Transfiguración del Señor | |
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Transfiguración de Jesús, de Carl Bloch | |
Tipo | Religiosa |
Celebrada por | Catolicismo |
Ubicación | Fiesta Universal |
Fecha |
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Motivo | Transfiguración de Jesús |
La transfiguración de Jesús es un evento narrado en los evangelios sinópticos según san Mateo, san Marcos y san Lucas, en el que Jesús se transfigura y se vuelve radiante en gloria divina sobre una montaña. En estos pasajes, Jesús y tres de sus apóstoles, Pedro, Santiago y Juan se dirigen a una montaña ( Monte Tabor o Monte de la Transfiguración) a orar.
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Contents
¿Qué significado tiene la Transfiguración?
La Transfiguración se refiere al cambio de apariencia del Señor de la forma mortal del cuerpo con el cual sufriría y moriría a una forma glorificada con la cual resucitaría de entre los muertos. La raíz latina del término es la siguiente: ‘tras’ indica ‘a través’; y ‘figura’ señala la ‘forma’.
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¿Cuál es el mensaje de la Transfiguración de Jesús?
El mensaje de la Transfiguración de Jesús nos ofrece motivaciones de fondo para este propósito, enfatizando la necesidad de sembrar semillas de nueva humanidad, de compasión y generosidad, de justicia e inclusión.
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¿Qué significa Moisés y Elías en la Transfiguración?
Por lo tanto, es apropiado que Moisés y Elías se encuentren con Jesús en su transfiguración : tal como la metamorfosis de Jesús en la montaña anuncia su vida continua a través de la resurrección, la presencia de Moisés y Elías respaldan la capacidad de Dios para conferir vida eterna a los justos.
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¿Qué hay en Transfiguración?
Atractivos históricos La ruta truchera del pueblo de Transfiguración está extendida en todo su territorio y cuenta con 15 granjas al servicio del turismo. En este lugar podrás hacer un recorrido por los criaderos de truchas y disfrutar de una rica combinación de sabores.
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¿Cuándo es la Transfiguración del Señor?
El 6 de agosto, los católicos celebramos la Solemnidad de la Transfiguración del Señor, un acontecimiento narrado en la Biblia en el que Cristo, poco antes de su Pasión, se transfigura ante tres de sus discípulos sobre el Monte Tabor. El Papa Francisco recordó en 2018 que la transfiguración del Señor ayudó a sus discípulos y a nosotros “a comprender que la pasión de Cristo es un misterio de sufrimiento, pero, sobre todo, un regalo de amor infinito por parte de Jesús”; y además, nos ayuda a entender con mayor profundidad la Resurrección.
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¿Cuál es el proposito de la Transfiguración?
Importancia – La transfiguración es uno de los milagros de Jesús en los Evangelios. Este milagro es único entre otros que aparecen en los evangelios canónicos, en tanto el milagro le sucede a Jesús mismo. Tomás de Aquino consideraba que la transfiguración era “el mayor milagro” en el sentido de que complementaba el bautismo y mostraba la perfección de la vida en el Cielo,
La transfiguración es uno de los cinco hitos principales en la narrativa del evangelio de la vida de Jesús, siendo los otros su bautismo, crucifixión, resurrección y ascensión, En 2002, el papa Juan Pablo II introdujo los Misterios Luminosos en el rosario, que incluyen la transfiguración. En las enseñanzas cristianas, la transfiguración es un momento crucial, y el entorno en la montaña se presenta como el punto donde la naturaleza humana se encuentra con Dios: el lugar de encuentro de lo temporal y lo eterno, con Jesús mismo como punto de conexión, actuando como puente entre el cielo y la tierra.
