Que Es La Mentira Según La Biblia?

Que Es La Mentira Según La Biblia
MENTIRA v. Engaño, Falso Exo 23:7 palabra de m te alejarás, y no matarás 1Ki 22:22; 2Ch 18:21 seré espíritu de m en boca Job 6:28 y ved si digo m delante de vosotros 13:4 manifestación contraria a la verdad, cuyo fin es el engaño. Con este término se designa en las Escrituras desde el simple embuste hasta el fraude y la falsedad.

Se puede caer en la m. mediante la palabra o de obra.M. es cultar una verdad mediante respuestas evasivas, como la de Caí­n cuando Yahvéh le preguntó por su hermano Abel: †œNo sé. ¿Soy yo acaso el guarda de mi hermano?†, Gn 4, 9. Se pueden decir verdades a medias, que constituyen mentiras, puesto que se dicen con el propósito de engañar, como cuando Abraham presentó a su mujer como hermana ante Abimelec, Gn 20, 2 y 12.

Guardar silencio, como Judas Iscariote, quien no se dio por aludido cuando el Señor, en la última cena, se refirió a él indirectamente como el que lo traicionarí­a y lo entregarí­a, Jn 13, 21-30. Los í­dolos y la idolatrí­a en general son llamados en las Escritura m.

Am 2, 4; Mi 2, 11. En el N.T. la m. aparece como el medio de que se sirve el demonio †œpadre de la mentira†, para engañar, Jn 8, 44. La m. contraria a la verdad está unida al mal, Rm 1, 25; 2 Ts 2, 9-12. En Hch 5, 1-11, se refiere un fraude, el de Ananí­as y su mujer, de quienes el apóstol Pedro dice que Satanás se apoderó de sus corazones, pues pretendieron engañar a los apóstoles por codicia, y que fueron terriblemente castigados.

El apóstol Pablo, hablando de la nueva vida en Cristo, exhorta a los fieles cristianos: †œPor tanto, desechando la m., decid la verdad unos a otros, pues somos miembros unos de otros†, Ef 4, 25; Col 3, 9.

  • Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003
  • Fuente: Diccionario Bíblico Digital
  • (decir lo contrario de lo que uno piensa, o tiene en mente).
  • – No mentir, es el 8 mandamiento de la Ley de Dios, Exo 20:16.
  • – Prohibida y aborrecible a Dios, Lev 19:11, Pro 6:16-19, Col 13:9, Pro 12:22.

– Satanás es el padre de la mentira, y nos induce a ella, Jua 8:44, 1 R.22:22 – Excluye del Cielo, Rev 21:27, Rev 22:15. – Senal de apostasí­a, 2Te 2:9, 1Ti 4:2. – Jesús es la verdad, Jua 1:14, Jua 1:16, Jua 14:6. Diccionario Bí­blico Cristiano Dr.J. Dominguez

  1. http://biblia.com/diccionario/
  2. Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano
  3. tip, LEYE

vet, Prohibida en la Palabra de Dios (Ex.23:7) y aborrecida por el justo (Pr.13:5); se anuncia castigo sobre el que la practica (Pr.19:5, 9). El convertido a Cristo se aparta de su antigua forma de vivir y, andando en novedad de vida, debe desechar la mentira y hablar la verdad (Ef.4:25; cfr.

Mt.5:33-37). La mentira por antonomasia es la negación y oposición a Cristo, negando el testimonio de Dios (1 Jn.2:22; 5:10). El origen de la mentira está en Satanás (Jn.8:44), que presentó una falsa imagen de Dios a Eva, empujando a la primera pareja a la muerte (Gn.3:1-6). Los hombres se pueden mentir a sí­ mismos (Stg.1:22), confundiendo los propios deseos con la realidad; pueden mentirse entre sí­ (Lv.19:11); pueden mentir a Dios (Hch.5:3, 4), aunque desde luego no puedan engañarlo.

La mentira es aborrecida por Dios porque destruye la recta comprensión de la realidad (“andamos en tinieblas”, cfr.1 Jn.1:6), con lo que el hombre se desví­a del verdadero conocimiento y comunión con Dios. La mentira destruye la confianza entre los hombres, oscurece el entendimiento, y lleva a la destrucción eterna (Ap.21:7; 22:15).

Dios no miente ni puede mentir (Nm.23:19), no cabiendo ni pudiendo caber en El por cuanto El es la realidad primera y última y absoluta contra la que atenta toda mentira (cfr.1 S.15:29; Tit.1:2; He.6:18). Por su parte, Jesús, Dios mismo manifestado en carne, es la misma “verdad”, la verdad acerca de Dios, y la verdad de lo que Dios querí­a que fuera el hombre, el cúmulo de todas las perfecciones (cfr.

Jn.14:6). Por ello, aquel que tiene comunión con el Padre y con su Hijo Jesucristo, exclama de corazón: “la mentira aborrezco y abomino; tu ley amo” (Sal.119:163). Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado Ocultación voluntaria de la verdad ante aquel que tiene derecho a conocerla.

  • Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
  • Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
  • (v. verdad)
  • (ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)
  • Fuente: Diccionario de Evangelización

La mentira es la negación de la ver-dad; la mentira no puede ser de la verdad (1 Jn 2,21). La mentira nace del Diablo, que es su padre. Cuando el Diablo dice mentira, está hablando de su propio ser, nos está manifestando su propia esencia, pues posee una naturaleza mentirosa (Jn 8,44).

Vivir en la verdad es estar con Dios y con los hombres (Jn 3,21; 14,6; 18,37), y vivir en la mentira es ponerse a espaldas de Dios y de los hombres, ser del Diablo (Jn 8,44).E.M.N. FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001 Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret TEOLOGíA MORAL SUMARIO Premisa.I.

La negatividad ética de la mentira: 1. Perspectiva antropológica; 2. Perspectiva bí­blico-teológica; 3. Perspectiva histórica. II. El caso de conflicto; 1. A modo de ejemplo; 2. Intentos de solución; 3. Observaciones crí­ticas; 4. La solución dialéctica. III. Dimensión colectiva y pública de la mentira.

Premisa En la conciencia de los valores constitutivos de la persona y de la comunidad, el sujeto ético reconoce y afirma la verdad como bien originario, decisivo e imprescindible. La verdad significa para la libertad un pluralismo de tareas y compromisos, sintetizables y unificables en el deber ético y en la virtud moral de la veracidad.

Esta es la disposición permanente y dinámica de la libertad hacia lo verdadero, lo cual implica permeabilidad, respeto, demostración; en una palabra, fidelidad a la verdad. Por eso mismo rechaza el pacto con la falsedad, excluye toda doblez, repudia el engaño; es decir, rechaza la “mentira” como antí­tesis y contradicción de sí­ mismo.

La mentira toma forma en la palabra. No sólo en la palabra simplemente hablada, sino expresada en cualquier tipo de manifestación por el ser humano. Donde lo que se manifiesta no es signo efectivo, sino distorsionante y desviado de lo verdadero, existe una mentira, que asume la forma del engaño, de la ficción o de la hipocresí­a.I.

La negatividad ética de la mentira La veracidad consiente el dinamismo creador de la verdad en la persona y en la sociedad; la mentira interfiere en él, impidiéndolo o descomponiéndolo con sentido negativo. La mentira no representa, de ninguna manera, una posibilidad, sino una mistificación que la conciencia humana y cristiana estigmatiza y prohí­be como un mal y un vicio: “No mientas”.1.

PERSPECTIVA ANTROPOLí”GICA. El hombre vive una í­ntima tendencia a la verdad. Una vez alcanzada, reconocida, no lo deja indiferente.-es decir, libre para adherirse o nó a ella-,sino que crea por sí­ misma una fidelidad. Reconocimiento de la verdad y fidelidad a la verdad forman una unidad, éticamente indisociable.

La mentira interviene en esta unidad rompiéndola; es infidelidad a la verdad, su desconocimiento ético, El hombre es fiel a la verdad en la “palabra según verdad” que él pronuncia para si mismo y para los demás. Ante todo para sí­ mismo, porque es la primera relación, la relación interior consigo mismo.

Por esto la primera mentira es la simulación o disimulación de la verdad a sí­ mismo, según un proceso de “acomodación” más o menos reflejo de la verdad, que se encuentra. en el origen de tantos engaños que el hombre no consigue ya o no es capaz nunca de confesarse a sí­ mismo. Por eso toda mentira es siempre un “autoengaño” que disocia a la persona en sí­ misma.

Esta no está ya confirmada y reconciliada por la verdad, sino alienada por la imagen que tiende a acreditar de sí­ y de la realidad. La mentira, además, atenta contra el significado propio de la palabra de ser signo manifestativo del pensamiento interior.

Ninguna interioridad es transparente por sí­ misma, sino por la mediación simbólica del lenguaje. Este tiene como finalidad intrí­nseca ser vehí­culo del pensamiento. La mentira interfiere en esta finalidad, expropiando al lenguaje de su propia e intrí­nseca función de signo e instrumentalizándolo para fines que le son extraños.

En ella la palabra no está al servicio de la verdad, sino del interés. La mentira, finalmente, traiciona la confianza y la promesa que toda palabra-signo significa para el otro, con efectos socialmente destructores. Toda comunidad y sociedad procede del encuentro libre de personas que se comunican, abriéndose mutuamente en la verdad del propio pensamiento.

La palabra, pronunciada o expresada de cualquier manera, es un acto de mutua confianza, instauradora de relaciones humanas. Comunicar es dar fe a la palabra. Toda mentira atenta contra este crédito de la palabra. Viola la promesa que toda palabra significa para el destinatario, lo induce a error, desviándolo para placer propio e hiriéndole en su dignidad de persona.

Toda mentira es un abuso de confianza, que aleja a las personas y alienta la ruptura de los ví­nculos sociales. La mentira engaña al otro, con consecuencias socialmente envilecedoras, contagiosas e involutivas. “Envilecedoras”: el otro -sobre todo el más pequeño, el más indefenso- sufre inconscientemente el engaño, y de esa manera es manipulado y condicionado.

“Contagiosas”: el otro, descubierto el engaño, simula o se enmascara a su vez, respondiendo a la falsedad con la falsedad. “Involutivas”: desvelado el embrollo o el engaño, el otro sufre una decepción, se recluye en sí­ mismo, desconfí­a de la sociedad. En todo caso y en cualquier forma que se exprese, la mentira atenta contra la comunidad humana, convirtiéndose en factor de desunión.2.

PERSPECTIVA BíBLICO-TEOLí”GICA. Criatura y compañero, dentro de la alianza; de un Dios que en sí­ mismo es émeth, verdad que se manifiesta en el don del amor creador y liberador, el hombre es constituido en la verdad y llamado a una fidelidad de lealtad que no tolera doblez alguna: “Los labios mentirosos los abomina el Señor, que se complace en cuantos actúan con sinceridad” (Pro 12:22).

  1. De ahí­ la exigencia prescriptiva de la ley: “No mintáis, no os engañéis unos a otros” (Lev 19:11; cf Exo 23:7; Sir 7:13-14), apoyada en la oración: “Aleja de mí­ la falsedad y la mentira” (Pro 30:8).
  2. Este ser de la verdad y en la verdad de Dios se realiza de un modo supremo en la personificación en un hombre nuevo en Cristo, “creado según Dios en la justicia y en la santidad de la verdad” (Efe 4:24).

