruiz

Los mayas construyeron enormes templos y elaborados palacios en las selvas del sur de México y Centroamérica antes de la conquista española a comienzos del siglo XVI.Los sacerdotes mayas de la ciudad de Chichén Itzá, en la península de Yucatán, sacrificaban niños para pedir a los dioses lluvia y campos fértiles, arrojándolos a los cenotes.El arqueólogo Guillermo De Anda, de la Universidad de Yucatán, ha estudiado los huesos de 127 cuerpos descubiertos en el fondo del cenote sagrado de Chichén – donde se produjeron la mayoría de estos sacrificios – y ha concluído que un 80 por ciento de ellos eran de niños de entre tres y 11 años.

“Se creía que los dioses preferían cosas pequeñas. Especialmente el dios de la lluvia era ayudado por cuatro personajes que representaban como personas muy pequeñitas”, dijo De Anda a Reuters. “Entonces se les proporcionaban niños para que ellos pudieran comunicarse directamente con Chaac (el dios de la lluvia)”, añadió.

Un 20 por ciento de los huesos analizados por el arqueólogo pertenecían a hombres adultos. De Anda explicó que los niños eran a menudo arrojados vivos al cenote como ofrenda a Chaac. Algunos eran despellejados y desmembrados antes de ser ofrecidos a los dioses. Hasta ahora, los arqueólogos creían que las víctimas de los sacrificios eran doncellas vírgenes porque los restos, fechados entre aproximadamente el año 850 después de Cristo y la conquista, eran adornados con joyería de jade.

Es difícil determinar el sexo de los esqueletos antes de que la persona haya alcanzado su completo crecimiento, dijo de Anda, pero agregó que las evidencias de la mitología maya también sugieren que las jóvenes víctimas eran de sexo masculino.*. Our Standards: : Los antiguos mayas sacrificaban niños, y no niñas vírgenes
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¿Dónde vivían los mayas?

Para otros usos de este término, véase Maya,

Cultura maya
Templo de Kukulkán en Chichén Itzá
Detalle del Dintel 26 de Yaxchilán
Información histórica
Periodo México prehispánico
Primeros registros c,  1800 a.C.
Decadencia 1546 (control sobre la mayor parte del territorio) 1697 (última ciudad en caer)
Información geográfica
Área cultural Mesoamérica
Sub área cultural Zona maya
Equivalencia actual México Guatemala Belice Honduras El Salvador
Información antropológica
Idioma Lenguas mayenses
Religión Religión maya
Calendario Calendario maya
Asentamientos importantes
  • Chichén Itzá
  • Yaxchilán
  • Bonampak
  • Calakmul
  • Palenque
  • Tenam Puente
  • Toniná
  • Becán
  • Uxmal
  • Cobá
  • Tulum
  • Comalcalco
  • Mayapán
  • Edzná
  • El Mirador
  • Tikal
  • Piedras Negras
  • Uaxactún
  • Zaculeu
  • Yaxhá
  • Dos Pilas
  • Naachtún
  • Caracol
  • Lamanai
  • Altún Ha
  • Xunantunich
  • Cerros
  • Copán
  • El Puente
  • Ciudad Blanca
  • Joya de Cerén
  • Casa Blanca
  • Tazumal

La cultura maya fue una civilización mesoamericana que se desarrolló en Guatemala, Belice, México (en los estados de Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco ) y la parte occidental de Honduras y El Salvador, abarcando más de 300 000 km².

​ Destacó a lo largo de más de dos milenios en numerosos aspectos socioculturales como su escritura, uno de los pocos sistemas de escritura plenamente desarrollados del continente americano precolombino, su arte, la arquitectura, su mitología y sus notables sistemas de numeración, así como en astronomía y matemáticas.

Durante el periodo formativo, antes de 2000 a.C., se inició el desarrollo de la agricultura y la población se hizo sedentaria estableciéndose en las primeras aldeas. Posteriormente se construyó la primera ciudad maya en el actual estado de Tabasco que recibió el nombre de Aguada Fénix, la cual se ha convertido en la ciudad más antigua y grande descubierta, ya que los estudios de radiocarbono indican que esta ciudad maya fue construida en el año 1000 a.C., colocándola antes de Ceibal y Cuello; en el período Preclásico (c.2000 a.C.

