Que Dice La Biblia Sobre Los Niños Especiales?

Que Dice La Biblia Sobre Los Niños Especiales
El Antiguo Testamento: miedo a lo diverso – Un posible origen de la discriminación hacia el discapacitado lo podemos encontrar en las páginas de la Biblia Hebrea, el Antiguo Testamento cristiano. Así, en Deuteronomio 15, 21 encontramos la primera evidencia de una discapacidad como defecto: «Pero, si (el macho primogénito) tiene algún defecto, cojo o ciego o cualquier otro defecto, no lo sacrificarás al Señor, tu Dios».

  1. Más adelante, en 2 Samuel 5, 8, el rey David es más radical aún: «David había dicho aquel día: –”El que quiera derrotar a los jebuseos, que se meta por el canal.
  2. En cuanto a esos inválidos y ciegos, David los detesta”.
  3. Por eso se dice: “Ni cojo ni ciego entrarán en el templo”».
  4. En los documentos de Qumran -que reflejan la realidad social y religiosa de Palestina del siglo III aC- se muestra cómo los que sufrían enfermedades de este tipo estaban excluidos del combate escatológico y del banquete posterior, es decir, excluidos de la salvación.

Como vemos, la realidad que vivía un/a discapacitado/a en la época del Antiguo Testamento era de doble marginación. Por un lado, la propia limitación que podía sentir frente a otros y, por otro, la limitación social causada por el rechazo y la marginación.

  1. Ambas limitaciones se retroalimentan, causando así una profunda sensación de inferioridad, de no reconocimiento, de ser parte de los últimos.
  2. Sin embargo, como sabemos, la historia de la salvación narrada en la Biblia empieza a iluminar la vida de manera progresiva y permite a la humanidad encaminarse por aquello que lleva a cada persona a su realización plena.

La realidad de las y los discapacitados no es la excepción. Por ello, luego de la rigurosidad de la ley, aparece la voz profética, que es un paso más en la comprensión de la presencia de Dios en el devenir humano. Máxima expresión de este hecho es Isaías: «Fortalezcan las manos débiles, afirmen las rodillas vacilantes.

  1. Digan a los cobardes: Sean fuertes, no teman; ahí está su Dios, que trae el desquite, viene en persona, los desagraviará y los salvará.
  2. Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará; porque ha brotado agua en el desierto, arroyos en la estepa» (Isaías 35, 3-6).

La identificación de la Gloria de Dios es el júbilo de las personas y la sanación interior de todo lo que pueda marginar.
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¿Qué quiere decir Mateo 19 14?

DEJAD A LOS NIÑOS QUE VENGAN A MÍ MATEO, 19,14 Hoy quiero hacerlo(a) pensar en los niños (y niñas, por supuesto) de Colombia. Quiero hacerlo reflexionar sobre el trato que usted da a los niños, empezando por los suyos -sus hijos y nietos, sus alumnos y vecinos- o sobre el trato que da a cualquier niño -blanco o negro, bonito o feo, inteligente o deficiente-, que se encuentra en su camino: calle o parque, pueblo o ciudad.

  1. Hoy quiero hacerlo(a) pensar en los niños (y niñas, por supuesto) de Colombia.
  2. Quiero hacerlo reflexionar sobre el trato que usted da a los niños, empezando por los suyos -sus hijos y nietos, sus alumnos y vecinos- o sobre el trato que da a cualquier niño -blanco o negro, bonito o feo, inteligente o deficiente-, que se encuentra en su camino: calle o parque, pueblo o ciudad.

Cómo cambiaría Colombia el día en que volviera a respetar y a educar de veras a sus pequeños, permitiéndoles ser niños, inocentes, seguros y alegres!. Partamos de un hecho doloroso que se está dando con frecuencia en Colombia: muchos niños están siendo mal-tratados, mal-trato que va desde la violencia familiar, pasando por la de la escuela, siguiendo con la violencia más grave, la violencia civil o política, la del secuestro, tortura, violación, hasta un mal-trato gravísimo, del que apenas nos damos cuenta, a saber, la perversión moral de la conciencia de adolescentes para vincularlos a la violencia armada: iniciarlos e inducirlos a practicar graves conductas inmorales, como mentir, asesinar, secuestrar, violar y masacrar.

