Que Es Ser Espiritual Según La Biblia?

Que Es Ser Espiritual Según La Biblia
Sus otros significados se refieren a algo que es invisible al ojo humano, pero da muestras de fuerza en movimiento. La Biblia describe a Dios como el Ser espiritual Supremo. Una persona espiritual elige tomar sus decisiones basándose en lo que agrada a Dios y se deja guiar por su espíritu santo.
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¿Qué quiere decir ser una persona espiritual?

La espiritualidad es la vida interior. Las expresiones y prácticas de espiritualidad son personales; es cómo usted entiende el mundo y el universo en su interior. La espiritualidad no implica ser religioso. De hecho, muchos se consideran muy espirituales y para nada religiosos.
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¿Qué dice la Biblia sobre lo espiritual?

1. PERSPECTIVAS SOBRE ESPIRITUALIDAD Y SALUD DESDE UNA PERSPECTIVA TEOLÓGICA CRISTIANA – La espiritualidad se refiere al estado de la naturaleza del espíritu, algo inherente a todos los seres humanos. Es el ejercicio de lo espiritual. Según el teólogo Waldir Souza (2013, p.97), la espiritualidad es “una condición humana de la que no se escapa”, una dimensión existencial cultivada en las profundidades del ser que impulsa en su conocimiento y en sus actividades vitales.

Según el médico Puchalski (2006), la espiritualidad puede entenderse como una: la búsqueda inherente de cada persona para el significado y el propósito final de la vida. Este significado se puede encontrar en la religión, pero a menudo puede ser más amplio que eso, incluyendo la relación con una figura divina o con trascendencia, las relaciones con los demás (pp.14-15).

La espiritualidad es una dimensión que se desarrolla a partir de las experiencias que se desarrollan en el comportamiento (religioso o no). Desde una perspectiva de la teología cristiana, la noción de espiritualidad no se entiende como algo material, sino que es una dimensión trascendente, originada en Dios mismo que, por medio de su Espíritu, emana en toda vida: “El Espíritu de Dios me creó, y el aliento del Todopoderoso me dio vida” (Job 33:4).

El evangelista Juan dice que Dios es espíritu, y es importante que sus adoradores lo adoren en espíritu y en verdad” (Juan 4:23-24). Se entiende que los adoradores son aquellos que reconocen el Espíritu de Dios como la esencia vital y real en lo que se vive y se hace. Por lo tanto, es el Espíritu de Dios el que constituye el sentido de la vida.

Al mismo tiempo, Jesús dice que sus palabras “son espíritu y son vida” (Job 6:63). Cristo mismo es la Palabra, “la Palabra”, en la que emana el espíritu de vida y la experiencia de “todas las cosas de lo que se ha hecho y hecho” (Job 1:1-5). De este modo, la Palabra es la culminación de la espiritualidad cristiana, porque es una acción de Dios que, a través de Cristo, demuestra la esencia, el sentido y el propósito de la vida para el ser creado (Juan 1:1-4).

  • No basta con existir, sentir, tener esencia de vida, tener experiencia espiritual, tener una conexión con Dios.
  • Luego viene la religiosidad que no es más que una extensión de lo que es parte de la religión, entendido aquí desde su etimología latina, religare, que significa “reconexión”, es decir, una conexión entre el ser humano con Dios (DERRIDA, 2000).

Etimológicamente, la “salud” tiene su origen en el latín salutis, o salus, lo que significa salvar, sanar, eliminar o preservar la vida (LUZ, 2009). En este sentido, el significado de la salud designa una noción amplia que también debe contemplar una reflexión soteriológica.

La noción más utilizada de salud en la investigación académica es de la OMS (Organización Mundial de la Salud), que refuerza que la salud es una noción de bienestar físico, mental, espiritual y social completo. Para Scliar, esta noción busca expresar “una vida plena” (2007, p.37). En la noción teológica, una vida plena demuestra el don liberador y salvador de Jesús, que dio vida en abundancia (DURÃES E SOUZA, 2011).

La abundancia es tener un sentido de vivir incluso en medio de la condición humana, como la enfermedad. Esto se vuelve liberador en el supuesto de que no limita el concepto de una vida saludable sólo en tener (o no) una enfermedad. Más bien, sin embargo, es una vida que trasciende la condición humana de la enfermedad, con un enfoque en una vida de salvación.
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¿Cuáles son las características de una persona espiritual?

¿QUÉ SE ENTIENDE POR “ESPIRITUAL”? – Las cualidades espirituales, tales como la compasión y el perdón, son cualidades ampliamente valoradas que se encuentran en toda cultura y comunidad. Aunque reconocidas en virtualmente todas las tradiciones religiosas, no son patrimonio particular de una religión, denominación o grupo.

  1. Ellas pueden ser observadas en personas que creen – y que no creen – en un poder superior o Dios.
  2. Espiritualidad” se refiere a las cualidades que nos inspiran a llevar a cabo lo que es apropiado y bueno – para nosotros mismos y para los demás.
  3. Puede implicar experiencias con esas fuerzas superiores, especialmente las conexiones que tenemos con otros seres y nuestras interrelaciones con ellos.

Y también implica aplicar estas cualidades en nuestra propia vida personal, profesional y comunitaria. Nuestra intención es simplemente mostrar cómo estos recursos espirituales pueden ser utilizados en la construcción de comunidad para construir resultados más deseados y un mundo mejor.
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¿Cuál es la diferencia entre ser religioso y ser espiritual?

* La religión es para aquellos que necesitan que alguien les diga qué hacer y quieren ser guiados. La espiritualidad es para aquellos que prestan atención a su voz interior. * La religión tiene un conjunto de reglas dogmáticas. La espiritualidad invita a razonar sobre todo, a cuestionar todo.
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¿Qué es la espiritualidad ejemplos?

Significado de Espiritualidad La espiritualidad es el conocimiento, aceptación o cultivo de la esencia inmaterial de uno mismo, Espiritualidad es una palabra que deriva del griego. Está compuesta por la voz spiritus que significa ‘respiro’, – alis, que se refiere a ‘lo relativo a’, y el sufijo – dad, que indica cualidad.

Etimológicamente, espiritualidad es todo lo relativo a la cualidad de lo espiritual o espíritu. Vea también, La espiritualidad humana es definida como la conciencia de una parte de nosotros que no se manifiesta materialmente y que está ligada a algo superior a todos los seres vivos. En religión, la espiritualidad es dirigir la vida y el desarrollo espiritual según las enseñanzas y normas de un dios o profeta.

La espiritualidad cristiana, por ejemplo, tiene como base y fundamento las enseñanzas de Cristo y de sus discípulos. Vea también, La espiritualidad es un valor positivo y superior. Es una cualidad que determina, en la mayoría de los casos, un comportamiento coherente con los valores morales y éticos que ayudan al desarrollo individual.
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¿Qué es estar mal espiritualmente?

Ocurre cuando una persona no es capaz de encontrar fuentes de significado, esperanza, amor, paz, consuelo, fortaleza o conexión en la vida. Es posible que esto suceda cuando ocurre algo en nuestra vida que discrepa con las creencias sobre nosotros mismos y sobre cómo somos en el mundo.
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¿Cuál es la fuerza espiritual?

La fuerza del espíritu Conoce los pasos a seguir para llegar a una plena y elevada espiritualidad. Todo lo que hay en el universo es energía. Y la energía, en su forma más elevada -cuando las frecuencias a las que vibra son más rápidas-, es el espíritu.

Si la energía en sus frecuencias más bajas y más materiales es la causa de los problemas, las altas frecuencias espirituales son su solución: si logras acceder a ellas, lo cual está al alcance de todos, habrás comprendido que el espíritu es aquello que te hace formar parte de la esencia divina, que ese es tu destino y que los problemas no son más que ilusiones que crea tu mente.

La fuerza del espíritu no solo te convence de la necesidad de descubrir tu verdadero yo a través del espíritu, para así vivir conforme a la armonía y la felicidad; también explica los pasos que hay que dar para lograrlo: el reconocimiento, la percepción y la reverencia.
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¿Qué acciones fortalecen nuestra vida espiritual?

Espiritualidad y salud mental: pandemia virus SARS-CoV-2 Entrevistamos a Maribel Rodríguez, doctora en Medicina, médico psiquiatra, máster en Psicoterapia y experta en Logoterapia y en Hipnosis. Ha sido profesora de la Facultad de Medicina de la Universidad San Pablo CEU y de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Pontificia de Comillas.

  • Actualmente es directora de la Cátedra Edith Stein en el Centro Internacional Teresiano Sanjuanista (CITeS) de Ávila, cuya tarea central es tender puentes entre antropología, psicología y espiritualidad.
  • Ejerce su actividad clínica en su consulta privada en Madrid.
  • ¿Qué definición propone del término espiritualidad? Las definiciones de lo que es la espiritualidad son muy variadas, quizás haya tantas formas de vivirla como personas.

Procuraré resumir las que me parecen más acertadas, con una variedad de opciones en la que cualquier persona pueda encontrar su manera de entender la espiritualidad. La espiritualidad tiende a considerarse como la dimensión más esencial del ser humano, o a relacionarse con aspectos inmateriales de la existencia, como nuestra capacidad de amar o de tener compasión o de sacar fuerzas de lo más profundo de nosotros mismos.

También se asocia con la trascendencia, con la esperanza, con la inspiración, con el propósito y con el sentido de la vida y con el sentido último de todas las cosas. En otros casos se ha relacionado la espiritualidad con la capacidad de conectar armónicamente con lo más profundo de uno mismo, con los demás, con la naturaleza, con Dios o con una realidad superior.

O bien se ha entendido como lo que inspira y alimenta el amor, la ética, la creatividad, la consciencia o la percepción de lo sagrado. Viktor Frankl plantea que la espiritualidad es lo que tenemos de humano y la dimensión esencial en la que acontece nuestra existencia.

  1. La espiritualidad puede aportar ciertos recursos internos y puede darnos fuerzas, creatividad, humanidad o sentido a la vida.
  2. Algo que puede ser muy importante en las situaciones difíciles que se nos presentan, aportándonos elementos que permitan superarlas o afrontarlas mejor.
  3. ¿Cuál es la relación entre espiritualidad y salud mental? En la mayoría de los estudios que tratan de buscar esa relación, se encuentra una asociación positiva entre cultivar la dimensión espiritual y mejor salud mental (menos ansiedad, menos depresión, menos adicciones, menos riesgo de suicidio, mejor pronóstico de enfermedades mentales, etc.).

La espiritualidad también se ha relacionado con un mayor bienestar psicológico. No obstante, hay algún estudio que pone de manifiesto que esa relación puede ser inversa cuando se viven formas de espiritualidad más infantiles o narcisistas. Por lo que habría que discernir, en cada caso, si la espiritualidad lleva a mirar más allá de uno mismo y a amar más a otros (y en este caso hablaríamos de espiritualidad más “saludable”), o bien si la espiritualidad es una forma de regresión narcisista al servicio de los propios egoísmos (y en ese caso, esa manera de vivirla nos perjudicaría y no sería “saludable”).

