La Oracion En La Biblia?

La Oracion En La Biblia
La oración es una de las formas principales de desarrollar intimidad con Dios. La oración de un justo es poderosa y eficaz (Santiago 5:16), y es una de las armas principales del creyente en Jesús. Orar es hablar con Dios, compartirle nuestros anhelos, nuestras incertidumbres, nuestras alegrías, ¡todo! Cuando oramos de corazón podemos recibir el consuelo, la paz y el amor del Padre.
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¿Qué dice la Biblia de la oración?

¿Qué es la oración? – Jesús enseñó: “Por tanto, siempre debéis orar al Padre en mi nombre”( 3 Nefi 18:19 ). La oración es una de las mayores bendiciones que tenemos mientras estamos sobre la tierra; por medio de ella podemos comunicarnos con nuestro Padre Celestial y buscar Su guía diariamente.
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¿Qué dijo Jesús acerca de la oración?

6. Conclusión – Después de todo lo anterior, y aunque hay más registros que puedes estudiar por ti mismo; queda claro, que la oración era algo muy importante en la vida de Jesucristo, algo de lo que tuvo gran cuidado. Por causa de la oración, esta listo para levantarse temprano en la mañana, a obligar a sus discípulos a irse, a alejarse de las multitudes.

Mediante la oración, tomó decisiones y venció situaciones difíciles. En comparación con la idea general que dice “ora si tienes tiempo” EL DISPUSO TIEMPO para orar. En lugar de la manera de pensar del mundo que dice: “escoge lo que TU creas que sea más conveniente” oró para ver lo que para Dios era lo mejor y hacer su voluntad.

Para cerrar, vamos a Filipenses 4:6-7 y hagámoslo nuestra manera de pensar: Filipenses 4:6-7 “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Español: Aleida López de Steinmetz Versión Bíblica: Reina-Valera 1960 Notas al pie Ver también 1 de Corintios 14:14-15, Efesios 6:18, Filipenses 4:6, Colosenses 4:12, 1 de Timoteo 2:1, Santiago 5:13, 16-18 sin mencionar los registros de los evangelios y del Antiguo Testamento Cinco veces se traduce como “obligar” y cinco como “forzar” Ver Éxodo 15:26, Salmos 103:3, Juan 8:29, 3 de Juan 2 y muchos muchos otros registros que demuestran el poder de Dios en esta área.

Sin embargo, la Palabra de Dios no dice cuándo lo va a hacer y cómo. Es Su trabajo decidir en cuanto al cómo y el cuándo. Incluso puede que lo haga a través de medicina. No sabemos ni cómo ni cuándo, lo que sí sabemos al 100%, es que lo hará si confiamos en Él y se lo pedimos en oración.
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¿Cuál es la importancia de la oración según la Biblia?

La oración te ayuda a desarrollar una relación con Dios. – Al igual que tus padres aquí en la tierra, tu Padre Celestial quiere saber de ti y hablar contigo. Cuando oras, Él escucha. Luego, Él contesta tus oraciones a través de pensamientos, sentimientos, escrituras y aún por medio de las acciones de otras personas.2
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¿Donde dice la Biblia que la oración tiene poder?

El Poder de la Oración es real. Salmo 62:8 ‘Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio.’ Juan 14:13-14 ‘Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.’
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¿Por qué es importante la oración?

Investigaciones desde la psicología y la sociología han demostrado que las familias que rezan juntas se muestran más unidas, más felices, y mucho más saludables.

La Oracion En La Biblia

La familia es un pequeño templo en casa. Las familias que oran juntas establecen una confianza entre ellos, aprenden a orar en comunidad y se ponen de acuerdo por medio de Jesús. Hay muchos momentos para unirse en oración, como al iniciar o terminar el día, antes de tomar los alimentos o al iniciar un viaje familiar, entre otros.

Para su audiencia general número 100 el Papa Francisco ha elegido hablar sobre la oración. Ha explicado que es en la familia donde se aprende a orar y a pedir el don del Espíritu Santo. Ha dicho que el Evangelio meditado en familia es como un buen pan que alimenta el corazón y ha pedido a los padres que enseñen a los niños a hacer la señal de la Cruz.

