Una ofrenda aceptable – Nuestro último comentario nos lleva lógicamente a una definición de una ofrenda aceptable. Primero, una ofrenda aceptable debe ser una ofrenda propia ; una expresión de nuestra voluntad de entregarnos a Dios. Es una experiencia profundamente religiosa porque es una muestra de una vida totalmente entregada al Señor.
Esto se ilustra en el holocausto (Levítico 1), que era completamente quemado en el altar. Era un símbolo de una vida totalmente dedicada al Señor. En el Nuevo Testamento, Jesús ilustró este concepto con la experiencia de la ofrenda de la viuda (Lucas 21: 3, 4). Una ofrenda que proviene de un corazón lleno de amor es una expresión de la entrega de toda la persona a Cristo.
En tales casos, Dios se ha convertido en el primero en nuestra vida. En segundo lugar, una ofrenda aceptable es una expresión de fe en el cuidado providencial de Dios por nosotros. Esto también lo ilustra la viuda que confiaba en que el Señor la proveería, y por eso le llevó su ofrenda.
Dios les pidió a los israelitas que confiaran en él y que trajeran sus diezmos y ofrendas (Malaquías 3: 8-10). Pablo elogió a los filipenses por confiar en el Señor al dar sus ofrendas: “Doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas” (2 Corintios 8: 3).
Con cautela, dieron más de lo que les parecería económicamente factible. Por tanto, Pablo les aseguró que “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús” (Filipenses 4: 19). La fe en Dios nos ayuda a superar el egoísmo.
En tercer lugar, y basándonos en nuestras discusiones anteriores, podríamos sugerir que una ofrenda aceptable es la personificación de la gratitud, el agradecimiento, el gozo y el amor del adorador. En la Biblia, las ofrendas son prácticamente siempre expresiones de gratitud, gozo y amor. Los holocaustos y las ofrendas de paz se traían para expresar gratitud y gozo al Señor por sus muchas bendiciones.
El templo era un lugar de alegría cuando la gente venía con sus ofrendas para adorar a Dios (Deuteronomio 27: 7; Salmo 95: 2). Todas estas son respuestas a la experiencia del amor redentor y providencial de Dios. Probablemente hay diferentes formas de expresar gratitud y amor.
- La mayoría de las veces usamos palabras, pero no siempre son suficientes.
- El día de su aniversario de bodas, las palabras no son suficientes.
- Se espera que traiga un regalo especial.
- La mejor manera de expresar amor y gratitud no es a través de palabras, sino a través de acciones.
- Un regalo es la encarnación de una emoción o una actitud positiva.
Tales cosas están muy dentro de nosotros y las exteriorizamos proporcionándoles un cuerpo visible en forma de regalo. Una ofrenda es la encarnación, o concreción, de acciones de gracias por una bendición que recibimos del Señor. El Señor recibe ese acto de amor y gratitud, y lo usa de acuerdo con su propio propósito.
Cuando mi ofrenda es recibida en alguna otra parte del mundo, los destinatarios en realidad están recibiendo una expresión de mi amor y gratitud a Dios de una manera tangible. Una ofrenda es de hecho la forma concreta que nuestros sentimientos y actitudes interiores hacia el amor de Dios toman en nuestro acto de adoración.
Cuarto, una ofrenda aceptable es una ofrenda voluntaria y no una que se presenta al Señor por obligación o de mala gana. El Señor no nos obliga a llevarle ofrendas, pero espera que le demos ofrendas. Dios le dijo a Moisés: “Di a los hijos de Israel que recojan para mí una ofrenda,
- De todo hombre que la dé voluntariamente, de corazón, recogeréis mi ofrenda” (Éxodo 25: 2; ver Esdras 1: 6).
- Pablo dice acerca de los filipenses que ellos “con agrado han dado” (2 Corintios 8: 3), es decir, por su cuenta; es decir, de corazón y voluntariamente.
- El dar viene del corazón porque es allí donde se toma la decisión: “Cada uno dé como propuso en su corazón” (2 Corintios 9: 7).
Pablo luego explica lo que quiere decir: “no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre.” En cambio, Pablo dice, ¡den con alegría! Quinto, una ofrenda aceptable es aquella que proviene de un corazón en paz con Dios y con los demás.
- El acto de culto presupone que la religión y la ética no deben estar aisladas ni separarse entre sí.
- Tratar correctamente a los demás es un deber religioso tanto como llevar una ofrenda a Dios.
- Aquí Jesús fue muy claro: “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces vuelve y presenta tu ofrenda.” (Mateo 5: 23, 24).
Por supuesto, uno podría dar buscando el reconocimiento de sí mismo y no porque haya paz en el corazón, pero Jesús condenó tal actitud (Mateo 6: 1-4). En sexto lugar, una ofrenda aceptable, aunque espontánea, es al mismo tiempo sistemática, Se espera que planifiquemos nuestras donaciones en función de nuestros ingresos.
- Esto significa que el dar no debe ser controlado por sus emociones sino, más bien, basado en una decisión que tomó de darle al Señor una cierta cantidad, un porcentaje, de manera regular (Deuteronomio 16: 17).
- Pablo también dice que debes dar según tus medios (2 Corintios 8: 11).
- Debemos recordar que en el Antiguo Testamento, las ofrendas se clasificaban sobre la base de la condición económica del israelita.
Se esperaba que una persona rica trajera un becerro, pero otros, dependiendo de su condición financiera, podían traer una oveja, una cabra o incluso un ave (Levítico 1: 3, 10, 14). Dios no requiere de nosotros más de lo que podemos hacer. Esto implica que no debemos presionar a los miembros de la iglesia para que den más allá de su capacidad de dar.
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¿Qué quiere decir ofrenda en la Biblia?
La ofrenda en cristianismo es un regalo para la Iglesia puede ser de comida, ropa, dinero etc. En el culto cristiano, hay una parte reservada para la recolección de donaciones. Dependiendo de la iglesia, se deposita en una caja reservada para este propósito o cuando circula una canasta o bolso. En algunas iglesias, también se da a través de Internet.
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¿Cuál es el propósito de la ofrenda?
Ofrendar, en el Día de Muertos, es la mezcla cultural donde convergen el ritual y la memoria, es compartir con nuestros difuntos la comida que en vida les gustaba y dialogar con su recuerdo.
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¿Cuál es el significado de la ofrenda?
Conoces el significado de los elementos de una ofrenda de Día de Muertos? La ofrenda es ese ritual colorido donde el individuo y la comunidad están representados con su dádiva; es un acto sagrado, pero también puede ser profano: la tradición popular es la simbiosis de la devoción sagrada y la práctica profana.
- Ofrendar, en el Día de Muertos, es compartir con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino.
- Ofrendar es estar cerca de nuestros muertos para dialogar con su recuerdo, con su vida.
- La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.
La ofrenda del Día de Muertos es una mezcla cultural donde los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras; los indígenas le agregaron el sahumerio con su copal y la comida y la flor de cempasúchil (Zempoalxóchitl). La ofrenda, tal y como la conocemos hoy, es también un reflejo del sincretismo del viejo y el nuevo mundo.
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¿Como debe ser la ofrenda a Dios?