A la hora de abordar el sufrimiento psíquico en las circunstancias actuales, ¿cómo debe acercarse el clínico a la exploración de la dimensión espiritual del sujeto? Hay varias formas de acercarse a la espiritualidad del sujeto, con dos líneas fundamentales de abordaje. La primera es preguntando directamente si a una persona en concreto la religiosidad o la espiritualidad le ayuda a sobrellevar mejor su situación de sufrimiento (lo que incluiría preguntar aspectos generales de su visión espiritual y por prácticas espirituales o religiosas que le puedan resultar de ayuda).

También es importante preguntar si esa religiosidad o espiritualidad puede generarle algún problema (pensemos en cuando se vive de forma estricta, cuando hay conflictos con una comunidad, etc.). La segunda línea general de abordar la cuestión es con preguntas más indirectas, como plantearle a la persona qué le está dando fuerzas en estos momentos de dificultad o qué le ha dado fuerzas en otros momentos difíciles de su vida (muchas veces surgen alusiones a la espiritualidad).

En cuanto a los profesionales de la salud, ¿cree que deben cuidar la dimensión espiritual o que, sin saberlo, ya lo están haciendo? ¿Tiene que ver este cuidado con comulgar con una confesión religiosa o es aplicable a cualquier ser humano? No considero que el cuidado de la dimensión espiritual se pueda considerar como un “deber”, sino que creo que es una oportunidad de crecer y de encontrar fuerzas adicionales y sentido ante lo que nos toca vivir.

Creo que todo ser humano que busca expresar ciertos valores en su vida, como el bien y la verdad, la justicia o el amor, ya está poniendo de manifiesto algo espiritual que le construye como persona y que le ayuda a dar sentido a su vida cotidianamente.

El hacernos conscientes de ello nos puede ayudar a cultivarlo con más énfasis y a darnos cuenta de cómo nos llega a construir como personas, de una manera más completa, aportándonos más riqueza, profundidad, más luz y fuerzas para combatir las dificultades que tenemos que atravesar en nuestros días.

Ese cuidado puede hacerse dentro o fuera de una confesión religiosa. Al ser una dimensión constituyente de todo ser humano, se da en todas las personas, tanto si son religiosas como si no. La diferencia es que la religión aporta, entre otras cosas, un método de cultivar la dimensión espiritual y un camino compartido con otros.

¿Cómo se cultiva esa otra escucha de uno mismo y de los demás? Más aun teniendo en cuenta que están en circunstancias muy adversas por lo que respecta a la propia seguridad, desbordados por la virulencia de la infección, viéndose obligados a ser los únicos acompañantes de enfermos moribundos o teniendo que informar a sus familias.

Hay muchas formas de cultivar esta dimensión. Creo que la principal, en estas circunstancias, es aprender a mirar lo mejor y más profundo de nosotros mismos y a potenciarlo, siendo conscientes del bien que podemos albergar y aportar a otros, valorando lo que somos como seres humanos que tienen la oportunidad de traer salud, alivio y compañía humana a otras personas que sufren (pacientes y compañeros de trabajo).

Ser conscientes de qué puede ser esa dimensión espiritual, preguntarnos por ella, explorándola para conocernos mejor a nosotros mismos, Conocernos puede hacer que nos demos cuenta de esa dimensión que todos tenemos en lo profundo y que puede aportarnos luz y fuerzas en la adversidad y ayudarnos a afrontar las dificultades cotidianas que nos toca vivir.

Cultivar la conexión con la espiritualidad: con oración, meditación, petición, intención de tener compasión y amor (hacia nosotros mismos y hacia los demás), lecturas espirituales, etc. También puede ayudar el hecho de darnos espacios para el silencio (aunque sea durante segundos), para estar con nosotros mismos y cultivar así nuestra vida interior. Podríamos aprovechar ese silencio interior para mirarnos con empatía y amor, apoyándonos en la perspectiva de que algo que nos sostiene desde dentro o más allá de nosotros puede ser de gran ayuda ante la adversidad. Otra opción puede ser hacer una oración en mitad de la acción pidiendo fuerzas, pidiendo por la salud y el bienestar del paciente que tenemos delante o simplemente transmitiéndole acogida y cariño (algo que es también fundamental hacer con nosotros mismos). También se puede meditar poniendo plena atención al momento presente y a lo que toca hacer en este momento, dejando de lado distracciones y “ruidos” mentales.

Tener experiencias comunitarias: tener una red de encuentro y de soporte, dentro de la misma fe, perspectiva espiritual o práctica de meditación, puede ser también de gran ayuda. En nuestro trabajo, también ayuda si compartimos algo de esa práctica con compañeros que tengan una perspectiva similar a la nuestra, o al menos podemos hablar de ello y apoyarnos mutuamente.

Buscar el sentido de la vida, como planteaba Viktor Frankl, captando el valor de lo que hacemos y de lo que sucede en cada momento, También se puede buscar el sentido mirando la vida desde una perspectiva global de nuestra existencia o buscando el sentido último de todas las cosas (como, por ejemplo, tratando de percibir un orden implícito que lo sostiene todo).

Buscar sentido al sufrimiento: ante el sufrimiento, Viktor Frankl propone poner en marcha los valores de actitud. Por ejemplo, tomar consciencia de que ante lo que estamos pasando puede existir la posibilidad de adoptar una actitud constructiva, viéndola como posibilidad de aprendizaje, entrega, superación personal, cooperación con otros, etc. Para Frankl esa libertad de cultivar la mejor actitud posible se sostiene en la capacidad del espíritu para oponer resistencia a circunstancias adversas.

Cultivar la aceptación, dándonos cuenta de que nuestro yo no es el que lo controla todo y de que la realidad que nos rodea es más que nosotros mismos y nuestros deseos. Para las personas religiosas, esto se manifestaría poniendo todo lo que no pueden controlar en manos de Dios y centrando la acción en lo que realmente sea posible controlar. La aceptación es un elemento fundamental para tolerar la incertidumbre y desarrollar humildad y apertura ante la realidad.

Cultivar la libertad interior: lo que quiere decir que en nuestro interior hay un espacio íntimo en el que no puede entrar nadie más que nosotros, desde donde podemos mirar lo que ocurre fuera con más libertad y perspectiva, así como encontrarnos con nosotros mismos en lo más íntimo y profundo que tenemos. Tomar consciencia de la libertad interior nos permite ejercerla y tener más capacidad de elección, lo que puede dar más posibilidades de crecer en la adversidad.

Tomar consciencia de fuerza del amor y ponerlo en práctica: el amor es fundamental para sobrevivir en situaciones adversas, para unirnos a otros y dar sentido a la relación de ayuda. Ese amor debe incluirnos también a nosotros mismos para ser completo y debe llevarnos a cuidarnos de manera adecuada. A su vez, el amor nos ayuda a mirar más allá de nosotros mismos y aumenta las posibilidades de que podamos ver más allá de nuestro dolor. En la situación que vivimos hay muchas vías de expresar ese amor, desde el cuidado de nuestros pacientes actuando con ellos como nos gustaría ser cuidados nosotros, hasta el cuidado y respeto a las relaciones con nuestros compañeros, familiares, etc., pues a todos nos toca, hoy en día, bregar con una dosis, mayor o menor, de sufrimiento.

Cultivar la consciencia de la belleza: la belleza aporta sentido, nos abre el horizonte hacia una percepción más amplia de las situaciones dolorosas, de tal forma que, si prestamos atención a la belleza de las pequeñas cosas cotidianas, es más fácil poder soportar los días adversos y que la negatividad no nos invada. Puede consistir en darnos tiempo para ver imágenes que nos resulten bellas, percibir detalles cotidianos que nos inspiren esa belleza en mitad de las dificultades que nos toquen vivir (a veces, tan sólo mirar por un instante la luz que entra por la ventana, nos puede conectar con la belleza y aliviar nuestro malestar).

El filósofo Wittgenstein acaba el “Tractatus Lógico-Filosófico” con el aforismo: “de lo que no se puede hablar, más vale callar”. ¿Qué le sugiere? ¿Recomendaría una cierta dosis de silencio en las actuales circunstancias? Sí, necesitamos silencio ante lo que aún no podemos comprender y asimilar.

Lo que no quiere decir que una vez comprendido, discernido y sometido a un juicio crítico, no podamos hacer un análisis correcto de la situación y actuar en consecuencia. Por último, como directora de la Cátedra Edith Stein de Ávila, ¿qué nos diría una mística como ella hoy? Creo que nos diría fundamentalmente que el sufrimiento tiene sentido, siempre y cuando sepamos mirarlo desde el lugar más profundo de nosotros mismos, con apertura al amor, a la entrega y a la empatía con el sufrimiento de otros.

Para ella, el sufrimiento supone una oportunidad de aprender y de estar más unidos a un Dios que sufre con nosotros porque se ha permitido vivir la vulnerabilidad humana en la cruz, por lo que nos acompaña hasta en los dolores más intensos de la vida.
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¿Cuál es la falsa espiritualidad?

PONENCIAS CONGRESO / COMMUNICATIONS CONGRESS La falsa espiritualidad: un tema trascendental, y un mensaje de esperanza, en un mundo de cambios Alberto Alfaro Keim Φ Universidad del Pacífico RESUMEN Actualmente, ha habido un resurgimiento frente a la importancia de la espiritualidad en el mundo.

  1. Existe poca información respecto a este asunto, hay mucha confusión con respecto a todo lo relacionado con la espiritualidad.
  2. Este trabajo presenta una mirada, social, existencial y personal, desde un paradigma transpersonal, frente a la falsa espiritualidad.
  3. Se realizaran aclaraciones de temas fundamentales como: el desarrollo espiritual, desarrollo psíquico, el amor, el temor, las sectas, los maestros y los pseudos maestros espirituales.

Se realizara una crítica con respecto a las incongruencias sociales y la poca responsabilidad de las personas frente a sus vidas y al mundo. Finalmente, mostrare la importancias de un enfoque transpersonal frente la aclaración y aceptación de las experiencias místicas.

  • Uno de los objetivo del trabajo es mostrar al lector, su responsabilidad y capacidad de elección frente a este tema como cualquier otro, quitando así la sensación de impotencia y victimización frente a la vida.
  • Otro objetivo, es desmitificar la espiritualidad y mostrar su real aplicación en la vida diaria.

Otro tema trascendental es conocer la vida como dicotomía, pudiendo aceptar la contradicción, pudiendo integrar esta polaridad en nuestras vidas. INTRODUCCIÓN. La falsa espiritualidad en el mundo actual, es un tema que cada ser humano vive, en distintas etapas de su vida, y de manera muy diferente uno de otros.

