Que Significa Pudor Y Modestia En La Biblia?

Que Significa Pudor Y Modestia En La Biblia
Pudor en la Biblia En la Biblia, el pudor es asociado a la vergüenza de la desnudez, al recato de la exhibición de la propia figura, y a la modestia material.
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¿Qué es vestir con modestia?

La modestia se define como ‘una actitud de humildad y decencia en la forma de vestir, en tu arreglo personal y en el lenguaje y la conducta.
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¿Qué es el pudor de una mujer?

18 de marzo, 2019 – 00h01 El pudor proviene del latín pudoris, que significa vergüenza y hace referencia a la modestia, honestidad y vergüenza, intenta proteger la sexualidad e intimidad de una mujer, invita a que exista un misterio en su relación personal y en el amor.

Algunos autores asocian al pudor con timidez o recato, a nivel ético es considerado como una virtud moral que ha variado de épocas y sociedades. Aristóteles manifiesta que el pudor es considerado un sentimiento o exaltación de ánimo, inherente a cierto tipo de expresiones, cuando falta se hablaría de desvergüenza.

Atentar al pudor es considerado en algunas legislaciones como un delito contra las buenas costumbres, la decencia, honestidad y moral pública. En las sociedades cristianas expresa Timoteo: “Que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos; sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres que profesan la piedad” (II: 9-10).

  • La falta de pudor es un problema cultural.
  • Desde el siglo pasado, la moda occidental femenina ha sufrido cambios, aparecieron la minifalda, la moda unisex con los pantalón tipo vaquero, los mini-short, faldas largas y pantalones anchos, luego el terno de baño bikini en 1946, los topless como símbolo de liberación femenina.

Esta prenda comenzó a hacerse cada vez más pequeña llamada tanga que por delante cubre los genitales y cuya parte trasera va de una delgada cuerda hasta una tira de uno a dos centímetros, que se une a la cintura a través de un triángulo o de una T, dejando al descubierto ambos glúteos.

  1. Los diversos tipos de música y bailes modernos, son un fenómeno sociocultural que se vincula el cuerpo con la sexualidad, tales como el rock, la salsa, el reggaetón u otros.
  2. Estos fenómenos sociales, han hecho que desaparezca el pudor como algo peculiar y personal, poniendo a la exhibición como un juego de estímulos sexuales a nivel público, pero de fijación de imagen solamente como atracción física.

Un vestido o un baile erótico lo convierte en impúdico, cuando estos son vistos como valores sexuales, donde la mujer provoca una atracción física hacia el sexo opuesto, presentándola como objeto de placer que encubre su verdadero valor como persona.

  • La moda actual y los bailes eróticos han hecho perder la vergüenza y el pudor como ente sagrado de la moral.
  • Esta forma de violencia femenina somete a las mujeres a través de la publicidad, revistas, series de televisión, películas, videojuegos, videos musicales etcétera.
  • El pudor es la personalidad más íntima que tiene un ser humano, tiene que enseñarse en el seno familiar preservando la intimidad de la persona o familia sin intromisiones culturales o sociales.

Se deben rescatar estos valores morales modificando la moda, los bailes, la publicidad, pero esto dependerá de cada persona de querer cambiar lo indecente por lo decente, reconocer el sentido del pudor por encima del tipo de moda social vigente. “Viste vulgar y solo verán el vestido, viste elegante y verán a la mujer”.
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¿Qué diferencia hay entre pudor y modestia?

La modestia no es un adorno superficial, sino la defensora de la virtud del pudor (que es la piel del alma que envuelve el misterio de la vida física y espiritual) mediante la custodia de los sentidos.
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¿Qué es vestir con decoro?

Pudor o recato en la apariencia, el lenguaje o comportamiento de una persona.
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¿Que la mujer se vista con pudor y modestia?

Page 3 – Lea la Biblia, descubra Planes y busque a Dios todos los días. : 1 Timoteo 2:9-15 Asimismo, que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia, no con peinado ostentoso, no con oro, o perlas, o vestidos costosos; sino con buenas obras, como corresponde a las mujeres | La Biblia de las Américas (LBLA) | Descargue La Biblia App ahora
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¿Cuando pierdes el pudor?

EL SIGNIFICADO DEL PUDOR Lo primero que conviene decir es que hay varias maneras de enfocar este asunto. La primera está en Aristóteles y también en Tomás de Aquino. Se considera el pudor no exactamente como una virtud, sino como un sentimiento y una pasión del alma vinculado a cierto tipo de manifestaciones.

  • Cuando falta se habla de desvergüenza.
  • Así pues, desde este punto de vista, el pudor se confunde con el sentimiento de vergüenza.
  • Otra manera de afrontar el pudor es la que proponen los filósofos personalistas.
  • Esta nueva presentación del asunto sostiene que es característico de la persona ser pudorosa.

Si se fija la atención en la persona humana el pudor adquiere un nuevo significado que es un desarrollo de lo anterior. El pudor acompaña siempre a la persona y su desaparición comporta una disminución de la personalidad. El pudor es como la salvaguarda de la intimidad, la prueba de que la persona posee intimidad y no existencia meramente pública.

  1. Para otros el pudor es un prejuicio injustificado del que conviene librarse.
  2. Se destaca su carácter convencional, en dependencia con las diversas culturas, por lo que no se puede decir exactamente qué sea en sí mismo.
  3. Es claro que el pudor ofrece muchas variantes y que no tiene, por así decirlo, unas reglas fijas, pero también es claro que en todas las culturas el pudor aparece.

La clave del pudor está en que el hombre es un ser personal; se pierde el pudor por despersonalización o porque se debilita el sentido de ser persona. Es lo que ocurre en nuestra época, que es bastante crítica. En ella se ve una disgregación de la unidad biográfica y una segmentación de la acción.

  1. Por eso el hombre a veces no percibe su carácter personal, y ello va acompañado de un debilitamiento del sentido del pudor.
  2. El carácter personal del hombre explica el pudor; los animales no son pudorosos ni impúdicos; los animales no son personas, se comportan de manera instintiva.
  3. El ser humano, en cambio, es personal y en él aparece el pudor o la vergüenza.

Así se puede comprender cómo la desvergüenza obedece a una pérdida de la intimidad.