Por lo cual la incompatibilidad entre mentira y vida cristiana es reflejo operativo de la contraposición ontológica entre hombre viejo y hombre nuevo: “No os engañéis mutuamente, ya que os habéis despojado del hombre viejo y os habéis revestido del hombre nuevo” (Col 3:9-10).

  1. De la razón “personalista” se ha derivado la “ecleslal”: “Por eso, apartaos de la mentira; decid cada uno la verdad al prójimo, para que seamos miembros los unos de los otros” (Efe 4:25).
  2. El ví­nculo que une a los miembros entre sí­ haciendo de ellos “un solo cuerpo en Cristo” es una “caridad sin ficción” (cf Rom 12:4-9).

En esta oposición consciente y activa a la mentira, el cristiano se inspira en el ejemplo de lealtad perfecta de Cristo, que reprueba y desenmascara toda falsedad e hipocresí­a (cf Mat 23:27-28). Y tiene la conciencia de la fe: así­ como el que dice y atestigua la verdad es de Dios (cf 1Jn 3:9.19; Jua 18:37) y participa de la herencia de la gloria de Cristo (cf Apo 14:15), del mismo modo el que miente y finge está en la órbita de atracción y acción del maligno, por sí­ mismo “mentiroso y padre de la mentira” (cf Jua 8:44) y está fuera del reino de Dios (cf Apo 21:27; Apo 22:15).

En la teologí­a de Juan mentira, tinieblas y muerte se implican mutuamente en su oposición a verdad, luz y vida. La veracidad sustrae del poder maléfico y mortal de la mentira, abriendo la posibilidad de la luz y de la vida que aporta la verdad.3. PERSPECTIVA HISTí”RICA. La doctrina tradicional considera la mentira como “lenguaje contrario al propio pensamiento, con voluntad de engañar”.

Para que exista una mentira en sentido ético-formal, la oposición debe ser con el propio pensamiento (con la verdad interior), no con la realidad o con los hechos (con la verdad objetiva). Por lo tanto, una afirmación conforme con el propio pensamiento pero contraria a la realidad no es formalmente una mentira; el que afirma se equivoca, no miente.

E, inversamente, una afirmación contraria al propio pensamiento, pero conforme con la realidad es formalmente una mentira; quien afirma miente, aunque, sin querer, diga materialmente la verdad. En la definición de la mentira entra también la voluntad de engaño: “La mentira es una comunicación (significado) falsa,unida a la intención de engañar” (SAN AGUSTIN, Contra mendacium, 26: PL 40,537).

Pero, precisa santo Tomás, la intención de engañar (voluntas fallendi) entra como elemento no esencial en cuanto “pertenece a la perfección, y no a la esencia de la mentira”. De forma que ésta queda ya calificada moralmente por la falsedad formal, es decir, por la simple voluntad de decir lo que es falso, de expresar algo contrario al propio pensamiento (cf S.

  • Th., II-II, q.110, a.1).
  • De ahí­ la concepción común de la mentira como “locutio contra mentem”.
  • Por razón de la diversidad de motivación, a partir de santo Tomás (cf ib, a.2) se ha distinguido la mentira en: “jocosa”, dicha por diversión; para muchos no se trata de una mentira propiamente, porque por el contexto resulta evidente que no se quiere afirmar lo que se dice, sino divertir simplemente; “oficiosa”, dicha por necesidad: para evitar un mal o procurar un bien; “perniciosa”, dicha para hacer daño a alguien.

En torno a las reflexiones de san Agustí­n y de santo Tomás se ha agrupado la doctrina tradicional sobre la intrí­nseca inmoralidad de la mentira; según ella, la mentira es siempre un mal que hay que evitar, porque por sí­ misma se opone a la verdad, contradice la finalidad propia de la palabra, destruye la convivencia social y está condenada en la Sagrada Escritura.

  • Esta doctrina es apoyada por la mayor parte de los Padres y de los teólogos y caracteriza de forma clara y continua la tradición eclesial, aunque no existe una definición del magisterio.
  • Fuera del ámbito teológicoeclesial ha tenido algunos eminentes defensores, como Cicerón en la antigüedad y Kant en la época moderna.

A lo largo de esta tradición se ha constituido una tendencia minoritaria que trata de legitimar la mentira en los casos en que decir la verdad puede traer graves consecuencias a alguien. Entre los Padres: Clemente de Alejandrí­a, Orí­genes, san. Juan Crisóstomo, san Hilario, Casiano.

El mismo san Agustí­n experimentó vivamente estos casos: “La cuestión de la mentira -escribe- es difí­cil y frecuentemente nos angustia en nuestra actividad cotidiana” (De mendacio 1, 1: PL 40,487). Entre los teólogos medievales: Guillermo de Auxerre, Alejandro de Hales y san Buenaventura. Con el advenimiento de la era moderna, que ha desarrollado la atención al sujeto y a las relaciones sociales, se ha abierto camino otra concepción de la mentira como “rechazo de la verdad debida”.

La atención se traslada aquí­ de la relación palabra-pensamiento a la relación palabra-destinatario; la esencia de la mentira se determina subjetivamente, ya no objetivamente, por el derecho del interlocutor a la verdad. Con la disminución de tal derecho la mentira se harí­a lí­cita.

  1. En este caso ya no existirí­a formalmente una mentira, sino un “falsiloquio”; una mentira en sentido sólo material o psicológico, no ético-formal.
  2. Esta teorí­a, que se remonta al calvinista H.
  3. Grozio (1583-1645) y se desarrolló en el ámbito protestante y jurí­dico, ha comenzado a encontrar consenso recientemente también entre los católicos.

II. El caso de conflicto Hay dos datos que emergen sin duda ninguna del análisis histórico: la tradición mayoritaria en favor de la intrí­nseca malicia de la mentira y el reconocimiento de casos particulares en los que decir la verdad se convierte en daño para alguien.

El primer dato expresa la negatividad ética de la mentira “a nivel objetivo” como traición de la doble fidelidad que se debe a la veracidad: la fidelidad a la verdad, según la cual es inmoral falsificar lo verdadero, y la fidelidad a la caridad, según la cual es inmoral engañar al prójimo. El segundo dato refleja el conflicto-discordia, que puede establecerse a “nivel subjetivo”, entre la exigencia de no engañar diciendo lo falso y la de no hacer daño diciendo lo verdadero.1.

A MODO DE EJEMPLO. En caso de conflicto, una primera posibilidad, con frecuencia obligada, es el silencio, Pero se dan situaciones en las que es imposible evadirse y callar no resuelve, cuando no agrava. Parecerí­a justo hablar simulando o disimulando la verdad.

Son casos que afectan “a la persona misma a la que se habla”, como el ejemplo del drogodependiente o del alcohólico que pregunta con vehemencia a los padres si hay dinero en casa; el ejemplo del enfermo afectado por un mal incurable o bajo un fuerte shock, no preparado todaví­a para conocer la verdad cruda; el ejemplo del director que obligado por el descubrimiento de un explosivo o por un conato de incendio a hacer evacuar el teatro sin provocar pánico ni salidas tumultuosas con peligro, alega otro motivo.

Otros casos afectan “a las personas de las cuales nos vemos forzados a hablar”, como el ejemplo del inocente que se refugia en casa de un amigo para esconderse de las amenazas de un injusto agresor, el cual pregunta si el buscado está con él; o también el ejemplo del prepotente que interroga sobre algún secreto ajeno.

La persona de la que se está obligado a hablar puede ser el mismo que está siendo interrogado, como en el caso de preguntas indiscretas o impúdicas sobre uno mismo. Se trata de casos evidentemente graves y serios; en ellos hay siempre en juego un bien inalienable de la persona, en ningún caso la comodidad o el provecho de alguien.

En casos de este tipo también santo Tomás, que sostuvo que “no es lí­cito decir mentiras por alejar un peligro cualquiera de una persona”, citando a san Agustí­n afirma que “es lí­cito esconder prudentemente la verdad con alguna excusa” (S. Th., Il-II, q.110, a.3, ad 4).

  1. Expresión muy vaga, pero reveladora de la discordia profundamente sentida y del deseo de encontrarle remedio.2.
  2. INTENTOS DE SOLUCIí”N.
  3. Para hacer frente al conflicto se han propuesto dos tipos de solución: el primero gira en torno al planteamiento deontológico, que defiende la intrí­nseca malicia de la mentira; el segundo a partir del planteamiento teleológico, que une su malicia al fin buscado.

En el primer caso se ha afirmado la teorí­a de la “restricción mental” o “anfibolia”, consistente en una expresión o palabra ambivalente, susceptible de ser entendida en su exacto sentido por quien la pronuncia y en otro sentido, al menos así­ se espera, por quien la escucha.

Para obviar que la restricción de significado esté toda y sólo en lo interior de quien habla, se ha distinguido una “restricción mental estricta” (“restrictio stricte mentalis’~, que puede ser entendida sólo por quien la formula y no por quien la escucha: ésta la Iglesia la ha condenado como un abuso, por decreto de Inocencio XI en el año 1679 (DS 1176ss); y una “restricción mental lata” (“restrictio late mentalis”), que surge, en cambio, del tono de las palabras y expresiones utilizadas y/o del contexto en que son pronunciadas y escuchadas.

En el segundo caso encontramos la teorí­a del “falsiloquio”, según la cual toda expresión contraria al pensamiento, con la intención de hacer prevalecer un fin sobre la verdad, no es objetivamente una mentira, sino simple falsiloquio. De la lógica del falsiloquio toma su influencia la teorí­a del derecho a la verdad, en cuyo contexto se ha desarrollado originariamente.

  • En los casos mencionados, el otro no tendrí­a o habrí­a perdido el derecho a la verdad.3.
  • OBSERVACIONES CRITICAS.
  • La teorí­a de la restricción mental no está libre de sospechas y dificultades.
  • Muchos autores, incluso en el catolicismo (cf L.
  • GODEFROY, 567), demuestran que entre restricción mental y mentira de hecho no existe diferencia; lo que es decisivo en la mentira no es la palabra interior, en el significado que quien la pronuncia le reconoce, sino la palabra exterior, en el significado en que el interlocutor la percibe, que es el falso, tal como efectivamente se esperaba.

Incluso en el caso de que la teorí­a sea intachable, no está al alcance de todos, sobre todo de los más simples y menos expertos en el manejo del lenguaje y en aprovecharse de la ambigüedad de las palabras y expresiones. Además está el hecho de que en manos de los más hábiles se presta fácilmente al abuso; la misma separación entre restricción mental lata y estricta no es una cosa clara y simple, ni sus lí­mites están bien definidos, por lo cual se les puede desplazar fácilmente.

Una misma expresión, en un mismo caso, es propuesta por un autor como ejemplo de restricción mental lata (cf K.H. PESCHKE, Etica cristiana 781-782), y por otro como ejemplo de restricción mental estricta, y por lo tanto como una bonita y piadosa mentira (cf A. GÚNTHÜR, 452-453); y se trata de especialistas.

Además la restricción mental no consigue su objetivo en el caso de personas avisadas y hábiles en captar y desenmascarar reservas mentales y lenguajes velados, dando lugar así­ a desconfianzas, sospechas y desilusiones. Por estos motivos la teorí­a de la restricción mental no goza, sobre todo actualmente, de una acogida favorable; es poco creí­ble; sirve de subterfugio y expediente a los más elocuentes, que encuentran en ella la fácil justificación de las propias mentiras, y no protege a los más simples, que se encuentran expuestos a decir mentiras sin más.