Además, los cristianos consideran que la transfiguración cumple una profecía mesiánica del Antiguo Testamento según la cual Elías regresaría nuevamente después de su ascensión ( Malaquías 4: 5-6). Gardner (2015, p.218) afirma que: El último de los profetas escritores, Malaquías, prometió el regreso de Elías para mantener la esperanza del arrepentimiento antes del juicio ( Mal.4: 5-6 ),
El mismo Elías reaparecería en la Transfiguración. Allí aparecería junto a Moisés como un representante de todos los profetas que esperaban la venida del Mesías ( Mateo 17: 2–9; Marcos 9: 2–10; Lucas 9: 28–36 ). El sacrificio redentor de Cristo fue el propósito para el cual Elías había ministrado mientras estaba en la tierra,
Y fue la meta sobre la cual Elías le habló a Jesús durante la Transfiguración.
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¿Cómo se hace presente el Espíritu Santo en la Transfiguración?
Según una exégesis, que arranca de los Santos Padres, en la escena de la Transfiguración el Espíritu se hace presente en la nube que envuelve a Jesús y a los Apóstoles. Así Santo Tomás comenta: ‘Apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa’.
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¿Qué profetas aparecen en la Transfiguración?
Capítulo 33: Aparecen en gloria: La Transfiguración Jesús llevó a Pedro, a Santiago (Jacobo) y a Juan a la cima de un monte alto para orar. Al estar Jesús orando, descendió sobre Él la gloria de Dios y Su rostro brilló como el sol. Se le aparecieron Moisés y Elías, dos profetas del Antiguo Testamento, quienes hablaron de la próxima muerte y resurrección de Jesús. Mientras Jesús oraba, los apóstoles se quedaron dormidos. Al despertar, vieron la gloria de Jesucristo, de Moisés y de Elías. Escucharon la voz del Padre Celestial testificar: “Éste es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”. Los apóstoles tuvieron miedo y cayeron a tierra, pero Jesús los tocó y les dijo que no temieran. Cuando ellos miraron hacia arriba, los mensajeros celestiales se habían ido. Jesús les dijo a los apóstoles que no le contaran a nadie lo que habían visto hasta después de que Él muriera y resucitara. : Capítulo 33: Aparecen en gloria: La Transfiguración
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¿Qué es Transfiguración sinonimo?
Cambio de figura o aspecto de alguien o algo: 1 trasfiguracion, transformación, cambio, modificación, mutación, transmutación, transmudación, metamorfosis, alteración.
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¿Cómo supieron que eran Moisés y Elías?
LOS Evangelios pasan por alto la semana subsiguiente a los acontecimientos que acabamos de referir. Podemos suponer, sin peligro de equivocarnos, que se dedicó el tiempo, en parte por lo menos a instruir a los Doce con respecto al inminente cumplimiento de la misión del Salvador sobre la tierra, cuyas circunstancias espantosas los apóstoles difícilmente creían posibles de llevarse a efecto.
- Pasada la semana, a Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, b y con ellos ascendió a una alta montaña, donde podrían estar razonablemente seguros de no hallar interrupción humana.
- C Allí los tres apóstoles presenciaron una manifestación celestial que no tiene paralelo en la historia.
- Se conoce en los anales bíblicos como la Transfiguración de Cristo.
d Una de las razones porque el Señor se apartó fue para orar, y esta transcendental investidura de gloria vino sobre El mientras oraba. Los apóstoles se habían quedado dormidos, pero el refulgente resplandor de la escena los despertó, y contemplaron con temor reverente a su Señor glorificado.
“La apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente.” Aunque eran de materia terrenal, “sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos”; “y resplandeció su rostro como el sol”. Así fue como Jesús se transfiguró delante de los tres testigos privilegiados.
Lo acompañaban y conversaban con el Señor otros dos personajes, también en un estado de esplendor glorioso. Los apóstoles se enteraron, por medios que no nos son revelados, probablemente a través de la conversación que estaban sosteniendo, que estas dos personas eran Moisés y Elías el Profeta; y el tema de su conferencia con Cristo se refería a “su partida, que iba Jesús a cumplir en Jerusalén”.
Cuando estaban para apartarse los profetas visitantes, “Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés, y una para Elías, no sabiendo lo que decía”. Indudablemente Pedro y sus compañeros estaban turbados, “espantados” en extremo; y quizá a esto se deba la sugerencia de hacer tres enramadas.