Cada individuo tiene una necesidad espiritual, sentirse lleno, integrado, buscando la armonía y/o la felicidad, sin embargo, los medios para encontrar esa felicidad, pueden ser engañosos, ya que cada persona sigue un camino distinto, buscando llenar espacios vacíos de alguna u otra forma. Con el desarrollo tecnológico del mundo actual, se ha impuesto en la vida individual el consumismo, para ser feliz, o trascender como persona, la vía más fácil y rápida es a través de lo material.

Pero este camino es un camino vacío, sin metas importantes, o transcendentales, debido a esto, es que han resurgido, tantos “gurús, chamanes, y maestros”. Las personas con afanes de lograr los objetivos nombrados, sin grandes conocimientos, disconformes con las religiones tradicionales, buscan respuestas a sus preguntas y solución a sus problemas, encontrando cobijo en estos nuevos movimientos espirituales.

  • Por esta razón, se expondrá en el presente trabajo, “La falsa espiritualidad”.
  • Donde el objetivo fundamental serán; guiar al lector en cómo diferenciar un verdadero maestro, de un seudo “maestro”; una verdadera arte espiritual, de una comunidad a una peligrosa secta, siendo lo más importante la formación de las personas para elegir y hacerse responsables de los caminos y las consecuencias de sus actos, ya que la tendencia social es culpar a los líderes de estos grupos y se le quita responsabilidad a los seguidores de estas prácticas espirituales.
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Este trabajo tiene como finalidad, informar a las personas que la responsabilidad y elección en sus vidas, no la tienen las autoridades ni los líderes espirituales sino que la tiene cada uno. RELIGIONES TRASLATIVAS Y TRANSFORMATIVAS. Ken Wilber en el libro, “Una Visión Integral de la Psicología”, plantea que las religiones cumplen con dos funciones diferentes e importantes, existiendo religiones traslativas y transformativas.

  • En el primer caso, cambiaremos tan sólo la apariencia externa, la manifestación visible y observable.
  • En la traslación cambian las capas más superficiales.
  • Ahora bien, no se ha llegado a tocar la realidad superior, el verdadero fondo: el Espíritu.
  • Aquello que no es un nivel, sino un estado.
  • Con la traslación el yo se duerme en el mundo.

Este tipo de religión es la que representa el “opio del pueblo” ya que mantiene a las personas felices, tranquilas y seguras. Funcionan en base a dogmas y se pide la obediencia de sus fieles. Constituye un movimiento horizontal, siendo esta, la función más conocida y difundida de la religión.

La mayoría partimos con una religión traslativa, que formas una personalidad y funciona en masa, el comportamiento es el socialmente establecido, lo que da pocas posibilidades de ser original y se tiende a la rigidez de conceptos. El paso a una religión transformadora lleva consigo un rompimiento de la personalidad y la aparición del individuo, es personal y acoge su propia autoridad en su vida más que la autoridad de otros.

Las religiones transformadoras, no fortalecen al yo, sino que lo destruye, no proporciona consuelo, fortaleza o satisfacción, sino que ruptura y revolución. En la transformación, damos un salto cuántico, porque es el salto hacia el reconocimiento y la práctica diaria del Espíritu.

  1. La verdadera transformación requiere práctica diaria y la aplicación de ella a todos los ámbitos de la realidad, no una simple lectura sobre lo luminoso.
  2. Si la religión traslativa proporciona legitimidad, la religión transformadora proporciona autenticidad.
  3. La espiritualidad transformadora, la espiritualidad auténtica, es por tanto, revolucionaria.

No legitima el mundo, sino que rompe con él, no consulta al mundo, sino que lo desarticula, y no se ocupa de satisfacer al yo, sino de trascenderlo. A la religión transformativa, prefiero llamarla espiritualidad ya que religión la siento asociada con dogmas, que para mi parecer son los que coartan el libre albedrío.

Para mi el objetivo es regresar a la espiritualidad y olvidar la religión, para que las religiones organizadas tengan éxito debe hacer que la gente las necesite, para ello deben hacer que las personas pierdan su fe en ellos mismos, para luego hacer creer que ellas tienen las respuestas que tu no tienes, luego hacen que aceptes su verdad sin cuestionarla.

La religión pide que dudes de ti mismo y de tu esencia divina para que pueda existir, en realidad no necesitamos que nos den las respuestas, ya que tenemos todas las respuestas, solo hace falta que creamos que la tenemos y comencemos a vivir la verdad más grande que queramos crear, la religión es la que crea los agnósticos, podríamos decir que las religiones son las que forman el temor a Dios, son las que hacen que nos avergoncemos de nuestros cuerpos y sus funciones naturales.

  1. Por donde quiera que ha ido la religión ha creado desunión, lo que para mi es lo opuesto a Dios.
  2. La religión separó al hombre de Dios, al hombre del hombre y al hombre del mundo.
  3. Ahora que sabemos que todos somos uno y que Dios no está por encima del hombre sino que el hombre es parte de Dios.
  4. ¿Por qué seguimos con los mismos modelos económicos, políticos y religiosos? ¿Por que no formamos nuevos modelos que incluyan los nuevos paradigmas? La humanidad debe comprender que cada ser es el responsable de su propia vida, atrae para sí aquello con lo que se identifica, ese es el libre albedrío.

Se puede usar de mil maneras despertar su conciencia, optar por seguir sin ver, ser feliz o estar triste. La humanidad va en dirección a sentir la unidad, esta unidad ya está comprobada científicamente, solo falta que la comprobemos experiencial y conscientemente.

  • Esta es una verdad que muy pocos están dispuestos a vivir ya que trae una gran responsabilidad, mi único objetivo es mostrar lo que estoy viendo y viviendo en mi vida, si todos somos luz tenemos la capacidad de irradiar esa luz en cada momento y lugar.
  • AMOR Y TEMOR, EN NUESTRA VIDA Este tema tiene una vital importancia para el desarrollo del trabajo, ya que las dos emociones primarias del ser humano son el amor y el temor, de ellas nace el resto de las emociones.

En los libros de conversaciones con dios, Neale Donal Walsch expone: El temor es la energía que contrae, cierra, capta, huye, oculta, acumula y daña; El amor es la energía que expande, abre, emite, permanece, revela, comparte y sana; El temor cubre nuestro cuerpo de ropa, el amor nos permite permanecer desnudos; El temor se aferra a todo lo que tenemos, el amor lo regala; El temor prohíbe; el amor quiere; El temor agarra: el amor deja ir; El temor duele; el amor alivia; El temor ataca; el amor repara.

Cualquier pensamiento, palabra o acto humano se basa en una emoción o la otra. La mayoría hemos elegido el camino del temor, porque es el que nos han enseñado, nos han educado desde niños a tener miedo a la vida, y obedecer ciegamente a nuestros superiores. Una forma de revertir esta situación, es dejar de escuchar los mensajes externos y comenzar a escuchar a nuestro interior, así sabremos realmente, si todo lo demás es verdadero o es falso, correcto o equivocado, malo o bueno, es nuestra brújula que nos muestra el camino a seguir en nuestra vida.

Son nuestros valores personales los que deberían guiar nuestra vida, no los valores sociales. DESARROLLO ESPIRITUAL Y DESARROLLO PSÍQUICO. Existe una gran confusión social con respecto a la diferencia y distinción de estos dos aspectos del ser humano. Guénon en su libro Verdaderos y falsos instructores espirituales.

Señala uno de los males de nuestro tiempo, la confusión permanente entre el psiquismo y la espiritualidad. Cuán frecuente es oír desatinos tales como “Esa señora es muy espiritual. Además de ser vidente, tira muy bien el tarot”. Siendo que estas características, son más bien, propiedades psíquicas. Para abordar de mejor manera este punto, es necesario explicar en qué consiste un desarrollo espiritual y un desarrollo psíquico.

Por medio de un desarrollo espiritual se puede acceder a un desarrollo psíquico, ya que, es parte del proceso, pero no necesariamente un desarrollo psíquico conlleva a un desarrollo espiritual. Ken Wilber señala que existen cuatro estadios o fases del desarrollo espiritual; La creencia, La fe, La experiencia directa, La adaptación permanente.

Dicho de otro modo; uno puede creer en el Espíritu, uno puede tener fe en el Espíritu, uno puede experimentar directamente el Espíritu y uno puede devenir Espíritu. Las dos primeras van relacionadas con un proceso de aprendizaje por el cual pasan todas las personas, que son parte de una religión, pero las otras dos van relacionadas con un trabajo personal del buscador de la verdad que va de regreso a su conciencia divina.

La apertura de esta conciencia va relacionada con concederse a uno mismo lo que me haga sentir bien y descubrir que existen placeres mayores todavía. El sentirse bien es una forma de decirte, que tu último pensamiento fue verdad, que tu última palabra fue sabiduría, y que tu última acción fue amor.

Los maestros dan herramientas y técnicas que ayudan en el camino, pero definitivamente esas técnicas son ayudas, no son el camino. El cómo se ocupan las herramientas, es responsabilidad de cada ser. En el desarrollo espiritual, la conciencia lo es todo, la conciencia es la base de toda verdad y, por lo tanto, de toda espiritualidad verdadera.

La espiritualidad es un estado del Ser, que no puede ser enseñado, pero puede ser transmitido viviendo continuamente en ese estado, consientes de la unidad con la totalidad. Este estado de amor, paz y alegría es percibido por las personas que te rodean, produciendo un cambio en la forma de ver y actuar en el mundo.

El desafío real es sentir la unidad en cualquier momento de la vida. Para mí es fácil ser santo en el Himalaya, aislado del mundo, meditando todo el día, sin compromisos o tareas mundanas. Lo difícil es alcanzar ese estado de unidad, en la ciudad, con esposa, hijos, trabajando ocho horas diarias y conviviendo con personas todo el día.

Para mí, esta es la verdadera espiritualidad, la espiritualidad del día a día, que está implicada en la vida cotidiana de cada persona. En el desarrollo psíquico las sensaciones experimentadas dejan una huella en nuestra Memoria mental y espiritual. Los poderes psíquicos están relacionados con el sexto sentido, todos tenemos este sexto sentido, pero al no creer que lo tenemos, no se ocupa, y se mantiene atrofiado, el sexto sentido debe ser desarrollado, este desarrollo va relacionado con la intuición, la intuición es el oído del alma, por lo que el sexto sentido es el sentido del “saber”.

  • Con el desarrollo de los Chacras (centros energéticos del ser humano, los principales son siete), mediante la disciplina interna, viene un aumento de las características psíquicas.
  • Con estas referencias quiero presentar la diferencia entre ambos desarrollos ya que algunas sectas o seudo caminos espirituales le dan importancia a las experiencias y poderes psíquicos confundiéndolos con poderes espirituales siendo esta muchas veces la causa por la que tantos jóvenes siguen a estas disciplinas y practicas, encandilados por algunos poderes psíquicos como la telequinesia, adivinación, telepatía, ver el aura, prestidigitación, entre otras.