Los invitamos a leer lo manifestado por el Papa Francisco y a poner en práctica la belleza de la oración en familia. “Queridos hermanos y hermanas: Hoy nos detenemos a reflexionar sobre la oración en familia. El espíritu de la oración se fundamenta en el gran mandamiento: “amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas».

La oración se alimenta del afecto por Dios. Un corazón lleno de amor a Dios sabe transformar en oración un pensamiento sin palabras, una invocación delante de una imagen sagrada, o un beso hacia la Iglesia. A pesar de lo complicado que es el tiempo en la familia, siempre ocupado, con mil cosas que hacer, la oración nos permite encontrar la paz para las cosas necesarias, y descubrir el gozo de los dones inesperados del Señor, la belleza de la fiesta y la serenidad del trabajo.

La oración brota de la escucha de Jesús, de la lectura y familiaridad con la Palabra de Dios. Nos hará bien preguntarnos: ¿Tenemos en casa el Evangelio? ¿Encontramos un momento para leerlo juntos o al menos leerlo solo? ¿Lo meditamos recitando el Rosario? El Evangelio leído y reflexionado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos.
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¿Cuál es la oración que más le agrada a Dios?

Hoy desde allí donde te encuentras, Dios puede transformar tu vida. Él quiere manifestarse si lo buscas con todo tu corazón. Es por eso, que es necesario tomar ciertas decisiones que te conducirán a encontrarte con su presencia. Tu decisión de hoy construye tu futuro Dios es el mismo que bautizó a la iglesia en su comienzo, el día del Pentecostés.

  • Es por eso, que hoy desea activar tu fe para que puedas vivir en plenitud y así contagiar a tu familia y amigos.
  • Si de su lado está el “llenarnos de su fuego” para llevar adelante su obra, de nuestro lado entonces, está el tomar buenas decisiones en el tiempo oportuno.
  • Así como lo declara el Señor en su Palabra, “sus pensamientos son de bien”, por lo cual, Él desea obrar milagros y mostrarnos el mejor camino para nosotros.

¿Podrá Dios restaurar una familia, sanar un corazón o ayudarnos a vivir en santidad? ¡Claro que sí! Dios puede sacar de lo malo, algo muy bueno; de lo poco, multiplicarlo en mucho. El Señor puede restaurar lo que se había destruido; puede ablandar corazones y sanar heridas.

  • Pero, de nuestro lado, necesitamos tomar las decisiones correctas.
  • De nada sirve tomar una buena decisión cuando ya es demasiado tarde.
  • Es por eso, que hoy la Palabra de Dios, toca a nuestros corazones para que podamos prestar atención a lo que el Señor desea guiarnos a comprender y así actuar de manera sabia.

Por lo tanto, veamos cuáles son las decisiones que debemos tomar en este tiempo:

Orar para alinearnos a Dios, “Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: -Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos. Jesús dijo: -Deberían orar de la siguiente manera: Padre, que siempre sea santificado tu nombre. Que tu reino venga pronto”. ( Lucas 11:1-2).

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La primera decisión que necesitamos tomar en este tiempo es alinearnos con Dios. Es tener perseverancia en conocer su voluntad y poder avanzar hacia ella. Cuando Jesús les enseñaba a orar a sus discípulos, lo primero y más importante era declararnos sus hijos y someternos a su reino.

Si el Maestro mismo necesitaba apartarse y conectarse con Dios, ¿cuánto más nosotros? Era allí donde recibía instrucciones para su ministerio, para la iglesia naciente y renuevo constante. Esta decisión va mucho más allá de pedir poder para ver milagros, sino primeramente, conocer lo que Dios desea hacer en cada situación.

Es entablar un diálogo, donde nos alineamos a su plan y escuchamos su corazón.

Rodearse de cánticos de adoración, “Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria”@ ( Salmo 32:7 ). Evidentemente David, el salmista, estaba pasando tiempos difíciles y decidió rodearse de adoración, donde encontraba el verdadero refugio.

¡Más que nunca necesitamos incrementar el volumen de la alabanza a Dios! Nuestra adoración debe hablar más fuerte que la queja o el temor. Esto cambiará el ambiente de angustia y traerá libertad. ¿Es posible adorar a Dios en tiempos difíciles? ¿Cuáles son las alabanzas que cambian el ambiente en tu hogar?