Las ofrendas de ayuno. Los miembros de la Iglesia ayunan una vez al mes, para lo cual se abstienen de alimentos y líquidos por dos comidas consecutivas; luego contribuyen, por lo menos, con la cantidad de dinero que hubieran gastado en ellas. Pueden dar en forma tan generosa como su situación se los permita.
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¿Qué tipos de ofrendas hay en la Biblia?
La ofrenda mecida es la espaldilla y la ofrenda elevada el pecho del animal de ofrenda de paz, dada en pago por los servicios del sacerdote.
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¿Qué versiculo leer para la ofrenda?
Proverbios 3:9-10 – Honra al SEÑOR con tus riquezas y con las primicias de todos tus frutos. Así tus graneros estarán llenos con abundancia, y tus lagares rebosarán de vino nuevo. (Proverbios 3:9-10) Palabra para el tiempo de la ofrenda : Honramos a Dios cuando traemos ante él los primeros frutos de nuestro trabajo y esfuerzo.
Dios es quien nos suple lo que necesitamos, todo viene de él y él merece que le ofrendemos lo mejor. Antes de ofrendar, es muy importante que examinemos nuestra actitud y motivación. ¿Le estamos dando a Dios las primicias o le estamos dando sobras? ¿Lo hacemos con un corazón lleno de gratitud o por compromiso? Más que la cantidad de lo que ofrendamos, a Dios le importa la actitud con la cual traemos nuestras ofrendas ante él.
Honremos hoy a Dios con nuestras ofrendas y con corazones llenos de gratitud y adoración por todas sus bondades.
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¿Cuál es la ofrenda de la ley de Moisés?
Levítico 14:4–32 explica que al leproso se le requería llevar al sacerdote dos avecillas, tres corderos, harina y aceite como ofrendas al Señor.
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¿Cuál es el origen de la ofrenda?
El origen de la ofrenda del Día de muertos En México, una de las tradiciones más importantes que celebramos año con año, es el Día de muertos, o también conocido como el Día de los fieles difuntos. Este es un día muy especial pues celebramos de forma muy particular lo que consideramos es la visita anual de los espíritus de nuestros seres queridos fallecidos.
Para recibirlos, se prepara el tradicional altar de muertos, mejor conocido como “ofrenda” en donde se colocan elementos muy representativos que la conforman, como el pan de muerto, las flores de cempasúchil, calaveritas de azúcar y chocolate, incienso, papel picado, retratos de los difuntos y platillos que estos disfrutaban en vida. De acuerdo con esta tradición, las almas de los difuntos, guiados por el aroma de la flor de cempasúchil, regresan a la tierra a visitar los altares que sus familiares y amigos ponen para ellos, y así en la noche del 2 de noviembre, estos se llevan la esencia y los sabores de aquello colocado en la ofrenda. Así ellos aún en muerte, podrían seguir disfrutando de los placeres de este mundo. Esta bella tradición llena de colores, amor, música, fiesta y recuerdos, ha existido desde épocas prehispánicas, y aunque en aquellos tiempos no tenía el mismo sentido y significado que tiene ahora, se puede ver la raíz y la importancia que nuestra cultura ha dado a la muerte.
Un ejemplo muy claro eran las ofrendas que hacían hacia los difuntos, pues creían que debían dejar cosas que pudieran necesitar en su viaje por el inframundo, custodiado por Mictlantecuhtli. Sin embargo, a raíz de la colonización española y el proceso de evangelización que trajeron consigo, se comenzó a mezclar poco a poco el pensamiento religioso de ambas culturas, resultando en un sincretismo en el cual había evidentes elementos de las creencias de ambos. La adoración de los fieles difuntos, es una tradición llena de simbolismos que en la actualidad se festeja con un dejo de tristeza, por haber perdido a seres queridos, pero es aún más grande el sentimiento de alegría, pues en estas fechas sentimos que nuestros familiares y amigos pueden estar cerca de nosotros.
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¿Cuándo se ofrenda?
Entre cempasúchil, calaveras de azúcar y papel picado: los elementos que integran la ofrenda de Día de Muertos – (Crédito: PEDRO PARDO/AFP via Getty Images) La ofrenda de Día de Muertos puede variar dependiendo de la región del país en la que nos encontremos, pero hay una serie de elementos que son imprescindibles y que encontrarás en la mayoría de los altares, los cuales suelen estar organizados por múltiples niveles que simbolizan el camino que recorren los difuntos.
¿Cuál es el origen e historia del Día de Muertos en México y por qué se celebra?
Los altares o ofrendas se colocan, según la tradición, desde el 31 de octubre y este lista para recibir a los seres queridos la madrugada del 1 y 2 de noviembre, los días principales de esta celebración. El primero se recuerdan a los niños difuntos y el segundo a los adultos.
Estos son los elementos imprescindibles de una ofrenda o altar de muertos: Agua: las ofrendas suelen hacer un guiño a los cuatro elementos de la naturaleza, incluida el agua que simboliza la pureza y se ofrece a las ánimas para saciar su sed después del largo viaje. La sal: es el elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.
Veladoras y cirios: en el México prehispánico se utilizaban rajas de ocote. En la actualidad se usa el cirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras. La flama que producen significa “la luz”, la fe, la esperanza y sirve como guía para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su hogar.
Copal, incienso y cruz de ceniza: para los indígenas, el copal era un elemento de oración y alabanza a los dioses mientras que el incienso se incorporó con la llegada de los españoles. Se utilizan para limpiar el lugar por si acaso rondan los malos espíritus. La cruz de ceniza sirve para que el alma llegue hasta el altar y pueda expiar sus culpas pendientes.
Flores de cempasúchil: dice la tradición que es a través del color naranja de esta flor que las almas de los que han partido encuentran el camino de regreso al mundo de los vivos. Comida, bebida y pan de muerto: la comida tiene el objetivo de deleitar a los muertos que visitan la ofrenda por lo que siempre se colocan sus platillos favoritos.
- Para los adultos se suelen poner bebidas alcohólicas — el ron o el tequila son comunes — que los harán recordar sus momentos alegres.
- Mientras que a los niños se les ofrecen dulces típicos.
- Se incluye el pan de muerto como el “cuerpo de Cristo”, según las creencias católicas, y el chocolate que en la tradición prehispánica lo tomaban preparado con el agua que usaba el ánima para lavarse, así se impregnaban de la esencia del difunto.
Calaveras de azúcar: las medianas recuerdan que la muerte está siempre presente; las pequeñas son dedicadas a la Santísima Trinidad y las grandes al “Padre Eterno”. Las culturas mesoamericanas tomaban los cráneos de los prisioneros sacrificados y los formaban en hilera para honrar a los dioses, el altar era llamado tzompantli.
- Las calaveras hacen alusión a esa tradición prehispánica.
- Papel picado y petate: el papel picado se usa comúnmente para representar el aire, además de dar un toque festivo.
- El petate se utiliza para que los muertos descansen y puede funcionar como mantel para colocar los elementos.
- Las fotografías: las fotos de los seres queridos que ya murieron son uno de los elementos centrales en el altar de muertos pues dejan ver a quién está dedicada la ofrenda.