Pedro “no sabía lo que hablaba”; sin embargo, aunque sus palabras parecen ser confusas y obscuras, se aclaran un poco si recordamos que en la fiesta anual de los Tabernáculos, se acostumbraba erigir un pequeña enramada para cada adorador individual, dentro de la cual podía apartarse y entregarse a su devoción.
El objeto de la proposición de Pedro parece haber sido la de demorar la partida de los visitantes. La sublime y pavorosa solemnidad de la ocasión no había llegado aún a su punto culminante. Mientras Pedro hablaba, “una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo Amado, en quien tengo complacencia; a él oíd”.
Era Elohim, e el Padre Eterno, que hablaba; y al escuchar esa voz de Majestad suprema, los apóstoles “se postraron sobre sus rostros”. Jesús llegó y los tocó, diciendo: “Levantaos, y no temáis”. Cuando alzaron los ojos, vieron que nuevamente estaban a solas con El.
- La impresión que la anterior manifestación causó en los tres apóstoles habría de ser inolvidable; pero les fue mandado expresamente que a nadie hablaran de ello sino hasta después que el Salvador hubiese resucitado de los muertos.
- Estaban confundidos por el significado de lo que el Señor había dicho acerca de su próxima resurreción de los muertos.
Habían escuchado llenos de tristeza, y ahora, contra su voluntad, estaban llegando a comprender la terrible certeza de que su querido Maestro tendría que “padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto”.
F Esto les había sido declarado previamente sin ambigüedad, con palabras que no podían prestarse a ninguna interpretación figurada; y con igual claridad se les dijo que Jesús se levantaría de nuevo; pero de este acontecimiento sólo tenían una comprensión nebulosa. La reiteración actual de estas enseñanzas no parece haber dado a los tres un entendimiento más claro de la resurrección de su Señor de entre los muertos, que el que habían tenido antes.
Parece que ningún concepto definitivo tenían de lo que significaba la resurrección, pues leemos: “Y guardaron la palabra entre sí, discutiendo qué sería aquello de resucitar de los muertos.” g El carácter definitivo del mandato del Señor de que a nadie dijeran lo que había acontecido en el monte sino hasta después que resucitara de los muertos, les impidió que lo comunicaran aun a sus compañeros entre los Doce.
Posteriormente, después que el Señor hubo ascendido a su gloria, Pedro testificó osadamente a la Iglesia concerniente al maravilloso suceso: “Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia. Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.” h Y Juan, confesando reverentemente delante del mundo la divinidad del Verbo, el Hijo de Dios hecho carne a fin de venir a vivir entre los hombres, solemnemente afirmó: “Y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.” i El propósito divino manifestado en la Transfiguración puede ser tan incomprensible para la mente humana como lo es formarse un concepto completo de su esplendor consiguiente cuando se describe verbalmente.
Sin embargo, se destacan ciertos aspectos de los resultados logrados. La manifestación fortaleció y alentó a Jesús. La expectativa de los acontecimientos que inmediatamente lo esperaban, por fuerza debe haber sido deprimente y desalentadora en extremo. Al recorrer fielmente el camino de la obra de su vida, había llegado a la orilla del valle de las sombras de la muerte, y era preciso vigorizar la parte humana de su naturaleza.
Así como al finalizar los angustiosos momentos del ayuno de cuarenta días y la tentación personal de Satanás, j lo ministraron ángeles enviados de lo alto, y en la hora agonizante de su sudor de sangre, nuevamente iba a ser fortalecido por el ministerio de ángeles, k también ahora, en este período crítico y decisivo, el principio del fin, acudieron visitantes del mundo invisible para consolarlo y animarlo.
- Los evangelistas del Nuevo Testamento no informan toda la conversación que se llevó a cabo en la entrevista de Jesús con Moisés y Elías el Profeta.