El sentimiento del pudor. “Vamos a describir la dimensión sentimental del pudor y la sensación que se experimenta cuando el pudor es atacado.”A medida que uno se va haciendo mayor, la verdad es que siente menos la vergüenza, o la siente en relación con unos pocos asuntos. En cambio, en la adolescencia aparece con intensidad. Por ejemplo, ante la propia torpeza de movimientos, lo que aumenta la misma torpeza, el adolescente se encuentra en una fase de crecimiento rápido de funciones distintas, y ello le desconcierta. Es la edad de los doce a los quince años -la llamada «edad del pavo»-. El adolescente se da cuenta de su «yo», y al mismo tiempo se siente «mirado», expuesto porque no sabe manejarse bien, por eso los adolescentes esconden las manos en los bolsillos, no saben qué hacer con ellas y, cuando son el centro de la atención, se ruborizan; la vergüenza tiene esa manifestación psico-fisiológica. Aristóteles dice que la vergüenza es el sentimiento que en el hombre se produce cuando cae en la cuenta de que con su razón no controla su expresión corpórea, sus movimientos, sus actividades. Entonces el hombre se siente inhábil, culpable, o incapaz y ese sentimiento de comportarse ante los demás con ausencia del control racional es negativo porque obrar de ese modo le deja a uno en mal lugar. La vergüenza es el sentimiento, en que se refleja la verificación de que uno no se ha sabido controlar racionalmente. Por eso la vergüenza se puede dar al dejarse llevar por un impulso, por ejemplo la ira. El que se ha airado, cuando después se da cuenta, siente vergüenza, pues se ha mostrado poco racional: ha dejado que la ira se despliegue de una manera animal, instintiva, no ha sabido controlarla, imponer sobre ella la razón. También la borrachera es motivo de vergüenza, porque el borracho pierde la razón. A veces la vergüenza está relacionada con el afán de éxito, o con la conciencia del propio valor. Por eso, aunque ya dije que con la edad la vergüenza parece disminuir, sin embargo hay viejos que se avergüenzan de serlo. El vanidoso tiene temor a fracasar, a fallar, a hacer el ridículo, a que no le hagan caso o no le aprecien. Algunas ceremonias sociales tienen que ver con el prestigio. Por ejemplo, lo que antes se llamaba «el vestirse de largo», la «presentación en sociedad». En general, son los ritos iniciativos, tan frecuentes en todas las antiguas culturas, cuyo sentido es bastante claro: garantizan que la persona es aceptada por los miembros maduros, por los más activos. La vergüenza tiene que ver con el peligro de no ser aceptado. Por lo tanto, la vergüenza se refiere a los demás. Su carácter social es patente. En esta línea puede desembocar en lo contrario del pudor. Decíamos que el vanidoso, cuando fracasa siente vergüenza, pero el motivo de la vanidad es superficial y por lo tanto está expuesto, precisamente, al fracaso a que no lo tomen serio. El vanidoso pretende que se le aprecie pero en su pretensión hay un factor irracional: al enfatizar un disvalor se suele provocar una reacción contraria, Por ejemplo la burla. Las jovencitas muchas veces son vanidosas, a veces más que los jovencitos. Basta observar con qué cuidado se arreglan y cuánto tiempo dedican a ello. Mejor sería que la vanidad femenina disminuyera un poco. No es necesario que exageren, que estén tan pendientes de sí mismas. Un feminismo coherente tendría que señalar este punto: conviene hacerse más racional. La vanidad es señal de desarreglo espiritual. Por eso, a través de la vanidad se puede llegar a la procacidad. La procacidad es la gana de valer cuando ese deseo se hace irracional. Es entonces el momento de la impudicia, es decir, en la magnificación de algún rasgo humano aislado que se considera atractivo. La incontinencia varonil se plasma históricamente en la figura de Don Juan. Dejando aparte otros matices, el Tenorio es el consumidor que se aburre y procura renovar el objeto de su deseo insaciado, sin advertir la crueldad que su inconstancia implica. La superficialidad sin freno comporta la extensión de la cosificación que afecta al mismo que con su mariposear la implanta. En el joven consumista de la sociedad occidental, los rasgos reaparecen; por ejemplo, en el que coloca su arrogancia en el uso de la motocicleta: hay gente que se cree » Superman» sentado en dicho artefacto. En España esto se describe con una frase mordaz: «es un idiota montado encima de un ruido». Vergüenza-Vanidad: existe relación entre las dos. La vanidad es una forma de falta de libertad, disculpable siempre que no se desborde hasta la total incontinencia, porque en ese caso al tratar de llamar la atención a costa de lo que sea, se cae en el exhibicionismo. De esta manera se consuma la pérdida de la racionalidad: todo el ser humano está como alienado, proyectado en aquello que se exhibe, y se transforma en un mero objeto para reclamar la atención. El éxito de esta peculiar cosificación del hombre es degradante por contagio: estropea las relaciones humanas, porque los que se sienten atraídos por el exhibicionismo se cosifican también. La sociedad de consumo acude con desmesura al anuncio. Es el régimen de la publicidad. Todo se publica porque todo se vende, es decir, porque todo se entiende desde la idea del tráfico, de lo intercambiable. Así se desencadena la exhibición de excelencias aparentes, reforzadas por asociaciones fáciles que sugieren otras satisfacciones. Se crea así un clima de exhibicionismo excitante, perverso por lo mismo que es falso. Este tipo de promesas se utilizan publicitariamente, provocando una mezcla de roles sociales sumamente desconcertantes, de perfiles desdibujados. La publicidad acude con bastante frecuencia a lo procaz porque está concentrada en reclamar la atención. Si no se le hace caso a la vanidad humana, el sujeto pretencioso se desploma. Piensen ustedes en la señorita que va a un baile. Está sentada en una silla y nadie la saca a bailar. Verdaderamente es una situación desairada, frustración de una pretensión legítima. Sin embargo, puede llegar un momento en que llamar la atención se transforme en una necesidad sin control y se emplee cualquier medio para lograrlo. Pero entonces lo más fácil es apelar a los malos instintos de la gente. Con esto la vanidad abre paso al escándalo público. Así de claro. Escandaliza provocando, por ejemplo, un deseo carnal, simplemente fisiológico. Al intentar forzar resultados pueden inventarse utopías, mundos imaginarios, como suelen ser los inacabables episodios de las telenovelas, hoy en moda. Las telenovelas son intrigas tontas que no tienen