El izcuintle: el izcuintle es un perrito prehispánico cuya figura se ofrece en los altares dedicados a los niños como un juguete para que las almas de los más pequeños estén felices al llegar al banquete. El perrito izcuintle es el que ayuda a las almas a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, que es el último paso para llegar al Mictlán, el inframundo para los mexicas.
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¿Qué dice la Biblia sobre las ofrendas y diezmos?
La palabra ‘ diezmo ‘ literalmente significa ‘un décimo’. En la práctica, dar los diezmos a Dios significa dar exactamente la décima parte de nuestros ingresos. Las ofrendas son dadas durante los días santos de Dios, y consisten en una cantidad que es determinada por el fiel creyente.
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¿Cuál fue la primera ofrenda en la Biblia?
Historia – La historia, relatada en Génesis, afirma que Abel se dedicaba a y su hermano mayor se dedicaba a la, Caín hizo una ofrenda de frutas y verduras mientras tanto Abel sacrificó los primogénitos de sus ovejas. Dios desagradó la ofrenda de Caín y aceptó la de Abel.
La razón del favor divino según la tradición hace hincapié en el matiz de con que Abel ofrece a Dios las más selectas de su rebaño para destacar que la ofrenda de Caín, nacida de la obligación y no de la generosidad, no era deseable. La razón por la que Dios solo aprobó la ofrenda de Abel se explica en escritos posteriores.
La cita a Abel como el primer hombre de fe, y muestra que esta fe resultó en que su sacrificio fuera de “mayor valor” que la ofrenda de Caín., siguiendo el texto de la, afirmó que: ” Dios puso los ojos sobre las oblaciones de Abel, porque las ofrecía con sencillez y justicia; en cambio no miró el sacrificio de Caín, porque su corazón estaba dividido por celos y malas intenciones contra su hermano, según Dios mismo le dijo al reprenderlo por lo que ocultaba: «¿Acaso no pecas aunque ofrezcas tu sacrificio rectamente, si no compartes con justicia? Tranquilízate.» Porque no se aplaca a Dios con el sacrificio.
Por eso, si alguien tratara de ofrecer su sacrificio de modo que pareciese puro, recto y legítimo, en cambio en su alma no compartiera con rectitud en el trato con su hermano ni tuviera temor de Dios, no por haber ofrecido un sacrificio externamente correcto seduciría a Dios: por dentro estaría lleno de pecado y su oblación de nada le serviría si no cesa de hacer el mal que ha concebido interiormente; pues al simular una obra, el pecado mismo hace homicida a esa persona.
No son los sacrificios los que purifican al ser humano, pues Dios no los necesita; sino la conciencia pura de quien lo ofrece es lo que santifica el sacrificio. ” Varios intérpretes ven aquí una aplicación retroactiva de la sacrificial cristiana, expuesta en,
- Para redimir los pecados Dios exigía el sacrificio de animales y no de frutos de la tierra, “sin derramamiento de sangre no hay remisión”.
- Esta visión retrospectiva interpreta que cuando Adán y Eva pecaron fueron sacrificados animales, pues fue así Dios proveyó las pieles para hacer la ropa para que los cubrió ( ).
Abel cumplió con los deseos de Dios, pero Caín solamente ofreció frutos. Representación de Caín conduciendo a Abel a la muerte, por Caín asesina a Abel (pintura del siglo XV). De acuerdo con la tradición oral, las ofrendas de Abel fueron consumidas por el fuego enviado por Dios.
- Caín, no satisfecho del favor de este, y pese a la advertencia divina de que era la justicia de sus obras, lo que decidiría que su ofrenda se aceptase o no, mató a su hermano.
- Según, que recoge una tradición antigua, el lugar de los hechos es la ubicación de la actual ; otros lo fijan junto a, aunque no hay tradiciones locales que avalen ninguna de las leyendas.
Por la muerte de Abel, Caín fue expulsado “de la presencia de Yahveh”, y marchó a habitar a la tierra de, “al este del “. La tradición judía dice que Abel fue enterrado por sus padres, siguiendo las indicaciones de un enviado por Dios para ese propósito; el, por el contrario, sostiene que fue Caín quien fue instruido por un para enterrarlo.
En el capítulo 22 del, que forma parte del de la, se hace mención al espíritu de Abel; indicándose que este estaría en el lugar en donde los espíritus de todos los seres humanos esperan el gran juicio en el fin de los tiempos. En aquel lugar Abel realizaría su acusación y denunciaría a su hermano Caín hasta que la semilla de su hermano desaparezca de la faz de la tierra; y se haga justicia.
El menciona con frecuencia a Abel como prototipo de justo. Jesús lo en Mateo como el primero de los muertos en nombre de la justicia, y su ejemplo sirve a los apóstoles como y del de, Los lo cuentan entre los, En el Corán el pacifismo de Abel, que se niega a responder a la violencia de Caín, es la virtud que lo salva; es el principal ejemplo de y para los musulmanes.
Las interpretaciones críticas del texto bíblico han visto en la historia una versión estilizada de los conflictos entre pueblos agricultores y los hebreos, fundamentalmente pastoriles; el filólogo sostiene que se trata de una antigua leyenda israelita, indudablemente anterior a la compilación del, aprovechada por el por su valor moral.
Se ha notado también la similitud entre el término, de dudosa etimología, y el árabe jibil, “camello”. Es posible que Caín sea un epónimo de los, en cuyo caso Abel sería probablemente un héroe mítico de Judea. Otra explicación es ver en el relato una de las interacciones humanas más habituales.
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¿Cuál es el valor de la ofrenda?
Una ofrenda de valor inestimable “El Regalo de los Reyes Magos” es un cuento corto escrito por un autor estadounidense llamado O. Henry. Se trata de una pareja pobre que tiene grandes dificultades para sobrevivir. Al llegar la Navidad, Delia y Jim deciden darse el uno al otro un regalo muy especial, pero como no tienen dinero, tienen que valerse de su imaginación.
- Cada uno quería que su regalo fuera sorpresa, por eso, sin decirle a Delia, Jim decide vender el valioso reloj de oro que había heredado de su familia y con el dinero le compra a Delia un juego de peinetas muy exclusivas para la hermosa cabellera que ella lucía.
- Por su parte, Delia se corta el pelo y lo vende para comprarle a Jim una cadena de oro para su reloj.
Al entregarse mutuamente los regalos, ambos se sienten profundamente conmovidos. No es que los regalos mismos fueran tan extraordinarios, pero para ellos guardaban un valor incalculable. La moraleja de la historia es simple. Las demostraciones de amor son los regalos más valiosos que una persona puede dar.
El reloj de Jim era de un valor inestimable porque no era sólo un reloj cualquiera, representaba su herencia familiar, los lazos que lo unían a su padre y a su abuelo durante muchos años. Igualmente, el cabello de Delia era una muestra de su femineidad y su espíritu libre. En resumen, esto fue lo que ambos se dieron el uno al otro: no sólo una cadena y un par de peines, sino el tesoro de su propio corazón.