  1. Horror! Este crimen debiera tipificarse penalmente como delito y ser debidamente sancionado.
  2. Grave omisión del Código Penal que entra el mes próximo en vigencia.
  3. Por algo en el Evangelio aconseja Jesús que se aplique al corruptor la pena máxima: “Mas le valiera que le colgaran una piedra de molino en el cuello y lo arrojaran a lo profundo del mar”.

Ay del hombre que corrompa la conciencia de un menor! Más le valiera no haber nacido!. Merece mención aparte otro mal-trato de menores, por desgracia muy frecuente, sobre todo en estratos medio y alto, muy disimulado y muy grave, por venir de parte de sus mismos padres de familia, y que consiste en atiborrarles el cuerpo de comodidades y la cabecita, de ciencia y tecnología, para luego negarles la educación religiosa y moral.

Estos niños crecen sin Dios y sin ley, y muy pronto se convierten en guarida de malos deseos, de soledades y depresiones, de angustias y tristezas, estados de ánimo de los cuales tratan de evadirse con sensaciones fuertes, con momentos de éxtasis y vértigo, unidos al placer de la droga, del sexo y del licor.

Pero vengamos al remedio. Pocos, o tal vez ningún filósofo, que yo recuerde, se ocupa de los niños y adolescentes. Pero, aunque lo hubieran hecho, nada obtendríamos con ideas, discursos y sermones, si no descendemos a las acciones concretas y a las conductas y buen trato que se merecen los niños.

  • Jesús de Nazaret constituye, en la historia de la Humanidad, el ejemplo más perfecto y elocuente del trato debido a la niñez, porque fue niño ejemplar y porque trató y enseñó a los mayores a tratar a los niños con respeto y amor, como ningún otro lo hiciera antes que él.
  • La escena que nos describe el evangelista Mateo es bella y espontánea.

Recordémosla. Discutían los Apóstoles, como humanos que eran, sobre cuál de ellos era el más importante. Jesús, para curarles su fiebre de grandeza, y ante el afán de ellos por callar a los niños para que le dejaran hablar, los increpó diciéndoles: Dejad a los niños que vengan a mí.

  • Luego, tomando a uno de ellos, lo puso enfrente de los Apóstoles, y les dijo: Imitad a los niños en sencillez, porque de ellos y de quienes imiten su inocencia, es la entrada en el reino de Dios,
  • Jesús, con rasgos ejemplares y palabras sabias, trazó allí los criterios claves y esenciales para tratar a los niños.

Presten atención, les dijo, los niños le pertenecen a Dios, son sus hijos y herederos, y ningún padre es tan celoso como él. Aquí establece Jesús una norma viva en la persona de cada niño. No te aproveches de su indefensión y aparente carencia de padre o protector.

  • Dios es presencia.
  • Nada se le pasa.
  • Los niños tienen Dueño, pertenecen a Jesús, más celoso y poderoso que el mejor de los padres.
  • Jesús atrae a los niños, los respeta, los trata como personas.
  • Mejor aún, reconociéndolos y tratándolos como personas, los va haciendo personitas, con derechos y deberes, con un puesto digno en el hogar, en la escuela, en la ciudad y, ante todo, en el reino de Dios.

Jesús fue niño, fue bebé y, como tal, bebió la leche del pecho de su Madre, María. Cuando empezó su adolescencia, subió al Templo a adorar a Dios. Como adulto, respetó a los niños e hizo que los adultos los respetaran, a su vez. Cómo cambiaría Colombia el día en que volviera a respetar y a educar de veras a sus pequeños, permitiéndoles ser niños, inocentes, seguros y alegres!.

  1. Curiosamente, que yo recuerde, nunca nos han presentado los medios la imagen de un guerrillero o de un paramilitar con un niño en los brazos.
  2. Qué bueno sería, como utópico intento de alcanzar la esquiva paz, reclinar a un niño en los brazos de cada guerrillero, de cada paramilitar, de cada asesino, un niño que le acariciara el rostro, le diera un beso y le ablandara su empedernido corazón! No dudo que ese día marcaría un hito y un cambio radical en el destino de Colombia y que esos niños merecerían el premio Nóbel de la Paz en la Tierra y la salvación de toda Colombia en el reino de Dios.
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Nota: lamentablemente, por falta de tiempo, nos vemos en la necesidad de no contestar todos los mensajes que nos llegan. Si desea la respuesta, solicítela, por favor. Gracias por su comprensión. : DEJAD A LOS NIÑOS QUE VENGAN A MÍ MATEO, 19,14
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¿Qué dice Dios en la Biblia acerca de los niños?