nada que ver con la realidad, un mundo fantástico en que los acontecimientos de la vida aparecen idealizados en ambientes y personajes estúpidamente brillantes. Más o menos esto es lo que se puede sacar de lo que dice Aristóteles acerca de la vergüenza y de la vanidad. El diagnóstico es que lo vergonzoso es no comportarse de acuerdo con la razón, aquellas situaciones que la razón no puede controlar. Aunque muchas veces, naturalmente, es disculpable. Por ejemplo, cuando le da a uno un ataque de risa, y no es del caso reírse. Reír es una manifestación de alegría. Pero es tonto reírse sin motivo. Ahora podemos tratar el otro aspecto del pudor: el pudor como salvaguarda de la intimidad.Hemos descrito el proceso por el que desde la vanidad se llega a ser procaz. La persona demasiado pendiente de la aprobación pública desconfía de su propia intimidad. El que vive exclusivamente desde el prestigio social llamando la atención y solo se siente alguien en sus roles desconfía de sí, es decir, no sabe lo que es la intimidad. Por lo tanto, el pudor señala un punto delicado: perderlo indica que algo nuestro se escapa del control racional, como dice Aristóteles, o bien del otorgamiento personal. El que está dispuesto precisamente a ofrecerse a cualquier evento, a exponerse ante cualquiera; el que no discrimina su expresividad o -dicho de otra manera- quien no discrimina ante quien está dispuesto a ponerse él mismo de manifiesto, a ése le falta centro personal. Se dispersa. En este sentido el incontinente transforma su propio ser en un escaparate. Es como si dijera: «aquí estoy para cualquier éxito. Me alquilo» por eso es justo decir que está arrojado a una existencia cosificada. La cosificación, por cierto afecta más a la mujer que al varón; el varón muchas veces cosifica por motivos funcionales y por ser ése su modo de manejar la realidad. Ser tratada como una cosa, para una mujer, es una contradicción profunda Por eso el exhibicionismo, que es tan contrario al ser personal, contradice en directo al ser femenino. Con todo el pudor es tan femenino como masculino. Sus manifestaciones son quizá diferentes, pero en el fondo dependen de la misma exigencia, de la misma característica última del ser humano y es que el ser humano es persona y, como tal una intimidad, no un ser desintegrado que vive arrojado a la superficie y dispersado en una polifacética colección de brillos. Lo brillante es la destrucción de lo bello. La belleza tiene que ver con la madurez humana. Un ser humano es maduro si está integrado, es decir, si sabe armonizar sus distintas acciones, sus distintos aspectos o capacidades, por lo que no se proyecta de una manera desmesurada en una sola dirección. No se hipertrofia ni se desencaja. En el ser humano maduro su expresividad, sus manifestaciones, son más intensas que en un individuo inmaduro, precisamente porque proceden de una intimidad integrada, de mayor riqueza. Aunque se hable de una pluralidad de aspectos, cada aspecto está acompañado de los otros, y no se manifiesta descomunicado de los demás, no sale a la luz descoyuntado o aislado. De otra manera el ser humano se cosifica, se identifica con una parte suya. El ser humano maduro sabe que cada dimensión de su ser para ser suya se ha de integrar con las demás, -si no, en rigor no es suya, no es humana-. Por ejemplo, la mujer que se identifica con su atractivo sexual, no se considera persona, no está integrada, se ha transformado en un sexo ambulante. Efectivamente actúa como si estuviera pregonando: «yo no soy más que sexo». Es claro que está completamente equivocada; es una persona y, por lo tanto, el sexo le pertenece, si se une al amor, a la fidelidad, a la generación. Lo mismo le pasaría a un filósofo que dijera: «yo soy una cabeza, nada más que gran cabeza pensante». Si confundiera su dialéctica con su vida entera, sería un maniático. La cosificación del filósofo es una ridícula hinchazón. Permítanme insistir un poco en estas cosas que, por otra parte, son tan obvias El paso, el pisar de una mujer, como se dice en España, es un pisar con garbo. ¿Cuándo anda una mujer con garbo? Cuando anda centrándose en sí misma. No son características de la mujer las zancadas; andar a zancadas es masculino. Tampoco la que mueve mucho las caderas sabe andar como mujer. Se trata de un paso más delicado; hay madrileñas -y parisinas- que saben pisar. La cabeza sube y baja cuando se camina a zancadas. La mujer que sabe andar no anda así. La mujer que sabe andar lleva siempre la cabeza a la misma altura, porque está moviendo las piernas de una manera centrada; tampoco se balancea como si fuera un barco. Ese andar recogido es un andar pudoroso. Una mujer pudorosa es natural, pues lo natural en el ser humano es el pudor. Cuando se hace vanidosa, entra a depender de otras cosas, se descoyunta, se hace maniática. Un sexo ambulante no existe, o sólo existe anulándose como persona. La persona es un ser que se manifiesta, que se expresa, pero no se exhibe. Madurez humana y expresión personal La manifestación, la expresión personal es un otorgamiento desde un centro. La maduración humana consiste en la integración de tal manera que precisamente al irla logrando cuando el ser humano actúa hacia otros, lo hace en forma expresiva, personal, y entonces lo que dice, lo que hace, tiene significado. No es algo trivial, que se acaba o que se consuma en sí mismo. Una persona nunca se consuma en lo que da, sino que siempre es más. Es, digamos así, como una fuente que mana, pero no se agota. El que se exhibe es una especie de catarata instantánea.Que el ser humano sea persona quiere decir que es eterno, que no se puede acabar. El que se exhibe quisiera, por así decirlo, emplearse entero en un instante; después queda vacío. Si una mujer es sólo sexo, no es ni siquiera un animal: ¿Detrás de eso qué hay? Nada. Cuando se le agoten sus artilugios sexuales: » fané y descangayada» como dice el viejo tango. Normalmente lo bello es lo que viene de la intimidad y trae consigo armonía y capacidad de reunión. En cambio, cuando el ser humano vaga fuera de sí buscando el placer o el éxito a cualquier precio, se desorbita, se hincha o se exhibe. Nada de esto es bello, sino más bien, como veníamos diciendo, vergonzoso. La vergüenza es un sentimiento en interrelación con la vanidad. Dicha conexión puede dar lugar a que el hombre se aleje de su condición de persona. Surgen así sentimientos en que se refleja la falta de acuerdo del hombre consigo y la crisis de su situación en el mundo. En el desarrollo de la falta de pudor están la licenciosidad y la