Ahora bien, tomaremos este ejemplo y lo aplicaremos al relato de la mujer que rompió el frasco de perfume y ungió al Señor y veremos por qué esa acción fue tan valiosa para el Señor. Regalos de incalculable valor. Sabemos que Jesús nos dio un regalo de valor inestimable en la cruz.
- ¡Le costó su propia vida! Esta es la medida real del valor de un regalo: el sacrificio que hace aquel que lo da, no el dinero que él o ella gasta.
- Pero ¿y nosotros? ¿Qué cosa podríamos darle a Jesús a cambio de todo lo que él nos ha dado a nosotros? ¿Hay acaso algún regalo que pudiéramos darle al Señor que siquiera en algo pudiera asemejarse al regalo inefable y de incalculable valor que él nos ha donado en su cruz? Bueno, en cierto sentido sí lo hay.
La respuesta es “el frasco”. ¡El frasco eres tú, hermano! La mujer llevaba algo muy valioso y de aroma exquisito en su frasco de alabastro y tú también llevas algo muy valioso y de aroma exquisito en el frasco de tu persona: tu corazón. Tal vez no te sientas tan importante a veces, pero recuerda siempre que Dios omnipotente te considera su hijo, y para él tú eres tan valioso que estuvo dispuesto a entregar a su único Hijo al terrible sacrificio de la cruz para salvarte a ti.
Por eso, tú tienes efectivamente un regalo valiosísimo que le puedes dar al Señor, y se lo das cada vez que elevas a él tu corazón en alabanza y adoración en la oración sincera, cada vez que cumples sus mandatos y cada vez que lo imitas demostrando amor, bondad, compasión y fe en tus relaciones personales.
Nadie puede ofrecerle al Señor un regalo de valor equivalente al que él nos dio a nosotros muriendo en la cruz, pero sí podemos entregarnos nosotros mismos en sus manos, expresándole todo el amor y la devoción de que seamos capaces, amándolo a él y amando a nuestros semejantes.
El valor del amor —y de los regalos que el amor motiva— no es asunto de igualdad; es asunto del corazón. Delia y Jim lo sabían, y los padres de familia también lo saben. Cuando el papá o la mamá recibe un obsequio de su pequeñito, como un dibujo, una flor o algo que encontró, se siente sin duda conmovido por el gesto.
El regalo es de valor incalculable, no por el valor monetario que tenga, sino por quién lo dio y por el amor que lo motivó. Jesús conoce el corazón de cada uno de nosotros, y sabe lo que llevamos en el “frasco” de nuestra vida; sabe lo que somos capaces de darle y no espera nada más que eso.
Si cada día le damos aquello que podemos darle, hacemos “una obra buena” para él y si se lo damos con todo el amor y la devoción que podamos, los regalos que le demos serán de valor inestimable para el Señor. Hizo todo lo que pudo. Esto parece sencillo, sin embargo hay un pero. Si todo lo que le damos al Señor son palabras que afirman nuestra fe en él mientras tenemos el corazón centrado en otros intereses, no estamos cumpliendo el propósito.
“Sólo aquello que podamos dar” no significa establecer un mínimo. Darle el corazón a Cristo comprende todo nuestro estilo de vida, no sólo el esfuerzo de asistir a Misa o el tiempo dedicado a la oración. Es como decirle a Jesús: “Señor, tu sacrificio por mí fue extraordinario y enorme, y yo también quisiera ser tan generoso contigo.” Delia tenía sólo su larga cabellera; Jim sólo su reloj de oro.
- Era todo lo que poseían para darse el uno al otro, y por eso sus mutuos regalos fueron de un valor incalculable.
- La mujer que ungió a Jesús demostró la misma disposición, y lo hizo derramando todo su perfume sobre él.
- No le dio sólo un par de gotas; le dio todo lo que tenía.
- En cierta forma, lo que hizo la mujer no fue muy provechoso.
No pudo impedir que los discípulos se indignaran con ella, ni que Judas cambiara de idea y no traicionara a Jesús; no pudo evitar que los jefes de los sacerdotes y los ancianos se confabularan contra Jesús; tampoco pudo persuadir a Pilato que dejara libre a Jesús ni impedir que los soldados se burlasen de él y lo flagelaran.
Tampoco pudo evitar que Jesús fuera crucificado. Pero había algo que ella podía hacer y eso fue exactamente lo que hizo: ” ha hecho lo que ha podido” (Marcos 14, 8). Así le demostró al Señor cuánto lo amaba, ofreciéndole como sacrificio su posesión más valiosa. Mientras los apóstoles discutían sobre cuál de ellos era el más importante, mientras Judas urdía su plan para traicionar a Jesús y mientras todos los demás estaban ocupados preparándose para la Pascua judía, ella le ofrendaba al Señor su atención plena e irrestricta.
Lo único que le preocupaba era demostrarle a Jesús todo el honor y la veneración que él se merecía y que ella podía darle. ¿Pasión o moderación? Un viejo refrán dice que hay que tomar todo “con moderación.” Esa idea es prudente cuando se trata de comida, bebida, trabajo y diversión, pero no lo es en lo que se refiere a nuestra actitud frente al Señor.
- El amor que Jesús nos tuvo en la cruz no fue un “amor moderado”, y nosotros también hemos de ofrecerle lo mismo a él.
- Cristo dedicó a nosotros cada onza de su energía, cada segundo de su tiempo y cada gota de su sangre.
- ¡Claro que nosotros debemos demostrarle mucho más que una devoción moderada día tras día! Cuando el Rey David iba danzando jubilosamente delante del Arca de la Alianza (2 Samuel 6, 5), demostraba un amor que superaba la idea de la moderación.
Cuando Abraham salió de su casa para trasladarse a una tierra de la que nunca había escuchado demostró una dedicación que muchos habrían considerado exagerada. Y nada es comparable a la devoción, la fe y el amor que la Virgen María demostró cuando le respondió al ángel: “Hágase en mí según tu palabra” (Lucas 1, 38).
Esta es la clase de devoción y pasión que demostró la mujer que ungió a Jesús. Y tal como lo descubrieron los otros héroes y heroínas de la fe, todo lo que supera la moderación provoca cuestionamiento y censura. Así fue exactamente como reaccionaron los discípulos al ver la extrema demostración de devoción.
Ellos preferían la moderación, no la exageración, pero nada le iba a impedir a ella hacer lo que se había propuesto y Jesús la bendijo por su devoción. Ser moderado significa no dejarse llevar por la emoción, ni sobrepasarse y no ser muy apasionado, pero tal actitud no deja margen alguno para la danza de David, ni la peregrinación de Abraham ni la entrega de María; no deja margen para derramar todo un frasco de costoso perfume sobre un maestro de Nazaret en lugar de guardárselo para uso personal.
Pero esta clase de amor y dedicación conmueve profundamente al Señor; le llena de alegría y gratitud, y lo mueve a prodigar abundantes bendiciones sobre sus fieles. El celo por tu casa me consume. La historia de esta mujer nos inspira a no ser moderados sino “exagerados” en nuestra dedicación al Señor; nos inspira a rechazar cualquier idea de censura en este sentido o la noción de que dar tanto de nosotros mismos a Jesús sea “un desperdicio” (v.