INCONGRUENCIAS SOCIALES FRENTE A LAS SECTAS Quiero presentar mi punto de vista con respecto al tema de las sectas pseudo espirituales. He encontrado muchos grupos de las mas diversas índoles, todas con enfoques muy interesantes, presentando soluciones o puntos de vista distintos a los que se conocen y afirmando tener la solución a los problemas de la vida, les aseguro que ninguno de los miembros de estos grupos actúa de forma incorrecta según su percepción de la realidad, todos creen que están en lo correcto, y hacen lo mejor que pueden por solucionar los problemas que enfrenta la sociedad, el problema es que cualquiera que piense diferente a ellos esta mal, equivocado, es pecador, o simplemente no tiene idea de lo que está hablando, esta mentalidad sectaria la podemos presenciar en todo tipo de instituciones sociales, países, religiones, partidos políticos, militares, agrupaciones deportivas, movimientos ecologistas, comunidades, etc.

  1. Una de las características más controversiales de las sectas destructivas, son los suicidios colectivos de decenas o centenares de personas, por supuestos motivos religiosos, aunque sea bajo su voluntad, y estén convencidos que hacen lo mejor, son juzgados por ser amoral.
  2. Por otro lado, los países mandan a la guerra a miles de jóvenes que no desean morir, pero que siguen una ideología y hacen caso a las órdenes de sus superiores, los mandan a morir y a matar, por intereses políticos de unos pocos, y eso es completamente permitido, aceptado y premiado por ser moralmente correcto, y llaman a esto, nacionalismo.

Realmente creo que algo no esta del todo claro. Una persona que sufre por un cáncer y pide la eutanasia, es impedida de realizar ese deseo por ser poco ético ya que el suicidio es malo, pero una persona que se suicida fumando, bebiendo alcohol, alimentándose con productos químicos que son veneno para el organismo, es permitida, aceptada y premiada por ser socialmente ético y necesario.

Vivimos en una cultura que necesita urgentemente una inyección de amor, ya que el amor es la única solución efectiva a los problemas sociales. Si un gran grupo sectario se siente atacado por otro con menor poder, inmediatamente trata de hacer que cambien de actitud, si no lo consiguen por la razón, están obligados a usar la fuerza, ya que no pueden aceptar que un grupo ponga en juego la estabilidad de una institución mayor, existen otros grupos sectarios realmente destructivos, que van en contra de los sistemas sociales y los atacan directamente, esto trae consigo represalias aún mayores por parte de los organismos de poder.

Socialmente se busca la paz y la armonía por medio de la fuerza y las guerras, lo que realimente no ha traído los resultados esperados, solo se ha creado más resentimiento y temor en el mundo. “Si fuerzas algo hacia un fin produces lo contrario”. Para mi, lo importante no es saber lo que es correcto y equivocado socialmente, sino decidir qué es lo correcto y equivocado para mi, según mi objetivo personal, la institución a la que me una será la que reúna y comparta mi forma de pensar.

Es por esto que existen tantas miles de sectas en el mundo, cada cual busca distintas respuestas a sus preguntas, para mi el problema de las sectas no esta en la ideología en sí, sino en como se practica esa ideología, la rigidez con la que se viven las doctrinas, y obediencia ciega de sus miembros.

Esta perspectiva quitaría la responsabilidad absoluta de los lideres de estos grupos y haría responsable a cada uno de los miembros, ya que el líder solo dice su verdad, puede creer que es verdad absoluta, únicamente por un asunto de ego y deseos de poder, pero mientras cada uno de los participantes tenga clara cuál es su verdad, no habrían problemas ni delito alguno, las sectas las crean los miembros, no solo el líder.

Para mi, la educación es la que potencia esta visión sectaria, ya que solo entrega datos para que memorice el estudiante y no motiva su opinión critica, solo evalúa si absorbió o no la materia, las personas al estar acostumbradas a dejar su verdad de lado por escuchar la verdad de los demás, que supuestamente saben más, fácilmente son convencidos por algún grupo que tenga una verdad más interesante que la que conocen.

Una solución a este problema, está en decir la verdad con respecto a lo que se está haciendo, transparentar al máximo los objetivos y las actividades de cada grupo. Así, cada persona sabría por adelantado en lo que se está metiendo. Esto no sería bien recibido por ninguna institución que funcione con base en el temor, el poder sobre otros y engaños, ya que nadie quiere que se sepa real mente lo que pasa tras bambalinas, si no están haciendo nada malo, y su doctrina es tan positiva ¿Qué tendrían que ocultar? Pida transparencia y veracidad a una organización, y dese cuenta lo cerca que están las sectas en su vida cotidiana.

  1. Otra solución al problema esta en la formación, la educación debería incentivar y potenciar la conciencia, honestidad y responsabilidad, en vez de formar autómatas y hombres masa.
  2. El conocimiento más la experiencia producen sabiduría, eso es madurez, este debería ser el objetivo de las instituciones educativas y no la obediencia, seguir las reglas de alguien más, no es madurar, es obedecer, no maduramos obedeciendo, sino experimentando y haciéndonos responsables de nuestras decisiones.

La falsa espiritualidad es un tema que nos concierne a todos, por lo que debería ser un tema de conversación en todas las áreas sociales, y no solo un tema esotérico, dejado en manos de las instituciones religiosas. LA VIDA COMO DICOTOMÍA En los libros de conversaciones con dios, Neale Donal Walsch expone claramente este juego cósmico.

Por lo que expondré mi punto de vista frente a este tema. La explicación de la dicotomía, es importante para entender el proceso que vive la humanidad, ya que en el mundo de lo relativo, que es el mundo material, es necesario lo malo para experimentar lo bueno, eso es parte de las llamadas dicotomías divinas que muestran dos fenómenos que en apariencia son completamente distintos y en realidad son lo mismo, una dicotomía divina puede ser la existencia del temor y el amor en el mundo de lo relativo, al mismo tiempo el Amor es todo lo que hay, en el mundo de lo absoluto.

El amor perfecto es la integración de todas las emociones, tanto las placenteras como desagradables, por lo que llamar a las emociones desagradables negativas o enfermizas, es llamar a la totalidad enferma, al ser humano enfermo, y a la creación de Dios incluyéndolo a él enfermo.

  1. Existe la vida y la muerte, y al mismo tiempo todo lo que existe es la vida que va cambiando de forma.
  2. Si nos centramos en la totalidad de la vida, no podemos dejar de lado a la muerte, ya que es parte de la vida.
  3. Lo principal para vivir en la contradicción sin volvernos locos, es no juzgar, eso incluye los conceptos de bueno y malo, correcto y equivocado, ya que para vivir plenamente la vida es necesario vivir plenamente la muerte, para amar plenamente la vida es necesario amar plenamente la muerte, ya que es parte de la vida.

Todo cambia, todo comienza y termina, ese término de algo podemos llamarlo muerte, por lo que estamos muriendo en cada momento de nuestra vida. Todo momento es único, y en cuanto comienza termina, si lo vivimos conscientemente de esta forma, se abrirá el tesoro total de cada momento y de la vida en sí.

Nuestra experiencia es que estamos todos separados, por lo que desplegamos competencia en vez de cooperación. Es mi vida contra tu vida y no mi vida con su vida. Los grandes maestros han dicho que todos somos uno, en realidad ambas son correctas. No hay más que uno de nosotros y ese es Dios, por lo que todos somos Dios, y el hecho de no saberlo es simplemente para experimentar lo que eres, ya que sin ninguna referencia de algo que no eres, lo que eres no eres.

Esto se entiende cuando decimos que algo es malo, sabemos que es malo, porque experimentamos lo bueno sin esta referencia externa, no sabríamos comparar y no podríamos elegir la experiencia que queramos en nuestra vida. Por esto es que no se puede juzgar el proceso evolutivo de otra persona ya que gracias a su experiencia, ella y los que la rodean puede experimentar quienes son respecto a la experiencia que se esta presentando.

  1. Estoy convencido, que la decisión que tomemos respecto a cualquier fenómeno de la vida va a reflejar quiénes somos realmente.
  2. Por esto es que ningún alma es mala ni sufre castigo por los actos negativos que realice, seria absurdo, ya que en el mundo de lo absoluto solo existe el Amor, solo existe Dios, y el estar divididos en infinitas partes de Dios es para experimentar el no ser Dios, estamos en proceso de reencuentro con el cosmos, nuestro objetivo es llegar a fusionarnos con Dios, para luego volver a separarnos y comenzar nuevamente el juego de vivir en la relatividad.

Por lo que somos seres espirituales, viviendo una experiencia física y al mismo tiempo viviendo en la totalidad. Por ahora somos conscientes de esta experiencia física, pero inconscientes de nuestra divinidad total. Con esta concepción del mundo podemos vivir nuestra máxima experiencia de nosotros mismos sin descalificar a ningún alma aunque sea un asesino o un loco, ya que Dios está en todo lo creado tanto en el santo como en el sicópata, la diferencia es que el santo es feliz y sabe que es Dios y el sicópata es infeliz y se siente separado de Dios, por esto cualquier corriente religiosa que diga que es el único camino de Dios tiene razón, ya que da lo mismo el camino que se tome, todos los caminos llegan a Dios y a la vez no hay camino, ya que somos Dios en todo momento, solo que no lo sabemos.

Como necesitamos el temor para saber que es el amor, por ahora son necesarios estos grupos sectarios, ya que existen personas que desean vivir la experiencia del temor para encontrar su camino en la vida. No puedes experimentar la luz en ausencia de la obscuridad, por lo que se puede ver a la obscuridad como un aliado en vez de un enemigo.

Si estamos realmente en un proceso de reencuentro con la totalidad, vivir conscientemente la unidad con todas las criaturas del cosmos, seria la experiencia más directa para recordar quiénes somos y de dónde venimos. Esta experiencia lo cambia todo, brota el deseo de ayudar a las demás personas, a pesar de todos sus temores, existe un llamado que nace del corazón, que produce el deseo de compartir los descubrimientos con todos los que quieran encontrar a Dios.

Así lo han hecho todos los Maestros espirituales, descubrieron su esencia divina, y vivieron para compartir y transmitir ese conocimiento. La mayoría, ve la injusticia en todos lados y no hacen nada al respecto, ya que no es su problema, la invitación es a no negar la maldad en el mundo, ni verla como algo ajeno nuestro, esa maldad es parte de nosotros, parte de nuestra totalidad, existe porque nosotros queremos y permitimos que exista.

Mientras sigamos viendo la maldad del mundo como ajena a nosotros, nunca podremos cambiar nada, la única forma de cambiar algo es ver que existe, que es parte de mí, y si no me gusta lo que veo puedo elegir de nuevo y cambiarlo, ya que, si todos somos uno, ese cambio en mi vida, afecta a la vida en su totalidad.