No es entendida como una propuesta formativa de promoción ética de las conciencias, sino como un medio ingenioso de salvaguardia práctica del principio en que se fundamenta. De hecho no ha contribuido a la prevención de la mentira, ya que, incluso en el terreno de su divulgación, proliferan con plena tranquilidad de conciencia.

El rigor que posee a nivel teóretico-formal no se corresponde con una conciencia análoga a nivel práctico-concreto; aquí­ se produce una inflación ética, que es la mentira fácil sin remordimiento. ¿Se debe entonces renunciar a la malicia intrí­nseca de la mentira y valorarla sólo en función de los bienes y males que entran en juego en algunas ocasiones? ¿Dejará de ser un mal en sí­ misma para convertirse en la traición de un derecho que puede darse o no darse? ¿Se puede, por esto, cambiar su naturaleza objetiva, de mentira o falsiloquio, cada vez que se persiga algún bien considerado superior a la verdad? Por una parte, no se ve cómo se puede desconocer la malicia, definida en sí­ misma, de la palabra infiel a la verdad; la fidelidad de la palabra al pensamiento, espejo de la verdad de lo real, es un bien por sí­ mismo que la mentira traiciona.

Si algo es falso, permanece tal siempre, aún con las mejores intenciones. La tradición teológico-moral se habrí­a equivocado no poco al declarar esta primera y decisiva malicia. Por otra parte, deducir la naturaleza de la mentira sólo de la traición a otra persona, y además determinarla por el derecho del interlocutor a la verdad, parece muy unilateral y minimiza la importancia ética de la mentira.

Se declara indiferente el fines operis como fuente de moralidad, reduciendo ésta al finis operantis: a la intención subjetiva de engañar y de desconocer el derecho de otro. “Todas las teorí­as que parten únicamente del derecho del interlocutor descuidan el hecho de que es una caracterí­stica de las leyes especí­ficas del lenguaje el estar ordenadas a la comunicación.

Y por lo tanto, el lenguaje está ordenado a la comunicación no sólo subjetiva, sino objetivamente. De ahí­ que la obligación de la veracidad venga determinada a partir del deber de quien habla, y no en primer lugar del derecho de quien escucha” (W. MOLINSKI, 627).4. LA SOLUCIí”N DIALECTICA. No se da un conflicto de deberes a nivel objetivo; a este nivel verdad y caridad se implican y se integran creativamente.

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La discordia-contraste se establece siempre y sólo a nivel subjetivo, a nivel situacional. La solución debe ser, pues, de tipo dialéctico entre las exigencias de la norma, que no puede desconocer la objetiva inmoralidad de la mentira, y las de la situación, que no puede abandonar al sujeto a la angustia y a la arbitrariedad.

  • Indicativo e iluminador de esta mediación dialéctica es la orientación paulina: “Hacer la verdad en la caridad” (Efe 4:15).
  • Lo que la conciencia diga, movida e informada por el ví­nculo perfeccionador de la caridad (cf Col 3:14), será la palabra con la que resolver la situación conflictiva.
  • Podrá ser una palabra no conforme al pensamiento, y por tanto objetivamente falsa, pero subjetivamente tolerable.

Esto significa que las circunstancias particulares y la intención subjetiva que inducen a decir una palabra contraria al pensamiento, aunque no pueden cambiar la cualidad ética de la mentira y ésta permanece objetivamente siendo lo que es, pueden, sin embargo, hacerla menos culpable, inculpable y subjetivamente defendible (cf CONGREGACIí”N DEL CLERO, Caso Washington, 26 de abril de 1971).

No hay caridad sin verdad; la caridad “se complace en la verdad” (1Co 13:6) y huye de la mentira (cf Rom 12:9; 1Co 6:6). Ni tampoco se da verdad sin caridad; la verdad no engaña. Pero ni siquiera es indiferente, irrespetuosa, impúdica; no es nunca injusta, delatora, traidora o disgregadora. Está dentro de la sintoní­a de la caridad, con valor propio en situaciones normales y decisiva en situaciones conflictivas.

Es la caridad que en la palabra se hace piedad hacia el enfermo no todaví­a dispuesto y preparado para conocer la cruda realidad; defensa del débil frente al arrogante y el opresor; discreción y pudor con el inoportuno y el imprudente; prudencia benévola con quien no esté en condiciones de recibir el “hecho”.

La mentira que “la veracidad” de la caridad tolera sigue siendo en sí­ misma una palabra contraria al pensamiento y engañosa para el otro: la caridad no puede cambiarle su naturaleza objetiva. Pero la dice en la longitud de onda del amor que debe promover la vida, la justicia, el respeto, la comunión, cuando la situación se vuelve conflictiva, tensa, de contrastes.

La existencia humana está llena de situaciones de éstas. No es posible cerrar los ojos y arrojarse a un objetivismo ingenuo e irreal. Pero no se puede caer tampoco en la simpleza de no querer llamar mentira a una mentira. De esta manera escapamos tanto a la intransigencia de una deontologí­a que no tiene en cuenta la singularidad de la situación como de la subjetividad de una teleologí­a que devalúa el significado objetivo de la acción.

Que vuestra caridad -exhorta el apóstol- se enriquezca cada vez más en el conocimiento y en todo tipo de discernimiento para que podáis elegir lo mejor” (Col 3:14). Lo “mejor” que elige en cada situación la caridad rica en conocimiento y discernimiento, fruto de la acción iluminadora del Espí­ritu en la conciencia, es la palabra que permanece en la órbita creadora de la caridad.

De ahí­ la tarea de liberar a la caridad de cualquier interés larvado y condescendiente y de llenarla de amor de Dios, que de la inteligencia, sabidurí­a y consejo de su Espí­ritu irradia nuestra caridad. Si la dialéctica mediadora de la caridad trata de superar con serenidad y confianza la situación conflictiva, no deja espacio alguno para dudar y relativizar la verdad.

Porque la caridad no se reconcilia con la mentira y no concede reposo hasta que no está en la verdad. La caridad no admite ninguna componenda ni interés, ningún oportunismo o acomodo. En la medida en que se infiltra un mí­nimo de egoí­smo, yo no estoy “haciendo” la verdad: soy un mentiroso. III. Dimensión colectiva y pública de la mentira La mentira, aunque dicha o en todo caso expresada por un individuo, posee también una dimensión colectiva y pública, que en nuestro tiempo se va ampliando en proporción directa a la intensificación y extensión de las comunicaciones sociales.

Esta dimensión está fundamentalmente ligada al ejercicio y a la incidencia del l poder en todas sus formas. Por sí­ misma, la comunicación se ejerce como servicio a la verdad y en beneficio de la sociedad. Pero existe la tentación de centrarse en sí­ mismo, vehiculando una visión interesada, y por lo mismo adulterada, de la verdad, que en sí­ misma es una mentira.

Una primera perspectiva para ver esta adulteración de la verdad es la relativa al poder de la palabra pública que, preocupada por crear consenso y por lo tanto por persuadir (l Comunicación social 11, 2), puede estar dictada más por lo verosí­mil que por lo verdadero, en cuyo caso la palabra -la técnica oratoria, propagandí­stica o publicitaria – tiene el riesgo de no apoyar a la verdad.

Cuando la retórica o el sofisma, ejercitados de cualquier modo y en cualquier ámbito, se convierten en técnicas valoradas en sí­ mismas, con independencia de la verdad o incluso contra ella, pertenecen al mundo de la mentira; son una ficción que “da el poder de disponer de las palabras al margen de las cosas y de disponer de los hombres por el uso de las palabras” (P.

  • RICOEUR, La métaphore vive, 15).
  • No se discute el criterio de la verosimilitud.
  • Pero cuando éste se impone sobre la verdad y prescinde de ella, está dominado por el espí­ritu de la mentira que pervierte la búsqueda de la verdad.
  • Hoy este riesgo es potencialmente mayor: por una parte, por la necesidad de asegurarse el voto y, por lo tanto, de cuidar la imagen; por otra, por las tecno-estructuras de producción y estandarización de los mensajes en un sistema de comunicación no a medida de las personas, sino al servicio de la industria y el comercio.

Por ello la tentación de manipulación de la verdad es más fuerte y rentable. Una segunda perspectiva, puesta en evidencia por P. Ricoeur, es la de la apropiación autoritaria y uniforme de la palabra veraz. Es la pretensión del poder, en todas sus expresiones, de poseer la verdad y acreditarla verazmente a todos.

  1. Es una presunción que se apoya en la tendencia a la unidad de lo que es verdadero y que caracteriza a la búsqueda humana de la verdad, en contraposición al proceso inverso de diferenciación y pluralismo de lo verdadero.
  2. El poder se presenta como autoridad totalizadora en formas cada vez más exclusivas, monopolistas, totalitarias y dominadoras hasta acallar y doblegar cualquier voz y expresión distinta.

No se discute aquí­ la función unificadora y coordinadora de la autoridad, puesto que es competencia suya irrenunciable, sino el ceder a las “pasiones del poder”, lo que induce ala unidad violenta y totalizadora de la verdad. Esta es “la mentira inicial” o simplemente “la mentira de la verdad” (P.

RICOEUR, Verité et mensonge, 177): Porque la ataca precisamente en su principio, allí­ donde la verdad “se hace” y la persona y la comunidad son constituidas en la verdad. En ella toma cuerpo el espí­ritu de la mentira, que contamina y pervierte la búsqueda de la verdad en su fundamental exigencia de unidad: “Ese es el paso falso de lo total a lo totalitario” (ib 191).

No afecta a la verdad conocida, sino a la verdad por conocer, que él condiciona según la voluntad totalizadora del poder. Como tal, es anterior a todas las mentiras y la fuente de donde brotan y proliferan. Toda conciencia amante de la verdad está llamada a una doble tarea de vigilancia y de denuncia crí­tica.

  • La conciencia cristiana vislumbra allí­ el poder perverso de la “bestia”, denunciado por el Apocalipsis, que el “fiel” y “veraz” desenmascara como mentira, seducción y engaño, y lo vence liberando al hombre de su yugo y de sus pasiones.
  • Para la libertad nos ha liberado Cristo” (Gál 5:1).
  • Es la libertad de la verdad que libera (cf Jua 8:32) y que pone en guardia al cristiano frente a cualquier cesión activa o pasiva a la mentira.

Esta libertad denuncia como irreconciliable con la fe todo poder que adultere la verdad y todo sometimiento condescendiente con él. No somos solamente responsables de la palabra contraria al pensamiento, sino de todo poder de la palabra que no sirve a la verdad para una mayor comunión en la comunidad, sino que se busca a sí­ misma para dominar sobre la sociedad.

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Generalmente implica decir algo falso a alguien que tiene el derecho de saber la verdad con la intención de engañar o perjudicar a esa persona o a otra. La mentira no tiene por qué ser siempre algo que se dice; también se puede mentir por la manera de actuar, es decir, una persona puede estar viviendo una mentira.

El verbo hebreo que transmite la idea de decir lo que no es verí­dico es ka·záv. (Pr 14:5.) Otro verbo hebreo, scha·qár, significa †œobrar o tratar con falsedad†, y la forma sustantiva se traduce †œmentira; engaño; falsedad†. (Le 19:11; Sl 44:17; Le 19:12; Sl 33:17; Isa 57:4.) El término hebreo schaw´, que a veces se traduce †œfalsedad†, se refiere básicamente a algo que es inútil, vano, sin valor.