Mateo 26, 8). Por el contrario, nos indica que un “derroche exagerado” como ese es hermoso y profundamente grato al Señor. Cuando amamos apasionadamente a una persona queremos pasar todo el tiempo posible con él o ella aunque eso signifique renunciar a otras cosas que pueden ser útiles o buenas, y nos hacemos el tiempo necesario porque amamos a esa persona y queremos estar a su lado.
De hecho, hasta nos produce cierta clase de placer interior hacer tales sacrificios porque ellos siempre nos ayudan a profundizar el amor que sentimos. Así es como debemos acercarnos a Jesús en cada Misa, en toda ocasión de oración y cada vez que somos bondadosos o generosos con sus fieles. No es el valor monetario del regalo lo que cuenta y tampoco es el tiempo que se le dedica.
Lo que cuenta es la razón por la cual lo demos y la actitud con que lo hagamos. Ojalá que todos procuremos hacerlo de la mejor manera posible. ¡Que el celo por el Señor nos consuma a todos! : Una ofrenda de valor inestimable
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¿Cuál es la diferencia entre sacrificio y ofrenda?
El término sacrificio procede del latín sacrificium (sacer, ‘santo’; facere, ‘hacer’) y alude al acto de santificar o consagrar un objeto. La ofrenda se usa como un sinónimo (o como una categoría más inclusiva de la cual el sacrificio es una subdivisión) y significa la presentación de un regalo-don (Gift).
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¿Qué significa ofrenda encendida de olor grato para Jehová?
El primer sacrificio mencionado en los tres primeros capítulos de Levítico se llama « ofrenda encendida de olor grato para Jehová », que significa que la ofrenda era voluntaria y agradable a Dios.
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¿Cómo son las ofrendas en la actualidad?
Conoce más sobre esta bella tradición centenaria de México. – La ofrenda del Día de Muertos, tal y como las conocemos hoy en día, e s un reflejo del sincretismo del viejo y el nuevo mundo, En esta mezcla cultural los europeos pusieron algunas flores, ceras, velas y veladoras ; y los indígenas agregaron el sahumerio con su copal, la comida y la flor de cempasúchil,
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¿Cuál es la diferencia entre el diezmo y las ofrendas?
54 preguntas sobre diezmos y ofrendas – Mayordomía Cristiana Significa la décima parte de las ganancias y entradas que el creyente destina para una finalidad sagrada. Esa décima parte es la devolución a Dios como una señal de pacto y de sociedad con él, reconociéndolo como el Creador y Propietario de todas las cosas.
Génesis 14:18; Levítico 27:30 y 32; Malaquías 3:7-10). Está relacionado a un mandamiento de Dios, pues, como Soberano del Universo, se reservó para sí el diezmo, y lo estableció como un acuerdo: “Traed todos los diezmos al alfolí” (Malaquías 3:10). “El deber es el deber, y debe cumplirse por esa misma razón” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.58).
“Un descuido o una postergación de este deber provocará el desagrado divino” (ibíd., p.71). Como el gobierno de Dios respeta el libre albedrío, podemos decir que él no obliga a nadie a seguirlo. Este acuerdo podrá no ser respetado o aceptado, pero quien procede así tendrá que enfrentar las consecuencias.
El principio del diezmo se basa en principios tan duraderos como la ley de Dios. Para beneficio del hombre. “Dios ha establecido el sistema de la beneficencia para que el hombre pueda llegar a ser semejante a su Creador, de carácter generoso y desinteresado y para que al fin pueda participar con Cristo de una eterna y gloriosa recompensa” (ibíd., p.17).
“Vi que este sistema de diezmar desarrollaría el carácter y manifestaría la verdadera condición del corazón” (Testimonios para la iglesia, t.1, p.216). Para expresar a Dios nuestra lealtad y obediencia a la soberanía divina. “El exige este tributo como una señal de nuestra lealtad” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.77).
- Para reconocer a Dios como dueño y dador de todo (1º Crónicas 29:11-14).
- Para habilitarnos a recibir bendiciones de Dios (Malaquías 3:10-12).
- Para el avance de la obra de Dios en la Tierra” (ibíd.).
- A través de los tiempos Dios estableció que el diezmo sería destinado solamente para sostén de sus ministros, los levitas.
Así sucedió en el Antiguo Testamento, los levitas y sacerdotes fueron mantenidos con los diezmos (Números 18:21 y 24). Así como en el Nuevo Testamento, en la actualidad, el diezmo es destinado a sostener el ministerio evangélico (1ª Corintios 9:14; 1ª Timoteo 5:18).
Ministerio evangélico es un cargo u ocupación de tiempo completo de los que se dedican a una función evangelizadora. El diezmo se dedica a sostener y a una función evangelizadora. Esto comprende los pastores, profesores que imparten enseñanza bíblica y también incluye todos los gastos de la denominación derivados de la atención a las iglesias, tanto por Asociaciones/ Misiones, como por las Uniones, Divisiones y Asociación General.
Significa: Granero o depósito (Salmo 33:7), almacenes (1ª Crónicas 27:28), casa de provisiones. Con frecuencia se usa como sinónimo de tesorería (1ª Crónicas 28:12). Puede referirse a tesorería de la iglesia local como un depósito temporario, de donde se envían los diezmos para la Misión/ Asociación, después para la Unión, la División y para la Asociación General, entidades que representan la iglesia organizada, de donde se administran los usos y destinos de los diezmos.
Ese es el verdadero “alfolí”. “Los que están en el centro de la causa deben examinar detenidamente las necesidades de los diferentes campos; porque son dispensadores de Dios, designados para la extensión de la verdad por todas partes del mundo. Son inexcusables si quedan ignorantes acerca de las necesidades de la obra” (Obreros evangélicos, p.469).
Sí, es un acto de adoración. Cuando Jacob devolvió sus diezmos al Señor, lo estaba adorando (Génesis 28:22). El pueblo de Israel llevaba a Dios parte de sus bienes, como un acto de adoración (Éxodo 23:15; Deuteronomio 16:16). Al presentarnos delante del Señor con el diezmo, estamos identificándonos como sus adoradores.
- A través de la devolución del diezmo entregamos a Dios no solo dinero, sino sobre todo, el corazón, la propia vida como un reconocimiento de su propiedad (2ª Corintios 8:5).
- En forma teórica muchos admiten que Dios es el dueño de todos sus bienes, pero no lo demuestran o expresan de manera tangible y concreta.
No basta hablar del diezmo es necesario practicarlo. La Biblia nos advierte en Isaías 29:13; Romanos 10:10 y 15:6. Porque la Biblia da este énfasis. Malaquías emplea esta palabra con mucha claridad (Malaquías 3:8-10). Robo equivale a apropiarse de algo que fue dejado en confianza.
Es una apropiación indebida. “Defraudar a Dios es el delito más grande que un hombre pueda cometer ; y sin embargo este pecado está muy arraigado y extendido” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.91). Diezmo: Dios declara que es propiedad exclusiva de él. Levítico 27:30: “Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová”.
En esto no tenemos el derecho de elegir. Dios exige obediencia total. Las órdenes tienen que ser cumplidas (Malaquías 3:10, Deuteronomio 14:22) haciendo uso del libre albedrío. Dios no mirará si es bueno o malo (Levítico 27:32 y 33). Aquí Dios se preocupa no tanto por la calidad sino por la cantidad, por la parte que él reclama como suya.