incontinencia. La falta de pudor puede dar lugar, por ejemplo, a la gula. El que no come con moderación como el ejemplo de aquel que era tan goloso que les pidió a los dioses que le dieran un cuello tan largo como el de una grulla para prolongar el placer de la deglución. Este hombre vaga por la región de lo teratológico, de lo monstruoso. Incluso hay gente que para llamar la atención o para hacerse valer, puede llegar, a fingir una enfermedad. Cuando ya no tiene más remedio, cuando otros ensayos para llamar la atención le han fallado, entonces, por lo menos, intenta suscitar compasión. Este tipo de exhibicionismo es la histeria. Impudor y desesperanza. Pero debajo de la vergüenza quizá haya otro sentimiento más profundo. Esto permite nuevas averiguaciones o caracterizaciones de la pérdida del pudor. Por lo pronto lo vergonzoso es lo que está al margen del control racional. En este sentido el vanidoso es un idiota, pero detrás está la intimidad personal. Para la mente lo vergonzoso va acompañado de un sentimiento más grave. Un autor danés del siglo pasado, Kierkegaard, fue un experto observador de los sentimientos del hombre en crisis. Al acudir a Kierkegaard se encuentran sentimientos realmente negativos. Kierkegaard dice que en las personalidades desintegradas, en el hombre cosificado y superficial hay un fondo al que él llama desesperación. Kierkegaard entiende por desesperación justamente aquella situación sentimental en que un hombre se encuentra cuando cree que no puede ser una persona.El gran objetivo del hombre es madurar, integrarse; porque es persona tiene, digamos, un núcleo capaz de integrar, que ordena y organiza todas las manifestaciones del ser humano, sus tendencias, sus instintos tanto del punto de vista psíquico como corporal. Todas las manifestaciones del hombre están unificadas por la persona. El que desespera es el que desespera de ser persona, el que no cree que puede serlo; el que lo ve como una cosa quimérica; y eso es la raíz, por otra parte, de que el sentimiento de desesperación está la base de las apreciaciones negativas del pudor; «que no es más que una convención», dicen, algo que se puede suprimir o no, un tabú o una cosa así; lo mejor es terminar con los tabús. Pero quien sostiene eso, en el fondo está desesperado. Ha perdido de vista, ha renunciado a ser persona. En este punto, el análisis de Kierkegaard es extraordinariamente efectivo. Ese análisis está resumido en un capítulo de un libro que publicó la Universidad de Piura, titulado «Hegel y el Post-Hegelianismo». () Hay una alternativa decisiva: o uno es persona y puede madurar como tal o uno desespera de ser persona; cree que no lo puede ser, o que no puede madurar, que es constitutivamente inmaduro. Aristóteles también habla de un incontinente que lo es constitutivamente. El yo: esperanza de ser persona. ¿Cómo se desespera de ser una persona? La exposición de Kierkegaard es bastante completa. Hay varias formas de desesperación. La primera es querer ser otro, el que desespera de ser persona, quiere ser otro. Esto se da con frecuencia. Por ejemplo, como dirían las señoritas: «ojalá yo fuese como Marilyn Monroe», o el pobre hombre que dice: «¿Por qué no sería yo ese ricachón que va todos los días en carro y yo, que gano pocos intis ¡querría ser otro!». Eso es desesperación. Esto quiere decir que uno no espera nada humano de sí. En el fondo hay como un odio al ser quién soy. Ese «yo» que soy no me gusta, querría ser otro del que soy. Esto tiene que ver con las imitaciones, con los modelos sociales, con las modas. Cuando una persona desespera de sí mismo, y se le ocurre querer ser otro, lo que quiere en rigor es que le den la vida hecha: vivir de los prestigios fabricados, de los modelos que otros elaboran. Es una forma de ignorancia verdaderamente colosal. Es considerarse a sí mismo como una cosa determinada por otras. «ah yo sería otra persona solamente si fuera ese otro» No se posee ningún criterio asentado, que surja de uno mismo. Uno se convierte en un ente completamente dependiente de los demás.Pero todavía hay otra forma: el no querer ser nadie. El no querer ser nadie es no querer ni siquiera ser otro, sino querer ser ninguno. No querer ser un yo es un intento de no querer ser más que las funciones que uno desarrolle, el rol social, agotarse en la funcionalidad. La persona que renuncia completamente a ser un yo se define exclusivamente según su situación social. Eso quiere decir que esa persona carece de integridad, y por lo tanto, que no puede madurar. «¿Usted quién es?». «Pues, mire, yo no soy nadie». «Me ha tocado vivir aquí y así; soy lo que me pagan y, además tengo un carro, y me levanto lo más que a tal hora para ir a trabajar, etc.». «Yo tengo una mujer pero no la presento porque ha engordado». ¿Por qué? «Porque la sociedad me ha hecho así». ¿Por qué? «Por el puesto que tengo en la sociedad» Debajo de la vergüenza está la desesperación. Por lo tanto, el pudor tiene que ver con la esperanza, y el impudor con la desesperación. El impúdico o impúdica no tiene esperanza porque la esperanza consiste en alcanzar a madurar. Ese es el gran proyecto vital del ser humano: Ser yo mismo, pero yo mismo cada vez mejor, de tal manera que todo lo que soy está reunido en mí mismo, y así pueda manifestarme con mayor intensidad. Pudor y amor personal. El que desespera de ser un yo no puede más que exhibirse, pero no se puede entregar, porque no tiene nada que entregar. Por eso, el pudor tiene que ver con el amor. El que no tiene pudor es incapaz de amor personal, porque el impúdico no puede entregar nada. El impúdico, en definitiva, desespera de ser persona y entonces no tiene nada que entregar porque no tiene nada dentro.Existe el amor entre un hombre y una mujer. ¿Cuántos kilates vale ese amor personal? Lo que tenga de personal. Esto se puede expresar con la frase siguiente: el amor es aquello que le hace a un ser humano decir «yo no puedo existir más que donde estás tú». Pero si tú no tienes un yo, si tú eres una nada interior, si no eres persona, ¿Cómo te puedo amar? y viceversa, ¿Cómo me vas amar tú? Ama el que se da cuenta de que no puede existir más que donde existe el otro; no puede existir más que en el otro. Ese es el auténtico sentido del amor. Si ustedes profundizan en su interior se dan cuenta de que ese es el gran anhelo humano, quizá todavía más vivo en una mujer que en un varón. Yo no puedo existir más que donde existas tú; pero si tú no quieres ser un «yo», ¿Qué hago? Lo único que puedo hacer es ayudarte a construir un «yo», desvelar tu personalidad. Eso es amar.