  1. Sl 12:2; Dt 5:20; Sl 60:11; 89:47; Zac 10:2.) El significado primario del verbo hebreo ka·jásch (engañar) es †œresultar desilusionador†.
  2. Le 19:11; Os 9:2.) El término griego pséu·dos y otros de la misma familia están relacionados con la mentira y la falsedad.
  3. El padre u originador de la mentira es Satanás el Diablo.

(Jn 8:44.) Su mentira, transmitida por medio de una serpiente a Eva, la primera mujer, resultó finalmente en la muerte tanto de ella como de su esposo Adán. (Gé 3:1-5, 16-19.) Aquella primera mentira nació de un deseo egoí­sta e incorrecto. Su propósito era desviar el amor y la obediencia de la primera pareja humana hacia el mentiroso, que se hizo pasar por un †œángel de luz† o un benefactor.

  1. Compárese con 2Co 11:14.) Todas las demás mentiras maliciosas que se han pronunciado desde entonces han sido también la expresión de un deseo egoí­sta e incorrecto.
  2. Se miente para escapar de un castigo merecido, beneficiarse a expensas de otros o conseguir o mantener ciertas ventajas, recompensas materiales o la alabanza de los hombres.

Las mentiras religiosas han sido especialmente graves, pues han puesto en peligro la vida futura de los engañados. Jesucristo dijo: †œÂ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas!, porque atraviesan mar y tierra seca para hacer un solo prosélito, y cuando este llega a serlo, lo hacen merecedor del Gehena dos veces más que ustedes†.

  • Mt 23:15.) El cambiar la verdad de Dios por †œla mentira† y la falsedad de la idolatrí­a puede hacer que una persona realice prácticas degradantes y viles.
  • Ro 1:24-32.) El caso de los lí­deres religiosos del judaí­smo en el tiempo del ministerio terrestre de Jesús muestra lo que puede suceder si se abandona la verdad.

Ellos tramaron la ejecución de Jesús. Luego, cuando se le resucitó, sobornaron a los soldados que habí­an guardado la tumba para que ocultaran la verdad y propagaran una mentira sobre la desaparición del cuerpo de Jesús. (Mt 12:14; 27:1, 2, 62-65; 28:11-15; Mr 14:1; Lu 20:19.) Jehová Dios no puede mentir (Nú 23:19; Heb 6:13-18) y odia una †œlengua falsa†.

  • Pr 6:16-19.) La ley que dio a los israelitas exigí­a que se hiciera compensación por los daños que resultaban del engaño o de la mentira maliciosa.
  • Le 6:2-7; 19:11, 12.) Además, si una persona daba falso testimonio, tení­a que recibir el mismo castigo que deseaba infligir a otro por medio de sus mentiras.

(Dt 19:15-21.) El punto de vista de Dios en cuanto a la mentira maliciosa que se reflejaba en la Ley no ha cambiado. Los que desean conseguir su aprobación no pueden practicar la mentira. (Sl 5:6; Pr 20:19; Col 3:9, 10; 1Ti 3:11; Rev 21:8, 27; 22:15.) Tampoco pueden vivir una mentira, como en el caso de los que alegan amar a Dios mientras que al mismo tiempo odian a su hermano.

  • 1Jn 4:20, 21.) Ananí­as y su esposa perdieron la vida por mentir y tratar de burlar al espí­ritu santo.
  • Hch 5:1-11.) No obstante, la persona que en un momento dado se ve impulsada a decir una mentira no se hace culpable automáticamente de un pecado imperdonable.
  • El caso de Pedro, que negó a Jesús tres veces, ilustra que Dios perdona a la persona que se arrepiente de corazón.

(Mt 26:69-75.) El que en la Biblia se condene claramente la mentira maliciosa no significa que una persona esté obligada a divulgar información verí­dica a quien no tenga derecho a conocerla. Jesucristo aconsejó: †œNo den lo santo a los perros, ni tiren sus perlas delante de los cerdos, para que nunca las huellen bajo los pies, y, volviéndose, los despedacen a ustedes†.

Mt 7:6.) Por esta razón en ciertas ocasiones Jesús se abstuvo de dar información completa o respuestas directas a ciertas preguntas, pues ese proceder podrí­a haber causado dificultades innecesarias. (Mt 15:1-6; 21:23-27; Jn 7:3-10.) El comportamiento de Abrahán, Isaac, Rahab y Eliseo al informar erróneamente u ocultar parte de los hechos a quienes no eran adoradores de Jehová tuvo esa misma motivación.

(Gé 12:10-19; cap.20; 26:1-10; Jos 2:1-6; Snt 2:25; 2Re 6:11-23.) Jehová permite que se produzca una †œoperación de error† en aquellas personas que prefieren la falsedad, a fin de que †œlleguen a creer la mentira† y no las buenas nuevas acerca de Jesucristo.

(2Te 2:9-12.) Un ejemplo de este principio es lo que sucedió hace siglos en el caso del rey israelita Acab. Unos profetas mentirosos le aseguraron a Acab que vencerí­a en la batalla contra Ramot-galaad, mientras que Micaya, el profeta de Jehová, predijo calamidad. Como se le reveló en visión a Micaya, Jehová permitió que una criatura celestial actuara como un †˜espí­ritu engañoso en la boca de los profetas†™ de Acab, es decir: esta criatura celestial influyó sobre ellos para que no hablaran la verdad, sino lo que ellos mismos deseaban decir y Acab deseaba oí­r.

Aunque recibió advertencia, Acab prefirió que le engañaran, y eso le costó la vida. (1Re 22:1-38; 2Cr 18.) Fuente: Diccionario de la Biblia /Decálogo II, 8.1.4 Fuente: Diccionario Católico de Teología Bíblica El empleo bí­blico de la palabra mentira recubre dos sentidos diferentes, según que se trate de las relaciones del hombre con su prójimo o de sus relaciones con Dios.I.

MENTIRA EN LAS RELACIONES CON EL PRí”JIMO.1. En el AT. La prohibición de la mentira en la ley atiende en los orí­genes a un contexto social preciso: el del falso testimonio en los procesos (decálogo: Ex 20,16 y Dt 5,20; reiterado en Ex 23,1ss.6ss; Dt 19,16-21 ; Lev 19,11); esta mentira, dicha bajo juramento, es además una profanación del *nombre de Dios (Lev 19,12).

Este sentido restringido subsiste en la enseñanza moral de los profetas y de los sabios (Prov 12,17; Zac 8,17). Pero el pecado de mentira se entiende también en forma mucho más amplia: es el dolo, el engaño, el desacuerdo entre el pensamiento y la *lengua (Os 4,2; 7,1; Jer 9,7; Nah 3,1).

A todo esto tiene horror Yahveh (Prov 12,22), al que no se puede engañar (Job 13,9); así­ el mentiroso va a su pérdida (Sal 5,7; Prov 12,19; Eclo 20,25). Incluso Jacob, el astuto que captó la bendición paterna, fue a su vez engañado por su suegro Labán (Gén 29, 15-30).2. En el NT formula Jesús la obligación de una lealtad total: “Sea vuestro lenguaje: sí­, sí­; no, no” (Mt 5,37; Sant 5,12), y Pablo hace de ello su regla de conducta (2Cor 1,17s).

Así­ vemos reiteradas las enseñanzas del AT, aunque con una motivación más profunda: “No mintáis ya unos a otros; os habéis despojado del hombre viejo y revestido del* hombre nuevo” (Col 3,9s); “Decí­os la verdad, pues somos miembros los unos de los otros” (Ef 4,25).

La mentira serí­a una vuelta a la naturaleza pervertida; irí­a contra nuestra solidaridad en Cristo. Se comprende que, según los Hechos, Ananí­as y Safira al mentir a Pedro mintieran en realidad al Espí­ritu Santo (Act 5,1-11); la perspectiva de las relaciones sociales queda desbordada cuando entra en juego_ la comunidad cristiana.I.

MENTIRA EN LAS RELACIONES CON Dios.1. Desconocimiento del verdadero Dios. Yahveh es el *Dios de verdad. Desconocerlo volviéndose a los *í­dolos engañosos es la mentira por excelencia, no la de los *labios, sino la de la vida. Los autores sagrados denuncian a porfí­a esta impostura, asaeteando con coplas satí­ricas (Jer 10,1-16; Is 44,9-20; Sal 115,5ss), anécdotas burlonas (Dan 14), epitafios infamantes: nada (Jer 10,8), horror (4,1), vanidad (2,5), impotencia (2,11) A sus ojos, toda conversión supone primero que se confiese el carácter mentiroso de los í­dolos a que se habí­a servido (16,19).

Así­ lo entiende también Pablo cuando intima a los paganos que se aparten de los í­dolos de mentira (Rom 1,25) para *servir al Dios vivo y verdadero (lTes 1,9).2. Pecado de mentira y vida religiosa. a) El AT conoce también una manera más sutil de desconocer al verdadero Dios: consiste en aclimatar en la propia vida el hábito de la mentira.

Tal es la manera de proceder de los *impí­os, enemigos del hombre de bien: son astutos (Eclo 5,14), que sólo tienen la mentira en la boca (Sal 59,13; Eclo 51,2; Jer 9,2); se refugian en la mentira (Os 10,13), se aferran a ella hasta negarse a convertirse (Jer 8,5), y hasta sus aparentes conversiones son mentirosas (3,10).

Es inútil abrigar ilusiones acerca del hombre abandonado a sí­ mismo; es espontáneamente mentiroso (Sal 116,11). Por el contrario, el verdadero fiel proscribe de su vida la mentira para estar en comunión con el Dios de verdad (Sal 15,2ss; 26,4s). Así­ hará en los últimos tiempos el *siervo de Yahveh (ls 53,9), así­ como el humilde *resto que Dios dejará entonces a su pueblo (Sof 3,13).

b) El NT halla este ideal realizado en Cristo (1Pe 2,22). Por eso la renuncia a toda mentira es una exigencia primaria de la vida cristiana (IPe 2,1). Con esto se ha de entender no sólo la mentira de los labios, sino la que está incluida en todos los vicios (Ap 21,8): ésta no la han conocido jamás los elegidos, compañeros de Cristo (14,5).

  • Muy especialmente merece el nombre de mentiroso el que desconoce la *verdad divina revelada en Jesús: el *anticristo, que niega que Jesús sea Cristo (Un 2,22).
  • En él la mentira no es ya de orden moral, es religiosa por esencia, al igual que la de la idolatrí­a.3.
  • Los fautores de mentira.
  • A) Ahora bien, para precipitar a los hombres en este universo mentiroso que se yergue delante de Dios en un gesto de desafí­o, existen guí­as engañosos en todas las épocas.

El AT conoce *profetas de mentira, de los que Dios se rí­e en ocasiones (1Re 22,19-23), pero que más a menudo son denunciados por los verdaderos profetas en términos severos: así­ por Jeremí­as (5,31; 23,9-40; 28,15s; 29, 31s), Ezequiel (13) y Zacarí­as (13,3).