Tener una fe intencional, Es tener una actitud activa, que se aleja de la comodidad para acercarse al Señor intencionalmente. Si anhelamos recibir algo de Dios, ¡es tiempo de levantarse para ir a buscarlo! Esta es la clase de fe que arrebata el milagro.

“Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua () Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la multitud y tocó su túnica. Pues pensó: «Si tan solo tocara su túnica, quedaré sana» () Y él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado.

Llenar el vacío con plenitud. Cuando recibimos a Cristo en nuestra vida, de Él viene todo lo que necesitamos y en Él estamos plenos. ¿Qué es lo que distingue a un cristiano pleno? Es que luego de un genuino arrepentimiento, su vida es colmada de la presencia del Espíritu Santo. A un cristiano se lo distingue por los frutos, por el amor, porque conduce su vida sabiendo que es templo de Dios. Es la decisión de permitir que el Señor le ayude a resistir la tentación, a ser restaurado, a buscar la paz. Ser cristiano significa que Cristo vive en su corazón.

Jesús le dijo a sus discípulos: “En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; ” ( Juan 16:7 ) “El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes”.

Decir Amén a las promesas de Dios, En 2 Corintios 1:18-20 Pablo enseña acerca de la fidelidad de Dios: “Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”.

Dios es fiel y cumple sus promesas. Es por eso que necesitamos tomar la decisión de creerle al Señor. Aunque parezca muy difícil, Él tiene el poder para hacer realidad lo que te ha prometido. Por lo tanto, es tiempo de alinearnos a la voluntad de Dios y buscar su presencia con un corazón rendido para agradarle.

  • Más que nunca, necesitamos rodearnos de alabanza para que “pise” toda queja o temor y activar nuestra fe intencional para encontrarnos con los milagros de nuestro Padre Celestial.
  • Puedes tomar la decisión de llenar el vacío con la plenitud del Espíritu Santo y confiar en que las promesas de Dios se cumplen.

¡Tu vida puede ser maravillosa! ¡Es tiempo de tomar buenas decisiones!
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¿Cuál fue la primer oración en la Biblia?

Devoción diaria: El comienzo de la oración Luego oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba por el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Pero Jehová Dios llamó al hombre, y le preguntó: —¿Dónde estás? Éste es el comienzo de la oración.

  • Se sugiere aquí que esto era una cosa habitual en las vidas de Adán y Eva.
  • Es bastante notable que la primera oración está grabada sólo después de la caída.
  • Sin embargo, el relato sugiere muy simplemente que la oración había sido una delicia continua y una bendición a Adán y Eva, y parte de su experiencia diaria.

Esto parece ser una acción habitual por parte de Dios. Él viene al huerto en el fresco del día a conversar con los dos que habían venido de Su mano creadora, y juntos andaban en el huerto. Lo más notable sobre este incidente es que la iniciativa para comenzar la oración comienza con Dios.

Es el Señor el que viene al huerto. Es el Señor el que llama al hombre. La oración, por lo tanto, comienza con Dios. De muchas formas, ésta es la gran verdad sobre la oración que podemos aprender de este incidente, porque a través del resto de las Escrituras la verdad es la base de cada oración que es pronunciada desde aquí y para adelante.

Así que siempre debemos leer los relatos de las Escrituras desde este punto de vista. Muchas falsas enseñanzas presentan la imagen de que la oración es algo que el hombre le hace a Dios. En los mensajes sobre la oración que yo he oído, a veces parece que es el hombre el que salva a Dios de Su propensión a juzgar mediante la oración en el momento propicio.

Pero la gente nunca es más compasiva que Dios. La compasión nace de Dios y sólo aparece en los seres humanos cuando es implantada por el Espíritu de Dios. No puedes sentir compasión y misericordia y pena sin el movimiento del Espíritu de Dios. Siempre es un error el pensar que estamos siendo llamados a perseverar en oración en tal grado que “oramos a través de una situación” y persuadimos a un Dios reacio a hacer o no hacer algo que Él está empeñado en hacer.