Aunque el diezmo sea un deber, Dios espera que esta obligación tenga la motivación del amor, un amor responsable, un amor que lleva a la obediencia (Juan 14:15 y 15:10). Ofrenda: Es propiedad del hombre. Nosotros sabemos que el ser humano no es propietario de nada. Sin duda Dios nos permite considerar los nueve décimos (después del diezmo) como nuestros, pues podemos usarlos conforme a nuestra voluntad.
Es por esta razón que podemos ofrendar voluntariamente (Deuteronomio 16:10). La cantidad que damos está determinada por el criterio espiritual de evaluación y proporción de las bendiciones recibidas (1ª Corintios 16:2; Deuteronomio 16:17; Lucas 12:48).
Aquí también usamos la facultad de elegir. Dios solamente acepta la ofrenda que es perfecta, porque esta representa a Cristo. Lo que más preocupa a Dios es la calidad (Malaquías 1:8; Levítico 22:21 y 22). La motivación del amor es la única que Dios acepta, aunque la ofrenda sea de la mejor calidad. La motivación está en el dador.
Dios mira al dador y su ofrenda (Génesis 4:4; Juan 3:16; Juan 15:13). Por lo tanto el diezmo es una devolución, al paso que las ofrendas son donaciones voluntarias. Las ofrendas son nuestra respuesta de amor y gratitud por las bendiciones de Dios. Aunque no esté expresamente mencionado en el Decálogo sabemos que el hecho de no devolverlo de manera implícita es una violación del octavo y décimo mandamientos del Decálogo (1ª Timoteo 6:10; Colosenses 3:5).
- Por su parte, Levítico 27:34 dice: “Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí”.
- En el mismo lugar en que dio los Diez Mandamientos, Dios dio la ordenanza de los diezmos.
- Esto no lo pide un hombre; es uno de los mandatos de Dios, por medio del cual se puede sostener su obra y promover su progreso en el mundo” (Testimonio para los ministros, p.307).
“El sistema ordenado a los hebreos no ha sido abrogado ni reducido su vigor por Aquel que lo ideó. En vez de carecer de fuerza ahora, tiene que practicarse más plena y extensamente, puesto que la salvación por Cristo debe ser proclamada con mayor plenitud en la era cristiana” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.80).
Sí, porque “En el caso del pobre, el diezmo será comparativamente pequeño, y hará su donativo en proporción a sus posibilidades” (ibíd., p.78). “El plan de Dios en el sistema del diezmo es hermoso por su sencillez e igualdad” (ibíd.). “Los hombres no se empobrecen al devolver a Dios lo que es suyo; la pobreza sobreviene cuando se retienen esos recursos” (ibíd., p.40).
Los que reciben la verdad con frecuencia se encuentran entre los pobres del mundo. “Y cuando ve un fiel cumplimiento del deber en el pago del diezmo, a menudo, en su sabia Providencia, abre caminos para que aumenten los ingresos” (Obreros evangélicos, p.234).
- Dios pide que su diezmo sea llevado a su tesorería.
- Devuélvase esa parte en forma estricta, honrada y fiel” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.87).
- En cuanto a la cantidad requerida, Dios ha especificado que sea la décima parte de los ingresos” (Joyas de los testimonios, t.1, 373).
- Considerando que la herencia constituye un aumento o ganancia patrimonial, deberíamos devolver el diezmo correspondiente.
En el caso de regalos, si estos son útiles para el momento actual y su valor está incluido en el presupuesto familiar, debe diezmarse. Si el dinero encontrado se incorpora al patrimonio del que lo encontró, debe diezmarse. No. No deberíamos descontar los impuestos antes de calcular los diezmos, porque los impuestos, ya sea federales, estatales o municipales, otorgan servicios al ciudadano que se constituyen en beneficios indirectos.
- En consecuencia, deberían diezmarse las sumas de dinero destinadas a pagar los impuestos.
- No, porque el dinero prestado no es ganancia.
- En caso de que la persona obtenga lucros del dinero prestado, entonces sí debería diezmarse. Sí.
- Se debe diezmar, procediendo de una de las siguientes maneras: En el caso de que no haya inflación en el país, diezmar la ganancia de la venta.
Si hay inflación, puede hacer la corrección monetaria. Si hubo lucro, se diezma el mismo. Si no hay ganancias, no hay necesidad de diezmar. Como medio educativo y de concientización sería de gran bendición que diezme el dinero que recibe para su uso personal, aunque ese dinero ya fue diezmado previamente.
- Si se trata de una mensualidad que ya fue diezmada, la esposa no necesita volver a diezmarla.
- Pero, si esta mensualidad proviene de un esposo creyente y él no diezmó su salario, entonces la esposa puede ser de gran ayuda a su esposo y ayudarlo a diezmar.
- Puede existir el caso de un esposo no creyente, que se incomoda mucho si se entera que su esposa diezma su dinero; en ese caso es mejor actuar con prudencia.
Es preferible que la esposa desista de hacerlo. “Si habéis rehusado tratar honradamente con Dios, os ruego que penséis en vuestra deficiencia, y si es posible que hagáis restitución. Si esto no puede hacerse, orad con humildad y contrición que Dios, por amor a Cristo, perdone vuestra gran deuda” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.105).
- Al determinar la proporción que debe darse a la causa de Dios, cuidad de exceder las exigencias del deber más bien que substraer de ellas.
- Considerad para quién es la ofrenda” (Joyas de los testimonios, t.1, p.564).
- En caso de dudas es preferible “errar” para el lado de la fidelidad y generosidad que de la mezquindad y avaricia, pues Dios es magnánimo con sus hijos.
Malaquías vivió al final del período de cautiverio babilónico. El pueblo había regresado del cautiverio bajo el liderazgo de Nehemías y había comenzado una reforma política al organizar la nación y reconstruir los muros de la ciudad; también se produjo una reforma espiritual con la restauración del templo y los tesoros del Señor saqueados por la infidelidad del pueblo.
- En su libro, Malaquías denuncia la infidelidad del pueblo en relación a los servicios de la casa del Señor, restaurados por Nehemías (Nehemías 12:44-47; 13:10-13).
- Es importante resaltar el hecho de que los libros de Crónicas, Esdras y Nehemías tratan del mismo tema de Malaquías.
- Podemos comprender mejor lo referente a los tesoros de la casa del Señor a la luz de esos libros.
Nehemías estableció “cámaras” o tesorerías en varias ciudades de Israel para recoger temporariamente los diezmos y ofrendas que eran las porciones de los sacerdotes y levitas (Nehemías 12:44). Él hizo una separación cuidadosa entre diezmos y ofrendas (Nehemías 12:44).
- Estableció tesoreros para cada “cámara” o tesorería como en los días de Ezequías (2º Crónicas 31:19).
- Esos tesoreros fueron elegidos de entre los propios levitas.
- De esa manera no serían víctimas del conflicto de intereses ajenos a la función.