Este cambio de conciencia, no es teórico, el hecho que sepamos que estamos unidos, no da cuenta que vivamos como seres integrados. Para mí, la única forma de este cambio de swich es la experiencia consiente de la unidad con el todo, para que esta conciencia se presente no hacen falta grandes meditaciones, ni dietas especiales, lo más importante es amar, el amor trae unidad, armonía y aceptación.

El otro paso es aceptar y vivir como seres constituidos por cuerpo, mente y espíritu, y aplicar esta verdad en todos los aspectos de la vida. COMO DISTINGUIR UNA SECTA Esta palabra se ha vuelto socialmente, peyorativa y marginadora, a ninguna institución le gustaría ser denominada secta, debido a esto, es importante saber el origen de esta palabra para entender realmente su significado y ver el contexto en el que se ha desarrollado este trabajo.

  • La palabra española secta, procede del latín sequor cuyo significado es seguir, esta, a su vez, procede de la raíz indoeuropea * sek- (seguir).
  • Secta es un grupo o movimiento, que exhibe una devoción excesiva a una persona, idea o cosa y que emplea técnicas anti éticas de manipulación para persuadir y controlar (a sus adeptos); diseñadas para lograr las metas del líder del grupo; trayendo como consecuencias actuales o posibles, el daño a sus miembros, a los familiares de ellos o a la sociedad en general.
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Dado que la capacidad para explotar a otros seres humanos es universal, cualquier grupo puede llegar a convertirse en una secta. Existen muchas sectas espirituales destructivas en todo el mundo. Es importante poder elegir a quién entregar nuestra confianza en el inicio de nuestro camino espiritual.

  • Las personas en el mundo actualmente, están buscando guías espirituales en forma de dependencia para iluminarse, pero eso es imposible y ridículo.
  • La mejor manera de distinguir un buen maestro, es observar cómo te sientes cuando estás hablando con esta persona.
  • Se debe estar alerta al intercambio energético, no necesariamente de las palabras o la información.

¿Sientes una verdad en tu interior? ¿Estás tranquilo? Cuando uno entrega su libre albedrío a otra persona, pierde todo su poder, su capacidad de cambiar, decidir o guiar el timón de su vida. Existen algunas señales de alerta que ayudan a protegernos de la lealtad ciega a los gurús y grupos que florecen por todas partes.

En estos grupos se generan campos energéticos poderosos donde cualquiera puede convertirse en gurú. En el libro himnos a un Dios Desconocido Sam Keen presenta algunos parámetros para discernir paja de trigo: • Cuidado de los líderes carismáticos, las autoridades incuestionables, los maestros iluminados, los gurús perfectos, los profetas reencarnados y los terapeutas que aseguran haber descubierto la única terapia valida.

• Esquive a todos los que exigen obediencia. La obediencia es una virtud en los niños y una obligación cívica, pero no una buena manera de llegar a madurar espiritualmente. • Compruebe si el maestro tiene amigos de igual a igual y una comunidad de iguales, o si solo tiene discípulos, desconfié de cualquiera que asegure haber alcanzado la compasión universal, pero sea incapaz de sostener una simple amistad.

Los amigos nos hacen seguir siendo auténticos, son los que nos hacen críticas y comentarios sinceros. • Observe si se fomentan o reprimen las diferencias de opinión, las dudas, críticas y discusiones. Los que están al frente ¿son capaces de reconocer que ignoran la respuesta a preguntas importantes? ¿admite alguna vez el líder que puede estar equivocado y sus críticos tener razón? • Compruebe en qué medida se acepta el humor y el tomarse en broma creencias, dogmas y doctrinas.

La ausencia de humor es señal casi segura de rigidez psicológica, de fanatismo y de inminente tiranía espiritual y política. Un autentico maestro se reconoce por sus actos y por los seres que ha formado. No es necesario ser un iluminado para enseñar, sin embargo debe tener ya un camino importante recorrido, y ser capaz de enseñar, siendo superior en sabiduría que su discípulo.

  • ROL DE UN PSICÓLOGO TRANSPERSONAL En el libro Los Tres Ojos del Conocimiento, Ken Wilber explica cómo el cuerpo, la mente y el espíritu se manifiestan de forma distinta, siendo importante un desarrollo integral, que abarque estas tres partes del ser humano.
  • El ojo de la carne, son los sentidos, el ojo de la mente, es el pensamiento lógico y abstracto, y el ojo de la contemplación, es el contacto con el mundo sutil y las percepciones espirituales.

Socialmente las expresiones máximas de estas tres partes del ser, las vemos manifestadas en las artes, las ciencias y misticismo. Podemos ver que la totalidad del ser se desenvuelve en estas tres manifestaciones, pero en cada una de ellas existe una sublimación acentuada de una de estas tres partes.

Neale Donald Walsch, en el libro Conversaciones con Dios dos expuso: Cuando vives como una criatura unifacética, te quedas preso en los asuntos del cuerpo: dinero, sexo, poder, posesiones, satisfacciones físicas, seguridad, fama. Cuando vives como una criatura bifacética, amplías tus intereses para incluir asuntos de la mente: Compañerismo, creatividad, estimulación de nuevos pensamientos, ideas nuevas, creación de nuevos objetivos, nuevos retos, crecimiento personal.

Cuando vives como un ser de tres partes, por fin alcanzas un equilibrio contigo mismo. Tus intereses incluyen asuntos del alma: identidad espiritual, propósito de vida, relación con Dios, la senda de evolución, crecimiento espiritual, destino fundamental.

Es importante para un psicólogo transpersonal, tener la experiencia y los conocimientos en estas tres áreas. Los jefes de sectas sueles presentar personalidades paranoicas, ciertos místicos presentan rasgos esquizofrénicos, al no existir una cultura espiritual, las personas sin conocimiento en el tema fácilmente pueden confundirse.

Muchos asisten a terapia por crisis existencias y experiencias místicas, y por su falta de información y apoyo social, creen que se están volviendo locos, ya que no han podido integrar estas experiencias a su vida cotidiana. Si estas personas asisten a psiquiatras o a psicólogos convencionales, es muy probable que se confundan estas experiencias con paranoias, delirios de grandeza, bipolaridad o esquizofrenia.

Desconociendo la posibilidad de un desarrollo psíquico y experiencias espirituales reales. Los psicólogos transpersonales tienen un área de trabajo importante en este tema, es importante aclarar científicamente y dar apoyo a la sociedad, frente al tema de la falsa espiritualidad. CONCLUSIÓN En el trabajo se logró exponer la situación que vive nuestra sociedad, con respecto al desarrollo espiritual.

Es importante destacar que gracias a la globalización, esta conciencia se ha ido desarrollando rápidamente en nuestros días, pero aún así, hay una falta de conocimiento y formación con respecto a este tema, son muchas las ofertas que existen en este momento en el mercado, y existen gurús que se aprovechan de sus poderes psíquicos y su carisma para inducir a personas, especialmente a jóvenes, a ingresar a estos cultos y seguir los designios del maestro en pos de una elevación espiritual.

Se debe señalar que, a pesar de toda lógica, las sectas y seudo caminos espirituales no pueden ser eliminados de la sociedad, se pueden hacer muchos esfuerzos sociales y políticos pero existen muchas personas que disfrutan y son felices con este tipo de prácticas, ya que para ellos, tiene sentido, no se puede negar la libertad de las personas para que sigan un camino establecido, eso sería ir contra su libre albedrío y es algo que no se puede hacer de forma totalitaria.

El camino está en presentarle a la población las herramientas necesarias para que puedan formular su juicio propio con relación al tema discutido y ayudar a terminar un poco con la ignorancia de las personas, quienes por falta de conocimiento, se dejan llevar por cualquier camino que los lleva de la forma más fácil a una sensación de satisfacción y pertenencia grupal, como respuesta a esa necesidad de espiritualidad que todos tenemos.

  • Es imposible medir, cual es bueno para el individuo, ya que el límite es difícil determinarlo, hay muchos caminos espirituales trascendentes que podrían ser tachados de sectas, y así muchas sectas llamados, caminos espirituales, la brecha es muy angosta.
  • Las personas, debería ser capaz, tanto objetiva, como subjetivamente, de realizar un estudio, a cada una de las prácticas existentes y ser capaces de establecer si realmente es sano para ellos o no, si es un verdadero camino espiritual o una secta.

Esto, como anteriormente está expuesto, es una tarea ardua y casi imposible para las autoridades, todos los seres humanos somos diferentes, necesitamos, distintas cosas para llegar a la felicidad, por lo que son diferentes también los medios por los cuales llegamos a ella.

Pero lo que se a dejado claro es que, lo más importante en este fenómeno, como en todo orden de cosas, es el conocimiento y el juicio personal que se tenga de cada corriente espiritual, así que no nos queda más que investigar y elegir el camino que más nos acomode para lograr nuestras metas trascendentales, respetando el camino de cada persona si imponer el propio como la verdad absoluta.

Todos tienen derecho a buscar su verdad, permitirse caer y levantarse, permitirse percibir, sentir, permitirse vivir como quiera hacerlo, la verdad es personal, puede buscar a Dios donde usted quiera encontrarlo, donde mire esta Dios, por lo que da lo mismo en lo que crea, mientras sea su verdad y lo haga feliz esta bien.

Si no lo hace feliz no lo haga ya que no es su verdad. Dios habita en cada uno de nosotros, por lo que santifíquese, ámese, perdónese y sea feliz. No va a llega ningún maestro iluminado, mesías o naves extraterrestres a salvarnos de nosotros mismos, todos los maestros han dado el mismo mensaje, “ámense los unos a los otros”, “todos somos uno”.

Nosotros no queremos aceptar esta verdad e interpretamos, “mátense los unos a los otros”, “sálvese quien pueda”. Podemos seguir esperando 2000 años más sin hacernos cargo de nuestros actos, y el mensaje será el mismo, no hay verdades nuevas, solo estamos descubriendo lo que siempre hemos sabido, ¿Cuándo dejaremos de negar nuestra verdadera esencia? La invitación esta hecha, cuestiónese realmente, si todo lo que cree es tan real como parece, ¿existe una verdad superior, que la que han creído toda su vida? Una vez encuentre su verdad, disfrútela, le pertenece.

Si son lo suficientemente valientes para realizar esta invitación, habrán dado un salto en su proceso evolutivo, ¿y si no? No se preocupen, llegaran de todos modos ya que no hay otro lugar a donde puedan ir, la única diferencia es el tiempo que se demoren en darse cuenta de que somos lo que siempre hemos sido.