  • Hasta 250 d.C.) se desarrollaron las primeras sociedades complejas y se cultivaron los alimentos básicos de la dieta maya : el maíz, el frijol, la calabaza y el chile,
  • Alrededor de 500 a.C.
  • Estas ciudades poseían una arquitectura monumental, incluyendo grandes templos con fachadas de estuco,
  • La escritura glífica se utilizó desde el siglo iii a.C.

En el preclásico tardío se desarrollaron grandes ciudades en la Cuenca del Petén, y Kaminaljuyú alcanzó prominencia en el altiplano guatemalteco. Desde alrededor de 250 d.C., el período clásico se define en gran medida por el levantamiento de monumentos esculpidos empleando las fechas de Cuenta Larga,

  1. En este período se desarrolló un gran número de ciudades-Estado vinculadas entre sí por una compleja red de comercio.
  2. En las tierras bajas mayas surgieron dos grandes poderes rivales, Tikal y Calakmul,
  3. Se vio también la intervención extranjera en la política dinástica maya de la ciudad de Teotihuacán del centro de México.

En el siglo ix, se produjo un colapso político general en la región central maya, que originó guerras internas, el abandono de las ciudades, y un desplazamiento poblacional hacia el norte. Durante el período Posclásico surgió Chichén Itzá en el norte, y se produjo la expansión del reino quiché en el altiplano de Guatemala.

  • En el siglo xvi el Imperio español conquistó la región mesoamericana, y tras una larga serie de campañas militares la última ciudad maya cayó en 1697,
  • El poder político durante el periodo clásico se centró en el concepto del «rey divino», que actuaba como mediador entre los mortales y el ámbito sobrenatural.

La monarquía era usualmente hereditaria y patrilineal y el poder pasaba al hijo mayor, aunque en más de un caso mujeres ostentaron el poder como regentes de sus hijos menores de edad o por derecho propio. La política maya estaba dominada por un sistema de patrocinio, aunque la exacta composición política de un reino variaba de una ciudad-Estado a otra.

Generalmente cada aldea tenía un líder tribal, que respondía a un señor regional (Ajaw) supereditado por un señor divino (Kuhul Ajaw) y en algunos casos como el de Tikal, había un gobernante superior (rey de reyes) denominado Kalomté. Hacia el Clásico Tardío, la aristocracia había aumentado considerablemente y se había reducido el poder exclusivo del rey divino.

La civilización maya desarrolló formas de arte sofisticadas utilizando tanto materiales perecederos como durables, incluyendo: madera, jade, obsidiana, cerámica, monumentos de piedra tallada, estucos y murales finamente pintados. En las ciudades mayas el centro de la ciudad era ocupado por complejos ceremoniales y administrativos, rodeado por una irregular expansión de barrios residenciales.

  • A menudo las diferentes partes de una ciudad eran conectadas por calzadas,
  • La arquitectura principal de la ciudad se componía de: palacios, templos piramidales, juegos de pelota ceremoniales y estructuras alineadas para la observación astronómica.
  • La élite maya sabía leer y escribir y desarrolló un complejo sistema de escritura glífica, una de las más avanzadas en América precolombina.

Los mayas grabaron su historia y conocimiento ritual en libros en forma de biombo, de los que solo permanecieron tres ejemplares con incuestionable autenticidad, el resto fue destruido por los conquistadores españoles. También existe un gran número de ejemplos de inscripciones mayas en las estelas y la cerámica.
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¿Cómo era la vida familiar de los mayas?

bajo el auspicio del ILV, A.C.

La familia lingüística maya consiste de cinco sub-familias e incluye muchas lenguas que se hablan en México, Guatemala y Belice. En México, las lenguas mayas se hablan en siete estados de la república: Chiapas, Tabasco, Yucatán, Quintana Roo, Campeche, San Luis Potosí y Veracruz.

En Chiapas, todas las lenguas originarias son mayas con la excepción de zoque, En Guatemala, las lenguas mayas también predominan. La familia maya no tiene relación obvia con ninguna otra lengua en México. Los mapas siguientes muestran la distribución aproximada de estas lenguas, tomando en cuenta algunas migraciones recientes.

Las cinco subfamilias de la familia maya son:

Sub-familia ch’ol-tsotsil Sub-familia huasteca Sub-familia yucateca Sub-familia chujeana-kanjobal Sub-familia quicheana-mameana

Hay muchas ruinas de la antigua civilización maya en los estados de Chiapas y Yucatán, y también en Guatemala. Estos sitios arqueológicos y los artefactos descubiertos en ellos muestran un sentido estético muy avanzado: en escultura de piedra, cerámica, piezas fundidas de metales preciosos, mosaicos, y la talla de cristal y jade—todos producidos sin herramientas metálicas.

