Como Superar La Envidia Según La Biblia? –
- 25.10.2022
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como superar la envidia según la biblia? «Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido ni orgulloso». (1 Corintios 13:4) Para limpiar nuestro corazón de la envidia, debemos identificarla como pecado y confesarla a Dios. Si persiste, debemos empezar a orar por la persona que hemos hecho el blanco de nuestra envidia.
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¿Que Dios nos proteja de la envidia?
“Ven, Espíritu Santo de Dios, blíndame con tu poder para que me proteja de los envidiosos.” – En nuestras vidas, muchas veces pensamos que el mal no existe y por eso no nos protegemos. Podemos ser víctimas e, incluso contra nuestra voluntad, agentes del mal.
¿Cuántas veces no te has descubierto deseando un bien que ya es de alguien? Sí, el mal existe y tenemos que estar atentos contra cualquier sentimiento que no viene de Dios. ¿Cómo hacerlo? A través de la oración, que es nuestra mejor arma contra todos los maleficios, principalmente la envidia. Aquí un ejemplo de oración sencilla y bonita que circula por internet, de autor desconocido: En este momento en que me encuentro en oración en Tus brazos, Jesús, te pido la gracia de ser libre de este veneno que es la envidia, traída al mundo por Satanás.
Señor, te pido que vengas en auxilio de mis flaquezas y mis debilidades. Entrego de todo corazón a Ti, Señor, todos los momentos en que experimenté el sentimiento de envidia, ya sea con amistades o con bienes materiales. Te pido, Espíritu Santo, que vengas sobre mi corazón y sobre mi vida, liberándome de las raíces de la envidia.
- Ven, Espíritu Santo de Dios, dame un corazón puro y simple, que se alegra con aquello que soy y que tengo.
- Ven, Espíritu Santo, abre mis ojos a las riquezas que poseo.
- Ven, Espíritu Santo de Dios, blíndame con tu poder para que me proteja de los envidiosos que quieren perjudicarme a mí y a mis familiares.
Renuncio a toda envidia en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén! Te puede interesar: ¿Por qué tenemos envidia y cómo se supera? Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
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¿Qué consecuencias trae ser envidioso?
Además de dolor, la envidia provoca en quien la siente ansiedad, hostilidad, rabia y depresión. Y toma diferentes formas. En la etapa escolar, pueden ser las notas; en la adolescencia, las conquistas amorosas; en la adultez, el éxito material, laboral o familiar.
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¿Cómo quitar la envidia de mi corazón?
Rafael Santandreu 10/05/2018 00:07 Actualizado a 10/05/2018 03:49 La envidia es un sentimiento que está alrededor de nuestra vida. Es inevitable sentirla y sufrirla. Tener envidia y que te tengan envidia. Es una neurosis, por supuesto, pero es muy normal tenerla.
- Para lidiar bien con la envidia, lo principal es entenderla bien.
- La envidia es la sensación de injusticia que sentimos cuando vemos que alguien disfruta de la gloria que la vida nos usurpa.
- La envidia es un sentimiento de injusticia.
- Incluso de robo.
- Es una idea delirante pero así es la mente humana.
- Yo, por ejemplo, envidié a Jorge Bucay durante una época.
Me decía que ese escritor era un patán, cuando en realidad nunca había leído ninguno de sus libros. Sentía que yo me merecía su mismo éxito. Ya te digo que es delirante porque yo no había hecho sus méritos ni de coña, pero así es la locura humana. La envidia se cura dándose cuenta de que lo que poseen los demás no da la felicidad.
- Son anécdotas.
- Lo único que hace feliz a las personas es “no quejarse” y “valorar lo que sí posees”.
- Si haces eso y eres pobre, serás feliz.
- Si no lo haces, aunque seas rico, serás un desgraciado.
- No hay nada que envidiar porque no hay nada que dé la felicidad.
- Las glorias, los bienes, las comodidades, las parejas, las bodas y viajes no dan la felicidad.
Es mentira. Te lo dice un psicólogo que ve a mucha gente rica muy desgraciada.
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¿Qué dice la psicologia de la envidia?
La envidia. Cómo manejarla La envidia es una de las emociones menos toleradas en la sociedad, en la medida en que la expresión de la envidia se convierte en motivo de rechazo por parte de los otros, y es motor de comportamientos de destrucción y venganza hacia los demás. Para saner que es la envidia, es importante comprender que se trata de un sentimiento doloroso que es difícil de reconocer porque daña nuestra imagen, dado que supone asumir que deseo algo que no tengo y que otro si tiene; y esto nos puede hacer sentir tremendamente vulnerables.
- En la mitología griega, la envidia se relaciona con Némesis, diosa de la venganza que se encargaba de vengar a los amantes infieles, así como de aplicar justicia; y Ptono, dios de los celos.
- Es frecuente que la envidia elicite sentimientos de ira, destrucción, celos, y venganza como una forma de satisfacer o calmar la angustia y frustración de que yo no puedo conseguir algo; pero la ira y la venganza son un pobre manejo de este sentimiento se basan en destruir lo que otro tiene, en lugar de aportárnoslo a nosotros mismos, manteniéndonos insatisfechos frente al deseo.