REFERENCIAS Espiritualidad y cambio social, ¿realidades antinómicas? Revista de la Universidad Bolivariana vol.3, numero 008 Santiago de Chile. Guenon, R. Verdaderos y falsos instructores espirituales, Capítulo XXI de Initiation et Réalisation Spirituell,

GUERRA, M. Diccionario enciclopédico de las sectas, BAC, 2005. ISBN 978-84-7914-560-6 Keen, S. (1996). Como no caer en un secta, claves de la búsqueda espiritual, Revista Uno Mismo edición 79, (27-29). Raitzin, C. Esotérico y Exotérico, un enfoque Guenoniano. Walsch, N. (1995) Conversaciones con Dios, libros 1.

Ed. Grijalbo. Walsch, N. (1996) Conversaciones con Dios, libros 2. Ed. Grijalbo. Capitulo 8, 106-109. Walsch, N. (1997) Conversaciones con Dios, libros 3. Ed. Grijalbo. Wilber, K. Una visión integral de la psicología, capitulo traslación versus transformación.
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¿Cuáles son las creencias espirituales?

Las creencias religiosas se refieren a un estado mental en el que se pone la fe en algo sobrenatural, sagrado o divino (en terminología de Mircea Eliade ‘numinoso’).
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¿Por qué el ser humano es un ser espiritual?

Autor : Mariano Artigas Publicado en: Texto inédito. Seminario del CRYF Fecha de publicación: 15 de noviembre de 2005 El hombre es un ser de la naturaleza pero, al mismo tiempo, la trasciende. Comparte con los demás seres naturales todo lo que se refiere a su ser material, pero se distingue de ellos porque posee unas dimensiones espirituales que le hacen ser una persona.

  1. De acuerdo con la experiencia, la doctrina cristiana afirma que en el hombre existe una dualidad de dimensiones, las materiales y las espirituales, en una unidad de ser, porque la persona humana es un único ser compuesto de cuerpo y alma.
  2. Además, afirma que el alma espiritual no muere y que está destinada a unirse de nuevo con su cuerpo al fin de los tiempos.

Esta doctrina se encuentra en la base de toda la vida cristiana, que quedaría completamente desfigurada si se negara la espiritualidad humana. La cumbre de la creación material A veces se dice que no puede establecerse un orden entre los seres naturales, como si unos fuesen más perfectos que otros, y se añade que, en el fondo, una clasificación de este tipo incurriría en el defecto de ser «antropocéntrica», porque pretendería colocar al hombre, de manera egoísta, en el primer lugar de la naturaleza, justificando un uso indiscriminado de los demás seres.

  1. Sin embargo, prescindiendo de detalles que sólo interesan a las ciencias y sin intentar justificar cualquier uso de la naturaleza, es evidente que la Iglesia describe una realidad cuando afirma que entre las criaturas existe una jerarquía que culmina en el hombre.
  2. «Lajerarquía de las criaturas está expresada por el orden de los “seis días”, que va de lo menos perfecto a lo más perfecto.

Dios ama todas sus criaturas (cfr. Ps. CXLV, 9), cuida de cada una, incluso de los pajarillos. Pero Jesús dice: Vosotros valéis más que muchos pajarillos(Lc. XII, 6-7), o también: ¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! (Matth. XII, 12)» * (1), La Iglesia enseña que la creación material llega a su punto culminante en el hombre: «El hombre es la cumbre de la obra de la creación.

El relato inspirado lo expresa distinguiendo netamente la creación del hombre y la de las otras criaturas (cfr. Gen. I, 26)» * (2), La creación material encuentra su sentido en el hombre, única criatura natural que es capaz de conocer y amar a Dios, y, de este modo, conseguir ser feliz. El mundo material hace posible la vida humana, y sirve de cauce para su desarrollo.

Por eso, la Iglesia afirma que «Dios creó todo para el hombre (cfr. Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, 12, 1; 24, 3; 39, 1), pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación» * (3), El hombre se encuentra por encima del resto de la naturaleza y puede dominarla, aunque debe ejercer ese dominio de acuerdo con los planes de Dios.

El Papa Juan Pablo II afirma: «Es algo manifiesto para todos, sin distinción de ideologías sobre la concepción del mundo, que el hombre, aunque pertenece al mundo visible, a la naturaleza, se diferencia de algún modo de esa misma naturaleza. En efecto, el mundo visible existe “para él” y el hombre “ejerce el dominio” sobre el mundo; aun cuando está “condicionado” de varios modos por la naturaleza, la “domina”, gracias a lo que él es, a sus capacidades y facultades de orden espiritual, que lo diferencian del mundo natural.

Son precisamente estas facultades las que constituyen al hombre. Sobre este punto, el libro del Génesis es extraordinariamente preciso: definiendo al hombre como “imagen de Dios”, pone en evidencia aquello por lo que el hombre es hombre, aquello por lo que es un ser distinto de todas las demás criaturas del mundo visible» * (4),

Imagen de Dios Todas las criaturas reflejan, de algún modo, las perfecciones divinas. Pero, entre los seres naturales, sólo el hombre participa del modo de ser propio de Dios: es un ser personal, inteligente y libre, capaz de amar. La Sagrada Escritura, al narrar la creación, lo pone de relieve diciendo que el hombre está hecho a imagen de Dios: «Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, hombre y mujer los creó (Gen.

I, 27). El hombre ocupa un lugar único en la creación: “está hecho a imagen de Dios”» * (5), La imagen de Dios se da en el hombre independientemente del sexo, tal como se advierte en el relato inspirado donde se dice que la persona humana fue creada por Dios como hombre y como mujer.

Que el hombre es imagen de Dios significa, ante todo, que es capaz de relacionarse con Él, que puede conocerle y amarle, que es amado por Dios como persona. «De todas las criaturas visibles sólo el hombre es “capaz de conocer y amar a su Creador” (Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, 12, 3); es la “única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma” (ibid., 24, 3); sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios.

Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad» * (6), Cuando se buscan los factores que distinguen al hombre de los demás seres naturales, éste es el fundamental: el hombre es capaz de relacionarse con Dios; sin duda, existen otras diferencias importantes, pero ninguna es tan profunda como ésta.

El hombre es persona, no es simplemente una cosa. La persona tiene una dignidad única: nadie puede sustituirla en lo que es capaz de hacer como persona. Y sólo entre personas puede darse la amistad y el amor. «Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien.

Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar» * (7), No tendría sentido utilizar la ciencia natural para negar, en nombre del progreso científico, la diferencia esencial que existe entre el hombre y los demás seres de la naturaleza, alegando, por ejemplo, que el hombre tiene una constitución material semejante a otros seres y que las diferencias se deberían únicamente a la organización de los componentes materiales.

Por el contrario, la ciencia natural proporciona una de las pruebas más convincentes acerca de las peculiaridades del hombre; en efecto, pone de manifiesto que el hombre, a diferencia de otros seres, posee unas capacidades creativas y argumentativas que resultan indispensables para plantear los problemas científicos, buscar soluciones, y poner a prueba su validez.

El gran progreso científico y técnico de la época moderna ilustra las capacidades únicas de la persona humana, y no tendría sentido utilizarlo para negar lo que, en último término, hace posible la existencia de la ciencia. Unidad y dualidad Cuando intentamos comprender nuestro ser, tropezamos con una realidad innegable: que somos un sólo ser, pero poseemos dimensiones diferentes.

«El hombre es una unidad: es alguien que es uno consigo mismo. Pero en esta unidad se contiene una dualidad. La Sagrada Escritura presenta tanto la unidad (la persona) como la dualidad (el alma y el cuerpo)» * (8), La dualidad es real. No responde a una mentalidad dualista ya superada, de la cual se podría prescindir en la actualidad.

Sin duda, la realidad se puede conceptualizar desde diferentes perspectivas, y puede suceder que unas fórmulas representen mejor que otras algunos aspectos. Pero nuestro ser posee a la vez dimensiones materiales y espirituales, y esta realidad no depende de las ideas de una época.

En ocasiones, se afirma que el dualismo sería ajeno a la perspectiva de la Sagrada Escritura, que subraya la unidad de la persona humana. No puede olvidarse, sin embargo, que la misma Sagrada Escritura contiene claras afirmaciones acerca de la dualidad constitutiva del hombre. El Papa Juan Pablo II comenta al respecto: «Frecuentemente se subraya que la tradición bíblica pone de relieve sobre todo la unidad personal del hombre (.).

La observación es exacta. Pero esto no impide que en la tradición bíblica también esté presente, a veces de modo muy claro, la dualidad del hombre. Esta tradición se refleja en las palabras de Cristo: No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede hacer perecer el alma y el cuerpo en la Gehenna(Matth., X, 22).

Las fuentes bíblicas autorizan a ver al hombre como unidad personal y a la vez como dualidad de alma y cuerpo: y este concepto ha sido expresado en la entera Tradición y en la enseñanza de la Iglesia» * (9), Cualquier explicación fidedigna debe respetar los datos seguros de la experiencia humana, que se refieren tanto a la unidad de la persona como a la dualidad de sus dimensiones básicas.

Las dificultades para conceptualizar ambos aspectos a la vez, indican que el hombre es un ser complejo, y nada se ganaría simplificando arbitrariamente el problema. Alma y cuerpo Para expresar la dualidad constitutiva del ser humano, durante siglos se ha utilizado una terminología ya clásica, según la cual el hombre está compuesto de alma y cuerpo.

La Iglesia ha utilizado esta terminología en sus formulaciones, introduciendo a la vez las aclaraciones necesarias: por ejemplo, que alma y cuerpo no son substancias completas, y que el alma es forma substancial del cuerpo. Cuando la Iglesia habla de alma y cuerpo, se refiere a las dimensiones espirituales y materiales de la persona humana, que es un ser único; pero también subraya que el alma espiritual trasciende las dimensiones materiales y, por tanto, subsiste después de la muerte, cuando las condiciones materiales hacen imposible la permanencia de la persona en el estado que le corresponde en su vida terrena.

Frente a los dualismos exagerados que minusvaloran la dignidad de lo material, la Iglesia siempre ha enseñado que «El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la “imagen de Dios”: es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el Templo del Espíritu (cfr.

I Cor. VI, 19-20; XV, 44-45)» * (10), En la Sagrada Escritura, el término alma se utiliza con diferentes significados; a veces designa la vida humana, o toda la persona. «Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre (cfr. Matth. XXVI, 38; Iohan. XII, 27) y de más valor en él (cfr. Matth. X, 28; II Mac.

VI, 30), aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: “alma” significa el principio espiritual en el hombre» * (11), Éste es el sentido en que se habla del alma cuando se afirma que la persona humana se compone de alma y cuerpo. Sin duda, lo más importante es el contenido de la doctrina; las palabras con que se expresa pueden variar, siempre que se respete el contenido auténtico de la doctrina.

Con respecto al alma humana, entre «lo que, en nombre de Cristo, enseña la Iglesia», se encuentra lo siguiente: «La Iglesia afirma la supervivencia y la subsistencia, después de la muerte, de un elemento espiritual que está dotado de conciencia y de voluntad, de manera que subsiste el mismo “yo” humano.