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POLO, Leonardo, «Hegel y el Post-Hegelianismo», Biblioteca de Ciencias Sociales, Universidad de Piura – Asociación de la Rábida, Piura, 1955. Éste es el sitio en la red del Instituto de Estudios Filosóficos Leonardo Polo (IEFLP): un sitio dedicado a la filosofía de Leonardo Polo.
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¿Cómo se practica el pudor?

El pudor es una virtud que defiende nuestra dignidad de personas, evitando convertirla en un objeto de placer. Promueve el respeto y el auténtico amor centrado no en lo que se aparenta, sino en lo que se es.
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¿Cómo se le llama a una persona sin pudor?

Sustantivo femenino y masculino Sinónimos: descarado, descocado, desfachatado, desvergonzado, fresco, impertinente, inverecundo.
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¿Qué nos dice la Biblia de la vestimenta?

Lo que dice la Biblia – La Biblia también destaca que la forma de vestir nos puede decir mucho de la gente:

Genesis 38:19 una viuda que al cubrir su rostro de cierta manera fue tomada por prostituta.2 Samuel 13:18 Tamar llevaba una túnica muy elegante pues así vestían las princesas vírgenes.Mateo 22:11-12 uno de los invitados fue cuestionado porque no llevaba el traje de boda.1 Timoteo 2:9 Pablo indica cómo deben vestir las mujeres,

Hoy día se permite el uso de pantalones en las iglesias y son un poco más flexibles con la vestimenta de los asistentes a los servicios. Pero siempre debemos tener en cuenta, más que la moda; lo que dice la Biblia sobre la moda y recordar el recato, la modestia y el buen gusto al vestir.
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¿Qué dice la Biblia de los peinados ostentosos?

Page 3 – Lea la Biblia, descubra Planes y busque a Dios todos los días. : 1 Pedro 3:3-4 Y que vuestro adorno no sea externo: peinados ostentosos, joyas de oro o vestidos lujosos, sino que sea el yo interno, con el adorno incorruptible de un espíritu tierno y sereno, lo cual es precioso d
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¿Por qué es importante el pudor?

La virtud del pudor en relación al vestido exige, por un lado, saber elegir un modo de presentarse ante los otros que haga justicia a la verdad de la persona; es decir, a vestir de tal manera que en el cuerpo sexuado se transpa- rente en primer lugar la belleza de la persona sexuada en su conjunto.
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¿Que la mujer no use vestimenta de hombre?

Versos Paralelos La Biblia de las Américas La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al SEÑOR tu Dios. Nueva Biblia Latinoamericana “La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al SEÑOR tu Dios.

Reina Valera Gómez No vestirá la mujer ropa de hombre, ni el hombre se pondrá vestido de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace. Reina Valera 1909 No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es á Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.

Biblia Jubileo 2000 No vestirá la mujer atuendo de hombre, ni el hombre vestirá vestido de mujer; porque abominación es al SEÑOR tu Dios cualquiera que esto hace. Sagradas Escrituras 1569 No vestirá la mujer hábito de hombre, ni el hombre vestirá vestido de mujer; porque abominación es al SEÑOR tu Dios cualquiera que esto hace.

  1. Ing James Bible The woman shall not wear that which pertaineth unto a man, neither shall a man put on a woman’s garment: for all that do so are abomination unto the LORD thy God.
  2. English Revised Version A woman shall not wear that which pertaineth unto a man, neither shall a man put on a woman’s garment: for whosoever doeth these things is an abomination unto the LORD thy God.

Tesoro de la Escritura woman shall not 1 Corintios 11:4-15 Todo hombre que cubre su cabeza mientras ora o profetiza, deshonra su cabeza. abomination Deuteronomio 18:12 Porque cualquiera que hace estas cosas es abominable al SEÑOR; y por causa de estas abominaciones el SEÑOR tu Dios expulsará a esas naciones de delante de ti.

Enlaces Deuteronomio 22:5 Interlineal • Deuteronomio 22:5 Plurilingüe • Deuteronomio 22:5 Español • Deutéronome 22:5 Francés • 5 Mose 22:5 Alemán • Deuteronomio 22:5 Chino • Deuteronomy 22:5 Inglés • Bible Apps • Bible Hub Las citas Bíblicas son tomadas de La Biblia de las Américas © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org,

Usadas con permiso. Las citas bíblicas son tomadas Nueva Biblia de los Hispanos © 2005 by The Lockman Foundation, La Habra, Calif, //www.lockman.org, Usadas con permiso. Reina Valera Gómez (© 2010) Contexto Leyes diversas 4 No verás el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino sin ocuparte de ellos; sin falta le ayudarás a levantar los.5 La mujer no vestirá ropa de hombre, ni el hombre se pondrá ropa de mujer; porque cualquiera que hace esto es abominación al SEÑOR tu Dios.6 Si encuentras un nido de pájaros por el camino, en un árbol o en la tierra, con polluelos o con huevos, y la madre echada sobre los polluelos o sobre los huevos, no tomarás la madre con los hijos; Referencia Cruzada Deuteronomio 22:4 No verás el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino sin ocuparte de ellos; sin falta le ayudarás a levantar los.
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¿Qué significa la palabra atavío en la Biblia?

Vestido (‖ prendas con que se cubre el cuerpo ).
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¿Cómo vestir con recato?

Moda para vestirse con recato El asesoramiento de imagen busca ayudar a hombres y mujeres a que se vean mejor frente al espejo, adapten su estilo a un nuevo ambiente de trabajo o adquieran estrategias para resaltar sus virtudes. Pero, además de todos estos objetivos, Sol Hammer (31) y Melanie Levy (33), asesoras de imagen, sumaron una especialidad a su servicio profesional: aconsejan a mujeres que deben vestirse con “recato”.