- Si eran dignos de ser ministros del santuario, también lo serían para administrar los fondos para su propio sustento con fidelidad (2º Crónicas 31:19).
La distribución de los diezmos y ofrendas era controlada desde Jerusalén. Los tesoreros de las “cámaras” que había esparcidas por todo el país, enviaban el producto recogido a la “casa de Jehová” en Jerusalén y de Jerusalén volvía a los levitas esparcidos por todo Israel (2º Crónicas 31:4-6; Nehemías 12:44).
Había un equipo encargado de la distribución en Jerusalén y otro para el resto del país (Nehemías 13:13). Los levitas recibían sus porciones conforme al registro de sus familias, mujeres y niños (2º Crónicas 31:19). Esa distribución financiera y material no consideraba como prioridad los lugares donde estaban los mayores donantes, para que los diezmos quedaran retenidos allí, sino se tenía en cuenta las necesidades de los individuos y de la obra en Israel como un todo.
Así todos los levitas recibían su parte de acuerdo con las necesidades de sus familias (2º Crónicas 31:17-19). De ese sistema de distribución registrado en la Biblia se desprende: 1) Que en el mantenimiento del ministerio se actuaba con igualdad y equidad.2) Que había una visión global unificada que generaba un sentido nacional de misión y unidad entre los sacerdotes.3) Que trataba de evitar ambiciones financieras en el liderazgo espiritual de la iglesia israelita.
- Por lo tanto, en la Biblia los diezmos y ofrendas de los sacerdotes no quedaban en cada villa o ciudad, o en posesión del propio adorador.
- Los relatos bíblicos disponibles indican que tanto en el período pre como pos exilio, siempre que el sistema de mantenimiento de los sacerdotes fue reformado bajo la dirección de los profetas, la “cámara del tesoro” estaba centralizada en Jerusalén y administrada por los propios levitas.
A esta cámara del tesoro exhortaba Malaquías que fueran conducidas todas las dádivas. A partir de ese centro administrativo todos los levitas recibían la ayuda de acuerdo al registro de sus familias (2º Crónicas 31:17-19). “Algunos han emitido la idea de que a medida que nos acerquemos al fin del tiempo cada hijo de Dios obrará independientemente de cualquier organización religiosa.
Pero el Señor me ha indicado que en esta obra no hay tal independencia individual. Las estrellas del cielo están todas bajo ley, influyendo cada una en la otra para hacer la voluntad de Dios, rindiendo su común obediencia a la ley que rige su acción. Y a fin de que la obra del Señor progrese de una manera saludable y sólida, su pueblo debe unirse” (Obreros evangélicos, p.502).
“Se me mostró que es un error emplear el diezmo para satisfacer los gastos ocasionales de la iglesia Pero estáis robando a Dios cada vez que ponéis vuestras manos en la tesorería y extraéis fondos para satisfacer los gastos corrientes de la iglesia” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.108).
- Su pueblo debe recordar hoy que la casa de culto es propiedad del Señor, y que por lo tanto debe conservársela escrupulosamente.
- Pero los fondos para esta obra no deben proceder del diezmo” (ibíd., p.107).
- Algunos piensan que el diezmo puede aplicarse a las escuelas.
- Otros suponen que los colportores deberían ser sostenidos con el diezmo.
Pero se comete un grave error cuando el diezmo se aparta del objetivo para el que ha sido destinado: el sostén de los ministros” (ibíd.). “El diezmo ha sido puesto aparte con un propósito especial. No debe considerarse como un fondo para pobres. Debe dedicarse especialmente al sostén de los que predican el mensaje de Dios al mundo; y no hay que desviarlo de este propósito” (ibíd., p.108).
- Hay que hacer todas estas cosas, tal como Ud.
- Se lo propone, para ayudar a los alumnos a obtener una educación; Pero ese dinero no debe tomarse del diezmo sino de un fondo separado establecido con ese propósito.
- Carta 40, 1897.” (Mensajes selectos, t.2, p.239).
- Antes de hacer cualquier gasto, separe la décima parte de todas sus entradas y coloque esta cantidad en un sobre de diezmo.
“No debemos consagrarle lo que queda de nuestras entradas después de haber satisfecho nuestras necesidades reales o imaginarias; antes de gastar nada debemos apartar lo que Dios ha especificado como suyo” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.86). Diezmar es difícil no por las cantidades en juego, sino por los motivos.
Si usted considera que es muy difícil puede ser que está diezmando por motivos equivocados. Si usted está diezmando porque su amor a Dios lo lleva a cumplir esa responsabilidad y porque ama a las almas que se pierden, su motivo es puro, espiritual y desinteresado; y usted descubrirá que el diezmo es un camino de vida que conmueve, y con abundantes recompensas.
Debería guardar un registro de la venta de sus productos, y agregar a ese total el valor de los productos del establecimiento consumidos en su hogar y los intereses o sueldos recibidos de otros. Esto constituye una entrada bruta. Después deberá deducir todos los gastos.
El resultado es la ganancia que deberá diezmar. Un comerciante debe devolver el diezmo de sus ganancias líquidas. Para calcular esta ganancia debe sumar a su venta del mes y otras entradas como: interés por dinero invertido, alquiler de propiedades, etc. Después debe restar el costo de las mercaderías vendidas y los gastos que haya tenido en relación a su actividad comercial.
Esta diferencia será la ganancia líquida sobre la cual debe devolver el diezmo. Algunos propietarios adventistas reciben mensualmente un saldo igual a los demás miembros de la familia que trabajan con ellos. Esto provee una entrada mensual y les permite devolver regularmente el diezmo y dar sus ofrendas.
- Estos salarios están basados en la cosecha de los últimos años.
- Periódicamente (una vez al año, cada seis meses) computan las entradas y ajustan cualquier diferencia que hubiera.
- El comerciante ambulante debería separar el diezmo calculando la diferencia entre el total de las ventas y el total de las compras de mercaderías del día, la semana, etc.
Si tiene gastos con transportes, depósitos, etc. Puede deducirlos y diezmar la diferencia. Deberá devolver mensualmente el diezmo de la parte de la cuota mensual que paga al banco y que corresponde a la amortización del capital prestado (la parte de la cuota mensual que corresponde a intereses podría ser considerada como un gasto y en consecuencia no sujeta a diezmo).
- Igual criterio debería seguir un taxista que compra un vehículo con el préstamo bancario, un técnico o profesional que compra en iguales condiciones su equipo para el trabajo, etc.
- Cada uno debería diezmar no importa cuán abundante o escasos sean sus recursos.
- Toda persona que tiene edad suficiente para entender y escribir generalmente tiene una pequeña cantidad de dinero y es responsable delante de Dios por la manera que la administra.
“Enséñeseles a pagar diezmos y ofrendas” (El hogar adventista, p.353). No es lo mejor por tres razones: La Asociación/Misión que recibe sus diezmos tiene serias obligaciones para mantener a los pastores, y estas no pueden esperar hasta el fin del año.
Usted necesita de las bendiciones y de la fortaleza divina que viene cada mes del año. Debido a la inflación su valor verdadero se reduce. Sí, usted debería devolver el diezmo en la iglesia que usted es miembro. Dios dice que debemos llevar todos los diezmos al alfolí. ¿Usted paga el alquiler de su casa o los impuestos aunque está de vacaciones, verdad? Dios espera que usted diezme sus ganancias cada vez que las recibe independientemente de si está o no en condiciones de ir a la iglesia.