Los niños son un regalo de Dios Mas Jesús, llamándolos, dijo: ‘Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él’».
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¿Qué dice la Biblia sobre la inclusión?

Doctrina de la inclusión Muy bien podría haber sido un hermoso y fresco día de otoño como hoy. El Señor estaba sentado enseñando a algunos de Sus discípulos, cuando un hombre, identificado solamente como “un intérprete de la ley”, se levantó y le preguntó: “Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna?”.

  • Jesús conocía el corazón del hombre y comprendió que era un disimulado intento para hacerle decir algo que fuera contrario a la ley de Moisés.
  • El Salvador contestó con dos preguntas propias: “¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?”.
  • Como es de esperar, el intérprete de la ley pudo recitar la ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”.

“Bien has respondido”, dijo el Salvador. “Haz esto, y vivirás”. Pero el intérprete de la ley no quedó satisfecho con eso. Ya que sabía que entre los judíos había creencias y reglamentos estrictos con respecto al asociarse con gente que no fuera de su religión, insistió que el Señor le diera más información, con la esperanza de enredarlo en una controversia: “¿Y quién es mi prójimo?”, preguntó.

Nuevamente, se presentaba un momento propicio para la enseñanza. Jesús utilizó una de Sus técnicas de enseñanza favoritas y más eficaces: una parábola, quizás una de las más queridas y más conocidas en todo el mundo cristiano. Ustedes conocen la parábola, de cómo un hombre de Jerusalén en camino de Jericó cayó en manos de ladrones y fue dejado medio muerto.

Cierto sacerdote pasó por el otro lado; ni siquiera un levita se detuvo a ayudarle. Entonces Jesús enseñó:

“Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; “Y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él”. Entonces Jesús hizo otra pregunta al intérprete de la ley: “¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?” Y el intérprete de la ley replicó: “El que usó de misericordia con él”. Entonces Jesús dio la última instrucción al intérprete de la ley, y a todo el que haya leído la parábola del Buen Samaritano: “Ve, y haz tú lo mismo” (Lucas 10:25 –37).

Cada vez que leo esta parábola me impresiona su poder y simplicidad. Pero, ¿se han preguntado alguna vez por qué en ese relato el Salvador eligió hacer héroe a un samaritano? En la época de Cristo había mucha antipatía entre judíos y samaritanos. Bajo circunstancias normales, ambos grupos evitaban asociarse unos con otros.

  • Todavía habría sido una parábola buena e instructiva si el hombre que cayó en manos de ladrones hubiera sido rescatado por un hermano judío.
  • El uso deliberado que él hizo de judíos y samaritanos enseña claramente que todos somos prójimo y que debemos amarnos, estimarnos, respetarnos y servirnos el uno al otro a pesar de nuestras más marcadas diferencias, entre ellas las diferencias religiosas, políticas y culturales.

Esa instrucción continúa siendo hoy día parte de las enseñanzas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días. Al enumerar las doctrinas clave de la Iglesia restaurada, José Smith dijo que aunque “reclamamos el derecho de adorar a Dios Todopoderoso conforme a los dictados de nuestra propia conciencia”, también “concedemos a todos los hombres el mismo privilegio: que adoren, cómo, dónde o lo que deseen” (Artículo de Fe N° 11).

  1. Felizmente, muchos de nuestros miembros entienden esta doctrina y la viven durante el curso de sus vidas.
  2. Hace poco leí una noticia sobre una muerte trágica en una comunidad de Utah.
  3. Se citaba lo dicho por una joven viuda: “El apoyo que recibimos fue inmenso.
  4. No somos mormones, pero el barrio local nos ha ayudado mucho con comidas, apoyo y palabras de consuelo.

Ha sido una demostración total de amor, y lo agradecemos” (de Dick Harmon, “Former Ute’s Death Leaves Wife Coping, Wondering”,Daily Herald, 11 de agosto de 2001, pág. A3). Eso es sólo como debe ser. Si somos verdaderos discípulos del Señor Jesucristo, en todo momento tenderemos una mano de amor y comprensión a todo nuestro prójimo, en especial en momentos de necesidad.