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Para designar este elemento, la Iglesia emplea la palabra “alma”, consagrada por el uso de la Sagrada Escritura y de la Tradición. Aunque ella no ignora que este término tiene en la Biblia diversas acepciones, opina, sin embargo, que no se da razón alguna válida para rechazarlo, y considera al mismo tiempo que un término verbal es absolutamente indispensable para sostener la fe de los cristianos» * (12),

Unidad de alma y cuerpo El Concilio Vaticano II expresa la simultánea unidad y dualidad de la persona humana con una fórmula breve y lapidaria: corpore et anima unus: «Uno en cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, reúne en sí los elementos del mundo material, de tal modo que, por medio de él, éstos alcanzan su cima y elevan la voz para la libre alabanza del Creador» * (13),

La unidad de la persona humana siempre ha sido enunciada por la Iglesia, frente a los dualismos exagerados. En uno de los Concilios ecuménicos, se utilizó la terminología aristotélica para subrayar precisamente que alma y cuerpo forman una única realidad: «La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la “forma” del cuerpo (cfr.

  1. Conc. de Vienne, año 1312: DS 902); es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza» * (14),
  2. En definitiva, «el hombre creado a imagen de Dios es un ser a la vez corporal y espiritual, o sea, un ser que por una parte está unido al mundo exterior y por otra lo trasciende: en cuanto espíritu, además de cuerpo es persona.

Esta verdad sobre el hombre es objeto de nuestra fe, como también lo es la verdad bíblica sobre su constitución a “imagen y semejanza” de Dios; y es una verdad constantemente presentada, a lo largo de los siglos, por el Magisterio de la Iglesia» * (15),

La persona humana es una síntesis de lo material y lo espiritual: «en su propia naturaleza une el mundo espiritual y el mundo material» * (16), Una importante consecuencia de esta doctrina es que las dimensiones materiales son buenas y queridas por Dios: «La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual.

El relato bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente (Gen. II, 7). Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios» * (17),

El cuerpo es algo bueno, querido por Dios, y destinado a la vida eterna: «Por consiguiente, no es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día» * (18),

La espiritualidad del alma humana En algunas épocas, la Iglesia ha debido subrayar la bondad del cuerpo, frente a quienes proponían un espiritualismo que condenaba como malo todo lo relacionado con lo material. En la actualidad, con frecuencia se debe hacer frente al extremo opuesto: un materialismo que desconoce las dimensiones espirituales y pretende reducir al hombre a las dimensiones materiales que pueden ser estudiadas mediante los métodos de las ciencias empíricas.

En este contexto, el Papa Juan Pablo II ha subrayado que el hombre se parece más a Dios que a la naturaleza: «Son conocidas las numerosas tentativas que la ciencia ha hecho y continúa haciendo en varios ámbitos para demostrar los lazos del hombre con el mundo natural y su dependencia de él, a fin de insertarlo en la historia de la evolución de las diversas especies.

Respetando tales investigaciones, no podemos limitarnos a ellas. Si analizamos al hombre en lo más profundo de su ser, vemos que se diferencia del mundo de la naturaleza más de cuanto se asemeja a ese mundo. En este sentido proceden también la antropología y la filosofía cuando intentan analizar y comprender la inteligencia, la libertad, la conciencia y la espiritualidad del hombre.

El libro del Génesis parece salir al encuentro de todas estas experiencias de la ciencia y, hablando del hombre como “imagen de Dios”, permite comprender que la respuesta al misterio de su humanidad no se encuentra en el camino de la semejanza con el mundo de la naturaleza. El hombre se parece más a Dios que a la naturaleza.

En este sentido dice el salmo 82, 6: “Sois dioses”, palabras que más tarde citará Jesús» * (19), El Concilio Vaticano II enseña: «No se equivoca el hombre al afirmar su superioridad sobre el universo material y al considerarse algo más que una simple partícula de la naturaleza (.).

  • En efecto, por su interioridad es superior al universo entero» * (20),
  • Citando este pasaje del Concilio, Juan Pablo II comenta: «He aquí cómo la misma verdad sobre la unidad y la dualidad (la complejidad) de la naturaleza humana puede ser expresada en un lenguaje más próximo a la mentalidad contemporánea» * (21),

La espiritualidad humana se encuentra ampliamente testimoniada por muchos e importantes aspectos de nuestra experiencia, a través de capacidades humanas que trascienden el nivel de la naturaleza material. En el nivel de la inteligencia, las capacidades de abstraer, de razonar, de argumentar, de reconocer la verdad y de enunciarla en un lenguaje.

En el nivel de la voluntad, las capacidades de querer, de autodeterminarse libremente, de actuar en vistas a un fin conocido intelectualmente. Y en ambos niveles, la capacidad de auto-reflexión, de modo que podemos conocer nuestros propios conocimientos (conocer que conocemos) y querer nuestros propios actos de querer (querer querer).

Como consecuencia de estas capacidades, nuestro conocimiento se encuentra abierto hacia toda la realidad, sin límite (aunque los conocimientos particulares sean siempre limitados); nuestro querer tiende hacia el bien absoluto, y no se conforma con ningún bien limitado; y podemos descubrir el sentido de nuestra vida, e incluso darle libremente un sentido, proyectando el futuro.

En nuestra época, el materialismo se presenta frecuentemente con un ropaje científico. Suele argumentar que todo lo humano se relaciona con lo material, y que el hombre es tan material como los demás seres naturales; sus características especiales se explicarían mediante la peculiar organización de los componentes materiales.

Añade que la ciencia ya ha explicado muchos aspectos de la persona humana, y promete que, en el futuro, cada vez explicará mejor los restantes. Sin embargo, el materialismo es un reduccionismo ilegítimo; intenta explicar toda la realidad recurriendo sólo a los componentes materiales y a su funcionamiento, renunciando a cualquier pregunta de otro tipo: este reduccionismo carece de base e incluso va contra el rigor científico, porque no distingue los diferentes niveles de la realidad y las diferentes perspectivas que deben adoptarse para conocerlos.

  1. En otras ocasiones, las críticas a la espiritualidad humana se basan en la posibilidad de construir máquinas que igualen, e incluso superen, las capacidades humanas.
  2. Sin duda, las máquinas nos pueden igualar y superar en muchos aspectos, pero carecen de la interioridad característica de la persona y de las capacidades relacionadas con esa interioridad (capacidad intelectual y argumentativa, conciencia personal y moral, capacidad de amar y ser amado, por ejemplo).

Los intentos de equiparar las máquinas con las personas suelen incurrir en una falacia básica: exigen que se defina la persona humana en función de unas operaciones concretas que pueden ser imitadas por las máquinas. La inmortalidad del alma humana La Iglesia afirma, junto con la espiritualidad del alma humana, su inmortalidad: cuando el hombre muere, el alma espiritual continúa su existencia.

La inmortalidad del alma humana ha sido afirmada en diferentes ocasiones por el Magisterio de la Iglesia * (22), y el Concilio Vaticano II enseña: «Al afirmar, por tanto, en sí mismo la espiritualidad y la inmortalidad de su alma, no es el hombre juguete de un espejismo ilusorio provocado solamente por las condiciones físicas y sociales exteriores, sino que toca, por el contrario, la verdad más profunda de la realidad» * (23),

Sin duda, es imposible imaginar el estado del alma humana separada del cuerpo, porque nuestra imaginación necesita datos sensibles que, en ese caso, no poseemos. Pero, por el mismo motivo, tampoco podemos imaginar a Dios, y esto no afecta en absoluto a su realidad: tenemos la capacidad de conocer las realidades espirituales, remontándonos por encima de las condiciones materiales.

Aunque la fe cristiana da especial certeza a esta afirmación, podemos conocer la inmortalidad del alma a través de nuestra razón. Por una parte, porque si el alma es espiritual, trasciende las condiciones naturales y seguirá existiendo incluso cuando esas condiciones hagan imposible la vida humana en su estadio terrestre.

Por otra parte, porque en esta vida la trayectoria moral de las personas no siempre encuentra la recompensa adecuada. Además, porque no es lógico que Dios ponga en el hombre unas ansias de felicidad e infinitud que luego no se puedan satisfacer. Y todo ello cobra especial fuerza cuando se advierte que el alma humana debe ser creada por Dios y que, por consiguiente, sólo podría dejar de existir si Dios la aniquilase, lo cual parece incoherente con el plan divino.

  1. El alma humana, creada directamente por Dios La Iglesia afirma también que el alma humana es creada inmediatamente por Dios.
  2. El Papa Pío XII, a propósito de la aplicación de las teorías evolucionistas al hombre, advirtió que el cuerpo podía proceder de otros organismos, y señaló que, en cambio, «la fe católica nos obliga a mantener que las almas son creadas inmediatamente por Dios» * (24),

En el Credo del Pueblo de Dios, formulado por el Papa Pablo VI, se lee: “Creemos en un solo Dios (.) y también creador, en cada hombre, del alma espiritual e inmortal” * (25), Con esta doctrina, el Magisterio de la Iglesia, a lo largo de los siglos, ha salido al paso de diferentes errores, como el priscilianismo, el traducianismo y el emanacionismo.

  1. Los priscilianos, siguiendo a Orígenes, afirmaban que las almas tenían una existencia previa y que, como consecuencia de algún pecado, habían sido arrojadas a la existencia terrenal * (26),
  2. Los traducianistas, queriendo explicar la transmisión del pecado original, afirmaban que el alma humana es engendrada por los padres * (27),

Según los emanacionistas, el alma humana es una parte de Dios * (28), En nuestra época, a veces se habla de una emergencia de las características humanas, que provendrían, en definitiva, de la materia. Pero las dimensiones espirituales no se pueden reducir a un resultado de fuerzas y procesos materiales, porque se encuentran en un nivel superior al material.

En esta línea, el Papa Juan Pablo II, recordando la enseñanza de Pío XII a propósito de la evolución, afirma: «La doctrina de la fe afirma invariablemente, en cambio, que el alma espiritual del hombre es creada directamente por Dios (.). El alma humana, de la cual depende en definitiva la humanidad del hombre, siendo espiritual, no puede emerger de la materia» * (29),

El Catecismo de la Iglesia Católica enseña: «Con su apertura a la verdad y a la belleza, con su sentido del bien moral, con su libertad y la voz de su conciencia, con su aspiración al infinito y a la dicha, el hombre se interroga sobre la existencia de Dios.

En estas aperturas, percibe signos de su alma espiritual. La “semilla de eternidad que lleva en sí, al ser irreductible a la sola materia” (Conc. Vaticano II, const. Gaudium et Spes, 18, 1; cfr.14, 2), su alma, no puede tener origen más que en Dios» * (30), Y, remitiendo a las enseñanzas del Concilio Lateranense V, de Pío XII y de Pablo VI, añade: «La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios (Cfr.