Eso no es oración. La oración, como en esta primera instancia en el huerto de Edén, comienza con Dios. Es Dios el que llama. Es Dios el que ayuda. Es por esto que, cuando sentimos una necesidad o un deseo de orar o de organizar un hábito disciplinado de oración, es Dios el que ha comenzado eso.

Él ha plantado ese deseo en nosotros, y nosotros estamos respondiendo. Debemos recordar que ésta es la primera gran verdad sobre la oración en las Escrituras. Padre, hay veces que nos escondemos a nosotros mismos como lo hicieron Adán y Eva. Gracias por la voz que se niega a dejarme ir, pero que suavemente me llama a enfrentarme con mis debilidades y me capacita para encontrar el sitio de purificación y perdón y restauración.

¿Genera confianza en Su respuesta dispuesta a nuestras oraciones el saber que nuestro deseo o necesidad de orar resulta de la iniciativa de Dios? ¿Deshonramos Su iniciativa amante al presumir que podemos manipular Su respuesta? ¿Estamos aprendiendo transparencia y confianza en nuestra comunicación con nuestro Padre? : Devoción diaria: El comienzo de la oración
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¿Cuál es el propósito de la oración?

El propósito de la oración Una hermana está muy enferma en el hospital, y nos pidieron hace tiempo que oráramos y ayunáramos para que Dios la curase. Desde que supe que estaba enferma, he estado orando por ella diariamente; y mi esposa, nuestros hijos y yo hemos ayunado para su pronta y segura curación.

  • Mientras oro una y otra vez por ella a nuestro Padre Celestial, me pregunto si es necesario pedir a nuestro Padre Celestial que cure a una de Sus hijas que Él ama más y mejor que yo.
  • Porque yo también soy padre, y si uno de mis hijos enfermara y yo tuviera el poder, la capacidad o los medios para curarle, no necesitaría que los demás hijos me rogaran una y otra vez que lo hiciera.
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Entonces, ¿por qué debemos pedirle que haga algo, si Él sabe mejor que nadie lo que debe hacer? Mientras escribo este artículo, hoy, Viernes Santo, 2 de abril de 2021, me ha llegado un mensaje diciendo que esta querida hermana ha fallecido hoy, el mismo día en que falleció nuestro amado Salvador.

Dura noticia que llega en medio de tantas oraciones y ayunos. ¿Han sido vanas nuestras oraciones y nuestros ayunos? En el Sermón del monte, el Señor dijo, “vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes de que le pidáis” (Mateo 6:8). Dios conoce a todos Sus hijos, y está dispuesto a ayudarles, sin necesidad de que le informemos o le pidamos.

Y he leído sobre este difícil asunto que la oración no debe ser un medio de obtener bendiciones que un Dios amoroso ya está dispuesto a darnos, porque Dios tiene muy claro lo que es mejor para nosotros dentro de su perspectiva eterna, y que, por tanto, la oración no se debe usar, ni para pensar que Su amor depende de nuestras peticiones, ni para intentar cambiar Su voluntad con ellas.

  • Entonces, repito: ¿por qué debemos orar en casos como este? En la revelación que incluye la llamada “Ley de la Iglesia”, dada en febrero de 1831, el Señor nos dice que los que enfermen y mueran “morirán para mí”.
  • Y añadió que para “los que mueran en mí, la muerte les será dulce” (cfr.D.
  • Y C.42:44-46).

Y repite en una revelación de agosto de 1831: “Sí, bienaventurados los que mueran en el Señor. Porque cuando Él venga se levantarán de los muertos” (cfr.D. y C.63:49). Me han hecho meditar mucho las palabras de Jacob en el Libro de Mormón, cuando dijo que “la muerte ha pasado sobre todos los hombres, para cumplir el misericordioso designio del gran Creador” (2 Nefi 9:6).

  1. Esto se aplica perfectamente a la muerte de Jesucristo.
  2. Y, aunque no lo entendamos, tenemos que aceptar que se aplique también a quienes, como en este caso, “mueran en el Señor”.
  3. Y, a pesar de todo, se nos pide que oremos, independientemente de lo que nuestro Padre decida hacer en cada caso.
  4. Decía que yo también soy padre, y si tuviera que enfrentar la enfermedad y la muerte de uno de mis hijos, las peticiones de sus hermanos, aunque no lograran salvarle, me llenarían de gozo, al ver que mis hijos se aman los unos a los otros, y que acuden a mí porque confían en su padre.