Un artículo reciente delChurch Newspublicó un relato de dos mujeres que son muy amigas, una “doctora judía de Nueva York y una ama de casa, madre de seis niños, de Utah, que residían en Dallas,, muy lejos de sus hogares. La que es miembro informa: “Si hubieran hecho coincidir nuestra amistad a través de un servicio de computadora, dudo que hubiéramos pasado la primera prueba “Supuse que una mujer ocupada en su práctica médica no tendría ningún deseo de hablar del color de las servilletas que usaríamos en las reuniones escolares de padres y maestros.

“Eso es lo malo de las suposiciones, que pueden socavar las raíces mismas de algo que podría florecer y crecer si se le diera la oportunidad. Estaré agradecida por siempre de que no nos dejamos llevar por las suposiciones” (Shauna Erikson, “Unlikely Friends Sharing a Lifetime”,Church News, 18 de agosto de 2001, pág.10).

Las ideas preconcebidas y las suposiciones pueden ser muy peligrosas e injustas. Hay algunos de nuestros miembros que tal vez no tiendan una mano a su prójimo con sonrisas de amistad, cálidos apretones de mano ni servicio amoroso. De igual forma, quizás haya personas que lleguen a nuestro vecindario, que no sean de nuestra fe, y que vengan con una idea negativa preconcebida sobre la Iglesia y sus miembros.

Con toda seguridad, los buenos vecinos deben hacer todo lo posible para entenderse y ser amables unos con otros sin importar religión, nacionalidad, raza ni cultura. En ocasiones escucho acerca de miembros que ofenden a los de otras religiones al pasarlos por alto y no incluirlos en su círculo de amistades.

  • Eso puede suceder especialmente en comunidades donde nuestros miembros son la mayoría.
  • He escuchado acerca de padres de criterio limitado que dicen a sus hijos que no pueden jugar con cierto niño del vecindario porque su familia no pertenece a nuestra Iglesia.
  • Ese tipo de comportamiento no va de acuerdo con las enseñanzas del Señor Jesucristo.
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No entiendo por qué un miembro de nuestra Iglesia permitiría que sucediera ese tipo de cosas. Yo he sido miembro de esta Iglesia toda mi vida; he sido misionero regular, he sido obispo dos veces, presidente de misión, Setenta y ahora Apóstol. Jamás he enseñado ni he escuchado que se enseñe una doctrina de exclusión.

  1. No he escuchado que se exhorte a los miembros de esta Iglesia a ser otra cosa que personas amorosas, bondadosas, tolerantes y benevolentes con nuestros amigos y vecinos de otras fes religiosas.
  2. El Señor espera mucho de nosotros.
  3. Padres, les ruego que enseñen a sus hijos y que ustedes mismos practiquen el principio de la inclusión y no el de la exclusión debido a diferencias religiosas, políticas o culturales.

Si bien es cierto que declaramos al mundo que la plenitud del Evangelio de Jesucristo ha sido restaurada en la tierra por medio del profeta José Smith y que exhortamos a nuestros miembros a compartir su fe y testimonio con los demás, nunca ha sido la norma de la Iglesia que a aquellas personas que decidan no escuchar más ni aceptar nuestro mensaje se les evite o se les pase por alto.

  • De hecho, es todo lo contrario.
  • El presidente Gordon B.
  • Hinckley nos ha recordado en repetidas ocasiones la obligación especial que tenemos como seguidores de Jesucristo; cito sólo una: “Cada uno de nosotros es un individuo.
  • Cada uno es diferente.
  • Debe haber respeto por esas diferencias “Debemos trabajar en forma ardua para edificar el respeto mutuo, una actitud de aceptación, con tolerancia del uno por el otro sin importar las doctrinas y filosofías que podamos abrazar.

Ustedes y yo podremos estar en desacuerdo en cuanto a ellas, pero podemos hacerlo con respeto y urbanidad” (Teachings of Gordon B. Hinckley, 1997, págs.661, 665). Como miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días entendemos que algunas personas nos consideran diferentes,

  • Nuestras doctrinas y creencias son importantes para nosotros; las aceptamos y las atesoramos.
  • En ningún momento propongo que no lo hagamos, sino que, por el contrario, nuestra peculiaridad y la singularidad del mensaje del Evangelio restaurado de Jesucristo son elementos indispensables para ofrecer a la gente del mundo una elección clara.