Esta destrucción hace a la envidia un sentimiento inaceptable para uno mismo, pues es contrario a los sentimientos placenteros de amor, protección, alegría, y bienestar. Para saber que es la envidia y comprender este sentimiento, debemos saber que hemos crecido en un entorno donde la envidia ha sido considerada uno de los siete pecados capitales, donde aprendimos que es malo sentirla, y peor aun, expresarla. Y hemos asumido la idea de que hay una envidia que es sana y otra que no es sana ; pero todas estas enseñanzas no hacen sino empeorar nuestra tolerancia hacia la envidia: es un sentimiento más, y los sentimientos no son morales, no se pueden juzgar como algo malo o bueno.
Ningún sentimiento es malo o bueno por definición, simplemente es útil o no para nuestros propósitos y la situación en que se ha generado; pero los sentimientos son mensajes de lo que nos está sucediendo por dentro. La envidia es un sentimiento poco aceptado, y es muy poco frecuente que las personas que acuden a consulta hablen de él.
Pueden hablar de que quieren vengarse de alguien que les ha hecho daño, que otro ha sido malo con ellos, que otro tiene lo que ellos no tienen; pero rara vez mencionan claramente los sentimientos de envidia. Esto es así por el rechazo y vulnerabilidad que producen: si pensamos en reconocer abiertamente ante un amigo que le tenemos envidia por su nuevo puesto de trabajo, ¿resulta fácil? Incluso, ¿es fácil reconocer que la casa de ese vecino charlatán y tedioso es más bonita y espaciosa?
Lo habitual es que desplacemos esa envidia hacia la rabia contra esa persona que tiene lo que nosotros queremos, y que nos centremos en despreciarla (“el vecino es un pesado”) frente a aceptar nuestro propio sentimiento de envidia, pues esto implicaría reconocer nuestras carencias. Dando un paso más, imaginemos la situación de que se nos pasa por la cabeza que el novio de nuestra amiga es más guapo que el nuestro, la propone planes muy interesantes cada fin de semana, además la cuida cuando ella se pone enferma llamándola por teléfono, y hoy que es San Valentín la ha regalado dos entradas para su concierto favorito. Hasta aquí, podríamos alegrarnos por nuestra amiga; pero y si tu no has obtenido ni una postal por San Valentín y de hecho todavía estás esperando tu regalo de cumpleaños, hace tiempo que ya no te arreglas para salir con tu novio porque ya no te sientes especial, y es complicado sacarlo de Netflix.
En esta situación, estás sintiendo envidia si todas estas cosas son importantes para ti. Hay personas que con este ejemplo pueden pensar que eso no quita que se alegren por su amiga, ¿pero tampoco que te alegres por tu amiga quita que sientas envidia, no? Otras personas pensarán que este ejemplo les da igual, porque están satisfechos con su pareja o porque ninguna de estas cosas es importante para ellas.
Entonces, si piensas en las cosas que son importantes para ti y que deseas con mucha fuerza (tómate un minuto para hacer una lista mental), e imaginas que no las tienes, y es más; que otro las tiene y goza libremente de ellas; entonces estarás sintiendo envidia, y lo más probable es que trates de evitar este sentimiento pues es difícil de asumir.
La mayoría de personas evitamos nuestros sentimientos de envidia, por ejemplo podemos pensar en qué clase de amiga somos si envidiamos a nuestra amiga por lo que tiene y repetirnos incesablemente que estamos muy felices por ella; o felicitar a nuestro amigo por su puesto de trabajo porque se lo merece; pero esto solo encubre o trata de evitar la envidia que es muy desagradable; pues además solemos sentirla hacia personas cercanas, lo que hace aún más complicado asumirla porque ¿si le quiero, porqué le tengo envidia? La envidia es una emoción que se asocia a la destrucción y daño del otro, por eso negamos nuestros sentimientos de envidia en las relaciones íntimas, porque implica de algún modo aceptar el impulso de querer dañar a alguien a quien queremos. Esto no quita que algunas personas actúen con su envidia y dañen a sus amigos motivadas por ello, pero es común tratar de apaciguar estos sentimientos.
Esto sucede de otro modo cuando la envidia es hacia alguien que no consideramos importante, pero si tiene algo que deseamos, que es importante y que no tenemos; como en el ejemplo de la casa del vecino. En este caso es frecuente desplazar la envidia hacia la rabia contra el vecino, pues no nos importará echar pestes sobre él dado que no se pone en juego una relación de amistad.
Pero lo que estamos haciendo no es diferente del caso anterior: desplazamos el sentimiento de envidia hacia otro sitio, y en este caso, en lugar de reconocer que nos hace sentir vulnerables o carentes, el vecino se convierte en objeto de nuestra ira y maldad, y a veces puede favorecer comportamientos de destrucción hacia él (ya sea hablar mal del vecino, o ya sea ensuciar su jardín).
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