En lugar de la *palabra de Dios aportan al pueblo mensajes adulterados. b) En el NT también Jesús denuncia a los guí­as ciegos del pueblo judí­o (Mt 23,16). Estos *hipócritas que se niegan a creer en él, son mentirosos Un 8,55). Preludian a los otros mentirosos que surgirán en todos los siglos para retraer a los hombres del Evangelio: anticristos (Un 2,18-28), falsos apóstoles (Ap 2,2), falsos profetas (Mt 7,15), falsos mesí­as (Mt 24,24; cf.2Tes 2,9), falsos doctores (2Tim 4,3s; 2Pe 2,1ss, cf.

ITim 4,1s), sin contar a los judí­os que impiden la predicación del Evangelio (ITes 2,14ss) y a los falsos hermanos, enemigos del verdadero Evangelio (Gál 2,4) Son otros tantos fautores de mentira con que deben enfrentarse los cristianos, como lo hací­a Pablo en el caso del mago Elimas (Act I3,8ss).

III. SATíN, PADRE DE MENTIRA. Así­ se divide el mundo en dos campos: el del bien y el del mal, el de la verdad y el de la mentira, en el doble sentido moral y religioso. El primero es concretamente el de Dios. El segundo tiene también su jefe: *Satán, la antigua serpiente que seduce al mundo entero (Ap 12,9) desde el dí­a en que sedujo a Eva (Gén 3,13) y, separándola del árbol de vida, fue “homicida desde el principio” (Jn 8,44).

El es el que induce a Ananí­as y a Safira a mentir al Espí­ritu Santo (Act 5,3), y el mago Elimas es “*hijo” suyo (Act 13,10). De él dependen los judí­os incrédulos que se niegan a creer en Jesús: son hijos del diablo, mentiroso y padre de mentira (Jn 8,41-44); así­ quieren matar a Jesús, porque “les ha dicho la *verdad” (Jn 8,40).

El es quien suscita a los falsos doctores, enemigos de la verdad evangélica (ITim 4,2); él, quien para guerrear contra los cristianos (Ap 12,17), da sus poderes a la *bestia del mar, el imperio “totalitario”, con la boca llena de blasfemias (13,1-8); y la bestia de la tierra que maneja a los falsos profetas para engañar a los hombres y hacerle adorar al í­dolo mentiroso, depende también de él (13,11-17).

El eje del mundo pasa entre estos dos campos, e importa que los cristianos no se dejen seducir por los ardides del diablo hasta el punto de corromperse su fe (2Cor 11,3). Para permanecer en la verdad deben, pues, orar a Dios que los libre del maligno (Mt 6,13).

  1. -> Error – Hipócrita – ídolos – Impí­o – Lengua – Labios – Palabra humana – Satán – Simple – Verdad.
  2. LEON-DUFOUR, Xavier, Vocabulario de Teologí­a Bí­blica, Herder, Barcelona, 2001
  3. Fuente: Vocabulario de las Epístolas Paulinas

El hebreo usa varias palabras para la mentira, las más comunes son kāzāḇ y šeqer, La idea básica es engaño o vacuidad; lo que se representa bien en el NT por pseudos, La mentira es ante todo un mensaje falso o engañador de Dios o acerca de él (Jer.14:14; Ez.13:9; Ro.1:25).

Tiene su propio atractivo (Sal.62:4) y crea una seguridad falsa (Is.28:15); pero su único resultado es crear error y desilusión (Jer.23:32), minar las normas morales (Ro.1:26ss.), traer disolución cuando se descubre su falacia (Is.28:17); y se incurre en el juicio de Dios, quien no puede mentir (1 S.15:29; Tit.1:2) y delante de quien ninguna mentira puede permanecer (Hch.5:3s.).

También puede haber mentira en las relaciones del hombre con el hombre, como se tipifica en el AT por el falso testigo (Pr.6:19). La ley prohíbe la mentira (Ex.20:16; Lv.19:11), y pertenece a la vida antigua que debe ser desechada por el creyente (Col.3:9).

  • Es un poderoso aliado de pecados más horrendos (2 S.11:6ss.; 1 R.21:10), y se le advierte al mentiroso que no escapará (Pr.19:5, 9).
  • Si hay o no ocasiones para estratagemas inocentes o necesarias (cf.1 S.16:2s.) es un tema muy discutido por la casuística.
  • Pero la mentira como tal es obviamente odiosa al Dios de verdad, y no habrá lugar para ninguna forma de engaño, pretensión o hipocresía en la santa Jerusalén (Ap.21:27; 22:15).
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William Kelly Harrison, E.F., Bromiley, G.W., & Henry, C.F.H. (2006). Diccionario de Teología (386). Grand Rapids, MI: Libros Desafío. Fuente: Diccionario de Teología : MENTIRA
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¿Qué significa biblicamente mentira?

Manifestación contraria a la verdad, cuyo fin es el engaño. Con este término se designa en las Escrituras desde el simple embuste hasta el fraude y la falsedad.
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¿Cuáles son las consecuencias de la mentira?

LA VERDAD Y LA MENTIRA – Psicología ACADEMIA MEXICANA DE PSIQUIATRÍA Y PSICOANÁLISIS CONSEJO DOCTORAL Y ÉTICA Trabajo valorado académicamente.28 de Julio de 2021 “LA VERDAD Y LA MENTIRA” (009675) Autor: Don Francisco del Cueto y Dondé Doctor Honoris Causa Académico de número Catedrático, investigador y escritor.

  • LA VERDAD Y LA MENTIRA
  • Investigación, recopilación, selección, diseño, redacción, edición y revisión académica de la AMSS.
  • Por Francisco del Cueto y Dondé
  • “Si es posible hacer que alguien crea como cierto algo que no lo es, entonces es posible que ciertas verdades, cuyo recuerdo me amenaza, no son ciertas.”

* Significado de la verdad * Que es la verdad? * Que significa la mentira? * Por que miente un ser humano? * Consecuencias emocionales de la mentira. * Características de la mentira. * Reacción del que miente cuando es descubierto culpable? * Mentiras afectan la relación de pareja.

  • Consecuencias emocionales a la pareja.
  • Los mentirosos nunca cambian.
  • Deontología y la verdad.
  • Sinceridad y sincericidio.
  • Nobleza y cobardía.
  • Por Francisco del Cueto y Dondé * Significado de la verdad.
  • El uso de la palabra verdad abarca asimismo la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general; el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades: los hechos o la cosa en particular y, finalmente, la relación de los hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del Todo, el Universo.

* Definición de la verdad La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea. El término se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica, las matemáticas y la filosofía.

La verdad en psicoanálisis Hay que decir que la verdad puede no ser ni bella ni buena, sino tal vez dolorosa y fea. La verdad no es la exactitud, como en las Ciencias Exactas, es la verdad de una subjetividad, de una singularidad, por eso no es medible ni calculable, sino algo que se construye. * La verdad según Freud.

En ese sentido, la verdad es una relación de referencia que aparece imposibilitada a la conciencia, por el mismo funcionamiento psíquico2. Esta línea argumental de Freud se podría emparentar a la sostenida por los griegos: la verdad * Lacan sobre la verdad.

Dice Lacan: «No puede hacerse ninguna referencia a la verdad sin indicar que únicamente es accesible a un medio decir, que no puede decirse por completo, porque más allá de esa mitad no hay nada que decir» La verdad sólo puede medio decirse. * La verdad para Foucault. La verdad para Foucault se entiende en dos niveles: por un lado, implica el efecto político que involucra la correspondencia, aceptación o validez de tal o cual enunciado; y por otro lado, la producción de determinados mecanismos que sirven para poner en práctica esos enunciados.

El conducto analítico de Foucault permitió descubrir la profunda relación existente entre el poder y el saber, sustrayendo del saber su presupuesto de neutralidad. * La verdad según Wikipedia. La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea.

  1. El término se usa en un sentido técnico en diversos campos como la ciencia, la lógica, las matemáticas y la filosofía.
  2. Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque cumplen lo que ofrecen.
  3. La verdad es la coincidencia entre una afirmación y los hechos, o la realidad a la que dicha afirmación se refiere o la fidelidad a una idea.

Si existen las revelaciones o la verdad puede alcanzarse tan solo mediante la experiencia, el entendimiento y la razón. Si la verdad es subjetiva u objetiva. * Qué es la verdad para mí Paquito, así como cuál es la fórmula. La verdad es la correspondencia entre lo que intuimos o sabemos con la realidad.

En este sentido, la verdad supone la concordancia entre aquello que afirmamos con lo que se sabe, se siente o se piensa. De allí que el concepto de verdad, también abarque valores como la honestidad, la sinceridad y la franqueza. ¿Quedó claro? * La fórmula de la mentira. Si es posible hacer que alguien crea como cierto algo que no lo es, entonces es posible que ciertas verdades, cuyo recuerdo me amenaza, no son ciertas”.

Algunos estudiosos han seguido esta línea y piensan que las mentiras están motivadas por fantasías inconscientes que generan vergüenza y culpa, y por el miedo a que éstas sean descubiertas. ️ “Mentir es una medida económica, busca reprimir un impuso sexual inconsciente y percibido como peligroso.” Freud”donde la mentira tiene como base un deseo incestuoso por el padre”.️ * Cuál es el significado de la mentira? Una mentira es una declaración realizada por alguien que sabe, cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad o la verdad en forma parcial o total.

  • Por qué un ser humano miente? La mentira en el caso de los mentirosos patológicos es un acto inconsciente por adicción a mentir.
  • Mentir en frecuencia es un síntoma de varias enfermedades mentales.
  • Por ejemplo, las personas que sufren de trastorno de personalidad antisocial, psicópatas narcisistas, utilizan las mentiras sencillamente porque necesitan afecto.

* La mentira como metáfora. Vi que varios autores como Otto Fenichel pensaron en la mentira como una forma de negar y esconder partes desagradables del mundo interno, e involucrar al mundo externo para que las crean. En su libro “La sombra del objeto”, Christopher Bollas profundiza sobre la relación entre las mentiras y el mundo interno y expone que “la mentira del mentiroso es una expresión de su realidad psíquica”, y por lo tanto es en cierta forma una verdad.

Se pregunta: “Es indudable que (el mentiroso) ha mentido acerca de lo que ocurrió en la realidad, pero ¿mintió acerca de su realidad psíquica?” * Consecuencias emocionales de la mentira, para mi Paquito. La consecuencia más directa que surge de la mentira es el daño emocional que hacemos a la persona que mentimos.

Ésta, se siente engañada y traicionada lo que le hace tener sentimientos negativos asociados a sensaciones dolorosas. Genera tristeza, amargura, desolación y pena. Directo a la conciencia y el alma, mentir es de cobardes. * Características de la mentira, según Paquito.

La mentira es faltar a la verdad, es ser deshonesto, es decir lo que no se piensa, es expresar sentimientos que no se tienen, es crear vanas ilusiones, es ofrecer impresiones falsas, es ser infiel a nosotros mismos y a nuestros allegados, es temer a las consecuencias de la sinceridad, es engañar y, sobre todo, fallar a la lealtad y confianza de a quienes mintieron.

* Reacción de la persona que miente cuando es culpable. Cuando nos sentimos culpables, a menudo atacamos a los demás con el humor ya que lo utilizamos como un arma para desplazar nuestros sentimientos, intentando que la otra persona se sienta culpable.