Tampoco estoy sugiriendo que nos involucremos en ninguna relación que nos ponga en peligro espiritual, tanto a nosotros como a nuestra familia. Debemos entender, sin embargo, que no todos van a aceptar nuestra doctrina de la restauración del Evangelio de Jesucristo.

En su mayoría, nuestros vecinos que no son de nuestra fe son gente buena y honorable, tan buenos y honorables como tratamos de serlo nosotros; cuidan de sus familias, como nosotros; desean hacer de este mundo un lugar mejor, como nosotros; son amables, amorosos, generosos y fieles, tal como nosotros esperamos serlo.

Hace cerca de 25 años, la Primera Presidencia declaró: “Nuestro mensaje refleja el amor que sentimos por la humanidad y el interés en su bienestar eterno, sin importarnos sus creencias religiosas, su raza o nacionalidad, sabiendo sin lugar a dudas que somos hermanos y hermanas debido a que somos hijos e hijas del mismo Padre Eterno” (declaración de la Primera Presidencia, 15 de febrero de 1978, véaseLiahona, abril de 1988, pág.32).

Ésa es nuestra doctrina: una doctrina de inclusión. Eso es lo que creemos; eso es lo que se nos ha enseñado. Debido a esa doctrina, nosotros deberíamos ser las personas más amorosas, amables y tolerantes de toda la gente de la tierra. Permítanme sugerir tres cosas simples que podemos hacer para evitar que nuestros vecinos se sientan excluidos.

Primero, conozcan a sus vecinos; entérense acerca de sus familias, su trabajo, sus puntos de vista. Reúnanse con ellos, si ellos están dispuestos a hacerlo, y háganlo sin ser persistentes y sin tener un motivo oculto. La amistad nunca se debe ofrecer como un medio para lograr un fin, sino que puede y debe ser un fin en sí.

  • Hace poco recibí una carta de una mujer que se acaba de mudar a Utah, de la que leeré una pequeña parte: “Debo decirle, élder Ballard, que cuando saludo a mis vecinos o les digo adiós con la mano, no responden a mi saludo.
  • Si paso cerca de ellos en mis caminatas diurnas o al atardecer tampoco responden a mis saludos.

Otra gente de color también expresa recibir la misma respuesta negativa a sus saludos amistosos”. Si hay miembros de la Iglesia entre esos vecinos, con toda seguridad deben saber que eso no debe suceder. Cultivemos amistades significativas de confianza y entendimiento mutuos con la gente de origen o creencias diferentes.

  1. Segundo, creo que sería conveniente eliminar un par de frases de nuestro vocabulario: “No miembro” y “no mormón”.
  2. Tales palabras pueden ser degradantes e incluso denigrantes.
  3. En lo personal, yo no me considero “no católico” ni “no judío”.
  4. Soy cristiano.
  5. Soy miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días y así es como prefiero que se me identifique, por lo que soy, en vez de que se me clasifique por lo que no soy.

Extendamos esa misma cortesía hacia aquellos que viven entre nosotros. Si se tiene que hacer una descripción colectiva, la palabra “vecinos” parece ajustarse en todos los casos. Y tercero, si los vecinos se molestan o se frustran por algún desacuerdo que tengan con La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos Días, o con alguna ley que apoyemos por razones morales, por favor no les sugieran —ni siquiera en broma— que piensen en mudarse a otro lugar.¡No puedo comprender cómo un miembro de la Iglesia podría siquiera pensar tal cosa! Nuestros antepasados pioneros fueron expulsados de un lugar a otro por vecinos malinformados e intolerantes.

  1. Pasaron dificultades y persecución extraordinarias porque pensaban, actuaban y creían en forma diferente a los demás.
  2. Si nuestra historia no nos enseña nada más, nos debería enseñar por lo menos a respetar el derecho de toda la gente a fin de coexistir pacíficamente con los demás.
  3. Ahora deseo hablar a todos aquellos que no son de nuestra fe.