Diezmar es una prueba de reconocer la soberanía y propiedad de Dios sobre todo lo que existe, y nada tiene que ver con la posibilidad física de ir o no a la iglesia. No. Su iglesia necesita el diezmo. La regla es esta: “Que nadie se sienta libre para retener sus diezmos con el fin de usarlos según su propio juicio.
- No debe emplearse en caso de emergencia, ni como parezca conveniente, aun en cosas que conciernan a la obra de Dios” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.106).
- Algunos no han estado satisfechos y han dicho: “No pagaré más mi diezmo, porque no tengo confianza en la forma como se manejan las cosas en el corazón de la obra”.
¿Pero robaréis a Dios porque pensáis que el manejo de la obra no es correcto? Presentad vuestras quejas en forma clara y abierta, con el espíritu debido, a las personas debidas. Pedid que las cosas sean ajustadas y puestas en orden; pero no retengáis lo que corresponde a la obra de Dios, demostrando así que sois infieles, porque otros no están obrando correctamente” (ibíd., p.98).
- Sí, porque nuestra primera y mayor deuda es con Dios.
- Él nos da todas as cosas independientemente de las obligaciones financieras con sus semejantes El cristiano que diezma de manera inteligente y fiel, siempre se considera en deuda en primer lugar con Dios, pues él es el propietario de todo lo que le confió como mayordomo.
Es una gran injusticia usar el diezmo de Dios para pagar deudas a seres humanos. No se puede pagar a algunos robando a otros. El Señor no nos pide que diezmemos de lo que no recibimos y sí de lo que ganamos, aunque sea muy poco. El que cumple la disposición de Dios en lo poco que le fue dado, recibirá la misma recompensa que aquel que da de su abundancia.
- El que cumpla la disposición de Dios en lo poco que le haya sido dado, recibirá el mismo pago que aquel que da de su abundancia” (Obreros evangélicos, p.234).
- Algunos piensan que tienen obligaciones inviolables hacia sus hijos.
- Deben dar a cada uno su parte, pero se sienten incapaces de reunir recursos para ayudar la causa de Dios.
Presentan como excusa que tienen un deber hacia sus hijos. Esto puede ser así, pero su primer deber se refiere a Dios No permitáis que nadie presente sus pretensiones y os induzca a robar a Dios” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.99). Muchos creen erróneamente que en realidad el diezmo les pertenece, en lugar de reconocer que pertenece a Dios como lo expresa Levítico 27:30.
- Ha requerido la décima parte, y la exige como lo mínimo que le debemos devolver.
- Dice: Os doy las nueve décimas, y os pido una; es mía.
- Cuando los hombres retienen el diezmo, roban a Dios.
- Además del diezmo, se requerían ofrendas por el pecado, ofrendas pacíficas y de agradecimiento a Dios” (Joyas de los testimonios, t.1, p.373).
“La oración no tiene por objeto obrar un cambio en Dios; nos pone a nosotros en armonía con Dios. No reemplaza al deber. Dios nunca aceptará en lugar del diezmo la oración hecha con frecuencia y fervor. La oración no pagará nuestras deudas a Dios” (Consejos sobre mayordomía cristiana, p.99).
- Los obreros y los oficiales de iglesia deben dar el ejemplo.
- Se espera que los ancianos y otros oficiales, al igual que el pastor y los obreros de la Asociación, y de otras instituciones, den un buen ejemplo de liderazgo al devolver el diezmo.
- Nadie continuará, ya sea como oficial de la iglesia local o como obrero de la Asociación, si no se conforma a esta regla de liderazgo” (Manual de la iglesia, p.131) “Todos los oficiales serán un ejemplo en la devolución fiel del diezmo a la Iglesia.
El que deja de dar ejemplo en este asunto importante no será elegido para ningún cargo de la iglesia” (ibíd., p.71). El pastor, anciano, tesorero y el director del Ministerio de Mayordomía Cristiana. Para cubrir los gastos que mantienen el ministerio y la dirección de la obra en esas organizaciones.
- La iglesia local no usa ni gasta el diezmo, sino que lo remite al tesorero de la Asociación.
- De esa forma, el diezmo de todas las iglesias fluye a la tesorería de la Asociación local, que a su vez remite un porcentaje al siguiente nivel superior, en concordancia con los reglamentos de la Asociación General y de la División, para hacer frente a los gastos de llevar adelante la obra de Dios en sus respectivas esferas de responsabilidad y actividad” (ibíd., p.131).
No. Así como presentar a Dios una casa de culto con una deuda constituye una negación de la fe, porque habla de una mayordomía infiel, de igual manera y aún peor todavía es el hecho de que sea construida utilizando la porción del Señor. El Espíritu de Profecía dice: “Pero estáis robando a Dios cada vez que ponéis vuestras manos en la tesorería y extraéis fondos para satisfacer los gastos corrientes de la iglesia” (ibíd., 108).
A veces se alega que ese diezmo es dinero sucio, indigno, porque proviene, por ejemplo, de una prostituta, un homosexual o de una persona que hace negocios turbios, y en consecuencia, no es digno de ser recibido por Dios. Pero en realidad no hay tal cosa como dinero sucio o limpio, digno o indigno. El dinero en sí mismo es neutro.
Lo que son sucios o indignos son los medios para obtener el dinero. “En consecuencia, cuando el dinero se dedica a Dios puede ser recibido legítimamente, salvo cuando el dinero obtenido es producto de fraudes, asaltos, robos, etc.” (Elena G. White, Chuvas de bênçãos, compilado y organizado por Arnaldo Enríquez (Tatuí, SP: Casa Publicadora Brasileira, 1998, p.87).
El problema no está en el dinero o en los cultivos, si no en los medios equivocados que usa el hombre para obtener el dinero y en el uso equivocado, contrario al plan de Dios, que hace de dichos cultivos. En última instancia, el diezmo es una cuestión de consciencia entre el hombre y Dios. Si la persona persiste en su conducta después de que la iglesia hace todo lo que está a su alcance para orientarlo, entonces la responsabilidad queda con el miembro y no con la iglesia” (ibíd.).
Creemos que sería prudente en cualquiera de los dos casos no recibirlos, pues conocer que tales diezmos tuvieron origen ilícito y de violación a la ley haría que quien los recibiera se tornara cómplice del delito perpetrado. Si se trata de personas que no son miembros de iglesia pueden ser recibidos, pues en casi todos los países estos medios de obtener dinero son lícitos y aprobados por ley.
La iglesia no aprueba la participación en loterías, rifas o pronósticos deportivos, de modo que un buen miembro de iglesia no participa de esas actividades. Si por ignorancia o por otra razón participó y obtuvo un premio, y desea diezmarlo, es decisión y problema de consciencia de él. Si la iglesia está enterada del hecho, deberá llamarle la atención para que no vuelva a caer en un hecho semejante.
: 54 preguntas sobre diezmos y ofrendas – Mayordomía Cristiana
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