Los sitios también muestran conceptos científicos avanzados. Los mayas ya habían inventado el símbolo abstracto del cero para simplificar las matemáticas mucho tiempo antes de que se usara en Europa, y el calendario maya fue más antiguo y eficiente que el calendario juliano que usaban los españoles que conquistaron México.

Durante los años cincuenta, se podía distinguir el origen de la gente por la ropa característica de los hombres y las mujeres. Actualmente, muchos compran su ropa en tiendas, sobre todo los hombres. Las mujeres en regiones altas prefieren la ropa tradicional con sus faldas largas hechas de lana de sus propias ovejas.

  • Algunos de sus rebozos también eran hechos de lana, los cuales les daban a ellas y a sus bebés mucha más protección en los días fríos.
  • Los mayas cultivan maíz, frijoles y calabaza, que forman su dieta típica.
  • Algunos cultivan jardines pequeños cerca de sus casas donde siembran col, rábanos y otras verduras.

Ha sido necesario que mucha gente maya buscara tierra en otras áreas por que no tiene suficiente terreno para cultivar el maíz necesario para sus familias, ni tienen bastante tierra forestada de donde obtener leña. Especialmente los tseltales aumentaron su territorio durante la segunda mitad del siglo XX, migrando a la selva en el este de Chiapas.

  1. Muchas lenguas de esta familia suelen tener palabras largas y complejas, con muchos prefijos y sufijos,
  2. Por ejemplo, ‘el maestro’ en el tsotsil es li jchanubtasvaneje ; Your browser does not support the audio element.
  3. Esta frase contiene las siguiente piezas: li ‘el, la ‘, j ‘agente humano’, chan ‘aprender’, ub ‘llegar a ser’, tas ‘ causativo ‘, van ‘habitualmente’, ej ‘nominalizador’ y e ‘fin de frase’.

Así que, el sentido literal de esta palabra es ‘alguien que habitualmente hace aprender algo (a alguien)’. Un rasgo distintivo de las lenguas mayas es su uso de consonantes eyectivas. Éstas se forman al cerrar las cuerdas vocales durante una consonante como p, t, o c ( k ); la laringe se levanta, produciendo presión extra que resuelta en un taponazo después de la consonante cuando la presión es soltada por los labios o la lengua.
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¿Cómo y de que vivían los mayas?

Excelente agricultores y cazadores – La mayor parte de la población se componía por plebeyos, que trabajaban como agricultores y granjeros. Los mayas eran excelentes agricultores, desarrollaron complejos y productivos sistemas y técnicas agrícolas como la llamada milpa (quemaban y talaban todo el follaje dejando la tierra en óptimas condiciones para la primavera) o la de terrazas (construían grandes muros de piedra para nivelar los campos en zonas montañosas y mejorar los riegos).
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¿Cómo se dice hola en la cultura maya?

Hola (saludo general) – Ba’ax ka wa’alik? ¿ Cómo estás? – ¿Bix yanikech? Contestación a «¿ Cómo estás?» – Ma’alob.
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¿Por qué se caracterizan los mayas?

La civilización o cultura maya fue una de las principales civilizaciones que se desarrolló en la antigua Mesoamérica. Cultura muy destacada por sus elaborados sistemas de escritura, numéricos y por el uso del calendario, así como por su impresionante arte y arquitectura.
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¿Cómo describir geograficamente la región dónde se asentaron los mayas?

La ubicación geográfica del Imperio Maya es Mesoamérica, zona que abarca las costas del Pacífico hasta llegar a la península del Yucatán, territorio que cuenta con extensos bosques tropicales y que fue el lugar en el que esta civilización precolombina se asentó para desarrollar su sociedad y cultura.
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¿Cómo y de que vivían los mayas?

Excelente agricultores y cazadores – La mayor parte de la población se componía por plebeyos, que trabajaban como agricultores y granjeros. Los mayas eran excelentes agricultores, desarrollaron complejos y productivos sistemas y técnicas agrícolas como la llamada milpa (quemaban y talaban todo el follaje dejando la tierra en óptimas condiciones para la primavera) o la de terrazas (construían grandes muros de piedra para nivelar los campos en zonas montañosas y mejorar los riegos).
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