De esa manera, las oraciones estarían fortaleciendo los lazos familiares, que deben continuar después de la muerte. La oración es un medio para la comunicación entre nosotros y Dios, y su propósito principal es mantener la conexión con los cielos, que nos ayude a recordar que somos hijos de Dios, y que nuestra vida en la tierra tiene un propósito que va más allá de lo terrenal y humano.

Y que, para el cumplimiento de nuestra misión en esta tierra, necesitamos la ayuda divina. Hay muchas razones por las que deberíamos orar. Vemos al Señor en Getsemaní orando una y otra vez para recibir fortaleza, y en ese momento tan difícil para Él, dijo a sus discípulos: “Velad y orad, para que no entréis en tentación” (Mateo 26:41).

Hay en la oración un medio para fortalecernos que quizá no conozcamos del todo. Cuando yo oro por alguien que está enfermo, no lo hago porque Dios necesite que le recuerden esa necesidad, sino porque soy yo el que necesita recordar el mandamiento de amar a Dios y al prójimo, porque ambos están incluidos en esa oración: muestro mi amor por Dios, al acudir confiadamente a Él, y mi amor por el prójimo al pedir por los enfermos.
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¿Qué pasa si no oramos?

El pecado de la indiferencia y la desobediencia – En primera de Timoteo 2:1 vemos: “Exhorto, ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres”. Es evidente que a la luz de la Palabra, Dios indica que nuestra vida entera debe estar saturada de rogativas, peticiones y acciones de gracias.

El no hacerlo representa una desobediencia, por lo tanto pecado; Santiago 4:17 dice: “y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado”, No buscar a Dios en oración, el no buscar intimidad con Él es una forma de ser indiferentes a Su voluntad y a Su soberanía. Es una forma indirecta de decir: ” yo puedo con mi vida y mis asuntos”, “no necesito Tus consejos”, o “no es necesario que Tú escuches algo de mí’,

Estas son formas de mostrar orgullo, es una falta de amor a Él, no lo vemos, ni lo pensamos de esa forma, pero es la realidad. Otro aspecto importante es que la falta de oración muestra que no somos diligentes en obedecer y ” ocuparnos en nuestra salvación” como debemos.

La oración es parte de ese cuidado y alimento espiritual, y esta falta de obediencia es ofensa delante del Señor. Filipenses 2:12 nos recuerda: ” Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”,

Cuando no oramos o lo hacemos de una manera breve, le estamos diciendo al Señor que nuestra relación con Él no es tan importante, demostramos que el amor que profesamos no es lo suficientemente grande y que no es prioridad en nuestras vidas; todo esto deriva en pecado.
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¿Qué es la oración y para qué sirve?

¿Qué es la Oración? La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios de bienes convenientes” (San Juan Damasceno, Catecismo 2559).| Dios nos invita a entrar en una relación con Él que es a la vez personal y se vive en comunidad. Él nos habla a través de su hijo, Jesucristo, la Palabra-hecha-carne.
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¿Qué dice Santiago 5 17?

Santiago 5 1 ¡Vamos ahora, oh ricos! Llorad y aullad por las miserias que os vendrán.2 Vuestras están podridas y vuestras ropas están comidas de polilla.3 Vuestro oro y plata están ; y su testificará contra vosotros, y devorará del todo vuestros cuerpos como fuego. Habéis acumulado tesoros para los días finales.

  • 4 He aquí, clama el de los obreros que han segado en vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han llegado a los oídos del Señor de los,
  • 5 Habéis vivido en deleites sobre la tierra, y habéis sido disolutos; habéis engordado vuestros corazones como en día de matanza.
  • 6 Habéis condenado y dado muerte al justo, sin que él os opusiese resistencia.

7 Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.

  1. 8 Tened también vosotros paciencia; vuestros corazones, porque la del Señor se acerca.
  2. 9 Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez ya está a las puertas.
  3. 10 Hermanos míos, tomad como de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor.