Si hay asuntos que les preocupen, hablemos de ellos. Deseamos ser de ayuda. Pero por favor entiendan que nuestras doctrinas y enseñanzas las ha establecido el Señor, de modo que a veces tendremos que estar amigablemente en desacuerdo con ustedes, pero podemos hacerlo sin ser desagradables.

En nuestras comunidades podemos y debemos trabajar juntos en un ambiente de cortesía, respeto y urbanidad. Aquí en Utah, un grupo de ciudadanos conscientes formó la “Alianza para la Unidad”. Ese esfuerzo ha sido respaldado por nuestra Iglesia y por otras iglesias y organizaciones. Uno de sus objetivos es “procurar edificar una comunidad en donde se tomen en cuenta y se valoren los diferentes puntos de vista”.

Quizás nunca haya habido una época más importante para que los vecinos de todo el mundo se unan para el beneficio común del uno con el otro. Sólo pocas horas antes de empezar el doloroso proceso físico y espiritual de la Expiación, el Salvador se reunió con Sus apóstoles para participar en la fiesta de la Pascua —Su última Cena— y dar las últimas instrucciones que les impartiría en Su vida mortal.

Entre esas enseñanzas está la conmovedora declaración que cambiaría vidas: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros” (Juan 13:34 –35). Eso fue lo que el Señor enseñó a sus discípulos —incluso a “cierto intérprete de la ley”— por medio de la parábola del Buen Samaritano.

Y eso es lo que nos enseña a nosotros hoy por medio de profetas y apóstoles vivientes. ámense unos a otros; sean amables los unos con los otros a pesar de nuestras grandes diferencias; trátense unos a otros con respeto y urbanidad. Sé y testifico que Jesús es el Cristo, nuestro Salvador y Redentor, y sé que él espera que todos sigamos Su admonición de ser mejores vecinos, de lo cual testifico en el nombre de Jesucristo.
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¿Qué dijo Jesús de los niños?

«Pero Jesús dijo: Dejad que los niños vengan a mi,y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos» Cita la Biblia en Mateo 19:14. En el día de ayer el mundo fue participe de ver esta frase en practica durante la homilía pronunciada por el Papa Francisco en la Plaza San Pedro, un niño se acerco, abrazo y jugueteo un poco por el área y hasta se sentó en la silla. mintecon / Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información. plugin cookies ACEPTAR Aviso de cookies
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¿Qué pasa con las almas de los niños no nacidos?

El alma de estos niños está bloqueada en su proceso de evolución, a la espera de lo que les ha faltado: un cuerpo que llega a la luz del día, el reconocimiento como un ser humano único y la vuelta a la tierra en el momento de la muerte.
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¿Cuándo llegan los niños que no nacieron?

Mañana 30 de octubre los mexicanos recuerdan a los niños que no nacieron y a aquellos que no recibieron el sacramento del Bautismo antes de morir. De acuerdo con las costumbres y tradiciones de México, una mezcla de la cultura prehispánica y el catolicismo, las familias reciben mañana a los infantes del Limbo que, de acuerdo con algunos fieles, es un estado intermedio entre el cielo y el infierno, donde las almas de estos niños no sufren, pero no gozan de la visión de Dios.

  • Las creencias que han quedado arraigas entre los mexicanos indican que los niños que morían sin nacer o sin haber sido bautizados no podían ir al cielo, porque esa es una gracia que se recibe con el Bautismo, y al no recibirlo no podían acceder a la Gloria.
  • Pero que tampoco podían ir al infierno (ni al purgatorio), porque ahí solo se puede ir a causa de los pecados cometidos, y los niños no cometieron alguno.

Es el 30 de octubre cuando se espera a los llamados “limbitos” o “angelitos”, infantes que perecieron antes de nacer, por lo que en las ofrendas únicamente se les coloca agua bendita y una vela o veladora blanca. Mañana 30 de octubre los mexicanos recuerdan a los niños que no nacieron y a aquellos que no recibieron el sacramento del Bautismo antes de morir.

De acuerdo con las costumbres y tradiciones de México, una mezcla de la cultura prehispánica y el catolicismo, las familias reciben mañana a los infantes del Limbo que, de acuerdo con algunos fieles, es un estado intermedio entre el cielo y el infierno, donde las almas de estos niños no sufren, pero no gozan de la visión de Dios.