  1. ¿Qué significa vestirse con “recato”? Se trata de una elección de indumentaria, habitualmente ligada a un sector de la colectividad judía, que respeta ciertas restricciones.
  2. El recato implica usar faldas largas (nunca pantalones), mangas que cubran los brazos y escotes cerrados.
  3. Para algunas mujeres, este estilo incluye el uso de pelucas.

Cuando se les pregunta por coincidencias con la serie “Poco ortodoxa”, de tanto éxito en estos tiempos, Melanie y Sol prefieren evitar las comparaciones. Ambas pertenecen a la colectividad y adoptaron este estilo de vestir. “Yo soy una persona feliz -aclara Sol-.

  • Y me gusta vestirme así”.
  • El resultado de sus elecciones estéticas puede verse en su cuenta de Instagram @vravo.moda, donde se comprueba lo lejos de los estereotipos que se encuentran los equipos que ambas arman.
  • El servicio de asesoría está abierto a toda clase de clientas.
  • El primer paso de su trabajo consiste en revisar a fondo los placares de las consultantes para armar la mayor cantidad de equipos con los que ellas ya tienen.

Después la acompañan a hacer compras que tomando en consideración el tipo de cuerpo, los colores que mejor les quedan y el ambiente social y laboral en el que van a moverse. Cuando se les pregunta cómo aconsejan a mujeres que se visten de un modo muy diferente a ellas, Melanie explica: “Somos profesionales, nos preparamos para esto.

  • No asesoramos de acuerdo a nuestro estilo, si no a la personalidad y el cuerpo de la persona que nos consulta”.
  • ¿Vestirse con recato no implica desterrar tentaciones de vanidad?, es un último interrogante para ambas.
  • No creo que una chica quiera verse más linda para llamar más la atención -explica Sol-.

Quiero que se vea más linda para sentirse mejor. Es otro punto de vista. No tiene que ver con la frivolidad. Para nosotras es un cambio interno”. : Moda para vestirse con recato
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¿Cómo es una mujer modesta?

Concepción Gimeno de Flaquer La modestia es una bellísima cualidad que enaltece a quien la posee. La mujer modesta exhala un perfume que penetra suavemente en el corazón: semejante a la violeta que oculta siempre su corola entre el follaje, no deslumbra cual la arrogante dalia, pero atrae dulcemente y su reinado es más duradero.

  1. La mujer modesta tiene gran similitud con la clemátide, que cierra su cáliz por no recibir las caricias del céfiro.
  2. La mujer modesta semejase a la sampaguita que solo abre su broche encantador en la hora de las sombras, a la sensitiva que pliega sus hojas cuando la arrancan de su tallo, a la balsamina que muere de pudor al recibir el primer beso del sol, a la delicada flor del convólvulos que se marchita al acercarle el aliento.

La modestia es ideal, bella y dulce cual los acentos de los espíritus celestiales, cual el hálito de las auras, cual los himnos de la naturaleza al Creador. El filósofo inglés Young comprendió perfectamente la necesidad de la modestia en la mujer, y exclamaba de continuo: «Las mujeres no deben tener nada desnudo; hasta los encantos del espíritu deben ser ocultos por el velo de la modestia».

  1. La mujer modesta, cual la luciérnaga, brilla más en la oscuridad; cual la luna, irradia tenue y grato resplandor que ilumina sin herir, sin deslumbrar con la fulgidez del astro rey.
  2. La modestia es hija del candor y la inocencia, y la inocencia es tan simpática que fue respetada por los paganos: estos miraban a la virgen inocente cual a un ser sobrenatural, sagrado y de esencia divina.

La modestia tiene por hermano al rubor, y el rubor es el arrebol que más embellece a la mujer. Me hallaba yo una tarde de Mayo contemplando una hermosa puesta de sol en compañía de un mexicano muy inteligente, cuando llamé su atención hacia unas pequeñas nubes que por sus caprichosos giros tomaban formas tan variadas como poéticas.

  • Una de aquellas nubecillas flotaba sobre nuestras cabezas, y había atraído nuestra atención por su elegante contorno que tenía la forma de una mujer.
  • Observe vd., dije a mi amigo, esa nubecilla parece una vestal, envuelta en argentinos velos.
  • Efectivamente, me contestó, pero una vestal ruborizada; tan roja es la mancha que tiene en la parle que hemos dado, vd.

y yo, en suponer el rostro de esa nube-mujer, o de esa mujer-nube. -A propósito de rubor, añadí interpelando al que partía conmigo la admiración de una espléndida puesta de sol, ¿querría vd. darme una definición del rubor? Se han dado muchas, y ninguna me satisface.

-Razón mayor para que no me atreva a darla. -Es vd. muy modesto. -Al contrario, soy vanidoso, pues no podría resistir el ridículo ante vd. -Tiene vd. demasiado ingenio para ser derrotado. -Oh! yo abrigo gran temor de serlo si me aventuro a darle la definición que me pide. Además, vd. es muy difícil. -Nada de eso; me gusta crear dificultades para proporcionar a las personas de talento la gloria de vencerlas.

-No puedo resistirme; vd. me pide una definición, y prefiero sacrificar mi amor propio antes que cometer la descortesía de no complacer a vd. -Un mexicano no es capaz de incurrir en descortesías con una dama, y mucho menos vd. que es la flor y nata de la más caballeresca galantería.

Amiga mía, acepte vd. mi definición con benevolencia, ya que me obliga vd. a darla. «El rubor es, en mi opinión, la vergüenza de las almas castas». Imposible encontrar definición más elocuente, delicada, elegante e ingeniosa que la de mi excelente amigo. «El rubor es la vergüenza de las almas castas». ¡Qué encantadora sobriedad! ¡Qué selecto aticismo! Sí, lectoras mías, conservad esa casta vergüenza que es la belleza moral de la mujer.

El rubor fraterniza con el pudor, y el pudor hace más hermoso el amor, y debe ser el inseparable compañero de ese sentimiento. El pudor reprime la voluptuosidad, y un hombre delicado, lejos de encontrarlo importuno, lo celebra en la mujer. El pudor es la poesía del amor, como el amor es la poesía de la vida.