Pío XII, enc. Humani generis, 1950: DS 3896; Pablo VI, Credo del Pueblo de Dios, 8) -no es “producida” por los padres-, y que es inmortal (cfr. Conc. V de Letrán, año 1513: DS 1440): no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte, y se unirá de nuevo al cuerpo en la resurrección final» * (31),

  • La creación inmediata del alma humana no significa que otras realidades estén sustraidas a la acción divina, y tampoco significa un cambio por parte de Dios, que es inmutable.
  • La acción divina se extiende a todo lo creado, pero en el caso del alma humana, el efecto de la acción divina posee un modo de ser que trasciende el ámbito de la naturaleza material.

Y ese modo de ser, la espiritualidad, es lo más característico del hombre: lo que le hace persona, capaz de amar y de ser feliz, partícipe de la naturaleza divina, sujeto irrepetible e insustituible que es objeto directo del amor divino. La espiritualidad humana y la vida cristiana La doctrina de la Iglesia sobre el alma humana no es algo meramente teórico; tiene importantes repercusiones en muchos aspectos de la vida cristiana.

  • Por ejemplo, la vida moral no tendría sentido si no se admitiera la libertad, que supone la espiritualidad.
  • De hecho, algunas confusiones doctrinales y prácticas arrancan de esa base: se niega la espiritualidad, se reduce la persona a los condicionamientos materiales (características genéticas, impulsos instintivos, condiciones físicas de vida), y se niega que exista auténtica libertad; en consecuencia, el cristianismo se reduciría a la lucha por unas metas que pueden ser legítimas, pero que se refieren sólo a la vida terrena.

La lucha por alcanzar la virtud y evitar el pecado no tendría sentido, o en el mejor caso, las nociones de virtud y pecado deberían reinterpretarse, alterando toda la enseñanza moral de la Iglesia. Si no se admitiese la inmortalidad del alma, tampoco tendría sentido la escatología intermedia, o sea, el estado de las almas después de la muerte y antes de la resurrección final.

Sin embargo, la Iglesia ha definido solemnemente que el destino del alma queda decidido inmediatamente después de la muerte, yendo al cielo o al infierno, o en su caso, yendo al cielo después de la necesaria purificación. Tampoco tendrían sentido las oraciones de la liturgia de la Iglesia que se refieren a esa escatología intermedia, ni la intercesión de los santos (ni, por tanto, las beatificaciones y canonizaciones).

Si se altera la doctrina sobre el alma, también se alteraría la doctrina sobre Jesucristo, que tomó cuerpo y alma, bajó a los infiernos después de su muerte, resucitó al tercer día, y está realmente presente en la Sagrada Eucaristía también con su alma humana.

Catecismo de la Iglesia Católica, n.342. Ibid., n.343. Ibid., n.358. Juan Pablo II, Audiencia general, L’uomo immagine di Dio, 6.XII.1978: Insegnamenti, I (1978), p.286. Catecismo de la Iglesia Católica, n.355. Ibid., n.356. Ibid., n.357. Juan Pablo II, audiencia general, L’uomo, immagine di Dio, è un essere spirituale e corporale, 16.IV.1986: Insegnamenti, IX, 1 (1986), p.1039. Ibid., pp.1039-1040. Catecismo de la Iglesia Católica, n.364. Ibid., n.363. Congregación para la Doctrina de la Fe, Carta Recentiores Episcoporum Synodi, sobre algunas cuestiones referentes a la escatología, 17.V.1979: AAS 71 (1979), pp.939-943. Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et spes, n.14. Catecismo de la Iglesia Católica, n.365. Juan Pablo II, audiencia general, 16.IV.1986: Insegnamenti, IX, 1 (1986), p.1038. Catecismo de la Iglesia Católica, n.355. Ibid., n.362. Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, n.14. Juan Pablo II, Audiencia general, L’uomo immagine di Dio, 6.XII.1978: Insegnamenti, I (1978), p.286. Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, n.14. Juan Pablo II, audiencia general, L’uomo, immagine di Dio, è un essere spirituale e corporale, 16.IV.1986: Insegnamenti, IX, 1 (1986), p.1041. Cfr. por ejemplo: Conc. Lateranense V, Bula Apostolici Regiminis, 19.XII.1513: DS 1440; Pio XII, Litt, enc. Humani generis, 12 agosto 1950, n.29: DS 3896; AAS, 42 (1950), p.575. Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, n.14. Pio XII, Litt. enc. Humani generis, 12 agosto 1950, n.29: DS 3896; AAS, 42 (1950), p.575. Pablo VI, Solemne profesión de fe, 30.VI.1968, n.8. Este texto, después de «inmortal», remite al Concilio ecuménico Lateranense V y a la encíclica Humani generis. Cfr. Conc. Bracarense I, año 561: DS 455-456. Cfr.S. Anastasio II, Epist. Bonum atque iucundum ad episcopos Galliae, año 498: DS 360-361. Conc. de Toledo, año 400: Dz 31; S. León IX, epist. Congratulamur vehementer a Pedro, obispo de Antioquía, 13.IV.1053: DS 685. Juan Pablo II, audiencia general, L’uomo, immagine di Dio, è un essere spirituale e corporale, 16.IV.1986: Insegnamenti, IX, 1 (1986), p.1041. Catecismo de la Iglesia Católica, n.33. Ibid., n.366.

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¿Qué significa llevar una vida espiritual?

¿Qué es para ti la vida espiritual? | Que Es Ser Espiritual Según La Biblia El adjetivo «espiritual» siempre hace referencia en el vocabulario cristiano al Don del Espíritu Santo, el amor de Dios derramado en nuestros corazones (Rm 5,5). Por tanto, lo que llamamos vida espiritual significa vivir la vida de cada día con el amor de Dios en nuestros corazones.

La vida espiritual no está yuxtapuesta a la vida ordinaria, sino que es la existencia de cada uno vivida en el amor de Dios. Esto implica la oración cotidiana. Si no rogamos lo que nos ha sido dado, puede ser tomado y olvidado; si rogamos, aunque se nos dará más. La oración le es vida y como un respirar.

También implica vivir en la caridad, no como una sobre exigencia, sino como la manifestación natural del Espíritu de Dios que llevamos en nosotros. Es aprender a mirar las personas con el amor de Dios en nuestro interior. La vida espiritual es un discernimiento constante de buscar la voluntad de Dios en nuestra vida y preguntarnos qué es lo que el Señor nos pide a cada tiempo de la vida, ¿qué es lo que ha elegido el Señor para ti.

  1. El hombre o la mujer espiritual alegran de lo que es bueno, bello y justo.
  2. También se alegra cuando el Señor es estimado y no tiene otra pretensión sino servir y amar y vivir de la gracia.
  3. Tiene un gozo muy íntimo cuando recibe la Eucaristía, ya que quien «se une al Señor se convierte en un solo corazón con él» El que vive en la gracia del Espíritu Santo se aleja de todo lo que puede ofender al Señor y se reviste de sentimientos de paciencia, de bondad, de compasión.

Todo esto no viene de nosotros, viene de la acogida humilde del amor de Dios dentro del corazón y este amor, con su libertad, encuentra sus caminos de manifestación según el carácter y las capacidades de cada uno. Lo primero de todo, sobre todo, es la oración.
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¿Qué dice Efesios 4 15?

15 sino que, hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas en aquel que es la a cabeza, a saber, Cristo; 16 de quien, todo el cuerpo, bien ajustado y ligado entre sí por todas las coyunturas que lo sustentan, según la función adecuada de cada miembro, crece, edificándose en amor.
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¿Cuáles son las causas que impiden el crecimiento espiritual?

El crecimiento es esencial en la vida espiritual – El crecimiento espiritual no es automático. Requiere compromiso intencional. El creyente necesita desear crecer, decidir crecer, hacer un esfuerzo para crecer y persistir en el crecimiento. Si no está comprometido con llegar a ser la persona que Dios le ha llamado a ser, no habrá crecimiento en su vida. Que Es Ser Espiritual Según La Biblia Crecer es un proceso El crecimiento es inherente a la vida misma. No crecer se vuelve patológico. El estancamiento deteriora la vida espiritual, quita la vitalidad espiritual, hace al creyente estéril. El crecimiento no es opcional, es un asunto vital. Cuando no se crece espiritualmente es porque hay una condición de enfermedad en el creyente, que impiden el crecimiento, tal vez heridas del alma: culpa, miedo, sensación de rechazo, rencores por falta de otorgar perdón, etcétera.

Cuando se deja de crecer el creyente se convierte en un pantano o pozo estancado, pero Dios ha llamado al creyente para ser un río que corre. La vida cristiana normal se expresa en crecimiento a través de un proceso Cada creyente entra al mundo como una nueva criatura recién nacida. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2da.

Corintios 5:17). Al nacer en Cristo somos como bebes espirituales, pero de los bebés se espera que crezcan. La perfección espiritual, el crecimiento espiritual no es como un árbol frondoso lleno de frutos que se injerta en su vida, es más bien como una semilla, perfecta en la riqueza que encierra, con todo el potencial de fertilidad en ella; en germen posee toda la capacidad de dar frutos grandes y jugosos, pero necesita pasar por un proceso de crecimiento hasta la madurez,

Y así como la vida contenida en la semilla necesita ser atendida y provista de abono, agua y sol, y otras condiciones más, para que pueda desarrollarse, así ocurre en la vida espiritual. Requiere de lectura y meditación de la palabra de Dios, oración, servicio cristiano, etc, Los creyentes cristianos nacemos como bebés espirituales, pero con el potencial para crecer como creyentes maduros.

En lo natural esa vida que nace como bebé requiere de los cuidados y alimentación de los padres para que se dé el crecimiento. Pero se espera que ese bebé crezca y se desarrolle y se pueda alimentar por sí mismo, y algún día deje las cosas de bebés y adopte las cosas de adulto.

Así los creyentes cristianos cuando nacen en Cristo son como bebés espirituales, pero se espera que crezcan y maduren. Al nacer, esa nueva vida en Cristo posee en germen todo el potencial de vida que hay en Cristo. El creyente recibe como la semilla todo el potencial para desplegar la calidad y riqueza de vida que hay en Cristo (amor, fe, verdad, justicia, sabiduría, poder, mansedumbre, dominio propio, santidad, etc.); pero el creyente puede permitir y trabajar para que esa vida se expanda, o puede ahogar y sofocar esa vida.

Hay creyentes que se apegan a la vida de niño; no quieren crecer y asumir responsabilidad y compromiso por esa nueva vida. : El crecimiento es esencial en la vida espiritual – El crecimiento espiritual no es automático. Requiere compromiso intencional.
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¿Donde dice la Biblia que el hombre natural no percibe las cosas espirituales?

14 Pero el a hombre natural no b percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de c discernir espiritualmente.
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