Por eso, en muchos casos la tendencia a culpabilizar a los demás esconde una culpa interior no reconocida. Es natural en psicópatas narcisistas, por ejemplo, y además se enfada porque una persona que es muy mentirosa también es manipuladora, al estar al descubierto todas y cada una de sus mentiras, una forma de manipularte al enfadarse así la gana terreno * Las mentiras afectan gravemente una relación de pareja.

Las mentiras grandes o negras pueden destruir nuestra relación en el momento de ser descubiertas. Estas normalmente van acompañadas de infidelidad, desequilibrios emocionales, colopatías, etc. Con ellas, se destruye por completo la confianza, la cual es muy difícil de volver a recuperar.

  • Las consecuencias emocionales de la mentira a la pareja.
  • La mentira deriva de importantes factores como el estrés, angustia, dolor y baja autoestima.
  • La grave consecuencia es perder la moral y aumentar nuestro estado interno de angustia.
  • Como solución es conveniente decir siempre la verdad, aunque duela.

La mentira se ve reflejada en lapsos de tiempo y como consecuencia de ello puedes sufrir alteraciones de humor, irritabilidad, ansiedad Provoca angustia: El principal peligro de la mentira es que conduce a perder la moral por ese estado de angustia interna y su gran malestar emocional.

  1. * La deontología y la verdad Si algo ha beneficiado mi conciencia ética empresarial como consultor y especialista en temas de gestión de crisis de comunicación, ha sido mi estudio de posgrado en Deontología de la Comunicación, en la Universidad de Navarra, además de siempre incluir principios deontológicos, éticos, morales, cívicos y en los últimos dos años, el importantísimo contenido emocional positivo o negativo en las personas, también mi concepto de lo que significa el criterio.
  2. En materia de consultoría y acompañamiento, por ya más de 36 años, he intentado siempre buscar la verdad que hay detrás de una o varias decisiones de nuestros asesorados, de sus prejuicios o de sus creencias interiorizadas, su criterio.
  3. No tienen ni la menor idea, la frecuente cantidad de veces que los problemas crecen exponencialmente porque algunos clientes no se han atrevido a decir la verdad y a utilizar la sinceridad como forma de empatía con sus públicos objetivo.

¿cultura, educación, o miedo? Decir la verdad es una manera de empatizar y construir relaciones fuertes y duraderas. Decir la verdad nos hace más humanos, más cercanos y nos permite relacionarnos más y mejor con las personas a las que queremos o con las que tenemos un proyecto en común (como logros y metas).

  • Sinceridad y sincericidio.
  • Ahora bien, una cosa es la sinceridad y otra el sincericidio.
  • Hay veces que por ser demasiados sinceros tocamos emociones difíciles controlar.
  • Y aquí es donde es fundamental aplicar la sensibilidad en todo lo que decimos, en cómo lo decimos, en cuándo, en donde, en la preparación previa, es cuando aplicamos el criterio de la o las personas involucradas.

El sincericidio es el comportamiento de una persona que se cree valiente y honesta. Se muestra sincera ante los demás sin ningún tipo de filtro, incluso cuando nadie le ha pedido su opinión. El sincericidio, por tanto, alude al ‘suicidio’ por exceso de verdad.

Cuántos problemas pasados fueron evitados por decir y sobre todo por escuchar la verdad. Hoy, únicamente quiero tratar con gente que me hablé con la verdad, quedé asqueado de las personas que mienten, inclusive viéndome a la cara. Me ahorrarán tiempo, disgustos y disfrutaré mis relaciones sinceras con los demás y conmigo mismo.

Yo, nunca miento por alma y conciencia.

  • Y tú ¿estás dispuesto/a a escuchar la verdad, aunque duela?
  • Al final me queda más grabada que nunca la famosa frase de Sir William Shakespeare:
  • “TELL ME NO QUESTIONS AND I SHALL TELL YOU LIES”
  • “NO ME HAGAS PREGUNTAS Y ASÍ EVITAS QUE TE RESPONDA CON MENTIRAS”

: LA VERDAD Y LA MENTIRA – Psicología
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¿Qué dice Juan 8 44?

1 Y Jesús se fue al monte de los Olivos.2 Y por la mañana volvió al templo, y todo el pueblo vino a él; y sentado él, les enseñaba.3 Entonces los escribas y los fariseos le llevaron una mujer sorprendida en a adulterio ; y poniéndola en medio, 4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio; 5 y en la a ley, Moisés nos mandó apedrear a tales mujeres; tú, pues, ¿qué dices? 6 Mas esto decían tentándole, para tener de qué acusarle.

Pero Jesús, inclinado hacia el suelo, escribía en la tierra con el a dedo,7 Y como insistieron en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de entre vosotros esté sin a pecado sea el b primero en arrojar la piedra contra ella.8 E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en la tierra.9 Al oír esto, acusados por su a conciencia, salieron uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los últimos; y quedaron solo Jesús y la mujer, que estaba en medio.10 Y enderezándose Jesús y no viendo a nadie más que a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado? 11 Y ella dijo: Ninguno, Señor.

Entonces Jesús le dijo: Ni yo te a condeno ; vete, y b no peques c más,12 Y Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la a luz del mundo; el que me sigue no andará en b tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.13 Entonces los fariseos le dijeron: Tú das testimonio de ti mismo; tu testimonio no es verdadero.14 Respondió Jesús y les dijo: Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es verdadero, porque sé a de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy.15 Vosotros juzgáis según la carne, pero yo no juzgo a nadie.16 Y si yo juzgo, mi a juicio es verdadero, porque no soy yo b solo, sino yo y el Padre que me envió.17 Y en vuestra ley está escrito que el a testimonio de dos hombres es verdadero.18 Yo soy el que doy a testimonio de mí mismo, y el b Padre que me envió da testimonio de mí.19 Y le dijeron: ¿Dónde está tu Padre? Respondió Jesús: Ni a mí me conocéis, ni a mi Padre; si a mí me a conocieseis, también a mi Padre conoceríais.20 Estas palabras habló Jesús en el lugar de las ofrendas, enseñando en el templo; y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.21 Y les dijo otra vez Jesús: Yo me voy, y me buscaréis, pero en vuestro a pecado moriréis; a donde yo voy, vosotros no podéis ir.22 Decían entonces los judíos: ¿Acaso se irá a matar, que dice: A donde yo voy, vosotros no podéis ir? 23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo; yo soy de arriba; vosotros sois de este a mundo ; yo no soy de este mundo.24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados, porque si no a creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.25 Y le dijeron: Tú, ¿quién eres? Entonces Jesús les dijo: Lo que desde el principio os he dicho.26 Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros, pero el que me envió es verdadero; y yo, lo que he a oído de él, esto hablo al mundo.27 Pero no entendieron que él les hablaba del Padre.28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando a hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy, y que b nada hago por mí mismo, sino que, como el Padre me enseñó, c así hablo.29 Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado a solo el Padre, porque yo hago siempre lo que a él le b agrada,30 Al decir él estas cosas, muchos a creyeron en él.31 Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros a permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis b discípulos ; 32 y conoceréis la a verdad, y la verdad b os hará libres.33 Y le respondieron: Linaje de a Abraham somos y jamás hemos sido esclavos de nadie.

¿Cómo dices tú: Seréis libres? 34 Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que comete a pecado, b esclavo es del pecado.35 Y el esclavo no se queda en la casa para siempre, mas el hijo sí se queda para siempre.36 Así que, si el Hijo os hace libres, seréis verdaderamente libres.37 Sé que sois descendientes de Abraham; sin embargo, procuráis matarme, porque mi palabra no tiene cabida en vosotros.38 Yo hablo lo que he visto estando junto al Padre; y vosotros hacéis lo que habéis visto junto a vuestro padre.39 Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham.

Jesús les dijo: Si fuerais a hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais.40 Pero ahora procuráis matarme a mí, un hombre que os ha hablado la verdad, la cual he oído de Dios; eso no hizo Abraham.41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre. Entonces le dijeron: Nosotros no hemos nacido de fornicación; un padre tenemos, que es Dios.42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuera Dios, ciertamente me amaríais, porque yo de Dios he salido y he venido; pues no he venido por mí mismo, sino que él me envió.43 ¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis a oír mi palabra.44 Vosotros sois de vuestro padre el a diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer.

Él ha sido homicida desde el principio y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de sí mismo habla, porque es b mentiroso y padre de la mentira.45 Y a mí, porque yo digo la verdad, no me creéis.46 ¿Quién de vosotros me acusa de pecado? Pues si digo la verdad, ¿por qué vosotros no me creéis? 47 a El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.48 Respondieron entonces los judíos y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano y que tienes a demonio ? 49 Respondió Jesús: Yo no tengo demonio, antes bien honro a mi Padre; y vosotros me deshonráis a mí.50 Pero yo no busco mi a gloria ; hay quien la busca y juzga.51 De cierto, de cierto os digo que el que guarda mi palabra no verá la a muerte jamás.52 Entonces los judíos le dijeron: Ahora sabemos que tienes demonio.

Abraham murió, y también los profetas, y tú dices: El que guarda mi palabra no a gustará la muerte jamás.53 ¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham, que murió? También los profetas murieron; ¿quién te haces a ti mismo? 54 Respondió Jesús: Si yo me glorifico a mí mismo, mi gloria no es nada; mi Padre es el que me glorifica, el que vosotros decís que es vuestro Dios.55 Y vosotros no le conocéis, pero yo sí le conozco; y si digo que no le conozco, sería mentiroso como vosotros; pero le conozco y guardo su palabra.56 Abraham, vuestro padre, se regocijó de que a vería mi día; y lo vio y se regocijó.57 Le dijeron entonces los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham? 58 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: a Antes que Abraham fuese, b yo soy,59 Tomaron entonces a piedras para arrojárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo; y atravesando por en medio de ellos, b se fue.
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¿Qué dice el Señor de los mentirosos?

El SEÑOR detesta a los mentirosos, pero se alegra con los que dicen la verdad. El que es inteligente no dice todo lo que sabe; en cambio, el bruto todo lo cuenta.
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¿Cuál es la raíz de la mentira?

MENTIR – El verbo mentir viene del latn mentiri (mentir, urdir un embuste con la mente). De ah tambin mentira, que primitivamente fue mentida (a partir de un participio), mentiroso y fementido. El verbo latino mentiri se asocia a una raz indoeuropea * men-1, vinculada a la idea de operaciones o estados de la mente y el pensamiento, reconstruida con enorme seguridad a partir de la gran cantidad de vocablos que la contienen en un alto nmero de lenguas indoeuropeas antiguas y modernas.

  • Men s, men tis, que da mente, demente, vehemente, mentecato y todos los adverbios acabados en -mente, como por ejemplo violentamente (del latn violenta mente, “con mente violenta”).
  • El verbo reduplicado (1) me min isse (recordar) de donde viene el latinismo memento (acurdate, acordaos), que se refiere a ciertas partes de la liturgia de una misa cristiana, cuando esta se dedica a los difuntos.
  • El verbo com min isci (imaginar, tramar) que nos da comentar, y el verbo re min isci (recordar) que nos da reminiscencia.
  • La palabra men tio, men tionis (mencin, recordatorio), de donde mencin y mencionar.

En grado o la presenta el latn en:

  • El verbo mon ere (hacer pensar, advertir, aconsejar) y sus compuestos latinos, que nos dan amonestar, admonicin, moneda y monumento.
  • El verbo mon strare (hacer entender, hacer ver, sealar) de donde mostrar, demostrar y monstruo.