  1. El velo del pudor causa más ilusión, mayor encanto, y seduce más fácilmente porque lo misterioso fascina la fantasía.
  2. «Una vez perdido el pudor en el bello sexo, pregunta Rousseau, ¿qué queda para retenerlas, y de qué honor harán caso las que han renunciado al que les es propio?» El pudor es la pureza del alma y la delicadeza de los pensamientos.
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El amor de las criaturas civilizadas no se diferenciaría del amor de los salvajes, si no fuera por el pudor. Se ha dicho que el pudor es la cuarta gracia: las mujeres debemos conservarle por interés propio, como Armida conservaba la cintura encantada, cuyo poder oculto e irresistible le aseguraba su dominio sobre Reinaldo.

  1. La estatua del pudor construida por los griegos, era bellísima: su tez fresca y brillante complacía la vista y deleitaba el corazón; la humildad y dulzura de sus miradas conmovían el alma, y la rosa encarnada que le ponían en la mano por atributo, lo caracterizaba perfectamente.
  2. La estatua se hallaba envuelta en un blanco velo.

En épocas de romanticismo no está en boga el sonrosado de las mejillas, pero el bermellón de la virtud, que es el pudor, se hallará siempre en su apogeo, por más que atravesemos tiempos de escéptico y frío materialismo. Las madres deben esforzarse en conservar el pudor de sus hijas, y lo conseguirán no entregándolas a nadie para que las acompañe en sus paseos y visitas, no fiando su educación moral a manos mercenarias.

  1. Es importantísimo que la madre eduque a sus hijos.
  2. El ilustrado arzobispo de México, que es un literato muy distinguido, al obsequiar a su hermana en el día de su santo escribiendo en su álbum, como el mayor elogio que podía consagrarle, le celebró el haber sido la educadora de sus hijos, añadiendo que él también había sido educado por su madre.

No nos cansaremos de repetirlo: eduquen las madres a sus hijas, y de este modo serán modestas y pudorosas. ¡Sed modestas, queridas lectoras! Una mujer modesta se libra del ridículo que siempre persigue al orgullo. San Pablo decía: «Conviene que las mujeres se vistan de un modo sencillo y decente, y que sus mejores adornos sean el pudor y la modestia».

La mujer no debe ostentar sus méritos, porque al hacerlo así los pierde. La vanidad empequeñece notablemente. Mme. de Deffand solía decir: «La vanidad pierde más mujeres que el amor». Una mujer ilustrada no debe hacer alarde de sus conocimientos, porque se hace antipática. Con el pincel, con la pluma, puede lucir una mujer los tesoros de inspiración que el cielo le dio, y no necesita los círculos sociales para hacerse admirar por medio de conversaciones cargadas de erudición, que le valdrían el renombre de pedante.

Santa Gertrudis, Santa Brígida Hilda, Santa Ildegarda, Santa Catalina de Sena y Santa Teresa de Jesús, fueron tan sabias como modestas. Santa Paula, Santa Marcela, Santa Eustoquia y Santa Perpetua, brillaron por su talento y humildad. Tan absurdo es hacer alarde de hermosura y talento, como hacerlo de elevada cuna.

Cada cual es hijo de sus obras. Muchas veces es superior al de cuna de oro, el de cuna de barro. ¿De qué le sirven a un aristócrata cargado de blasones, sus timbres y pergaminos, si es un estúpido? La verdadera aristocracia es la de la virtud y la del genio. Eurípides, insigne poeta griego, nació de una verdulera; Epitecto fue esclavo; Rousseau era hijo de un relojero; Shakspeare de un carnicero; Moliere fue sastre; Demóstenes hijo de un herrero, y Viriato, el gran Viriato, fue pastor.

Todos estos nombres son inmortales y el universo los venera. Alejandro cubrió con su manto a Ulpiano; Francisco I estrechó en sus brazos a Leonardo de Vinci; Carlos V levantaba del suelo los pinceles a Ticiano, y solía exclamar: «A los nobles los hago yo, pero a los artistas solo Dios».

Felipe IV premiaba con la cruz de Santiago a Diego Velázquez. Y estos reyes jamás preguntaron a los artistas si eran plebeyos o magnates. Actualmente figura en la sociedad madrileña una ilustre dama, que ha cambiado en el mundo de las letras su aristocrático nombre por el de María de la Peña. Ella ha hecho de este nombre vulgar un nombre célebre; tal es la magia de su talento.

Acaba de traducir el magnífico folleto de Monseñor Dupanloup, de una manera admirable. Trascribimos unos párrafos para que los lectores que desconocen el folleto, aprecien el elegante y castizo estilo de la traductora. «Se quiere conservar en las mujeres una modestia que se califica de su más bello adorno, y en efecto, la modestia es no solamente una virtud, sino un gran encanto.

  • Pero no veo muy claro que la ignorancia sea la mejor salvaguardia de la modestia.
  • Diré más: diré que mirada por cierto prisma, es una virtud pagana, esto es, falsa o muy imperfecta.
  • Dad a una mujer toda la ciencia, todo el genio, todo el desarrollo intelectual de que es susceptible, dadle al mismo tiempo la humildad cristiana, y la veréis revestida de una sencillez y de una modestia bastante positiva, y bastante más agradable que la de la pobre india, que se juzga un animal de especie algo superior a los monos del corral, pero muy inferior a su marido.

La humildad ilustrada es una virtud, madre de otras muchas c inspiración de más altos deseos de perfección; porque la humildad no impide conocer los progresos que se logran, como no ciega acerca del mérito ajeno; nos hace conocer lo que nos falla, y aun cuando llegáramos a la cumbre del saber, alentaría en nosotros mayores miras, sin llevar consigo el orgullo ni el abatimiento».

Esto es exactísimo. Una mujer convenientemente ilustrada, no será vanidosa, porque sabrá perfectamente que al huir de la vanidad huye del ridículo. Una mujer discreta no se impone a los que la rodean por medio de su sabiduría, se hace sencilla y desciende de su elevada altura para nivelarse con los que están en otra esfera más inferior.

Haga constantemente este sacrificio la mujer dotada de superioridad, y despertará simpatías por todas partes. La abnegación cual la modestia, deben ser compañeras inseparables del mérito.
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¿Cómo se demuestra la modestia?

Significado de Modestia Como modestia se denomina la cualidad que modera nuestros actos y pensamientos, impidiéndonos creernos más de lo que somos. La palabra, como tal, proviene del latín modestĭa, Quien tiene modestia, no presumirá de sus virtudes o sus logros ante los demás, sino que se contendrá dentro de los límites de su estado o condición, y se comportará de acuerdo a ciertas conveniencias sociales y personales.