- La voz de su Padre, cuyo Primogénito El era en el mundo de los espíritus, así como su Unigénito en la carne, fue una confirmación suprema; sin embargo, la voz se dirigió a los tres apóstoles más bien que a Jesús, que, en la ocasión de su bautismo, ya había recibido la aceptación y testimonio del Padre.
La versión más completa de lo que el Padre declaró a Pedro, Santiago y Juan es la que hallamos en S. Mateo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.” Aparte de la proclamación de la naturaleza divina de su Hijo, las palabras del Padre también fueron categóricas y portentosas.
- Moisés, promulgador de la ley, y Elías, representante de los profetas—entre quienes especialmente descollaba por la distinción de no haber gustado la muerte l —habían ministrado a Jesús y lo habían obedecido.
- Con el mandamiento, “a él oíd”, se atestiguó el cumplimiento de la ley y la preeminencia del Mesías sobre los profetas.
Se había establecido una dispensación nueva, la del evangelio, respecto de la cual la ley y los profetas sólo habían sido una preparación. Los apóstoles ya no habían de guiarse por Moisés ni Elías el Profeta, sino por El, su Señor, Jesús el Cristo. Los tres apóstoles escogidos, “el Hombre de Piedra, y los Hijos del Trueno” habían visto al Señor en gloria; y se maravillaron de que tal cosa pudiera acontecer en esa época, en vista de que según ellos interpretaban las Escrituras, se había predicho que Elías el Profeta antecedería el advenimiento triunfante del Mesías.
- Mientras descendían de la montaña, preguntaron al Maestro; m “¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?” Jesús confirmó la profecía de que Elías vendría primero, es decir, antes del advenimiento glorioso del Señor en que estaban pensando.
- Mas os digo—añadió—que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.” Antes del nacimiento del Bautista, el ángel Gabriel le anunció a Zacarías que su hijo Juan obraría “con el espíritu y el poder de Elias” en calidad del precursor del Cristo, n y en su memorable tributo a la fidelidad y grandeza del Bautista, Jesús había afirmado que Juan era ese Elías particular.
- El contexto indica que las palabras de Jesús, en la ocasión de referencia “y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir”, o por lo general no serían aceptadas inteligiblemente.
- No fue posible que Jesús haya dado a entender que Juan y Elías el Profeta eran la misma persona; ni el pueblo pudo haber tomado sus palabras en ese sentido, porque los judíos repudiaban la falsa doctrina de la transmigración o reencarnación de los espíritus.
p La aparente dificultad deja de existir si se toma en cuenta que en las Escrituras no se intenta distinguir entre Elías Tisbita q y cualquier otra persona llamada Elías. La declaración de Gabriel, de que Juan, que aún no nacía en ese tiempo, tendría “el espíritu y el poder de Elías, indica que el nombre “Elías” es el título de un oficio.
Todo restaurador, precursor o enviado de Dios a preparar el camino para acontecimientos mayores en el plan del evangelio, es un Elías. De hecho, el apelativo “Elías” es al mismo tiempo un nombre personal y un título. En la dispensación actual, tanto el antiguo Elías, que perteneció a la época de Abraham—mediante el espíritu de cuyo oficio muchos han ministrado en distintas épocas—así como Elías el Profeta, han aparecido en persona y conferido su autoridad particular y separada a los portadores del santo sacerdocio en los últimos días, y las llaves que ellos ejercieron mientras estuvieron en la tierra existen actualmente en la Iglesia restaurada de Jesucristo.
La autoridad de Elías es menor que la de Elías el Profeta, pues la primera es una de las funciones del orden aarónico o menor del sacerdocio, mientras que la segunda pertenece al sacerdocio mayor o de Melquisedec. La profecía de Malaquías, de que antes del “día de Jehová, grande y terrible”, Elías el Profeta vendría a la tierra para “volver el corazón de los padres hacia los hijos y el corazón de los hijos hacia los padres”, r no se llevó a efecto en la misión de Juan el Bautista ni en la de ningún otro “Elías”; s su cumplimiento total se verificó el día 3 de abril de 1836, cuando Elías el Profeta se apareció en el Templo de Kirtland, Estado de Ohío, y confirió a José Smith y a Oliverio Cowdery las llaves de la autoridad que hasta ese momento él había tenido.