Las creencias que han quedado arraigas entre los mexicanos indican que los niños que morían sin nacer o sin haber sido bautizados no podían ir al cielo, porque esa es una gracia que se recibe con el Bautismo, y al no recibirlo no podían acceder a la Gloria.
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¿Qué pasa espiritualmente cuando pierdes un bebé?

Que Dice La Biblia Sobre Los Niños Especiales A veces hay almas que no necesitan vivir la escuela de la vida en esta tierra: con algunas semanas de vida en la barriguita de mamá han cumplido su misión. Para mí son ángeles, almas de sabiduría que vienen a dejarnos los más grandes aprendizajes. En nuestra cultura estamos acostumbrados a restarle importancia al fallecimiento de un hijo en el vientre, se considera una pérdida fácil de superar.

  • Pero nunca es así, una muerte no pasa en vano.
  • El fallecimiento de un hijo en vientre es la muerte también de un sinnúmero de ilusiones que venían con esa vida.
  • Con cada semana de embarazo hay nuevas ideas, nuevos sueños, nuevas esperanzas.
  • Una familia que pierde a su bebé en el vientre está en duelo, es necesario que esté en duelo.

Así mismo, es importante ritualizar esa perdida. Los rituales tienen una gran importancia a nivel simbólico en la psiquis de cualquier ser humano: nos ayudan a elaborar y resignificar el proceso vivido. Cargar al bebé, incluso vestirlo si ya estaba grande, acariciarlo, mirarlo, agradecerle y despedirnos es parte del proceso.

Darle a ese cuerpo el respeto que merece, cremarlo, enterrarlo, ofrecerle una misa o una ceremonia espiritual que vaya de acuerdo a las creencias familiares, hace parte también del ritual de cierre. Hacer el duelo es lo que nos permitirá cerrar amorosamente el proceso. No significa olvidar ni dejar atrás; por el contrario, se trata de hacer el proceso de elaboración que se requiere para recordar sin sufrimiento, para recordar desde la consciencia y el amor.

No solo es un gran regalo para la familia, sino también para los futuros hijos, si la familia desea tenerlos. Cargar a un hijo, a una nueva vida, de los miedos pasados, no vale la pena. Hacer el ejercicio de cerrar te permitirá darle a tu nueva semilla de amor el inicio que merece en este mundo.

Es así como una madre en ocasiones deja de llevar en su vientre una vida humana para llevar un ángel. Ese ángel nace en este mundo, entregando su cuerpo y recordándonos que siempre volvemos al lugar de donde provenimos. Traer al mundo a un ángel requiere un nivel de consciencia que muchos no tenemos: requiere tener absoluta certeza de que el vínculo que une a mamá, papá y bebé es un vínculo sagrado, un vínculo que trasciende las formas de esta vida, un vínculo eterno.

La unión es siempre la fuerza de una familia. Una mujer que dio a luz a un ángel me dijo una vez: “mi ángel me dio la fuerza que necesitaba”. Yo la miré y vi un rostro lleno de tranquilidad. El parto de una vida es siempre una experiencia de inmenso poder, pero el parto de un ángel es la mas poderosa que conozco.

No todos en esta vida tenemos la experiencia de ser madres o padres de un ángel, pero algunos tienen el privilegio: son personas con una fortaleza fuera de este mundo, no se dan por vencidas, son grandes guerreros que a pesar de ser infinitamente difícil decidieron seguir adelante para construir sus sueños.

Así como lo dijo una vez un padre: “nosotros elegimos si nos quedamos aquí o seguimos adelante y sino seguimos adelante esta muerte habrá sido en vano”. Hoy quise escribir este artículo en honor a todos los ángeles que nos han dado las más grandes lecciones en la vida.

Esas almas puras que nos han enseñado a confiar, a ver más allá de las apariencias, a creer en la magia del amor. Ellos se merecieron el cielo antes que nosotros. Nosotros seguiremos aceptando las lecciones de la vida para ganarnos lo que ellos en tan poco tiempo se ganaron. A ustedes, nuestros ángeles en el cielo ¡Gracias! A cada madre o padre de un ángel ¡Gracias! Gracias por enseñarnos que el amor no solo es la fuerza mas poderosa de este mundo, sino que trasciende todas las formas aparentes de este mundo.

Como decía Antoine de Saint-Exupery “Lo esencial es invisible a los ojos”.
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