La modestia regula sentimientos como la presunción, la vanidad o la altanería, que son sus antónimos, En este sentido, se asemeja, más bien, a la humildad. El modesto no tiene o no manifiesta una alta opinión de sí mismo, sino que le resta importancia a sus virtudes y sus logros, y tiene, a la vez, la capacidad para reconocer sus defectos y errores.

De allí que el principio fundamental de la modestia sea evitar atraer la atención hacia uno mismo, y evitar los comportamientos excesivamente egoístas o individualistas. Por otro lado, la práctica de la modestia varía entre culturas, épocas y grupos de personas.
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¿Qué es una persona no modesta?

Cuando el término se aplica a una persona, alude a su falta de arrogancia o petulancia. El sujeto modesto se comporta según determinados límites y no se muestra vanidoso ni soberbio.
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¿Que se Atavien de ropa decorosa?

1 Timoteo 2:9-11 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que pro | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora Lea la Biblia, descubra Planes y busque a Dios todos los días. : 1 Timoteo 2:9-11 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que pro | Biblia Reina Valera 1960 (RVR1960) | Descargue La Biblia App ahora
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¿Qué significa una mujer sin pudor?

Significado de Pudor Pudor es sinónimo de recato, modestia o decoro, La palabra, como tal, proviene del latín pudor, pudōris, que significa ‘vergüenza’. En este sentido, el pudor es el sentimiento de vergüenza que se experimenta con relación a temas de índole sexual, como la desnudez del cuerpo propio o ajeno.

Asimismo, el sentimiento de pudor puede proceder no solo del hecho de la desnudez misma, sino incluso de ideas relacionadas con lo físico y lo carnal. De allí que el pudor también se haya asociado a la timidez y al recato, El pudor, sin embargo, no solo está relacionado con lo físico, también puede vincularse a temas de índole emocional, como la aprehensión que puede mostrar una persona a manifestar sus sentimientos, sus deseos o pensamientos delante de otra u otras.

El pudor, en este sentido, también suele ser considerado como una virtud moral, pues es demostración de que una persona valora las normas relativas a la moral y la decencia en la convivencia social. Por otro lado, la idea del pudor es fundamentalmente cultural, y ha variado de época en época, y de una sociedad a otra.

  1. Así, el acto de besarse en la mejilla entre los hombres como expresión del saludo, común en países como Argentina, puede causarle sus reticencias a un hombre de Venezuela, que culturalmente siente recelo hacia el contacto físico con otros hombres.
  2. Además, el pudor es una característica propia de los seres humanos, sus costumbres y normas sociales, siendo que los animales, en ningún momento, dan muestras de sentir vergüenza o recato frente a ningún tipo de actividad.

Por su parte, la falta de pudor es asociada a la falta de vergüenza, y suele considerarse negativa cuando irrumpe de manera no consensuada en las costumbres y usos de las otras personas. Existen, incluso, normativas legales para castigar este tipo de excesos en la mayoría de las sociedades.
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¿Qué es la ofensa al pudor?

Código Penal Artículo 373 Chile Vigente, con las modificaciones. Última actualización 13-12-2022 Los que de cualquier modo ofendieren el pudor o las buenas costumbres con hechos de grave escándalo o trascendencia, no comprendidos expresamente en otros artículos de este Código, sufrirán la pena de reclusión menor en sus grados mínimo a medio.
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¿Qué es cuidar el pudor?

Ideas que ayudan a educar el pudor – Estas son algunas pautas básicas que podemos transmitir a nuestros hijos a la hora de educarles en el pudor: – Tener cierto pudor demuestra que lo importante está en el interior de uno mismo, no tanto en el exterior.

– Tienen que reservar algo que es suyo y muy íntimo para quien ellos quieran. Tienen que elegir bien a quién se lo van a mostrar, una vez que sean adultos. – La falta de pudor lleva a la despersonalización. – Deben cuidar el modo de vestir. Debemos enseñarles que no podemos vestir de cualquier manera. A la hora de vestirnos podemos ocultar o reservar nuestra propia intimidad.

Detrás de cada estilo hay un modo de ser y una personalidad. – Los padres debemos ofrecer una buena educación afectiva y un buen desarrollo de la misma.
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¿Cómo cuida el pudor nuestra intimidad?

Cuando despierta el pudor – Es entonces cuando los mayores deben entender que, a pesar de ser pequeños, tanto ellas como ellos empiezan a sentir el pudor. Por tanto, esas manifestaciones nos hacen ser conscientes de que, independientemente de la edad, el pudor existe y hay que respetarlo.

  1. Tanto ellas como ellos irán reclamando, poco a poco, su intimidad y necesitando momentos para ellos solos.
  2. Es necesario proporcionarles esos espacios y ayudarles a que se sientan cómodos con su propia intimidad.
  3. Hay manifestaciones que nos hacen ser conscientes de que, independientemente de la edad, el pudor existe y hay que respetarlo.

Si, por el contrario, la niña o el niño no tienen esa necesidad de intimidad por falta de madurez, es importante que los padres transmitan que cada persona tiene sus momentos de privacidad y que deben aprender las situaciones en que deben ser más pudorosos.

  1. Durante el ECA (Educación en Casa y en Aula) dedicado al pudor, Beatriz insistió a los padres de Infantil en que deben “evitar tabúes.
  2. Para ello es bueno crear un clima de diálogo habitual, como no reñir, escuchar, dialogar, etc., que son actitudes básicas que favorecen la confianza.
  3. En este clima es más fácil hablar con ellos de modo natural sobre la propia intimidad y hacer que se sientan cómodos con su propio cuerpo y consigo mismos dentro del seno familiar.

Sin embargo, esto varía en entornos más amplios; colegio, calle, etc.” Existe el pudor corporal y verbal. Los gestos y acciones son tan importantes como las cosas que decimos. Por eso, debemos saber que podemos crear situaciones incómodas y faltar a la intimidad y al pudor de aquellas personas a quienes nos dirigimos.

Conocer a fondo la sensibilidad del hijo. Para ello es necesario pasar tiempo con él. De lo contrario es muy difícil. Dejarle su espacio de intimidad en las principales tareas de higiene: vestir, baño etc Cuidar la forma de hablar, tanto el modo y como el contenido.

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