11 He aquí, tenemos por bienaventurados a los que, Habéis oído de la paciencia de, y habéis visto la finalidad del Señor, porque el Señor es muy y,12 Pero sobre todo, hermanos míos, juréis, ni por el cielo, ni por la tierra ni por ningún otro ; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.13 ¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración.

  • 15 Y la de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán,
  • 16 Confesaos vuestras faltas unos a otros y orad los unos por los otros, para que seáis sanados; la eficaz del puede mucho.
  • 17 Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y rogó fervientemente que no lloviese, y no sobre la tierra durante tres años y seis meses.
  • 18 Y otra vez oró, y el cielo dio, y la tierra produjo su fruto.
  • 19 Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver,
  • 20 sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino un alma de la muerte, y multitud de pecados.
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¿Cómo se debe orar según Jesús?

Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20: Jesús enseña acerca de la oración Capítulo 20 Jesús enseñó a Sus discípulos a orar. Dijo que algunas personas oran sólo para que otros los vean orar, y enseñó que debemos decir nuestras oraciones personales en un lugar donde podamos estar solos, si es posible. Dijo que algunas personas dicen las mismas palabras una y otra vez cuando oran, sin pensar realmente en lo que están diciendo. Jesús dijo que debemos orar sinceramente por lo que necesitamos. El Salvador hizo una oración para enseñar a Sus discípulos cómo orar. Comenzó diciendo: “Padre nuestro que estás en los cielos”. Alabó a nuestro Padre Celestial y después le pidió ayuda. Dijo “amén” al final de Su oración. Más tarde, Jesús les dijo a Sus discípulos que oraran al Padre en el nombre de Él, y prometió que nuestro Padre Celestial contestaría sus oraciones.
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¿Que nos enseña la oración?

Como cristianos debe ser una prioridad cultivar nuestra relación con Dios, y una de las mejores maneras para crecer en nuestro andar con Jesús es la oración. Cuando oramos, hablamos con Dios sobre lo que sucede en nuestras vidas, nuestros anhelos, nuestras luchas y nuestros temores.
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¿Qué es la oración en el Espíritu?

Orar en el Espíritu significa que el Espíritu da poder a la oración y la lleva al Padre en el nombre de Jesús. La oración tiene una calidad de vida que se caracteriza por la calidez y la libertad y un sentido de intercambio. Nos damos cuenta de que estamos en la presencia de Dios, hablándole a Dios.
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¿Cuál es la oración que más le agrada a Dios?

Hoy desde allí donde te encuentras, Dios puede transformar tu vida. Él quiere manifestarse si lo buscas con todo tu corazón. Es por eso, que es necesario tomar ciertas decisiones que te conducirán a encontrarte con su presencia. Tu decisión de hoy construye tu futuro Dios es el mismo que bautizó a la iglesia en su comienzo, el día del Pentecostés.

  • Es por eso, que hoy desea activar tu fe para que puedas vivir en plenitud y así contagiar a tu familia y amigos.
  • Si de su lado está el “llenarnos de su fuego” para llevar adelante su obra, de nuestro lado entonces, está el tomar buenas decisiones en el tiempo oportuno.
  • Así como lo declara el Señor en su Palabra, “sus pensamientos son de bien”, por lo cual, Él desea obrar milagros y mostrarnos el mejor camino para nosotros.

¿Podrá Dios restaurar una familia, sanar un corazón o ayudarnos a vivir en santidad? ¡Claro que sí! Dios puede sacar de lo malo, algo muy bueno; de lo poco, multiplicarlo en mucho. El Señor puede restaurar lo que se había destruido; puede ablandar corazones y sanar heridas.

  • Pero, de nuestro lado, necesitamos tomar las decisiones correctas.
  • De nada sirve tomar una buena decisión cuando ya es demasiado tarde.
  • Es por eso, que hoy la Palabra de Dios, toca a nuestros corazones para que podamos prestar atención a lo que el Señor desea guiarnos a comprender y así actuar de manera sabia.

Por lo tanto, veamos cuáles son las decisiones que debemos tomar en este tiempo:

Orar para alinearnos a Dios, “Una vez, Jesús estaba orando en cierto lugar. Cuando terminó, uno de sus discípulos se le acercó y le dijo: -Señor, enséñanos a orar, así como Juan les enseñó a sus discípulos. Jesús dijo: -Deberían orar de la siguiente manera: Padre, que siempre sea santificado tu nombre. Que tu reino venga pronto”. ( Lucas 11:1-2).