El griego presenta esta raz en grado cero en el verbo reduplicado μιμνῄσκειν (“mi mn eskein), que significa recordar y con cuya raz se relacionan las palabras de origen griego a mn esia, a mn ista y mn emotecnia, as como Mn emosine, el nombre de la diosa de la memoria.

  • La presenta en cambio en grado o alargado en la palabra Μοῦσα (” Mu sa”), alargamiento voclico y cierre provocado por la prdida de la n radical, dado que toda n cae ante silbante ese.
  • Es este el nombre genrico de cada una de las nueve diosas compaeras de Apolo e hijas de Mnemosine, guardianas de la memoria de las artes, ciencias y letras, e inspiradoras de la mente de sus creadores.

De su nombre derivamos musa, museo, msica y murga. NOTAS:

La reduplicacin radical es un procedimiento intensivo del indoeuropeo que afecta a algunas races verbales y que conservan algunas lenguas indoeuropeas antiguas como por ejemplo el latn, el griego o el snscrito. Consiste en duplicar, delante de la raz, la primera consonante de esta raz, acompaada de vocal i si se trata de la raz de infectum de un verbo (la raz que forma las acciones durativas o en desarrollo), o bien acompaada de vocal e si se trata de la raz de perfectum (la que expresa las acciones cumplidas o terminadas). A travs de estas lenguas antiguas, especialmente del latn que es nuestra lengua madre, la lengua hija que es el espaol conserva an algn escaso ejemplo. Por ejemplo el verbo sistere latino es un reduplicado intensivo de stare (si- st -ere), y de ah conservamos insistir, asistir, consistencia, etc., vocablos todos que contienen una vieja raz reduplicada.

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¿Cómo explicar la mentira?

Concepto – Una mentira es una declaración realizada por alguien que sabe, cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad o la verdad en forma parcial o total. ​ Una cierta oración puede ser una mentira si el interlocutor piensa que es falsa o que oculta parcialmente la verdad,

  • En función de la definición, una mentira puede ser una falsedad genuina o una verdad selectiva, exagerar una verdad, si la intención es engañar o causar una acción en contra de los intereses del oyente.
  • Las ficciones, aunque falsas, no se consideran mentiras.
  • Mentir es decir una mentira.
  • A las personas que dicen una mentira, especialmente a aquellas que las dicen frecuentemente, se las califica de mentirosas,

Mentir implica falsear intencionalmente y conscientemente. Tiene como sinónimos parciales: embuste, bola, bulo, calumnia, coba o falacia, También es mentira el acto de la simulación o el fingir. Por ejemplo: si alguien atropella a una persona y huye del lugar sin ser identificado y, después de un tiempo, regresa y se mezcla con los curiosos y finge indignación por lo ocurrido, está mintiendo a todos aquellos ante quienes simula o finge inocencia.
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¿Cuántos tipos de mentiras hay?

Según el neurólogo Dupré, existen cuatro tipos de mitomanía: la vanidosa, cuando la persona se halaga; la errante, cuando se trata de huir de su realidad; la maligna, cuando se intenta compensar un complejo de inferioridad; y la perversa, cuando miente para estafar.
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¿Por qué la gente miente?

¿Por qué se convierten en mentirosos patológicos? – Por ahora no se ha encontrado que exista algún gen relacionado con la mentira, es decir, una persona no nace siendo mentirosa, sino que con el paso de los años va adoptando ese trastorno de la conducta.

  1. Una persona mitómana miente con la finalidad de obtener beneficios, llamar la atención de otros o por crear una “mejor” imagen de él.
  2. Además de que tiene problemas de autoimagen y autoestima e inseguridad.
  3. Se han hallado factores condicionantes de la niñez que conducen a las mentiras, como la baja autoestima.

Así mismo, se ha mencionado que la Mitomanía conlleva o está relacionada con patologías mentales como el Trastorno Bipolar, y Demencia.
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¿Cómo destruye la mentira?

La mentira y la falsedad destruyen relaciones y confianza. No obstante, como nos revelan varios estudios, esta es una práctica común, una conducta que además, siempre acaba descubriéndose. Que Es La Mentira Según La Biblia Si hay algo que resulta verdaderamente lamentable es la mentira y la falsedad. Ambas cosas son capaces de destruir todo a su paso, de devastar los bosques más poblados y de hacer caer a las torres más altas. Lo más triste de la hipocresía y del engaño es que nunca provienen de nuestros enemigos ni de las personas desconocidas.

  • Como es de esperar, todo eso duele. Y mucho.
  • Cuando nos engañan lo peor no son las mentiras en sí, sino lo que se llevan con ellas.
  • Cuando un sentimiento tan importante como la confianza se quiebra, algo en nuestro interior fallece.
  • Esto ocurre porque la mentira y la falsedad pone en duda mil verdades, haciendo que nos cuestionemos incluso las experiencias que creíamos más francas.

El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera. -Alexander Pope-
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¿Quién es el dueño de la mentira?

La mentira (telenovela de 1998)

La mentira
Empresa(s) productora(s) Televisa
Distribuidor Televisa Internacional
Lanzamiento
Medio de difusión Canal de las Estrellas

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¿Qué dice Mateo 5 37?

1 a Y al ver las multitudes, subió al monte y se sentó. Y vinieron a él sus discípulos.2 Y abriendo su boca, les enseñaba, diciendo: 3 a Bienaventurados los b pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.4 Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.5 Bienaventurados los a mansos, porque ellos recibirán la b tierra como heredad.6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de a justicia, porque ellos serán b saciados,7 Bienaventurados los a misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.8 Bienaventurados los de a limpio b corazón, porque ellos c verán a Dios.9 Bienaventurados los a pacificadores, porque ellos serán llamados b hijos de Dios.10 Bienaventurados los que padecen a persecución por causa de la justicia, porque b de ellos es el reino de los cielos.11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de a mal contra vosotros, mintiendo.12 a Gozaos y alegraos, porque vuestro b galardón es grande en los cielos; pues así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.13 Vosotros sois la a sal de la tierra; pero si la sal perdiere su sabor, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.14 Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.15 Ni se enciende una a vela y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.16 Así alumbre vuestra a luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas b obras y c glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.17 No penséis que he venido para abrogar la a ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para b cumplir,18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se a haya cumplido.19 De manera que a cualquiera que b quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así c enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos.
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¿Qué dice en Romanos 5 12?

1 a Justificados, pues, por la b fe, tenemos c paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, 2 por medio de quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.3 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las a tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce b paciencia ; 4 y la paciencia, a prueba ; y la prueba, esperanza; 5 y la a esperanza no avergüenza, porque el b amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.6 Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.7 Difícilmente alguien muere por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.8 Mas Dios demuestra su amor para con nosotros, en que, siendo aún a pecadores, Cristo murió por nosotros.9 Mucho más ahora, habiendo sido justificados por su a sangre, por medio de él seremos salvos de la ira.10 Porque si siendo enemigos, fuimos a reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando ya reconciliados, seremos b salvos por su vida.11 Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por medio del Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la a reconciliación,12 Por consiguiente, como el a pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la b muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos c pecaron,13 Porque aun antes de la ley había pecado en el mundo; pero el pecado no se tiene en cuenta cuando no hay a ley,14 No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es a figura del que había de venir.15 Pero el don no es como la transgresión.
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¿Cómo se llama el espíritu de mentiras?

X –

Xezbet (Jezebeth, Jesabel, Jezbet, Xerbeth): Demonio de las mentiras y los milagros imaginarios y fraudulentos.

Xaphan : es un demonio que intento quemar el cielo, por esa acción es conciderado como el arquetipo de demonio perdedor

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¿Qué dice el Salmo 116 10?

10 Creí; por tanto, hablé,estando afligido en gran manera.11 Y dije en mi apresuramiento:Todo hombre es mentiroso.
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¿Donde dice la Biblia que los mentirosos no heredaran?

No os dejéis engañar: ni los b fornicarios, ni los idólatras, ni los c adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los a ladrones, ni los avaros, ni los b borrachos, ni los c maldicientes, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
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¿Cuáles son las características de la mentira?

La mentira es faltar a la verdad, es ser deshonesto, es decir lo que no se piensa, es expresar sentimientos que no se tienen, es crear vanas ilusiones, es ofrecer impresiones falsas, es ser infiel a nosotros mismos y a nuestros allegados, es temer a las consecuencias de la sinceridad, es engañar y, sobre todo, fallar a
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¿Quién vive en la mentira?

La mentira como enfermedad: así es la vida de un mitómano Que Es La Mentira Según La Biblia Ilustración de un mentiroso. RAÚL ARIAS La mitomanía es un trastorno del comportamiento; las personas que lo sufren únicamente saben decir embustes 09/12/2016 02:30 Laura estaba harta de que Manolo no dijese la verdad. Le engañaba sobre cualquier nimiedad: lo que le apetecía comer, sus películas favoritas, la hora a la que se acostaba, la hora a la que se levantaba, cuántos cubatas tomó la noche anterior.Lo hacía con una naturalidad pasmosa, parecía un profesional de la mentira, pero en realidad era un enfermo mental, un mitómano.

La mitomanía es un trastorno del comportamiento. La persona que lo padece es adicta a mentir. El psicólogo Juan Moisés de la Serna, que ha tratado a varias personas con este problema, considera que “el mitómano busca con sus engaños la aceptación de los demás, Compensar sus bajos niveles de autoestima”.

Pero no cualquier embustero es un mitómano. “El mitómano no tiene un plan, no va buscando nada a medio o largo plazo más que la admiración inmediata. La clave para detectarles es descifrar la intencionalidad de sus bulos”, explica de la Serna. Aún no se ha determinado con exactitud el origen de la enfermedad.

  1. No se ha encontrado ningún gen relacionado con la mentira, por lo tanto, no se puede decir que se nazca con ello.
  2. Aunque es cierto que existen condicionantes en la niñez que pueden facilitar su aparición, especialmente la baja autoestima”, señala de la Serna.
  3. La mentira también está ligada a varias enfermedades mentales como la demencia, el trastorno límite de la personalidad, el trastorno antisocial o el trastorno bipolar.

Según el psicólogo la mitomanía es un trastorno curable, El primer paso es convencer al paciente de que tiene un problema psicológico y que necesita someterse a terapia. “Al igual que sucede con cualquier adicción, si la persona no quiere curarse, sucederá como con el tabaco, que lo dejas durante un tiempo, y luego recaes”.

  1. De la Serna reconoce que no todos los profesionales de la salud consideran que la mitomanía tenga solución clínica.
  2. Muchos mienten en la propia terapia, haciéndose pasar por sanos, lo que dificulta trabajar con ellos.
  3. Muchos también dejan de acudir a las sesiones poniendo excusas a sus parejas o familiares como “el doctor me ha dicho que ya estoy bueno” o “me han dicho que es algo pasajero que se cura con reposo”.

La terapia más utilizada para este tipo de pacientes es la cognitivo-conductual. El psicólogo nos cuenta cómo funciona. “Se utiliza para trabajar el aspecto de la autoestima, reforzándola y enseñando a la persona a valorarse tal y como es, Busca reducir el número de veces que se miente al día”.