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¿Quién fue Elías en la historia de Moisés?
Introducción – Elías era un profeta del Antiguo Testamento que ministró al reino del norte de Israel cerca de 900 a.C. Un relato de su vida se encuentra en 1 Reyes 17 y 2 Reyes 2. Él tenía las llaves del poder sellador del sacerdocio por el cual las ordenanzas salvadoras cobran validez tanto en la tierra como en el cielo.
Elías tuvo un papel importante en la restauración de las llaves del sacerdocio en los tiempos del Nuevo Testamento y en nuestra dispensación de los últimos días. Debido al poder sellador restaurado por conducto de Elías el Profeta, los integrantes de las familias de todas las generaciones pueden estar unidos en relaciones eternas.
Este capítulo les ayudará a entender mejor las llaves del poder sellador del sacerdocio y la importancia de la venida de Elías el Profeta para el éxito de la obra de historia familiar. En nuestros días, el interés por la obra de historia familiar está floreciendo en todo el mundo, y se están construyendo templos para satisfacer la cada vez mayor necesidad de efectuar las ordenanzas del templo para todos los hijos de nuestro Padre Celestial.
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¿Que simboliza El manto de Elías?
El legado del manto de Elías el Profeta a Eliseo simbolizó el legado de la autoridad profética de Elías a Eliseo. En épocas contemporáneas a veces hablamos del ‘ manto ‘ de autoridad que el Profeta recibe cuando se le ordena y se le aparta.
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¿Dónde están Moisés y Elías?
(Nota: Este artículo es parte del estudio titulado: ¿Resurrección o vida inmediatamente después de la muerte? Se le aconseja al lector leer también los otros artículos de este estudio.) Otro registro que algunas veces es fuente de confusión en el tema de si los muertos están en realidad hoy vivos o no es el registro de la transfiguración del Señor, y de este la gente algunas veces concluye que estos profetas debieron haber estado vivos para poder aparecer en la escena de la transfiguración.
Este no tiene que ser el caso, como veremos en un muy cuidadoso análisis del texto. El registro de la transfiguración viene en el evangelio de Mateo en los versos 1 al 9 (también lo podemos encontrar en los evangelios de Marcos y Lucas). Ahí leemos: Mateo 17:1-9 “Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.
Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.
Al oír esto los discípulos, se postraron sobre sus rostros, y tuvieron gran temor. Entonces Jesús se acercó y los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis. Y alzando ellos los ojos, a nadie vieron sino a Jesús solo. Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la VISIÓN, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.” En este pasaje viene que Moisés y Elías habían tenido una conversación con Jesús y la pregunta es: ¿significa que estos dos profetas estaban vivos?, aunque por lo menos de Moisés leemos explícitamente en Deuteronomio 34:5-6: Deuteronomio 34:5-6 “Y murió allí Moisés siervo de Jehová, en la tierra de Moab, conforme al dicho de Jehová.
Y lo enterró en el valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor; y ninguno conoce el lugar de su sepultura hasta hoy.” Y en Josué 1:2 Dios dijo: ” Mi siervo Moisés ha muerto ” De acuerdo a lo que acabamos de ver en el artículo principal los muertos NO están vivos ahora.
Todos están durmiendo esperando la resurrección. El único que estaba muerto y ahora está vivo es el Señor Jesucristo, a quien Dios levantó de los muertos. Por lo cual, Moisés no podía estar vivo, ni físicamente hablar con Jesús el día de la transfiguración. Las resurrecciones no habían sucedido, así que Moisés no estaba vivo ese día.
¿Entonces qué pasó en la transfiguración? La palabra clave para entender esto es “visión” en Mateo 17:9, donde Jesús les dijo a los discípulos que “no contaran la visión a nadie”. Cuando Moisés y Elías hablaron con Jesús era una visión sobrenatural y por eso no requería ni significaba que esos dos profetas estuvieran vivos en ese momento.
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