La primera decisión que necesitamos tomar en este tiempo es alinearnos con Dios. Es tener perseverancia en conocer su voluntad y poder avanzar hacia ella. Cuando Jesús les enseñaba a orar a sus discípulos, lo primero y más importante era declararnos sus hijos y someternos a su reino.

  • Si el Maestro mismo necesitaba apartarse y conectarse con Dios, ¿cuánto más nosotros? Era allí donde recibía instrucciones para su ministerio, para la iglesia naciente y renuevo constante.
  • Esta decisión va mucho más allá de pedir poder para ver milagros, sino primeramente, conocer lo que Dios desea hacer en cada situación.

Es entablar un diálogo, donde nos alineamos a su plan y escuchamos su corazón.

Rodearse de cánticos de adoración, “Pues tú eres mi escondite; me proteges de las dificultades y me rodeas con canciones de victoria”@ ( Salmo 32:7 ). Evidentemente David, el salmista, estaba pasando tiempos difíciles y decidió rodearse de adoración, donde encontraba el verdadero refugio.

¡Más que nunca necesitamos incrementar el volumen de la alabanza a Dios! Nuestra adoración debe hablar más fuerte que la queja o el temor. Esto cambiará el ambiente de angustia y traerá libertad. ¿Es posible adorar a Dios en tiempos difíciles? ¿Cuáles son las alabanzas que cambian el ambiente en tu hogar?

Tener una fe intencional, Es tener una actitud activa, que se aleja de la comodidad para acercarse al Señor intencionalmente. Si anhelamos recibir algo de Dios, ¡es tiempo de levantarse para ir a buscarlo! Esta es la clase de fe que arrebata el milagro.

“Una mujer de la multitud hacía doce años que sufría una hemorragia continua () Ella había oído de Jesús, así que se le acercó por detrás entre la multitud y tocó su túnica. Pues pensó: «Si tan solo tocara su túnica, quedaré sana» () Y él le dijo: «Hija, tu fe te ha sanado.

Llenar el vacío con plenitud. Cuando recibimos a Cristo en nuestra vida, de Él viene todo lo que necesitamos y en Él estamos plenos. ¿Qué es lo que distingue a un cristiano pleno? Es que luego de un genuino arrepentimiento, su vida es colmada de la presencia del Espíritu Santo. A un cristiano se lo distingue por los frutos, por el amor, porque conduce su vida sabiendo que es templo de Dios. Es la decisión de permitir que el Señor le ayude a resistir la tentación, a ser restaurado, a buscar la paz. Ser cristiano significa que Cristo vive en su corazón.

Jesús le dijo a sus discípulos: “En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; ” ( Juan 16:7 ) “El Espíritu de Dios, quien levantó a Jesús de los muertos, vive en ustedes; y así como Dios levantó a Cristo Jesús de los muertos, él dará vida a sus cuerpos mortales mediante el mismo Espíritu, quien vive en ustedes”.

Decir Amén a las promesas de Dios, En 2 Corintios 1:18-20 Pablo enseña acerca de la fidelidad de Dios: “Mas, como Dios es fiel, nuestra palabra a vosotros no es Sí y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entre vosotros ha sido predicado por nosotros, por mí, Silvano y Timoteo, no ha sido Sí y No; mas ha sido Sí en él; porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios”.

Dios es fiel y cumple sus promesas. Es por eso que necesitamos tomar la decisión de creerle al Señor. Aunque parezca muy difícil, Él tiene el poder para hacer realidad lo que te ha prometido. Por lo tanto, es tiempo de alinearnos a la voluntad de Dios y buscar su presencia con un corazón rendido para agradarle.

  • Más que nunca, necesitamos rodearnos de alabanza para que “pise” toda queja o temor y activar nuestra fe intencional para encontrarnos con los milagros de nuestro Padre Celestial.
  • Puedes tomar la decisión de llenar el vacío con la plenitud del Espíritu Santo y confiar en que las promesas de Dios se cumplen.

¡Tu vida puede ser maravillosa! ¡Es tiempo de tomar buenas decisiones!
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