Por su consulta han pasado mitómanos con circunstancias muy dispares. Pero casi todos eran traídos a la fuerza: o por sus parejas o por sus familiares. Incluso en algunos casos la persona sana llega a chantajear a su cónyuge mitómano, amenazándole con el divorcio si no asiste a terapia. “Es muy difícil que estas personas reconozcan su problema.

Incluso cuando es descubierto hace todo lo posible por evadir la situación”, asegura. Así le sucedió al ciudadano estadounidense Ferdinand Demara, conocido popularmente como El gran impostor, cuando se descubrió en la década de los 50 que durante años había suplantado la personalidad de varias personas, haciéndose pasar por monje, soldado, marinero, doctor en psicología, doctor en zoología y sheriff.

Un currículum interminable e impoluto para alguien que ni siquiera tenía el graduado escolar, El drama de la mitomanía reside en el círculo vicioso que se produce. “Por esa razón, suelen ser personas que acaban solas, rechazadas por familiares y amigos cansados de su comportamiento”, asevera el psicólogo.

En los casos más graves, al mitómano le acaba sucediendo lo que a Don Quijote. Se cree sus mentiras, inventa un mundo alternativo donde es el héroe, todos le quieren, y aborrece el mundo real, del que se aleja más y más cada día, hasta que se hace casi imposible regresar.
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¿Qué es la mentira y ejemplos?

Una mentira es una expresión que resulta contraria a lo que se sabe, se piensa o se cree, El término suele utilizarse en oposición a lo que se considera como una verdad, La mentira, por lo tanto, implica una falsedad, Por ejemplo: “El acusado aseguró que es mentira que tiene una casa en Miami valuada en dos millones de dólares”, “Nunca te perdonaré esta mentira”, “Marcos tuvo que decirle una mentira a su madre para que no se preocupase por él”,

  • Quien pronuncia una mentira espera que el otro tome sus palabras como veraces.
  • De esta manera, la persona que miente sabe que está incurriendo en algo falaz, pero su interlocutor puede no advertirlo.
  • Por eso se habla de descubrimiento de una mentira cuando el otro sujeto advierte que ha sido engañado.

Veamos una situación de ejemplo: un niño que rompe una ventana de su casa con una pelota le dice a su madre que el accidente se produjo por una piedra que alguien arrojó desde la calle; la madre primero cree en la mentira, pero más tarde descubre un trozo de vidrio incrustado en la pelota del pequeño, quien termina confesando su responsabilidad,

Una mentira puede concretarse incluso sin hablar. Un jugador de fútbol que simula haber recibido una patada puede revolcarse en el césped como si sintiera un gran dolor en su pierna, aunque en realidad sólo esté mintiendo para que el árbitro expulse a uno de sus rivales. Se conoce como mentira piadosa a una declaración que resulta falsa pero que tiene una intención benevolente.

Si bien no es una práctica bien vista por todos, puede evitar una herida en situaciones en las cuales la veracidad de nuestras palabras no tiene un gran peso. La mentira del Cisne Negro En el año 2010 se publicó una película de suspense psicológico dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel y Winona Ryder. La historia se centra en las experiencias del personaje interpretado por Portman: una joven bailarina clásica que debe enfrentarse a diversas y peligrosas presiones, muchas de las cuales son típicas del ámbito del arte académico.

  • A lo largo del film, se exponen muchas escenas de baile, algunas de las cuales muestran una gran destreza y reproducen momentos icónicos de la obra « El lago de los cisnes » de Piotr Ilich Chaikovski.
  • Si bien la actriz principal pasó alrededor de un año y medio entrenándose y adaptando su cuerpo para representar su papel de la manera más convincente posible, el ballet es una de las disciplinas más difíciles y demandantes del mundo, por lo cual el equipo contrató desde el principio de la filmación a Sarah Lane, una bailarina profesional, para hacer de su doble.

Sarah Lane trabaja como solista para la compañía American Ballet Theatre, ubicada en Nueva York, y lleva dedicándose al ballet desde los cuatro años. Fue escogida como doble de Natalie Portman debido a que comparten ciertas características físicas, lo cual facilitaría la edición necesaria para generar la ilusión de que la actriz había realizado todas las tomas.

Por difícil de creer que parezca, Aronofsky y su equipo alimentaron la idea de que Portman había hecho cerca del 90% de las escenas de baile, y que la participación de Lane había sido mínima. La mentira, que en realidad roza los límites del absurdo y la ridiculez, sirvió como estrategia para conseguir que los jueces de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (la cual concede el premio Óscar desde el año 1929) se enamoraran infaliblemente del trabajo de la actriz, al creerla capaz de convertirse en una bailarina de ballet en 18 meses.

El hecho de que Portman haya ganado el Óscar por dicho papel puede considerarse una prueba de que el fraude haya dado sus frutos. Según Lane, su necesidad de exponer esta mentira no nació por creer que no habría recibido el mérito que le correspondía, sino por amor al arte, a su arte, y por respeto a todos los verdaderos bailarines, que deben dedicar sus vidas enteras a perfeccionar su técnica y encontrarse a sí mismos antes de subirse a un escenario y deslumbrar a un público, no con efectos especiales, sino con el resultado de un esfuerzo genuino y tangible,
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¿Cómo se debe tratar a una persona mentirosa?

Evidencias, una forma de tratar a una persona que miente – Una vez se detecta que alguien miente regularmente hay varios caminos, Uno de ellos es apartarse de esa persona. Sin embargo, eso no siempre es posible. Si es un compañero de trabajo, nuestra pareja o un jefe, muchas veces no hay elección. En todo caso, es importante decidirse a enfrentarse al mentiroso,
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¿Qué hace un mentiroso al ser descubierto?

Cómo actúa un mentiroso El mentiroso cuando se ve descubierto se enfada o se hace la víctima, desviando así la atención de la mentira y proyectándola hacia el enfado o la tristeza. Una vez alguien descubre su mentira, seguirá negándolo hasta que su historia ya no se sostenga por ninguna parte.
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¿Por qué existe la mentira?

«Mentimos más por la tarde»: datos curiosos sobre la mentira Un estudio realizado en la Universidad de Massachusetts (EE.UU.) estima que el 60% de las personas adultas mienten al menos una vez durante una conversación de diez minutos. El mentir a fin de evitar conflictos o castigos, no herir los sentimientos de otra persona o preocuparla innecesariamente, no realizar o posponer una actividad no apetecible, así como la necesidad de dar una buena imagen, agradar o no ofender a los demás son motivos habituales que llevan a mentir e incluso pueden considerarse motivos razonables y la mentira adaptativa.

Pero, ¿cuándo mentir se convierte en un problema? En este sentido, es importante destacar que lo preocupante de la es su frecuencia, la gravedad de la misma, las circunstancias que llevan a engañar y sus consecuencias. Aunque el concepto de mentiroso compulsivo o mitomanía no aparece recogido en los manuales diagnósticos de trastornos psicológicos como una enfermedad, sino como un síntoma de otras, es un problema que los psicólogos encuadran dentro de las adicciones.

Tal como explica Victoria Orbe, psicóloga en el centro, esto se debe a que, cuando se miente asiduamente, «el engaño tiende a convertirse en una respuesta automática e impulsiva, no tanto fruto del deseo de manipulación o la astucia, sino de un hábito».
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¿Qué es una verdad mentira?

Verdad y mentira son conceptos entrelazados, de modo que la verdad se destaca de la mentira como su contrapunto. La verdad se define en contraposición a la mentira como lo adecuado y correcto, mientras que la mentira se redefine respecto a la verdad como lo inadecuado o incorrecto.
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¿Qué es mentira ejemplos?

Una mentira es una expresión que resulta contraria a lo que se sabe, se piensa o se cree, El término suele utilizarse en oposición a lo que se considera como una verdad, La mentira, por lo tanto, implica una falsedad, Por ejemplo: “El acusado aseguró que es mentira que tiene una casa en Miami valuada en dos millones de dólares”, “Nunca te perdonaré esta mentira”, “Marcos tuvo que decirle una mentira a su madre para que no se preocupase por él”,

  1. Quien pronuncia una mentira espera que el otro tome sus palabras como veraces.
  2. De esta manera, la persona que miente sabe que está incurriendo en algo falaz, pero su interlocutor puede no advertirlo.
  3. Por eso se habla de descubrimiento de una mentira cuando el otro sujeto advierte que ha sido engañado.

Veamos una situación de ejemplo: un niño que rompe una ventana de su casa con una pelota le dice a su madre que el accidente se produjo por una piedra que alguien arrojó desde la calle; la madre primero cree en la mentira, pero más tarde descubre un trozo de vidrio incrustado en la pelota del pequeño, quien termina confesando su responsabilidad,

  1. Una mentira puede concretarse incluso sin hablar.
  2. Un jugador de fútbol que simula haber recibido una patada puede revolcarse en el césped como si sintiera un gran dolor en su pierna, aunque en realidad sólo esté mintiendo para que el árbitro expulse a uno de sus rivales.
  3. Se conoce como mentira piadosa a una declaración que resulta falsa pero que tiene una intención benevolente.

Si bien no es una práctica bien vista por todos, puede evitar una herida en situaciones en las cuales la veracidad de nuestras palabras no tiene un gran peso. La mentira del Cisne Negro En el año 2010 se publicó una película de suspense psicológico dirigida por Darren Aronofsky y protagonizada por Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel y Winona Ryder. La historia se centra en las experiencias del personaje interpretado por Portman: una joven bailarina clásica que debe enfrentarse a diversas y peligrosas presiones, muchas de las cuales son típicas del ámbito del arte académico.

  • A lo largo del film, se exponen muchas escenas de baile, algunas de las cuales muestran una gran destreza y reproducen momentos icónicos de la obra « El lago de los cisnes » de Piotr Ilich Chaikovski.
  • Si bien la actriz principal pasó alrededor de un año y medio entrenándose y adaptando su cuerpo para representar su papel de la manera más convincente posible, el ballet es una de las disciplinas más difíciles y demandantes del mundo, por lo cual el equipo contrató desde el principio de la filmación a Sarah Lane, una bailarina profesional, para hacer de su doble.

Sarah Lane trabaja como solista para la compañía American Ballet Theatre, ubicada en Nueva York, y lleva dedicándose al ballet desde los cuatro años. Fue escogida como doble de Natalie Portman debido a que comparten ciertas características físicas, lo cual facilitaría la edición necesaria para generar la ilusión de que la actriz había realizado todas las tomas.

Por difícil de creer que parezca, Aronofsky y su equipo alimentaron la idea de que Portman había hecho cerca del 90% de las escenas de baile, y que la participación de Lane había sido mínima. La mentira, que en realidad roza los límites del absurdo y la ridiculez, sirvió como estrategia para conseguir que los jueces de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas (la cual concede el premio Óscar desde el año 1929) se enamoraran infaliblemente del trabajo de la actriz, al creerla capaz de convertirse en una bailarina de ballet en 18 meses.

El hecho de que Portman haya ganado el Óscar por dicho papel puede considerarse una prueba de que el fraude haya dado sus frutos. Según Lane, su necesidad de exponer esta mentira no nació por creer que no habría recibido el mérito que le correspondía, sino por amor al arte, a su arte, y por respeto a todos los verdaderos bailarines, que deben dedicar sus vidas enteras a perfeccionar su técnica y encontrarse a sí mismos antes de subirse a un escenario y deslumbrar a un público, no con efectos especiales, sino con el resultado de un esfuerzo genuino y tangible,
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